Color en los muros, color a ras de suelo
El Festival Asalto ha ido madurando y evolucionando, en un ejercicio de responsabilidad pública, vinculando cada vez más el arte urbano con las personas y los territorios en los que se desarrolla
Lucía Orellana 18/04/2019
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El Festival Asalto nació en 2005 con la idea de ofrecer a Zaragoza la obra de los mejores artistas urbanos del panorama nacional e internacional. Su lluvia de color, de creatividad y de propuestas impactantes ha ido cambiando la ciudad desde sus muros y vacíos urbanos. El arte efímero de Asalto vino para quedarse, para enamorar a propios y extraños, para ponernos en el mapamundi de la modernidad urbana.
Desde sus inicios, el Festival ha ido mutando, madurando y evolucionando, en un ejercicio de responsabilidad pública, vinculando cada vez más el arte urbano con las personas y los territorios en los que se desarrolla. Así, Asalto ha ido viajando por la ciudad y, sin olvidar los muros, también ha bajado a ras de suelo. Si en los primeros años la mayor parte del esfuerzo se hacía sobre grúas y plataformas, en las últimas ediciones lo horizontal ha ido tomando cuerpo: el cuerpo de la gente, de los vecinos y vecinas, de los y las escolares, que han entendido Asalto como una oportunidad para sus barrios.
Así sucedió con #oliverpinta, un intenso trabajo que se inició en febrero de 2018 en el barrio de Oliver con reuniones, talleres y actividades con los colegios y el instituto, así como una treintena de entidades, asociaciones y organizaciones. Han sido ellos y ellas, con su gente, con el alumnado, con el vecindario, quienes han marcado el rumbo del Asalto más bonito de la historia. Y así han conseguido que Zaragoza vuelva su mirada, enamorada, hacia un barrio que ha conseguido situarse en el centro de la creatividad y la participación.
Hay muchos ejemplos: el alumnado del colegio Fernando el Católico imaginó cómo podría ser su recreo. La artista Animalito Land reinterpretó sus sueños e ideas para regalarles una fachada de colegio única en España. En paralelo, los chicos y chicas del Instituto María Moliner crearon, con Enorme Studio, un espacio nuevo donde convivir y conversar. Y en otro colegio, el Ramiro Solans, el proyecto de emprendimiento textil femenino del barrio, Hilvanando Culturas, creó junto a Lucky Bastërds una serie de riñoneras reciclando las lonas de antiguas ediciones del Festival.
A la gran familia Asalto, integrada por la organización del Festival y artistas consagrados que combinaron su trabajo con creadores locales e incipientes, se va sumando otra gran familia de gente normal que nunca imaginó que su aportación, que su puntada con hilo, pudiera hacerse realidad y lucir, enorme, en una esquina de su barrio. Uno de los murales estrella de la última edición, de los portugueses Half Studio, es hoy un lema para Oliver y para el Festival Asalto: “Cuida lo que tienes y lucha por lo que quieres”.
Otros barrios de Zaragoza se preparan ya para cuidarse y luchar con Asalto. http://www.festivalasalto.com/
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Lucía Orellana es periodista.
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