1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Deslocalización financiera

Bajo los tulipanes, las cloacas fiscales

Más de 600.000 millones son desviados artificialmente cada año hacia ‘paraísos’ fiscales. Este sistema de evasión no solo se halla en islas exóticas, también en Estados miembros de la UE como Luxemburgo o Países Bajos

Miguel Urbán 8/05/2020

<p>El primer ministro holandés, Mark Rutte.</p>

El primer ministro holandés, Mark Rutte.

Pietro NAJ-OLEARI. European Parliament.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hace apenas una semana, un empleado de un centro de recogida de basuras se dirigía al primer ministro holandés, Mark Rutte, pidiéndole: “Por favor, no dé ese dinero a los italianos y a los españoles”. Rutte se rió a carcajadas, mostró los pulgares a su interlocutor y le respondió “No, no, no…”, para luego agregar un “lo tendré en cuenta”. El vídeo llegaba tras semanas de enfrentamientos entre los gobiernos de Italia y Países Bajos en el debate sobre la mutualización de las deudas europeas mediante los ya famosos coronabonos.

Unos días después del polémico vídeo, la plataforma de economistas Tax Justice Network publicaba un estudio que revelaba cómo cada año el grueso de los países europeos deja de ingresar unos 25.000 millones de euros en concepto de impuestos corporativos. Esto en España se traduce en que las arcas públicas dejan de ingresar en impuestos de sociedades unos 2.300 millones de euros, el equivalente al 2,5% de nuestro gasto sanitario.

Como recomendaban en The Wire, “si quieres conocer la realidad, sigue el rastro del dinero”. Se estima que en España cada año las empresas dejan de pagar impuestos por un valor de unos 60.000 millones de euros, de los que las grandes empresas son responsables en más de un 70%. Una gran parte de ese dinero se aloja en islas paradisíacas o en bancos a pies de nevadas montañas, pero no todo. Aproximadamente 10.000 millones de euros eludidos en España se esconden en guaridas fiscales con baja tributación dentro de la propia Unión Europea.

Aproximadamente 10.000 millones de euros eludidos en España se esconden en guaridas fiscales con baja tributación dentro de la propia Unión Europea

Aunque la UE se niegue a incluirlos en ninguna lista negra, Estados miembros, como Luxemburgo o, precisamente, Países Bajos, son –junto con otros vecinos europeos como Suiza o algunos territorios anexos a Reino Unido–  responsables de la mitad de la elusión fiscal del impuesto de sociedades en el mundo, según Tax Justice Network. Qué casualidad: los mismos gobiernos que favorecen la elusión fiscal de las grandes empresas son también los que se graban vídeos criticando el supuesto dispendio de los países del sur y se pasean por las cumbres internacionales dando lecciones sobre una rigurosidad presupuestaria que, sin embargo, no aplican en sus “paraísos” a multinacionales y multimillonarios.

Varias veces he acompañado en el Parlamento Europeo a investigadores y reporteros que buscaban conocer más sobre esas cloacas fiscales europeas. Cuando escuchan datos como los anteriores, siempre preguntan lo mismo: “Pero, ¿cómo se puede permitir todo esto en Europa?”. Pues, aunque parezca mentira, lejos de evitarlo o contenerlo, la arquitectura económica de la UE no solo propicia una devaluación fiscal permanente (en un marco de libertad de movimiento de capitales sin armonización entre los regímenes fiscales nacionales, la carrera por el dumping fiscal entre Estados Miembro está más que servida), sino que además permite la existencia de tres guaridas fiscales en su seno y no regula su relación con otros siete territorios del Espacio Económico Europeo que también actúan como tales, manteniendo con todos ellos acuerdos económicos y comerciales preferenciales mientras compiten deslealmente con los demás países de la UE.

Y todo esto mientras impone políticas austeritarias que exigen a la población “ajustarse el cinturón”. Unas medidas que se traducen en recortes de derechos sociales que no solo suponen un ataque a nuestro bienestar, sino también a elementos redistributivos claves en nuestras sociedades como la sanidad. Porque cada vez que se recorta en sanidad, no solo nos están matando, sino que también nos están robando. Eso sí, todo bien barnizado y disimulado bajo el mantra del supuesto esfuerzo común sintetizado en eslóganes como “de esta solo salimos todos juntos”.

Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), más del 30% de la inversión mundial en 2015 se realizó a través de guaridas fiscales o centros de inversión extraterritoriales

¿Todos? Las grandes fortunas y las multinacionales no solo no contribuyeron a salir de la anterior crisis ni están dispuestas a hacerlo en la que se avecina, sino que, muy al contrario, han aprovechado los “esfuerzos” de las mayorías sociales para llenarse los bolsillos y acelerar su concentración de poder y riqueza. Y nada de eso habría sido posible sin el entramado mundial de guaridas fiscales. Y decimos guaridas, por no decir directamente cloacas, porque llamarlas paraísos fiscales sería aceptar la gramática de la misma minoría peligrosa para quienes esos lugares resultan paradisíacos. Estos espacios de no derecho al servicio de los ultramillonarios y multinacionales conforman una tupida red de mundos extraterritoriales que no es ni accidental, ni casual ni una excepción, sino parte consustancial a la propia naturaleza y estructura del capitalismo actual.

Como escribe el economista y sociólogo John Urry, ya sea llevándose el dinero a estas guaridas fiscales o filiales de empresas a terceros países, este proceso de deslocalización es el medio que utilizan los ricos para constituirse y desarrollarse como una singular clase internacional que, más que “clase en sí misma”, es una “clase para sí misma”. Y el resultado es de sobra conocido: la captura y perversión a manos de los poderes financieros de las instituciones y de las agendas públicas para ponerlas a su servicio. Una tendencia donde el aumento de la desigualdad se retroalimenta con el secuestro de los procesos democráticos por parte de las élites. Porque la evasión fiscal es un gran agujero negro que traga democracia y equidad.

Hablamos de una auténtica economía en la sombra que tiene en las guaridas fiscales el elemento nodal de una estrategia de saqueo continuado a las clases populares y a la capacidad fiscal de los Estados. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), más del 30% de la inversión mundial en 2015 se realizó a través de guaridas fiscales o centros de inversión extraterritoriales. Nunca ha habido tanto dinero en guaridas fiscales como ahora. De hecho, como apunta el periodista de investigación británico Nicholas Shaxson en su libro Las islas del tesoro, hoy el mundo del poder opera a través de la lógica de la deslocalización. 

Una economía en la sombra que funciona en la oscura opacidad y que solo conocemos a golpe de filtración, como la de los Papeles del Paraíso que revelaron una trama generalizada de las multinacionales para evitar el pago de impuestos, maximizando así sus beneficios a costa de nuestros derechos. Un número creciente de multinacionales registran sus algoritmos, marcas y logos en territorios offshore para ‘exportar’ los beneficios de los países donde realmente se han generado hacia estas opacas guaridas fiscales. O se sirven de estrategias de elusión como el “sándwich holandés”, una técnica de planificación fiscal empleada por multinacionales de todo el mundo que utilizan empresas subsidiarias holandesas para trasladar sus ganancias a guaridas fiscales donde la tributación, a diferencia de en sus países de origen, es baja o incluso nula.

El grupo Verde europeo publicó en 2016 un informe sobre la elusión fiscal de las grandes empresas europeas. En él se concluía que esta planificación fiscal agresiva ha permitido a Inditex rebajar su factura fiscal en 585 millones de euros entre 2011 y 2014. Gracias a la mencionada artimaña del “sándwich holandés”, el grupo textil español canaliza el pago de los royalties de sus tiendas a una filial creada en 1995 en Países Bajos, donde disfruta de una fiscalidad más baja. Esta maniobra fiscal privó a España de ingresos fiscales procedentes de esta empresa valorados en 218 millones de euros entre 2011 y 2014, según calcula el mencionado estudio.

Pero Inditex no es la excepción, sino más bien la norma: prácticamente todas las empresas del Ibex 35 “tienen en estos momentos presencia en territorios considerados como guaridas fiscales sin estar en principio esta directamente vinculada a la práctica principal de su negocio”, tal y como señala Oxfam. En el mundo, más de 600.000 millones (la mitad del PIB español) son desviados artificialmente cada año por las multinacionales hacia estos ‘paraísos’ fiscales. Las excepciones son gotas sucias en mitad de un mar cristalino. Estas prácticas fiscales constituyen una trama generalizada al servicio de las multinacionales que se vierte por los conductos globales de estas cloacas sin fronteras.

Según Gabriel Zucman, en un país como España las pérdidas anuales de ingresos por culpa de esta trama fiscal se aproximan a los 7.000 millones de euros, a los que habría que añadir otros 4.100 millones eludidos por las multinacionales que operan en el país. En total, más de 11.000 millones de euros al año, casi el doble de lo destinado por el Estado para infraestructuras en 2017. Y como decíamos, este sistema de evasión no solo tiene sus cuevas del tesoro en playas paradisíacas: sin Estados-guaridas fiscales en el seno de la UE, como Luxemburgo o Países Bajos, nada de esto sería posible.

