Más hogares pero con menos personas. El 60% de las viviendas no tendrá más de dos habitantes en 2033
Las proyecciones del INE señalan un aumento muy destacado de los núcleos familiares más pequeños. El tamaño medio de los hogares pasará de 2,50 a 2,39 personas en los próximos quince años
ctxt 6/11/2018
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Cambios demográficos, socioeconómicos o culturales. Las variaciones que afectan a la estructura y el comportamiento de la población también alteran la propia morfología de los hogares, unos espacios que han sufrido cambios importantes en los últimos años... Pero también en los próximos: según datos recientemente publicados el INE, las tendencias demográficas apuntan a una reducción constante del número de personas que habitan en viviendas familiares en España, pese a que en términos generales los hogares aumentarán en casi 1,8 millones durante los próximos quince años.
Según los datos del portal estadístico, en 2033 cerca del 29% de los hogares del país serán unipersonales, lo que supone un aumento del 24% respecto a los datos de 2018. Esto significará que las viviendas habitadas por una sola persona, que ya son las segundas más numerosas en el país, pasarán de los 4,70 millones actuales a los 5,83 millones en apenas tres lustros.
No serán los únicos hogares pequeños que crecerán de forma muy acelerada los próximos años: los inmuebles compuestos por dos personas, que ya alcanzan los 5,6 millones en España, aumentarán casi un 14% hasta sumar 6,4 millones en 2033. En total, las viviendas habitadas por dos personas o menos representarán cerca del 60% de total de hogares en el país.
Todo esto en un contexto en el que seguirá creciendo tanto el número de viviendas familiares –casi un 10%– como el total de personas que las habitan –2,2 más que en la actualidad–.
Esto significará que en el lado contrario, el de los hogares más habitados, se producirá un estancamiento o un descenso continuado de las cifras generales. Según las estimaciones del INE, entre 2018 y 2033 los hogares con tres personas se reducirán un 0,7%; los de cuatro personas descenderán un 4,7%; y los que cuentan con cinco o más miembros aumentarán un 4,1%, lo que en términos absolutos apenas significará unas 43.000 viviendas familiares más de estas características.
Por otro lado, las proyecciones del INE sobre la evolución del tamaño medio de los hogares para los próximos quince años prevén un mantenimiento de las tendencias bajistas registradas en el país durante la última década: en 2008, las viviendas familiares tenían de media 2,63 habitantes. En 2018, el ratio ha bajado hasta las 2,50 personas por hogar, mientras que para 2033 seguirá descendiendo hasta situarse en 2,39 personas por cada hogar.
En términos demográficos, la población española lleva años enfrentando un fenómeno de envejecimiento acelerado, motivado principalmente por el aumento de la calidad de vida y por la la reducción de las tasas de natalidad y la tasa de reemplazo generacional.
Según estudios recientes, España liderará el ranking de esperanza de vida dentro de unas décadas, por delante de países como Japón o Suiza. Esto ocurrirá, eso sí, paralelamente al envejecimiento de la población, de la que se espera que cerca de un cuarto superé los 65 años en 2033. Los cambios demográficos y socioeconómicos en el país, que han configurado la composición de los hogares, tampoco escapan a este grupo de población, el de más edad: actualmente, casi el 30% de las mujeres de 65 años vive sola. Para 2031 se espera que el número pueda aumentar un 50%, hasta casi los dos millones de mujeres mayores en esta situación.
Otras dinámicas, en este caso las que afectan a la población más joven –unos de los grupos más afectados por los años de crisis– también ayudan a comprender la reducción del tamaño de las viviendas familiares que proyecta el INE. Desde 2009, el número de nacimientos en el país no ha parado de reducirse, y la edad media para tener hijos ya ha superado la barrera de los 30 años. No solo eso, la tendencia es que cada vez se tengan menos: 1,34 hijos por mujer, la tasa más baja de Europa.
Hay que recordar que esta reconfiguración del espacio familiar y de los hogares que apunta el INE está ocurriendo pese a los tremendos problemas de vivienda que aún arrastra el país, donde han vuelto a crecer el número de desahucios, la emancipación de los hijos cada vez es más tardía, el parque de vivienda pública es casi inexistente y los precios de compra y alquiler han vuelto a crecer.