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Deconstruyendo Nike Cortez

A la victoria se llega corriendo

Hernán Cortés fue también víctima de apropiación cultural por parte de Nike. Ocurrió, casualmente, en México

Juan José Santos Mateo 29/03/2019

<p>Pájaro de Rafa Esparza.</p>

Pájaro de Rafa Esparza.

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Frank Ocean, “Nikes”, 2016

El artista los llama pájaros. Son zapatillas marca Nike Cortez deconstruidas: el logotipo de Nike se convierte en las alas, y la zapatilla desgastada, ocupada por un calcetín relleno, en el cuerpo. Con la operación de Rafa Esparza las deportivas se transforman en una obra escultórica que gracias a la manipulación de sus elementos recuenta su origen, pero se intenta despegar del mismo. Es una pieza artística sencilla pero capaz de hacer volar complejas interpretaciones y referencias, que van desde la Victoria de Samotracia hasta el último asesinato en las calles de Honduras. Permite deconstruir la sangrienta historia de América, con sus sangrantes sarcasmos y sus sangrantes paradojas.

 Permite deconstruir la sangrienta historia de América, con sus sangrantes sarcasmos y sus sangrantes paradojas

Los primeros pájaros de Esparza iniciaron su vuelo en el 2009. Eran esculturas generadas siempre en base a las Nike Cortez, y el artista las vinculaba con el cruce entre la cultura gay y las pandillas latinas en el barrio Echo Park de Los Ángeles noventero. Las Cortez eran utilizadas por las pandillas latinas como señales de puntos de venta de droga al colgarlas de los cables de tendido eléctrico. Con el tiempo, tanto el barrio como la moda de las Cortez entre las pandillas evolucionaron: el primero, vía gentrificación, y el segundo, en los pies de los latinoamericanos que se establecieron en Los Ángeles huyendo de las guerras civiles y los conflictos armados en sus países de origen. De entre aquellos migrantes surgirían las futuras maras.

Para muchos, las Nike Cortez simplemente representan una anécdota vinculada a una manera de vestir. Para Esparza, el autor de las esculturas que pían y expían su pasado, son el nuevo disfraz del colonialismo: “La ironía del nombre de la zapatilla, así como de la historia de cómo ésta obtuvo el mismo, llamaron mi atención como un símbolo vehemente de la colonización. Aunque las bandas latinas de Los Ángeles son presentadas y ampliamente funcionan como organizadas unidades criminales, sus comienzos fueron inspirados por otros factores sociales. Las primeras pandillas latinas se organizaron para defender a los barrios del racista LAPD (Departamento de Policía de Los Ángeles). 

Al antropomorfizar las Nike en pájaros puedo pensar en las causas sociales que crearon las circunstancias en las que los jóvenes se organizaron para sobrevivir al capitalismo y a un Estado colonialista

Al antropomorfizar las Nike en pájaros puedo pensar en las causas sociales que crearon las circunstancias en las que los jóvenes se organizaron para sobrevivir al capitalismo y a un Estado colonialista, así como para convertirse en agentes violentos de esas mismas estructuras”. El artista utiliza las Nike Cortez usadas por él, por su familia, amigos e incluso desconocidos. Las rellena con alambre y pegamento para simular la presencia del pie: “Quiero referirme al cuerpo humano tanto como pueda en estos trabajos. Para que tengamos la sensación de los cuerpos que calzaron estas zapatillas”. Un relleno de antepasados que conforma un cuerpo colectivo –compuesto por millones de cuerpos– que aún corre por nuestras calles. Guerras coloniales, guerras culturales, guerras deportivas, guerras comerciales, guerras callejeras.

Atl-tlachinolli

España está de cumpleaños, y todos los niños espuman por la boca tratando de reventar la piñata de la tan injusta leyenda negra. Hace 500 años Hernán Cortés puso su pie en México. Toca hablar del gran diplomático renacentista, de nuestros absurdos complejos, del libertador del indio, y proteger a la extrema derecha con un yelmo de atrezo. Quién se va a comer el tostón en castellano antiguo de las cartas del propio Cortés, como aquella en la que afirmaba que emprendía su primer viaje, el cubano, “para saber y bojar la dicha tierra y para traer indios cautivos de ella, de que se pudiesen servir en la isla de Cuba para rescatar en ella oro y las otras cosas que hubiesen…”,[2] o las descripciones de López de Gómara, como esa en la que detalla la masacre de miles de tlaxcaltecas en Cholula: “Quemaron todas las casas y torres que hacían resistencia. Echaron fuera toda la vecindad; quedaron teñidos en sangre. No pisaban más que cuerpos muertos”.[3] Cortés no sólo se apropiaba de vidas, también de cultura. Tras la matanza en Cholula, colocó una cruz en la cúspide de su pirámide. Afiebrado de destino, como lo hizo cuando secuestró al símbolo olmeca de la victoria, el agua y el fuego, el Atl-tlachinolli, y lo dispuso como su representación al acuñarlo en una medalla con la inscripción “Judicium domini aprehendit eos et fortitudo ejus corroboravit brachium meum”: ‘La justicia del señor los capturó y su fuerza endureció mi brazo’. Y Nike decoró sus pies: Cortés calzaba unas Cortez.

