Vuelve la Liga el 11 de junio. Sin público en las gradas de los estadios, al menos en las primeras semanas. Con sonido pregrabado en las retransmisiones por televisión. Sin saludo previo entre los componentes de ambos equipos, ni entre los capitanes y el árbitro. Sin celebraciones entre los jugadores en los goles. Con equipos como el Real Madrid y el Levante jugando en campos de sus filiales o que no son los suyos a causa de obras en sus instalaciones. Con los entrenadores pudiendo realizar cinco cambios, prácticamente la mitad del equipo, durante el partido. Y con ruedas de prensa telemáticas en lugar de presenciales. Vuelve la Liga, sí. Pero una Liga muy distinta a la que paró hace tres meses.

Dándole la vuelta al dicho, podemos decir que después de la calma llega la tempestad. Si la pandemia no obliga a cambiar los planes, en las próximas cinco semanas y media se van a jugar 110 partidos. Y eso sólo en Primera división. En Segunda se disputarán otros 121 encuentros. Hasta el próximo domingo 19 de julio habrá fútbol todos los días de la semana. Incluidos lunes y viernes gracias al favor temporal que le concede la Federación Española a LaLiga para que se acabe la temporada lo antes posible.

Un maratón que los futbolistas van a afrontar en circunstancias especiales: después de estar tres meses sin disputar un partido, algo totalmente inusual para ellos; con la presión de saber que cada partido es vital porque aún está por decidirse la disputa por el título, la clasificación para Europa y la lucha por la permanencia; teniendo que jugar partidos cada 72 horas con unas condiciones climatológicas de altas temperaturas; y con el recelo de poder sufrir un contagio de la covid. Un cóctel explosivo a nivel psicológico y físico.

Si la pandemia no obliga a cambiar los planes, en las próximas cinco semanas y media se van a jugar 110 partidos

Uno de los aspectos que más va a llamar la atención en esta vuelta del campeonato es ver los campos vacíos, lo que altera las circunstancias habituales en las que se disputa un partido. Para comprobar su influencia podemos recurrir a lo que está pasando en la Bundesliga alemana. En las cuatro primeras jornadas disputadas tras el parón, tan sólo ha habido ocho triunfos locales en los 36 partidos disputados, menos del 25%.  Sobre esto, el psicólogo deportivo Diego Ruano, que ha trabajado en el Valencia Basket y en la selección española absoluta de rugby league, explica a CTXT que “habría que analizar su influencia a nivel individual, porque cada jugador lo va a vivir de manera distinta, pero es cierto que el público supone tanto un estímulo a la hora de afrontar las tareas que tienen que realizar los futbolistas como un refuerzo cuando aplaude y apoya, lo que provoca que la confianza aumente. Eso nos lleva a pensar que el mayor perjudicado es el equipo que juega como local, por la motivación que supone para sus jugadores y porque desaparece el efecto que tiene la afición sobre el rival, que puede jugar más relajado, aunque hay algunos futbolistas que se motivan con el ambiente en contra. Respecto a los árbitros, pienso que notarán menos presión. El no tener al público en contra les puede facilitar controlar la tensión que supone tomar decisiones que pueden ser perjudiciales para el equipo local”.

Hay quién considera que los equipos más poderosos tienen ventaja en esta situación, ya que el efecto del público que se encontraban cuando visitaban el campo de un modesto y que podía equilibrar algo las fuerzas, ya no va a estar presente. Ruano afirma que “sí es cierto que a un Real Madrid o un Barcelona, cuando viajan a Eibar o Pamplona, por decir dos equipos, les suele costar sacar los partidos adelante y esta situación les puede favorecer, porque el estrés disminuirá al no tener al público encima. En cualquier caso, los grandes tienen la calidad individual y colectiva para sobreponerse en las situaciones más adversas”.

Una de las interrogantes a despejar es cómo van a gestionar los jugadores el temor al contagio. Todas las recomendaciones sanitarias van enfocadas a mantener una distancia de seguridad como uno de los aspectos más importantes para evitar la infección, pero el fútbol es un deporte de contacto continuo. Tanto en los saques de esquina como en las faltas los marcajes son férreos, están unos encima de otros. ¿Cómo se puede afrontar ese riesgo? El psicólogo comenta que “seguramente haya jugadores que tengan confianza en las medidas tomadas para su seguridad y otros que, porque un familiar o un conocido haya estado ingresado, sientan inquietud. Por eso sería importante realizar un trabajo individual con los futbolistas. Además, es importante transmitirles todo el protocolo elaborado para prevenir que no haya contagios en su entorno físico. Deben confiar en que las normas de control del equipo contrario son igual de buenas que las suyas. Ellos conocen lo que se está aplicando en su club y saben que sus compañeros están bien. Esa confianza la tienen que aplicar también al rival”.

