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En esta ocasión, mi carta a las personas suscritas a CTXT parecerá, no me queda más remedio, uno de esos discursos del Rey en Navidad. En versión republicana, eso sí. Por eso te pido que, al finalizar cada párrafo, imagines que hago uno de esos giros de cámara que tan bien le salían a Juan Carlos y que el hijo va perfeccionando, no sin ciertas dificultades. Será la única forma de evitar que te duermas con el discursito que viene a continuación, pero que es necesario. Vamos allá. (Recuerda, giro de cámara).

En los últimos tiempos España se mira al espejo y se ve doble. Donde unos ven un golpe de Estado en Cataluña, otros ven las consecuencias de la falta de diálogo. Donde unos ven una oportunidad para lograr la igualdad real de la mujer, otros ven persecución contra el hombre. Donde unos ven a nuestro país como una democracia ejemplar, otros ven graves déficits democráticos que ponen en peligro muchas cosas. Las elecciones del 28A son las más importantes de las últimas décadas porque la cosa no solo va de elegir un Gobierno de uno u otro signo. Va de un choque de visiones muy diferentes y será sólo una de esas visiones del país y de la vida la que se siente ante el BOE a tomar decisiones.

Nos jugamos también que la nueva extrema derecha tenga o no el poder de decidir sobre la sociedad desde el Gobierno del país. Nos jugamos qué España amanecerá la mañana del 29 tras un choque de bloques conformados en torno al eje izquierda-derecha con más claridad que nunca. El próximo Gobierno probablemente será de coalición. Y en él estarán, o bien quienes surgieron del 15M o quienes surgieron de la añoranza al franquismo.

En CTXT no creemos en la imparcialidad porque una cosa así sólo existe en la geología: las piedras no suelen tener preferencia entre agua o viento a la hora de sufrir erosión. Las piedras son imparciales. Con los asuntos humanos la cosa cambia. En CTXT sí creemos en la honestidad. La de respetar y defender una visión de la sociedad y ser críticos con quienes no lo hagan, sean del signo que sean. En anteriores convocatorias electorales consideramos que lo más honesto era –al contrario que otros medios que hacen pura propaganda mientras se llaman a sí mismo objetivos– pronunciarnos editorialmente y sin disimulos sobre las que creíamos que eran las mejores opciones políticas según nuestra visión de la realidad. En estas elecciones volvemos a hacerlo, pero en este caso, más allá de formaciones políticas, les pedimos a quienes nos leen que vayan a votar masivamente porque nos jugamos mucho. 

Tanto nos jugamos que nuestra última campaña en redes (#DespuésSeráTarde) es la primera desde el nacimiento del medio en la que no pedimos que la gente se suscriba a CTXT, sino que vote masivamente para evitar que la extrema derecha llegue a la Moncloa. Y no porque nos afecte como medio (seguramente un gobierno trifachito haría aumentar el número de lectores y suscriptores que buscarían aquí su lugar de cobijo y resistencia), sino porque nos afectaría a todos como sociedad. Les pedimos a nuestros lectores que voten y les pedimos algo más: que agarren de la oreja y se lleven al colegio electoral a esos amigos o familiares que se quedarán en el sofá el día 28 para, el 29 por la mañana, quejarse cuando amanezca un país peor, menos democrático, menos plural y menos libre. Como en las invitaciones a bodas, en estas elecciones practiquemos el +1.

Aprovecho –espero que estés imaginando mis giros de cámara– esta carta para invitarte el próximo domingo 28 a seguir y participar en nuestra cobertura de la jornada electoral en redes sociales. Tendremos en directo a Guillem, Marina, Willy, Gorka, Lucas y Guillermo, entre otros, trabajando para ti en las sedes de los principales partidos. Intentando –y seguro que consiguiendo– hacer una cobertura diferente y libre.

Pase lo que pase el 28 de abril seguiremos trabajando con la misma libertad que nos permite tu suscripción. Si la extrema derecha llega al poder, tendrá al periodismo libre y de servicio público en frente. Si no sucede, seguiremos igualmente vigilando, criticando y fiscalizando a las formaciones que ocupen los puestos de decisión.

¡El 28A, vota! Nos jugamos un modo de hacer país.

(Mirada fija a cámara. Fin del discursito)