Since Day One[4]

Hernán Cortés fue también víctima de apropiación cultural por parte de Nike. Ocurrió, casualmente, en México. La marca Adidas sacó al mercado el modelo Azteca Gold, aprovechando el tirón de las Olimpiadas de México en 1968 (los de la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, los del saludo del black power como protesta contra la segregación en Estados Unidos). Al mismo tiempo, los antecedentes de Nike, Blue Ribbon Shoes y Onitsuka Tiger, lanzaron Aztec. Para evitar conflictos empresariales, éstos últimos cambiaron de nombre a Cortez (TG-24 Cortez), basándose en Hernán Cortés, a rebufo del impulso del conquistador que derrotó a los aztecas, y vencer así a Adidas.[5] Nadie pareció muy preocupado por las implicaciones de correr en las Olimpiadas de México con unas zapatillas que honraban al conquistador español. En 1971 aparece Nike como marca empresarial, cuyo nombre proviene de la diosa griega de la victoria. Su logotipo, el famoso “The Swoosh”, representa el ala de la diosa. Las renovadas Nike Cortez, diseñadas para correr largas distancias, derrotaron a las Azteca Gold, que desaparecieron de la faz de la tierra.

 Cómo iban a importar las poco sutiles referencias colonialistas de unas zapatillas deportivas, si ni siquiera se escucharon los disparos vecinos

Frenemos la carrera y detengámonos en el uso de la imaginería griega y del regüeldo conquistador en la arena deportiva y en los Juegos Olímpicos (que son invención griega). Nadie como Rafael Sánchez Ferlosio ha profundizado en las relaciones entre deporte y Estado, como tituló su artículo de 1997. Y lo hacía además citando el caso olímpico mexicano: “Ni Fidel Castro tuvo el mínimo de decencia de retirar a sus atletas de los Juegos Olímpicos de México tras la infame matanza de estudiantes de izquierdas en la Plaza Mayor, ¡Tan valiosas consideraba para el prestigio del Estado  –prácticamente coincidente con el suyo propio– las posibles medallas que los campeones cubanos llegasen a ganar!”. Cómo iban a importar las poco sutiles referencias colonialistas de unas zapatillas deportivas, si ni siquiera se escucharon los disparos vecinos. En dicho texto Ferlosio sigue ahondando, y lo hace mirando atrás, a la tradición griega de los Juegos Olímpicos, esos “juegos agónicos de masas” conectándolos con las consecuencias de la glorificación de la competitividad individual y colectiva: “Su valor pedagógico para la educación moral y para las exigencias de adaptación social que mejor se adecuan al liberalismo y a la economía de mercado”. Los conceptos se van enroscando como una serpiente pitón.

Y en esa economía neoliberal de mercado gana el que llega primero. En aquel octubre del 68 mexicano, entre tiro y tiro, se pudo escuchar el pistoletazo de salida de una carrera comercial. Las Nike Cortez se convirtieron en indispensables para los joggers, y su imagen se hizo mundialmente famosa gracias a su aparición en Los Ángeles de Charlie (con el modelo “femenino”, las Senorita Cortez, que llevaba Farrah Fawcett), en conciertos de Elton John (quien en 1980 firmó un contrato por lucirlos a cambio de 16.000 dólares), Whitney Houston o Forrest Gump (“el mejor regalo que alguien puede recibir en el mundo entero”, decía Forrest al abrir su caja de Nike Cortez). Visto el éxito Nike redobla la apuesta (y la referencia violenta) y dedica unas zapatillas al Día de los Muertos, configurando las sugestivas Nike Cortez Day of the Dead. Lejos de ahuyentar a la clientela, la atracción continúa en la actualidad: Kendrick Lamar hizo su propia versión el año pasado. Todos corriendo detrás de unas Nike Cortez. Mientras otros corren delante. 

 En aquel octubre del 68 mexicano, entre tiro y tiro, se pudo escuchar el pistoletazo de salida de una carrera comercial

Manténgase alejados de las Nike Cortez

La Mara Ms-13 (Salvatrucha), nacida en Estados Unidos por algunos de los salvadoreños que huían de la guerra civil, adoptaron las Nike Cortez como seña identificativa. Hasta tal punto puede condenarte o salvarte calzar las Cortez, que muchas muertes han sido consecuencia de llevar o no ese modelo. En una llamada grabada por el FBI al líder de la MS-13, Edwin Manica Flores, se escuchaba en voz alta lo que todos habían oído en murmullos: “Manténganse alejados de los tenis Nike Cortez. Vestidos de esa manera el enemigo puede verlos, la policía puede arrestarlos y ¡boom! de vuelta a El Salvador. Para vivir una gran vida en Estados Unidos uno debe ser humilde, ya sabes, para evitar ser detectado”. Esa conversación causó su encarcelamiento por crimen organizado.

¡Boom! De vuelta a Centroamérica. Viajemos con unas Nike Cortez a Honduras. En el llamado, para más inri, Departamento Cortes (escogido por Hernán Cortés en su viaje de 1524 como posible asentamiento, “porque es el mejor que hay en toda la costa descubierta de esta tierra firme, digo desde las Perlas hasta la Florida”),[6] está San Pedro Sula, una de las ciudades más violentas del mundo. Allí es posible morir o matar por llevar esas zapatillas, que en gran medida se obtienen de la llamada piratería nueva; robos a camiones que transportan zapatillas de esa marca. Decimos hasta hace poco, porque Nike decidió abrir una fábrica en San Pedro Sula debido a esa demanda. La sed de The Red Swoosh no parece saciarse ni con un millón de apropiaciones, partan éstas de un anuncio comercial o de la amenaza de un marero. ¿Qué es lo que tienen las Nike Cortez? Su nombre conforma una imagen tan cómoda como su horma para aquel que ansía la victoria aunque ésta demande sangre ajena. En el imaginario de un marero Hernán Cortés no representa al genocida de sus antepasados, sino una amenazante entidad capaz de asustar al rival.

Just do it

En 1980 a Nike le salió otro competidor. Reebok. La inspiración para vencer al enemigo comercial apareció, de nuevo, en una historia de violencia. En 1977 Gary Gilmore, condenado por asesinato, para asombro de todo Estados Unidos solicitó que le aplicaran la pena de muerte. Su última frase antes de ser fusilado fue “Let´s do it” (‘vamos a hacerlo’). El publicitario Dan Wieden adaptó esas palabras para el lema de 1988 de Nike: “Just do it” (‘simplemente hazlo’). El éxito fue inmediato, acelerando la victoria frente a Reebok y multiplicando las ventas: Nike pasó de ganar 877 millones de dólares en los 80 a 9.200 millones en la siguiente década.

Las puertas del cielo

A Nike le gusta correr al límite. Tuvo que retirar del mercado en Reino Unido las Air Stab, y dejar de fabricar la edición limitada “Runnin´´n´Gunnin” acosado por las críticas tras el aumento de ataques con arma blanca y el apuñalamiento de un guardia de seguridad de la tienda de Nike en Londres. Quienes afirmaban que la alusión al apuñalamiento (Stab significa ‘puñalada’) en el nombre de esas Nike era un llamado a la violencia ganaron la partida a la marca, que defendía que Stab provenía del vocablo “estabilizar”. También destruyó todas las Nike Decade del almacén después de que entre el 24 y el 26 de marzo de 1997 una secta llamada “Las puertas del cielo” cometiera un suicidio masivo, todos calzando ese modelo. Nike se desentendió del suceso, pero la fascinación continúa postmortem. El rapero Frank Ocean se hizo con un par y se las calzó en el video de su canción “Nikes”.


[1] Significaré algo para ti.

[2] Cortes, H. (1949). Cartas de Hernan Cortes. España: Ebro.

[3] Gómara, F. L. (1965). Historia general de las Indias. Barcelona: Editorial Iberia.

[4] Eslógan de las Nike Cortez, que fue retomado en 2017 en una campaña acompañada por la frase “En Los Ángeles, poseemos nuestro pasado, creamos nuestro legado, y reclamamos lo que es nuestro”.

[5] En su libro “Shoe Dog” (Macmillan Publishers, 2018) el co-fundador de Nike, Phil Knight, recordaba la conversación que dio lugar al nombre: (“¿Quién era el tipo que pateó a los aztecas?” Preguntó. “Cortez”, dije. “Okey, llamémoslas Cortez”.)

 

[6] Cortés, H. (2014). Cartas de relación. Linkgua Ediciones S.L.

 

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Autor >

Juan José Santos Mateo

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