Perfil
Bordalás, el emperador de Getafe
Después de una larga trayectoria desde las categorías más modestas, el técnico acapara los focos en Primera División por sus grandes resultados con el modesto Getafe
Ricardo Uribarri 22/02/2020
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Apasionado como es de la cultura romana, se podría decir que los equipos de José Bordalás son como las legiones del Imperio que salían en las películas que tanto le gustaban ver de pequeño. Encolumnados detrás del líder, sin fisuras, convencidos de que las directrices que tienen que cumplir, por mucho esfuerzo que conlleven, los llevarán a la victoria. Una filosofía que ha hecho que, en tres años y medio, un modesto conjunto del sur de la Comunidad de Madrid, como el Getafe, haya pasado de estar en puestos de descenso en la Segunda división a disputar la Europa League esta temporada y a soñar con jugar la Liga de Campeones el próximo año. Una historia de éxito que ha convertido a su entrenador en el personaje de moda en el fútbol español.
En tres años y medio el Getafe de Bordalás ha pasado de estar en puestos de descenso en la Segunda división a disputar la Europa League
Hace años, Joaquín Caparrós, el conocido entrenador sevillano, dijo que visitar al Barcelona “era como ir al dentista”. Algo de eso ocurre ahora con el Getafe. Para cualquier equipo, enfrentarse a los azulones no es nada apetecible. Ese es uno de los mayores méritos de Bordalás. La etiqueta de “incómodo” parece hecha a medida para un conjunto que consigue minimizar al máximo las virtudes de los rivales para imponer su propio estilo. Una forma de jugar que ha sido discutida y criticada por los defensores de un fútbol más combinativo y preciosista, pero cuyo éxito está siendo incuestionable. Con el mérito añadido de disponer de menos recursos que muchos de sus rivales, a los que tiene por detrás en la clasificación. Su límite salarial (la cantidad que puede disponer para pagar sueldos) es de 56 millones, lo que le sitúa en el puesto 12 en ese aspecto de los 20 de Primera división. Sin embargo, ocupa la tercera posición en la tabla, siendo el primero de los “mortales” por detrás de Real Madrid y Barcelona.
¿Cómo se consigue eso cuando ninguno de los jugadores que tienes a tu disposición sería seguramente titular en los equipos llamados a competir por las plazas europeas? Llevando casi a la perfección una manera de jugar a través de convencer a los futbolistas de que si lo hacen lograrán buenos resultados. En esas directrices tiene una especial importancia el aspecto humano. Bordalás destaca por su liderazgo y dirección de grupos. Para él es fundamental crear una piña en el vestuario, formar una familia, que todos remen en la misma dirección. Una característica que se traslada en el campo, donde no hay egos y todos ponen su esfuerzo y capacidad al servicio del grupo. La intensidad en el trabajo es otra de sus máximas. Conocidas son sus exigentes sesiones de entrenamiento, con una duración que en ocasiones llegan a las tres horas, el doble de la media habitual. Y la ambición, el transmitir a sus jugadores que no se conformen con lo logrado o con la expectativa que los demás depositan en ellos, una idea para lo que no duda en utilizar videos motivacionales de personas que han superado graves problemas, es el tercer pilar que sujeta su obra.
Los críticos de Bordalás le reprochan la “simpleza” de sus equipos, que sólo saben hacer unas pocas cosas. Lo cierto es que lo que hace, lo realiza a la perfección, entre otras cosas, intentar ser contundente en las dos áreas, la propia y la de rival, que es lo más importante en el fútbol. Las estadísticas nos dan más detalles sobre esto. El Getafe es el equipo de la Liga que menos remates en contra permite. Una de las claves puede estar en tener su defensa adelantada, con el fin de alejar a los jugadores contrarios de su meta. Considera que así asume menos peligros. De hecho, los azulones son los que más fueras de juego provocan a los rivales. Es cierto que es el equipo que menos pases da, pero es el que más realiza en campo contrario. Una de sus mayores señas de identidad es la presión que realiza, que ahoga el juego rival. Los recientes partidos ante el Athletic y el Valencia fueron quizá los ejemplos más claros de ello. Esa intensidad puede explicar que sea también el equipo que más faltas comete.
El Getafe es el equipo de la Liga que menos remates en contra permite gracias a su defensa adelantada que aleja a los jugadores contrarios de su meta
Aunque a Bordalás ya le han puesto el estigma de ser un entrenador defensivo, que apuesta por un estilo sacrificado, donde prima el bloque sobre la individualidad, en el que el esfuerzo y el trabajo está por encima del toque y la vistosidad en el juego, él afirma que sólo ha sabido adaptarse a las características de los jugadores que tiene en cada momento. Conocedor de que en el Getafe no andan sobrados de talento en el centro del campo, la consigna es clara: intentar minimizar errores, sobre todo en zonas de riesgo. Sin embargo, en alguna ocasión se ha declarado un enamorado del estilo de Cruyff, la antítesis de lo que desarrolla su equipo. En una entrevista en El País, ha señalado recientemente que “a mí me gustaría controlar más el balón. No me gusta cederlo al rival. Siempre he sido un amante del buen fútbol. Ojalá tuviésemos la capacidad de tener posesiones más largas y de tener más el control del balón. Así nos generarían menos ocasiones de gol”.