Pero no solo. Tanto ese entramado de guaridas fiscales como el resto del sistema de evasión y elusión no serían posibles sin los bancos que actúan como intermediarios necesarios de esta economía en la sombra. El mismo sistema bancario que, después de años de economía de casino, socializó las perdidas privadas y las convirtió en deuda pública que pagamos con recortes sociales. Algunos de estos bancos ofrecieron servicios de dudosa legalidad a sus clientes, incluso estando bajo el Mecanismo Único de Supervisión (MUS/SSM), dependiente del Banco Central Europeo. Como afirma el economista portugués Francisco Louça, asistimos a la paradoja de que, mientras que la respuesta a la crisis financiera desatada por el crack de 1929 fue reducir la agresividad del sistema financiero, la respuesta a la crisis financiera generada por el estallido de la burbuja en 2008 ha sido todo lo contrario: dejar crecer esa agresividad y quitarle a los bancos las pocas correas que aún le quedaban para poder dar rienda suelta a su instinto depredador.

Y, en un movimiento circular y retroalimentado, esta agresividad financiera es tan necesaria como dependiente del entramado de guaridas fiscales que operan internacionalmente. Porque el papel de las entidades financieras no es solo ser intermediarias necesarias para crear sociedades pantalla, sino también erigirse como principales benefactoras de la creación de filiales en estos territorios offshore. Según un informe de Oxfam y la Fair Finance Guide, los 20 principales bancos europeos, entre los que se encuentran el Santander y el BBVA, aparcan en guaridas fiscales el equivalente al 26% de sus beneficios (25.000 millones de euros), un porcentaje que no tiene nada que ver con la actividad económica que desarrollan en esos territorios.

Un informe de Oxfam y la Fair Finance Guide señala que los 20 principales bancos europeos, entre los que se encuentran el Santander y el BBVA, aparcan en guaridas fiscales el equivalente al 26% de sus beneficios

A principios de este año, se desató la polémica porque Bankinter ofreció a sus clientes con mayor patrimonio la posibilidad de trasladar sus sicavs a Luxemburgo, como alternativa ante los cambios que pudiera llevar a cabo el Gobierno español en materia de subida de impuestos y en la regulación de esta figura de inversión utilizada por cuentas con gran poder adquisitivo. Básicamente lo que les estaban ofreciendo era simple y llanamente eludir impuestos. La consejera delegada de ese banco, Dolores Dancausa, hermana de la anterior delegada del Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid, justificaba el producto ofertado como una respuesta ante una “indiscriminada” alza de impuestos por parte del nuevo Ejecutivo, al que le pedía que no cayese en la tentación de tesis “intervencionistas y ajenas al mundo occidental”.

Así pues, vemos cómo, sin pudor alguno, el mismo sistema bancario rescatado con dinero público, mientras se dejaba hundir a las familias, se dedica a practicar terrorismo fiscal contra los derechos de todos. Para revertir esta situación, debemos declarar la guerra a las guaridas fiscales, a quien las fomenta y a quienes se benefician de ellas. A las puertas como estamos de una crisis social y económica sin precedentes, será necesario implementar un plan de choque social para que no sean una vez mas las clases populares las que paguen la factura de los “planes de rescate”. Preguntémonos quién rescata a quién antes de llenar los estrados con bonitas palabras repitiendo aquello de “entre todos salimos de la crisis”. Miremos qué oscuras prácticas se esconden en la opaca trastienda de quienes pretenden dar lecciones de austeridad y rigor fiscal. Y, sobre todo, cuando nos digan que no hay dinero, recordémosle dónde lo esconden quienes siempre se lo llevan crudo.

Pero ojo a las tentaciones chovinistas y a los miopes enfoques en clave nacional: los culpables del expolio y de la infamia no son los holandeses o los luxemburgueses en su conjunto, sino las élites holandesas, luxemburguesas, italianas y españolas que no tienen más patria que el dinero. No es el pasaporte lo que les define, sino su cartera, sus prácticas y sus intereses. Como dijo una vez el sarcástico escritor norteamericano Peter De Vries, “los ricos no son como nosotros: pagan menos impuestos”. Esta vez tenemos que conseguir que paguen los ricos.

–––––––––––

Miguel Urbán es eurodiputado y militante de Anticapitalistas.

Hace apenas una semana, un empleado de un centro de recogida de basuras se dirigía al primer ministro holandés, Mark Rutte, pidiéndole: “Por favor, no dé ese dinero a los italianos y a los españoles”. Rutte se rió a carcajadas, mostró los pulgares a su interlocutor y le respondió “No, no, no…”, para luego agregar...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Miguel Urbán

Es eurodiputado de Anticapitalistas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí