PROCESANDO EL PROCESO AL PROCÉS (XI)
El día D
Los curritos de Interior, en quienes sus superiores afirmaron delegar cualquier decisión, defienden su trabajo. En ese trance, describen a los mossos como desleales, y al Govern como contradictorio
Guillem Martínez 5/03/2019
Valle-Inclán en la entrada de periodistas del TS
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ANDES POR DONDE ANDES. “Cuando yo iba por los Andes, en jornadas de tempestad de nieve, los guías, desorientados, dejaban que la mulilla, después de atizarle con un látigo, buscara el camino. La mulilla lo encontraba. Los políticos podían dejar al país en libertad, para que, como las mulillas de los Andes, buscaran su propia ruta”, me dice don Ramón, mientras nos vestimos en la bañera. Yo le digo que hoy se sale. Y agrego que, si uno lo piensa fríamente, este juicio son dos clases políticas en la tempestad, luchando para que la mula les siga. Hoy el discurso del mulero Estado llega, posiblemente, a su epicentro. Asistimos, tal vez, al día más determinante del juicio, cuidadín. Hablan Enric Millo –delegado del Gobierno en Cat–, Juan Antonio Puigserver –secretario técnico de Interior–, y Diego Pérez de los Cobos –por lo que sabemos, el hombre que decidió que el 1-O pasara a la historia–. También testifica Neus Munté, exconsellera de Presidència, mulera distinta y distante. O no. Todos juntos forman varias biografías, que confirman una cultura política y una crisis, que se intensificó el 1-O, un día de latigazos en el lomo de la mula. Un cuerpo cae hacia el lado al que se inclina. A esa inclinación y caída la llamamos biografía.
VIDAS EJEMPLARES. Millo, economista, empezó en la política en UDC. Fue diputat en cuatro legislaturas del ParlamentZzzzzz pre-procés. En una llegó a ser portavoz adjunto del GP CiUZzzz. En 2003, UDC pasa de él, y él, según dice un ex secretario general de ERC, pide su ingreso a ERC. Como no, se va, alehop, al PP, donde entra con grado y sueldo de oficial, y vuelve a ser diputat y portavoz del GP PP. En 2016 se le nombra delegado del Gobierno. Muchos políticos procesistas acabaron en el procesismo por casualidad, porque en esa mina les pilló la presión y la temperatura que los convirtió en diamantes, esa forma definitiva. Millo es, así, otro diamante, en la otra opción/mina. Neus Munté es, a su vez, una licenciada en Derecho que trabajaba en UGT, y que militaba de toda la vida en CDC. En un momento de huelga general, para intentar desPSOEizarse, la UGT cat se esfuerza en ampliar su staff hacia otras tendencias. Ese es, me dicen, el caso de Munté, convergente. Y el caso del actual secre general de la UGT cat, que procede de ERC y de aquel momento. Munté desapareció del Govern en la crisis del verano de 2017. El Govern pensaba que, en el peor de los casos, se enfrentaría al delito de desobediencia. Pero también, como Mas, a un posible multón. En esa crisis desaparecieron los diamantes que no querían llegar hasta el final del procés. El final, la última frontera prevista, era un multón, no la indepe.
EL COBISMO. Diego Pérez de los Cobos es otro profesional, subsector coronel de la Guardia Civil –“fiera de sol en charoles y fusiles, lo puse en martes de Carnaval que, por cierto, es hoy”–. Es Jefe de la ídem de Madrid, pero en 2017 fue secretario técnico para la Coordinación de Mossos, GC y PN en Cat –por lo que se ve en los interrogatorios de Melero, un cargo sumamente simbólico–, dependiente de la fiscalía del TSJC. Procede de una familia con tendencias de extrema derecha –“nadie, en fin, es culpable de su familia, ni cuando tu familia es la family Mason”; bien dicho, Ramón, con el que ya me tuteo–. Participó en la cosa Euskadi, –en los USA, después de una guerra, te dan el thanks for serving, te despachan y, si quieres lío, te presentas para senador por el Republican Party; no es mala idea: no hay dos guerras iguales; esta no es la de Euskadi–. En aquella guerra fue exonerado de un caso de torturas, en el que fueron condenados, reducidos de condena vía TS, e indultados, otros 3 GC. Entró en el staff de Interior cuando Rubalcaba/2006, donde ha permanecido hasta esta mañana. Es hermano, por cierto, de Francisco Pérez de los etc., ex presidente del TC, otro profesional vinculado a la disciplina procés. Concretamente, a su génesis. Entró al TC siendo militante del PP, lo que debería haberle supuesto su no entrada, o su expulsión fulminante. No sucedió ni a) ni b). Fue, así, el presi del TC que se peló el Estatut de 2006, y el que encaminó la cosa procés. Fue propuesto, posteriormente, al TEDH –tendría guasa y simetría que hubiera acabado haciendo la sentencia a este juicio–, pero según informó en su día ABC, diario marxista y asambleario, no accedió al sueño europeo por no poder acreditar el conocimiento de francés e inglés que había declarado por escrito. “Un hermano en la GC y otro en el TC. De tener otro en el IBEX, y otro mulero, pero no en los Andes, sino en el trayecto Bogotá-Madrid, eso sería Ruedo Ibérico, el Retorno”.
SINOPSIS. Los curritos de Interior, en quienes sus superiores afirmaron delegar cualquier decisión, defienden su gestión. En ese trance, describen a los mossos como desleales, y al Govern como contradictorio. En el interín, dibujan el delito de rebelión. Afirman que hubo violencia en los días 2O-S y 1-O. Es decir, rebelión. Explican que todo el mundo lo vio en los medios que, en efecto, no explicaron que aquello ni era una revolución ni un golpe de Estado. Era procés, última frontera = multón. Las defensas –más la de Forn– desdibujan esa descripción a través de certezas de descoordinación, y del no seguimiento de instrucciones jurídicas, a través del fracaso de las operaciones. Las defensas –más la de Cuixart– dibujarán violencia policial, y mala praxis en la gestión de manifestaciones pacíficas. Hoy, uno de los dos relatos adquirirá su supremacía en la mente del Tribunal. Los cuerpos, también los del Estado, caen hacia etc.
ORACIÓN Y CIERRE. Hablo con una de las defensas, con la que me une cierta complicidad biográfica. ¿Por qué los acusados no dicen que no hicieron nada, que no había nada? Me mira sorprendido, y me responde: “Ya lo han dicho”. No trascendió a los mandos de Interior en aquellos días. No trascenderá en este juicio. Y no ha trascendido a su sociedad. Interviene Ramón: “Esa me la sé. Los espejos de la calle del Gato no están en la calle del Gato, sino en nuestra cabeza”.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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