La guerra en la era de la robótica
Un régimen de combate basado en sistemas no tripulados y autónomos cambiará nuestros conceptos elementales de estrategia de defensa
Israel Rafalovich 6/03/2019
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Los responsables de planificación y estrategias de defensa se enfrentan al futuro inmediato con un nuevo régimen de combate en guerra en el que los sistemas no tripulados y autónomos desempeñan un papel fundamental. Para los políticos y estrategas militares, en estos tiempos de presupuestos ajustados, los robots han adquirido popularidad precisamente cuando las intervenciones militares en los países extranjeros cada vez son menos populares.
Actualmente deberíamos empezar a prepararnos para este futuro no tan lejano de la guerra en la era de la robótica. A medida que los avances tornan los sistemas no tripulados en máquinas más competentes y fiables, se va gestando una nueva era para la robótica. Estos sistemas, entre los que caben destacar varios tipos de armas semiautónomas, tienen por objeto aprovechar los recientes avances en informática cuántica robótica e inteligencia artificial. En el futuro, el planteamiento no va a ser el del hombre contra la máquina o la máquina que supera al hombre. No va a ser "nosotros" contra "ellos", será "todos nosotros".
Los responsables de planificación y estrategia militar de Asia y Europa están analizando y debatiendo el potencial impacto de la inteligencia artificial en armamentos y doctrinas, pero aún tienen que alcanzar un consenso sobre esta cuestión
Un régimen de combate en guerra basado en sistemas no tripulados y autónomos cambiará nuestros conceptos elementales de estrategia de defensa. Es más, los sistemas ya han remodelado profundamente las prioridades estratégicas y de adquisición y cada vez cobran más importancia en los ejércitos de todo el mundo. Los sistemas no tripulados se han estado utilizando extensamente en Iraq, Afganistán y otros lugares. Estos vehículos aéreos y terrestres, en gran parte teledirigidos, pronto serán reemplazados por sistemas autónomos en toda la gama de operaciones militares. El futuro de los sistemas no tripulados está directamente ligado a rápidos avances interrelacionados del sector de la tecnología, principalmente a las tendencias en materia de comunicaciones y tecnologías de la información.
Los responsables de planificación y estrategia militar de Asia y Europa están analizando y debatiendo el potencial impacto de la inteligencia artificial en armamentos y doctrinas, pero aún tienen que alcanzar un consenso sobre esta cuestión. Los militares deben impulsar ideas nuevas y el estudio de los cambiantes conceptos operativos necesarios para dirigirlo. Es muy probable que un régimen de combate dominado por sistemas robóticos no tripulados y autónomos suponga un desafío para los conceptos básicos de las estrategias de defensa, incluidos la disuasión, la seguridad y el desempeño.
A medida que cada vez más militares empiecen a emplear munición guiada y prolifere un número elevado de sistemas no tripulados efectivos y de bajo coste, el tamaño será cada vez más relevante en los cálculos de confrontación militar directa. Un régimen de combate robótico plenamente desarrollado podrá disociar el poder militar de la base poblacional, tradicionalmente una significativa forma de medir el potencial militar. Una guerra entre robots ya no es una quimera en la planificación de una guerra, se convierte en una realidad en el futuro próximo, y algunos de ellos ya están en el campo de batalla. Será necesario desarrollar nuevas normas de comportamiento mientras los líderes se adaptan a las características singulares y desafíos que presentan los sistemas no tripulados y autónomos en situaciones de crisis.
Con los constantes avances en informática y la inteligencia artificial, los futuros sistemas serán capaces de actuar con cada vez mayor autonomía y de reproducir el comportamiento de los humanos en muchas situaciones.
En el futuro, los sistemas avanzados también serán capaces de realizar funciones que los humanos sencillamente no pueden, como asumir misiones más peligrosas o reaccionar con mayor rapidez, precisión y coordinación de lo que son capaces los humanos. En el futuro, los robots serán capaces de llevar a cabo trabajos considerados sucios, peligrosos, aburridos y difíciles para los militares, como drones de carga autónomos que entreguen suministros en el frente, máquinas autodirigidas que retiren minas terrestres y la inteligencia artificial que se utilizará para desarrollar modelos de precisión. Todas estas características harán que los robots con todo tipo de apariencia y habilidades sean cada vez más atractivos para los fabricantes y más esenciales para las maniobras y operaciones.
