DECAMERON LXIV
Jornada a+b/a = a/b: El PCR es la nueva rotonda
Campa a su aire la privatización de servicios, que ha abierto un nuevo filón. Los PCRs, a lo loco, sin grandes criterios, y que desarrollan laboratorios privados, a cambio de un monto
Guillem Martínez 18/08/2020
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1- The Ebro Delta / was shining like a national guitar / I’m following the river / down the highway / through the cardle of the Civil War / I’m going to BCN, BCN / Memphis, Tennessee. Y, aluego, a la playa. Las canosas olas, que decía Homero –ya eran canosas entonces; las olas siempre viejas y similares a sí mismas, son la juventud, o el lifting, eternos– me acarician los pies. A la mañana siguiente, me despiertan las olas y su rumor de abejas milenarias y, en mi habitación, veo dos milagros de la vida. Uno de ellos consiste en las motas de polvo, bailando, suspendidas en el aire, como pequeños soles. La vida no solo es maravillosa y se pierde en los detalles, sino que no te la acabas nunca. Para compensar la plenitud, Yahveh, en modo Antiguo Testamento, hace que suene el teléfono. Piticlín-piticlín. Paso y sigo adorando a los soles. Hasta que Yahveh se pone flamenco y me tira un rayo.
2- Es, como ya habrán adivinado, Casandra, que dice: “Te noto la voz rara, pollo”. Es que me ha caído un rayo en la frente. “Anda, como a Harry Potter. Va, coge el bloc y el pilot que hoy vengo como una moto”. El primer impulso es pasar de todo. “Va, Martínez, al turrón”, dice Yahveh mientras suelta un trueno. Lo que hace que me ponga al tajo echando leches. Merece la pena. Casandra me da un minuto y resultado. El periodismo es poco más que minuto, resultado y, como todo, soles diminutos brillando en el aire. “Martínez, vamos escribiendo, eh”. Voy, voy, Yahveh, tranqui.
3- “La covid rompe los mejores pronósticos. Ha venido para quedarse. La pregunta es la misma que cuando vienen visitas: sí, vale, pero ¿por cuánto tiempo? Y la respuesta depende de los gobiernos y de, todo lo contrario, las personas. Salvo los epidemiólogos neolib y los happy-happy –sí, tenemos de eso–, el pesimismo es palpable. La covid no es un virus estacional, sino un corona rarísimo, por lo que todo aquello que hagamos para reducir su transmisión determinará que permanezca entre nosotros hasta –agárrense– “2025, o” –agárrense, indeed– “más allá”. Glups. Hablamos en ese punto de vacunas. “Parece ser que la primera en salir al mercado será en unos meses. Sería una vacuna de efectividad limitada, unos seis meses. Puede ser algo bueno para los sanitarios y otros colectivos puntuales. Ya veremos. Pero dudo de su universalización. Esto es un negocio privado, no una obra filantrópica”. Para explicarme el ansia viva de las farmacéuticas, el gran negocio que suponen en toda esta avería, me da esta metáfora: una gran empresa del siglo XIX, que fabricaba el gran producto del siglo XX –la reproducción seriada de imágenes–, y que se llama Kodak, en esta pandemia del siglo XXI se ha reconvertido en empresa farmacéutica. Lo que indica la magnitud de la tragedia. Magnitud de la etc: de seguir así, hasta Coca-Cola fabricará supositorios. Casandra, por otra parte, no ve en la vacuna un hecho que pueda reducir el calendario epidémico que propone –recuerden, hasta el 2025 o más allá–. “Los modelos matemáticos que calculan esa horquilla temporal incluyen las decisiones gubernamentales y los cambios de hábitos personales, sí, pero también una vacuna”.
El próximo año no habrá curso escolar con aspecto de curso escolar. Las CC.AA., digan lo que digan, no se encuentran el culo con ambas manos en ese tema
4- “Los gobiernos tienen una importancia clave. Si deciden relajar medidas, como en Florida, esto será el Apocalipsis” –“¿Me lo jura?”; ese es Yahveh y su singular gracejo–. “La covid es un virus silente. Como un volcán, esa cosa silente hasta que deja de serlo. No somos capaces de predecir la mecha, que no es una mecha, que lo acciona. The Guardian, en un artículo fabuloso en el que pedía la opinión a grandes investigadores, descarta que esto que vivimos sea la segunda ola. Es más bien el tsunami posterior a una erupción volcánica. Lo que no sabemos, lo que te decía de la mecha, es bajo qué condiciones se producen las Pompeyas que hemos vivido. Wuhan fue una Pompeya más, no el origen. En este punto de la pandemia, los gobiernos, especialmente los neolib, hacen las Pompeyas, los Wuhan, impredecibles, gracias a la relajación. La relajación puede provocar, lo estamos viendo, cifras superiores a los 1.000 contagios en un brote, lo que hace imposible rastrearlos. Y eso marca nuestro futuro: covid por meses o por años. Si se queda mucho tiempo es malo-malísimo, pues los virus tienden a optimizarse, lo que es un gran riesgo”.
