Las mujeres tienen hasta un 30% menos de posibilidades de acceder a una entrevista de trabajo
Un estudio de campo demuestra la discriminación de género en los procesos de selección laboral. Tener hijos aumenta todavía más la brecha
CTXT / Observatorio Social ‘la Caixa’ 2/04/2019
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Buscar y solicitar empleo. Una práctica habitual y, en muchos casos, automatizada... Pero también discriminatoria. Basta con enviar un currículum para que, desde ese mismo momento, la brecha de género entre hombres y mujeres se dispare. En igualdad de condiciones, ellas tienen hasta un 30% menos de probabilidades de ser llamadas para acudir a un entrevista de trabajo, tal y como denuncia el artículo ¿Tienen las mujeres menos oportunidades de ser contratadas?, de los investigadores de la Universidad Pompeu Fabra M. José González, Clara Cortina y Jorge Rodríguez.
Para la obtención de estos datos, los autores del informe se han basado en un estudio de campo en el que enviaron hasta 5.600 currículums ficticios de personas con edades comprendidas entre los 37 y 39 años a 1.372 ofertas de trabajo en las ciudades de Madrid y Barcelona, y compararon los resultados según tres variables simples: el género, el grado de cualificación y la situación familiar (si se tienen hijos o no). En cuanto al perfil laboral, los investigadores incluyeron hasta 18 ocupaciones con distinto grado de feminización y responsabilidad.
En términos generales, los candidatos masculinos del experimento obtuvieron mejor nivel de respuesta que las mujeres: el 11% fue citado a una entrevista de trabajo, mientras que entre ellas el porcentaje se redujo al 7,7%.
Si se analizan los resultados del resto de variables, en las que se incluyen el hecho de tener hijos al cargo y disponer de distintos niveles de cualificación, la discriminación no desaparece, pero se comporta de distintas formas y a distintos niveles. Especialmente en el primer caso: mientras que las mujeres sin hijos tienen un 23,5% menos de posibilidades de ser llamadas a una entrevista que los hombres en su misma situación situación, para la que sí han sido madres la brecha se amplía hasta el 36%.
En el caso de las diferencias que surgen cuando se valora la formación y las competencias para el puesto de trabajo, la brecha de género se reduce cuando la cualificación de los candidatos es mayor de la requerida, pero sin llegar desaparecer en ningún momento. En este caso, el 13,1% de los perfiles masculinos del ensayo recibieron una invitación para acudir a una entrevista de empleo, mientras que entre ellas el porcentaje fue del 10,1%.
Por el lado contrario, cuando los perfiles disponían de una cualificación adecuada para el puesto de trabajo el 8,5% de los hombres fueron solicitados para realizar la entrevista, por solo el 4,9% de las mujeres.
Para los investigadores, estos resultados demuestran que los empleadores se siguen moviendo por un alto grado de estereotipación hacia las mujeres. De esta forma, cuando ellas se escapan del perfil base –sin hijos y con una cualificación muy alta–, la discriminación disminuye notablemente.
Pese a esto, no parece una casualidad que las mujeres sigan arrastrando peores tasas de ocupación y sufran, de forma generalizada, peores condiciones laborales en forma de jornadas reducidas y temporalidad. Durante 2017, cerca del 67% de la población femenina estaba trabajando, doce puntos por debajo de la tasa masculina. Ellas, además, multiplican por tres la tasa de parcialidad de los hombres.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto ¿Tienen las mujeres menos oportunidades de ser contratadas?, de M. José González, Clara Cortina u Jorge Rodríguez, de la Universidad Pompeu Fabra, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.