Tecetipos
El avión canadiense
Los platós de televisión se llenaban de expertos en aterrizajes forzosos. Muerto Leslie Nielsen, la única opción a mano eran comandantes de vuelo retirados
Gerardo Tecé 4/02/2020
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Aquel avión canadiense que tanto un lunes nos dio que hablar. No es el arranque de un tanguillo del carnaval de Cádiz, pero podría serlo. La historia del vuelo de Air Canadá que despegó de Madrid con destino Madrid y recorrió durante cuatro horas el cielo de la capital quedará para siempre en el imaginario colectivo como aquella aventura que tan poco duró, pero que tan intensamente vivimos. Un tuit desde la cuenta oficial del Aeropuerto Madrid-Barajas-Adolfo-Suárez-Etcétera-Etcétera nos alertaba a las cuatro de la tarde de que lo de esa aeronave que llevaba un rato sobrevolando la capital a tan baja altura que se podía criticar el peinado del piloto no era un nuevo formato de tour para guiris –ven a conocer los increíbles cielos de Madrid de cerca– sino una emergencia aeronáutica. Desde ese preciso momento, a los espectadores de esta historia nos faltó tiempo para sacarnos el máster en aviación, consultando Boeing 767 en Wikipedia, refrescando la última hora de los diarios o descargando en el móvil Flight Radar, una aplicación que te responde en un plis a las tres preguntas clásicas de la filosofía, adaptadas a la aviación: quién es, de dónde viene, a dónde va.
En un proceso colectivo y participativo, todos supimos detectar que aquella anécdota del avión canadiense que tenía que volver a Barajas por un problema en el tren de aterrizaje tenía su ahe: ese concepto que usan los flamencos para separar al que vale del que no. Los medios también detectaron el ahe de la noticia y al cabo del rato los platós de televisión se llenaban de expertos en aterrizajes forzosos. Muerto Leslie Nielsen, la única opción a mano eran comandantes de vuelo retirados, cuyo papel era llevarle la contraria a los excitados periodistas en directo. Con un motor dañado y el tren de aterrizaje con aspecto dantesco, ¿cómo de mal pinta la cosa entre cero y 11-S? Estas maniobras se entrenan muchísimo, respondían al unísono en todas las cadenas los expertos en vuelo, está todo bajo control, no hay que alertar injustificadamente a la población. Pues para eso le hemos traído, señor, para que yo no alerte injustificadamente a mis espectadores, muchas gracias. “Estábamos tranquilos, dentro todo parecía estar bajo control, pero al ver la prensa nos estresamos”, declaró ya en tierra uno de los pasajeros.
Mientras el boeing seguía pintando rectas y círculos por los cielos de Madrid, la atenta mirada del alcalde Martínez Almeida observaba con nerviosismo en su móvil el dibujo trazado, no fuera a ser que… Eso no será una… Quiero a todas las unidades de la policía municipal listas por si hay que tirar a abatir. Que no, José Luis, que no. ¿Y la de queroseno que eso está soltándonos encima qué? Mira el depósito medio vacío y el vaso medio lleno, José Luis, piensa en el disgusto de Carmena, lo intentó animar Díaz Ayuso, que venía de una homilía oficiada por el arzobispo de Madrid, consciente de que aquel pájaro de hierro sobrevolando su archidiócesis podía ser la primera de las plagas con las que seríamos castigados por haber permitido un gobierno comunista.
Las exclusivas aéreas empezaron a llegar a los medios que, desde las redacciones, conectaban con los pasajeros de la aeronave con mejor tarifa de datos. Aquí vemos desde la ventanilla misma del aparato al caza del ejército del aire oliéndoles el costado y aquí el momento del despegue, grabado desde dentro. Mientras las exclusivas aéreas llegaban, los bulos, como en toda gran historia, se extendían en los suburbios de internet como setas venenosas: han detectado coronavirus dentro y no los dejan aterrizar ni en Madrid ni en Toronto entero. En paralelo, el Gobierno empezó a entender eso del ahe y mandó cagando leches a José Luis Ábalos a que se reconciliase con Barajas. Ya en el aeropuerto, a pie de obra, el ministro de Fomento se remangó la camisa y mostró su total y absoluta disposición para lo que hiciera falta. Ya conocen la típica escena en emergencias así: “¿Hay algún ministro en la sala?”. Qué ocasión perdida para la ministra de Turismo el haberse personado allí mismo para declarar ante el mundo las ventajas del suceso: qué necesidad habrá de visitar Canadá existiendo España.
Tras un aterrizaje sin incidentes, los pasajeros aplaudieron –pocas veces un aplauso al llegar al destino está tan justificado– y el ministro, aún remangado, anunció una investigación para determinar cómo pudo ser que el avión canadiense nos hubiera dado ese susto. Sin heridos y con un final feliz y esperado, solo queda esperar que las autoridades y periodistas a pie de pista no cogieran una pulmonía.
Aquel avión canadiense que tanto un lunes nos dio que hablar. No es el arranque de un tanguillo del carnaval de Cádiz, pero podría serlo. La historia del vuelo de Air Canadá que despegó de Madrid con destino Madrid y recorrió durante cuatro horas el cielo de la capital quedará para siempre en el...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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