La ciencia en España, marcada por la desigualdad y los techos de cristal
Las mujeres representan el 39% del conjunto del personal investigador del país y tienen más dificultades para acceder a la financiación de proyectos
ctxt 12/02/2019
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La ciencia aún está muy lejos de convertirse en un escenario de plena igualdad entre hombres y mujeres. Esta es la principal conclusión del informe Científicas en cifras 2017, publicado recientemente por la Unidad de Mujeres y Ciencia (UMyC) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El documento, un largo compendio de indicadores y datos sobre las brechas que aún se perciben en el ámbito del I+D+i, señala que, en términos generales, las mujeres representan en la actualidad cerca del 39% del personal investigador del país, si bien no ha habido una mejora significativa en esta proporción y la cifra ha permanecido prácticamente inmóvil desde 2009. Por sectores, además, existen diferencias importantes. La administración pública (48%) y las universidades (43%) arrojan ratios muchos más equitativos que los que se recogen entre el personal investigador del sector empresarial, donde apenas el 31% de los puestos están ocupados por mujeres.
Por su parte, la segregación vertical –los conocidos como techos de cristal– sigue siendo el elemento común que más barreras impone en el conjunto del sistema científico nacional. En el ámbito docente, por ejemplo, apenas una de cada cinco personas pertenecientes al profesorado catedrático de Universidad son mujeres.
Según el informe, esta desigualdad ascendente es además especialmente preocupante en los centros académicos públicos, que arrojan peores datos que otras instituciones relacionadas con la carrera investigadora. En los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) –que agregan en sus cifras al personal de universidades y al profesorado– la representación femenina en la categoría de mayor rango investigador asciende al 25%. Las universidades privadas cuentan, por su parte, con un 28% de mujeres en los puestos docentes de mayor nivel.
Una segregación vertical que se traslada y agrava en los órganos de gobierno unipersonales de las instituciones científicas. Las mujeres apenas representan el 15% de todo el cuerpo de rectores universitarios, cifra que baja al 8% si se analizan solo los centros públicos. Si se desciende en la jerarquía, de nuevo, aparecen cifras más igualadas, con un 41% de mujeres ejerciendo de vicerrectoras en el conjunto de universidades. En el caso de los OPIs, solo una mujer ocupa el puesto de directora general o presidenta de unos de los ocho organismos públicos de este estilo que existen.
Por otro lado, el informe de la Unidad del Misterio también recoge las barreras que afrontan las mujeres cuando tratan de acceder a la financiación pública para proyectos relacionados con el ámbito del I+D+i. Una realidad en la que, según el documento, de nuevo se reproducen de forma palpable los techos de cristal: mientras que las mujeres están presentes en el 45% de los equipos de investigación que solicitan estas ayudas y en el 44% de los que finalmente lo reciben, solo representan al 35% de las personas que se adscriben a estas convocatorias con la categoría de investigador principal y solo ocupan este cargo en el 32% de los proyectos aprobados.
Todo ello, además, con menos posibilidades de prosperar: la tasa de éxito entre los hombres que se presentan como investigadores principales (49%) a las ayudas es siete puntos mayor que las mujeres que lo hacen con el mismo perfil (42%).