En la primera jornada de Bundesliga tras el parón hubo ocho lesionados

La importancia de cada partido en la recta final del campeonato, sumado a las circunstancias especiales del momento, van a suponer un estrés importante en los futbolistas que puede derivar en un aumento de las lesiones. Ruano señala que “es un factor determinante para que aparezcan los problemas físicos porque genera más tensión muscular. A nivel psicológico se puede intentar evitar trabajando el control de la tensión, buscando la relajación y haciéndoles ver la importancia de desconectar entre los partidos para que la presión no sea continua. Y a nivel individual mandando mensajes positivos y manteniendo un nivel de activación adecuado a lo que nos exige la tarea”.

El asunto de las lesiones es uno de los que más preocupa a los cuerpos técnicos de los equipos en esta vuelta a la actividad. Los prestigiosos doctores Pedro Luis Ripoll y Mariano de Prado han elaborado un análisis matemático que predice que habrá 17 lesionados por equipo hasta que termine la temporada, lo que supone un aumento del 50% de las lesiones respecto a este mismo periodo en condiciones normales en equipos acostumbrados a jugar un partido por semana y de un 40% en los que suelen jugar dos por semana. Tomando de nuevo como ejemplo la Bundesliga, hay que decir que en la primera jornada tras el parón hubo ocho lesionados.

No es tan pesimista el preparador físico Carlos Cascallana, que estuvo casi 30 años en el Atlético de Madrid y que, formando parte del cuerpo técnico de Bernd Schuster, ha trabajado en equipos como el Málaga, el Besiktas turco o el Dalian Yifang chino. Él considera que los jugadores van a llegar en buenas condiciones físicas a los partidos porque “han entrenado como bestias en sus casas y, de hecho, varios preparadores físicos y entrenadores han dicho que los futbolistas han vuelto al trabajo en unas condiciones excepcionales. Han estado súper dirigidos, controlados en horas de sueño, alimentación… Es verdad que les ha faltado el entrenamiento clave, que es el de campo, el de contacto. Pero a nivel preventivo de preparar a nivel muscular el organismo no veo ningún problema. Esa musculatura está preparada para competir. Yo creo que con tres semanas de preparación es tiempo suficiente para rendir con plenas garantías y tener las lesiones que normalmente se tienen en el fútbol, pero no más por el parón que han tenido”.

En las 11 jornadas que restan por disputar puede haber jugadores que acumulen cerca de mil minutos de juego. Además, el tiempo para descansar entre una cita y otra va a ser muy escaso. En esta situación, cobra más importancia el trabajo del encargado de la parcela física en un equipo y los consejos que le puede dar al primer entrenador. Cascallana considera que “las 72 horas que va a haber como mínimo entre partido y partido son suficientes para restaurar el rendimiento físico y los marcadores bioquímicos. Los jugadores de alta competición están preparados para competir en ese plazo de tiempo. Lo más importante para evitar lesiones es el control de la carga entre partidos, reduciendo el tiempo de los entrenamientos y elaborando trabajo distinto para los jugadores que hayan disputado 90 minutos y los que no, lo mismo que mantener una buena alimentación y un buen descanso tras los encuentros. Además, hay otro factor importantísimo, como es la nueva opción de tener cinco cambios por partido porque te permite dosificar a los jugadores. Es una posibilidad que dejaría para siempre”.

No hay que olvidar, además, que ha habido varios jugadores que han tenido síntomas de coronavirus y que dieron positivo en los test realizados. A pesar de que ya estén recuperados cuando vuelva la competición, cabe preguntarse si hay que emplear una preparación específica con ellos. “Sobre ese aspecto aún no está claro las secuelas que pueden quedar en el organismo. Si todos los controles sanitarios están perfectamente, sería suficiente con hacerles una fase de adaptación para ver hasta dónde puede llegar su rendimiento. Es como cuando un jugador ha pasado una gripe y está más o menos débil. Hay que ir poco a poco con él y cuando se adapta al esfuerzo de un partido ya no hay problema”, explica Cascallana.

Entramos en una época donde lo habitual es que haya altas temperaturas. Nunca se ha jugado la Liga en las fechas de junio y julio en las que se van a disputar los encuentros. El calor es otro factor que puede ir en contra de los jugadores. Sin embargo, Cascallana considera que “tanto los servicios médicos como los preparadores físicos deberán tomar medidas de hidratación para evitar deshidrataciones, pero estamos acostumbrados a que las Eurocopas, Mundiales y Juegos Olímpicos se celebren en estas fechas. Sería mejor jugar con una temperatura más benigna, pero tenemos que convivir con ello”. Por cuestiones como esta y el resto de las expuestas, hay quien opina que será difícil que se vea un alto ritmo de juego después de un parón tan prolongado y que se asemejará más al nivel de los amistosos de pretemporada. El preparador físico cree que “la importancia de los puntos hará que haya muchas disputas, duelos y que los jugadores vayan a tope a por el partido. Yo estoy deseando que empiecen porque va a ser apasionante”.

Esa trascendencia de lo que hay en juego lleva a Diego Ruano a concluir que “saber gestionar el estrés va a ser muy importante, no sólo por la situación especial que hemos vivido, sino también porque en poco tiempo cada club se va a jugar el objetivo de la temporada. Por eso, el equipo que esté más fuerte de cabeza será el que tenga ventaja en esta fase final de la Liga”.