Llama la atención que un equipo que hace del despliegue físico una de sus señas de identidad apenas tenga lesiones musculares, tan sólo ocho la pasada temporada, el que menos de la competición, un problema que si sufren de manera continua otros equipos. Quizá se debe al sistema que utiliza su preparador físico, Javier Vidal, del que se comentó que el Real Madrid estaba interesado en hacerse con sus servicios, basado en una tecnología informática proporcionada por la empresa israelí Zone7, que monitoriza cientos de variantes físicas de los jugadores en los entrenamientos a través de unos dispositivos GPS colocados en unos chalecos con el fin de prevenir lesiones. “El objetivo es exprimir al máximo nuestros recursos”, explica el técnico.
Si hay algo que irrita profundamente a Bordalás son las declaraciones de colegas que él considera como menosprecios al juego de su equipo. Eso le ha valido tener en los últimos años varias polémicas con Setién, Marcelino o Arrasate, entre otros. En una rueda de prensa de esta temporada tras un partido ante Osasuna, afirmó que “el comodín de muchos equipos, de muchos técnicos es el Getafe y Bordalás. Y ya no lo puedo permitir de ninguna manera. Es lamentable que esto siga sucediendo jornada tras jornada, año tras año. Es lamentable y es tener muy poca vergüenza atribuirnos a nosotros lo que hacen ellos”, refiriéndose a que otros equipos también practican el tipo de juego que le critican al equipo madrileño.
Viendo lo que le ha costado llegar a la élite, no es extraño que Bordalás defienda su trabajo con vehemencia. Él no fue un futbolista de renombre y no es tan fácil en esa situación hacerse un hueco en los banquillos e ir subiendo peldaños en un mundo tan competitivo. Nacido en Alicante hace 55 años en una familia modesta, en la que él era el octavo de 10 hermanos, le inculcaron desde muy pronto la cultura del esfuerzo. Tanto que para poder comprarse una bicicleta se tenía que ir los veranos a trabajar con su tío a Almería a recoger sandías y melones o repartir periódicos. Desde pequeño tuvo afición por el fútbol entrando en categoría infantil en el Hércules donde estuvo hasta los 21 años. Después jugó cedido en numerosos equipos de la región, pero nunca pasó de la Tercera división. Era un jugador de calidad, pero las lesiones le obligaron a retirarse con 28 años.
Desde pequeño, Bordalás tuvo afición por el fútbol entrando en categoría infantil en el Hércules donde estuvo hasta los 21 años
Enseguida empezó a entrenar a equipos de niños. Ahí se inició una trayectoria que durante varios años le llevó a ocupar banquillos de clubes modestos de la Comunidad Valenciana, en los que casi siempre consiguió los objetivos marcados o mejorarlos, alcanzando ascensos o permanencias que parecían difíciles cuando le fichaban. Si algo le caracteriza es el rendimiento inmediato que alcanzan los equipos que dirige. De esa manera pasó por el Alicante (hasta en tres ocasiones), Benidorm, Eldense, Mutxavista, Novelda, Hércules (ya en Segunda división), Alcoyano y Elche, también en Segunda, donde estuvo dos años y medio. En 2012 le contrató el Alcorcón, y en su primera experiencia fuera de su región metió al equipo en el play-off de ascenso. Decidió no seguir en el conjunto madrileño, pero meses después volvió para salvarlo de una situación clasificatoria complicada.
En 2015 llegó al Alavés al que logró subir a Primera división en su primera temporada, pero de forma sorprendente el club vitoriano prescindió de sus servicios. Después de rozar la máxima categoría, se le escapaba de la punta de los dedos. Pocos meses después le llamó el Getafe para enderezar el mal inicio de temporada que había tenido el equipo con Esnaider en Segunda división. Cuando lo cogió, estaba en puestos de descenso a Segunda “B”. Finalizó tercero, logrando el ascenso tras eliminar en el play-off a Huesca y Tenerife. Por fin, tras 15 equipos, 24 años, y un cambio de imagen de lo más sorprendente, Bordalás podía entrenar en Primera. En su debut en la élite, hace dos temporadas, terminó octavo; el año pasado metió al Getafe en Europa tras acabar quinto; y este parece que puede lograr el más difícil todavía…
Fíjense si tiene mérito su trabajo que ha conseguido hasta lo que parecía imposible: llenar el Coliseum Alfonso Pérez, un estadio que se caracterizaba por su baja afluencia de espectadores, y que el club tenga récord de abonados esta temporada. Entregada tiene a una afición que no duda en cantarle en cada partido lo de “Bordalás, te quiero”. Quizá dentro de poco se lo canten en otros lugares.
Apasionado como es de la cultura romana, se podría decir que los equipos de José Bordalás son como las legiones del Imperio que salían en las películas que tanto le gustaban ver de pequeño. Encolumnados detrás del líder, sin fisuras, convencidos de que las directrices que tienen que cumplir, por mucho esfuerzo...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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