Al menos uno de cada cuatro movimientos migratorios son retornos a los países de origen
Un estudio estima que entre el 26% y el 31% de los flujos de migración mundiales consisten en regresos a los lugares de partida. En los últimos 25 años apenas ha habido cambios en la proporción de población migrante mundial
ctxt 2/01/2019
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Caravana migrante en Tecún Umán, Guatemala.
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De los mitos sensacionalistas y electoralistas a políticas basadas en incumplimientos flagrantes de la legislación internacional. El ascenso de los populismos de extrema derecha ha conseguido sembrar –e imponer– en la agenda migratoria internacional una larga lista propuestas descabelladas: muros infinitos de hormigón, expulsiones sumarias o criminalización indiscriminada de los migrantes. Ha ocurrido en los Estados Unidos de Trump; pero también en la España de VOX o la Europa de Marine Le Pen y Matteo Salvini. Todos ellos, eso sí, guardan un rasgo común: un debate público desinformado, viciado y, en última instancia, xenófobo.
Una retórica alarmista en la que la realidad, muchas veces, es bastante distinta: según un estudio reciente, la proporción de personas migrantes apenas ha cambiado en los últimos 25 años, y solo representa entre el 1,13% y el 1,2% de la población mundial. Además, entre el 26% y el 31% de estos movimientos corresponden a regresos a los países de origen.
El estudio, publicado la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, aporta nuevos datos de valor para comprender cómo funcionan y se comportan los fenómenos migratorios a nivel mundial. Los investigadores ofrecen, por ejemplo, una nueva estimación de los volúmenes de migración a nivel internacional, usando como referencia cifras acumuladas desde 1990. Según el documento, el total de migrantes mundiales en estos periodos ha sido más alto que las estimaciones que arrojaban anteriores estudios.
En concreto, se señala que mientras esos cálculos determinaban que los flujos de migrantes se situaban mundialmente entre los 34 y 46 millones cada cinco años, la nueva aproximación los eleva a una cifra de entre 67 y 87 millones por cada lustro. Pese a esto, la nueva medida no significa que en términos proporcionales la migración se haya disparado o descontrolado en el último cuarto de siglo. De hecho, se ha comportado de forma completamente estable y paralela a la demografía, con poquísimas variaciones: como se ha indicado, desde 1990 la proporción de personas que se consideraban migrantes en el mundo ha oscilado siempre entre el 1,13% y el 1,2% sobre el total de la población del planeta.
En cuanto a las dinámicas que empujan la migración, la investigación también advierte del importante peso que tienen los flujos de retorno en las rutas migratorias internacionales: entre uno de cada cuatro y casi uno de cada tres desplazamientos se consideran retornos a los lugares de nacimiento. Según los investigadores, esta estimación del volumen de retorno puede convertirse en un recurso importante para la planificación de políticas públicas, al mismo tiempo que deja en evidencia las propuestas que abogan por métodos más restrictivos. Según se señala, las leyes antimigratorias que se impusieron en EE.UU. durante los años ochenta pudieron tener un efecto opuesto al deseado, impidiendo el regreso de muchos migrantes centroamericanos por miedo a estas normativas.
Por otro lado, el estudio también señala el bajo impacto o preponderancia de las rutas de tránsito sobre el total de movimientos migratorios. De esta forma, apenas un 9% de los desplazamientos registrados entre pares de países eran considerados movimientos de tránsito. Esta estimación también puede ser valiosa para reformular las valoraciones que se hicieron de las rutas establecidas durante 2015 en el sur y este de Europa durante la llamada crisis de refugiados, cuando varios países decidieron cerrar o vallar sus fronteras. O para arrojar luz sobre las actitudes restrictivas de las autoridades de México y especialmente Estados Unidos con la caravana de migrantes centroamericanos. En octubre de este año, Newsweek publicó que la Administración Trump contaba con documentos internos en los que se aseguraba que solo un pequeño porcentaje del grupo llegaría a la frontera –bien por retornos, bien por paradas definitivas en países intermedios–, lo que no impidió la retórica alarmista y belicista del Gobierno hacia los migrantes.