Las tecnologías han alcanzado un punto en el que el desarrollo de los Sistemas de Armas Autónomas Letales serán prácticamente viables en años
La revolución estará en robots deshabitados que inspeccionan y disparan con asombrosas modalidades de autocontrol. La convergencia tecnológica refleja una deliberada mezcla de dos o más tecnologías para crear una metatecnología de importancia estratégica reforzada. Un ejemplo es la combinación explícita de ciberciencia con robótica e inteligencia artificial para crear un nuevo tipo de androide guerrero. Un considerable reto de ingeniería para los sistemas no tripulados en el ámbito cibernético es asegurarse de que la encriptación es suficientemente buena como para proteger las transmisiones de datos que son cruciales para el funcionamiento de drones y robots. Sin embargo, la zona más sensible serían los algoritmos que están en el corazón del aprendizaje automático. Tecnologías como estas ya no están relegadas al ámbito de la ciencia ficción. Las armas autónomas ya se están utilizando. Se dice que Corea del Sur ha utilizado varias armas automáticas que disparan de forma autónoma. Los nuevos robots que se están desarrollando actualmente se parecen cada vez más a sus creadores, cuya inspiración no proviene tanto de las películas de ciencia ficción como de consideraciones prácticas.
Los desarrolladores de inteligencia artificial representan a la humanidad del futuro. Las armas con inteligencia artificial encarnan un tipo de peligro distinto del de otras armas controladas. Nada de lo referido a la tecnología o los robots cambia el hecho de que la guerra es una práctica humana con consecuencias definitivamente letales para combatientes y civiles una vez que se desata una guerra.
Las tecnologías han alcanzado un punto en el que el desarrollo de los Sistemas de Armas Autónomas Letales (LAWS, por sus siglas en inglés) serán prácticamente viables en años, no en décadas. La tecnología no hace que la guerra sea más aséptica, la hace más letal. La precisión no convierte el campo de batalla en un lugar más estéril, sino que incrementa su letalidad. Cuando se desarrollen las armas autónomas letales, los conflictos armados llegarán a librarse a escalas nunca vistas y en ocasiones a una velocidad inconcebible para el ser humano.
Esta caja de Pandora ya está abierta y será difícil, si no imposible, cerrarla. Algunos expertos militares creen que este terreno de la guerra sin tripulación será la clave en la carrera para evitar que se nos vaya de las manos lo que con frecuencia se describe como la carrera armamentística de la inteligencia artificial. Recientemente se ha levantado un clamor respecto a la fabricación de armas de inteligencia artificial e incluso se ha alimentado la idea de robots haciéndose con el control de la humanidad. En una entrevista con la BBC el difunto y célebre científico Stephen Hawking dijo que ”el desarrollo de una inteligencia artificial completa podría traducirse en el fin de la raza humana”. Argumentaba que los humanos no podrán competir con una inteligencia artificial que se autorrediseñará y alcanzará una inteligencia que superará a la de los humanos. Los militares de todo el mundo están aumentando sus inversiones y el desarrollo de la inteligencia artificial robótica para emplearla por tierra, mar y aire. El objetivo final para los militares consistirá en disminuir la carga de trabajo física y cognitiva de los combatientes al tiempo que incrementan su capacidad para combatir. Además, tendría que ser un destacamento asequible, modernizado, como un equipo compuesto de sistemas tripulados y no tripulados con movilidad, maniobrabilidad y protección mejorados, inteligentes y autónomos. Hay muchas probabilidades de que llegue a establecerse una relación de convivencia e interacción entre humano y máquina.
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Este artículo se publica gracias al patrocinio del Banco Sabadell, que no interviene en la elección de los contenidos.
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