TECETIPOS
Imaginemos que la culpa la tuvo el 8-M
¿Qué hubieran dicho si la actividad empresarial y las libertades individuales se hubieran cortado en seco el 7 de marzo, un día antes de la manifestación del 8-M y el mitin de Vox, con 8 personas fallecidas?
Gerardo Tecé 4/06/2020
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Imaginemos que las tesis de la derecha española en torno al 8-M son ciertas. Imaginemos que la pandemia no ha sido mundial, sino nacional y que el 8-M tuvo una responsabilidad central en este desastre sanitario. Imaginemos que la derecha española tuviera una alta credibilidad en este tipo de momentos históricos. Imaginemos que finalmente se encontraron las armas de destrucción masiva en Irak, que se demostró la autoría de ETA en los atentados del 11-M y que Zapatero, efectivamente, acabó por destrozar la institución de la familia con todo el jaleo aquel de los homosexuales. Imaginemos que el informe de Pérez de los Cobos no estuviera plagado de manipulaciones y datos erróneos, sino que fuera una investigación, seria, impecable, aséptica. Imaginemos que, como el coronel de la Guardia Civil inventó en su informe, la OMS hubiese declarado la pandemia mundial el 30 de enero, en lugar del 11 de marzo, días después de la celebración de la manifestación feminista.
Imaginemos que, en esos días de marzo previos a la declaración del estado de alarma, las líneas del metro de Madrid no hubieran acogido a más de dos millones de viajeros cada día. Imaginemos que en esas fechas no hubo estadios de fútbol llenos, ni misas, ni centros comerciales abiertos de par en par, ni mítines de Vox, ni Ortega Smith de paseo por Italia. Imaginemos que todo el país estaba ya encerrado y que el único acto en el que la gente pudo contagiarse en aquellas fechas fue la manifestación feminista. E imaginemos también que la manifestación del 8-M no se celebró en cientos de ciudades de todo el mundo, sino sólo en Madrid. Imaginemos que ni PP ni Ciudadanos hubieran estado allí, en aquella manifestación del 8-M en Madrid. Imaginemos que la vicesecretaria de Política Social del PP, Cuca Gamarra, presente en la marcha, no hubiese animado los días previos a acudir al 8-M “para defender un feminismo sin etiquetas ni ideología”. Imaginemos que si PP y C’s animaron a la gente a acudir fue porque no tenían ni idea de la existencia de ese virus que aparecía a diario en las noticias. Imaginemos que quien sí lo sabía con certeza era el Gobierno. E imaginemos que, en lugar de estar, como todos los Gobiernos del Planeta, a la expectativa de ver cómo evolucionaba la situación antes de tomar medidas drásticas, estaba alimentando la falsa tapadera de los metros, los centros comerciales, los campos de fútbol y los mítines de Vox sólo para que las feministas se pudieran manifestar aquel día. Imaginemos que todas las ministras del Gobierno acudieron a pesar de las informaciones que les decían que aquella concentración humana en concreto era un suicidio. E imaginemos que en España sólo pilló el virus quien estuvo en la manifestación de Madrid el día 8 de marzo. Imaginemos que los expertos científicos, en lugar de concluir la imposibilidad de relacionar una concentración humana concreta con la difusión del virus, hubieran concluido que sí, que fue aquella concentración humana, la de Madrid, la feminista, la causante de la crisis sanitaria.
Hagamos un esfuerzo e imaginemos que todo lo anterior es cierto. Imaginemos que estamos ante la decisión política de un Gobierno que, sabiendo del riesgo que se corría en esa concentración concreta de personas en esa ciudad concreta del mundo y en esa fecha concreta, decidió que todo aquello merecía la pena para defender la igualdad de las mujeres. ¿No sería un buen motivo? Si uno acepta el juego que propone la derecha, el de buscar motivos políticos en la decisión de decretar el estado de alarma seis días después del 8-M y no antes, ¿en qué lugar quedan los motivos políticos que llevaron al PP a pedir medidas de desconfinamiento en plena pandemia, con decenas de miles de muertos, con las urgencias de Madrid saturadas y con su directora de salud recién dimitida? ¿Qué hubieran dicho si la actividad empresarial y las libertades individuales se hubieran cortado en seco el 7 de marzo, un día antes de la manifestación del 8-M y el mitin de Vox, con ocho personas fallecidas?
Si nos imaginamos que todo lo anterior es cierto y la culpa fue del 8-M, ¿no sería la defensa de la igualdad de la mujer un motivo más importante para mantener la normalidad que defender los intereses de los empresarios a pesar del riesgo que pudieran correr los trabajadores, como reconoció Ayuso? ¿O es que motivos políticos son las ideas de los demás y nuestra ideología se llama “prioridades ciudadanas”? Si nos imaginamos que todo lo anterior es cierto y el 8-M tuvo la culpa de que España sufriera esta pandemia mundial, ¿no es la defensa de la igualdad de la mujer un motivo lo suficientemente bueno para la derecha española?
Imaginemos que las tesis de la derecha española en torno al 8-M son ciertas. Imaginemos que la pandemia no ha sido mundial, sino nacional y que el 8-M tuvo una responsabilidad central en este desastre sanitario. Imaginemos que la derecha española tuviera una alta credibilidad en este tipo de momentos históricos....
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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