5- “Un último riesgo es que la avaricia económica, que es lo que hay tras el relajamiento, pueda llegar a colapsar los sistemas sanitarios, públicos y privados. Ha salido en Italia un estudio que evalúa la letalidad de la covid antes y después de marzo. Demuestra que ha bajado, no porque el virus se haya debilitado, que no, sino por las medidas de confinamiento, distanciación e higiene. Lo que explica que sin relajación, y con medidas e inspecciones serias, la cosa es controlable. Sin control esto es marzo. O Florida. El colapso. En los modelos matemáticos, la relajación neolib supondría 294.000.000 de infectados en marzo de 2021. El MIT ha calculado que la pandemia puede evitar, en esta fase, el colapso sanitario en una ciudad como Chicago, con solo que el 40% de los rastreos funcionen”. Lo que puede explicar, me digo yo, los brotes incontrolados en Esp como el hecho de que no funcione ni siquiera el 40% de los rastreos. Oé-oé-oé. “Bueno, te dejo”, dice Casandra. Y agrega: “¿Dónde estás? Se escuchan truenos”. Nada, cosas mías.
6- El Gobierno/Illa –Isla, en cast; ningún hombre es una illa– ha promulgado medidas para paliar el relajamiento. Tarde en este tsunami, que no segunda ola, pero tal vez a tiempo. Casandra, una súper cicuta de la pandemia, las ve satisfactorias. Y yo, lo que diga Casandra. Les llamo la atención sobre dos de ellas. Una explica el mundo. Se trata de la prohibición de reuniones de más de diez personas, que describe el mundo en, tal vez, los próximos cinco años. O, lo que es lo mismo, que el próximo año no habrá curso escolar con aspecto de curso escolar. Es decir, que las CC.AA., digan lo que digan, no se encuentran el culo con ambas manos en ese tema, y la universalización de la educación peligra por la brecha social y su prima, la tecnológica, y la incapacidad gestora o ideológica de hacer algo al respecto. El otro punto sobre el que les llamo la atención también explica el mundo, esa cosa que hasta explica las motas de polvo en suspensión. Se trata de la imposibilidad de fumar a menos de dos metros de otro ser humano. Algo lógico. Es más, en condiciones apandémicas, y a presión y temperatura normales, no mola que te fumen a un palmo. La medida es buena, por tanto. Pero, como todas las propuestas, será intensificada, o no, en el desarrollo que hagan de ella las CC.AA. Es previsible, por tanto, que a peor gestión –educativa o sanitaria, por ejemplo–, se produzca una mayor intensificación de este tipo de medidas, hasta que se conviertan en ceremonias. A mayor neolib, mayor grado ceremonial, y menor grado científico, en las medidas. Por otra parte, teatrales. Lo que nos lleva al punto 7. No se lo pierdan, que lo doy todo.
7- La presencia de neolib en la política es proporcional al grado de su teatralización. El neolib concentra sus esfuerzos en la obtención de beneficio. Para que ese fuego no sea perceptible construye otro, aún mayor. Una falla. La política. Más ardiente, más sentimental que el fuego, esa cosa que, desde el Paleolítico, puedes pasar horas observando sin llegar a ninguna conclusión.
8- El teatro vertido en pandemia debe ser considerable, pues impide ver el fuego en las instituciones. En MAD se ha conseguido lo que con la ciencia en otros países, con teatro menos evolucionado, parecía imposible. La re-infección en residencias. Campa a su aire, por otra parte, la privatización de servicios, que ha descubierto un nuevo filón. Los PCRs, a lo loco, sin grandes criterios, y que desarrollan laboratorios privados, a cambio de un monto. El Cat, donde el fuego, como en la República de Savonarola, es ya un arte, sucede lo mismo, si bien con mayor arte. Testado masivo, espectacular, con grandes coreografías humanas. Ese testado masivo, realizado a través del pack de lo privado –Esp es una Commonwealth de cuñados que se beneficia del Estado y de su sombra, también en pandemia– “es buscar una aguja en un pajar y en un paisaje de transmisión comunitaria”, me dice una que sabe. “Tal vez el indicio de que se ha perdido el origen de la infección, y de que se pierde la causa de las personas contagiadas. Que no hay rastreado, vamos”. “Los test masivos, por lo que luego se facilita, no especifican el número de positivos. Sólo el de positivos asintomáticos. Huele mal. Como huele mal que no se faciliten en Cat los partes de altas hospitalarias”.
En MAD se ha conseguido lo que con la ciencia en otros países, con teatro menos evolucionado, parecía imposible. La re-infección en residencias
9- Sobre teatro. O mejor, drama calderoniano. El Juzgado 42 de MAD sigue investigando a Podemos. La declaración del principal testigo, el abogado Calvente, es una serie de rumores, de me-dijeron-que, y oí-que, debidamente ordenados por un genio organizador –el juez, vamos; y una lógica patriótica, el constitucionalismo–, que ha dado al caso entidad de caso de raperos a punto desmembrar Esp, que ha aumentado el número y grosor de delitos, y que ha plagado su entorno de malos indicios. Como no facilitar la declaración entera de Calvente hasta que la solicitó, glups, Vox. Por lo que se entiende de la lectura de esa declaración, nadie mató a Kennedy en Podemos. Se trata de un caso endeble que, todo apunta a ello, hubiera sido archivado por el método plis-plas en otra cultura, pero que por aquí abajo se arrastrará hasta finales de noviembre, y se entrelazará con la cosa SIM (también llamado caso Dina), y con la moción de censura de Vox. Es posible colegir que, incluso, ese caso sea la sustancia de la moción de Vox, y uno de los puntos en los que se fundamentará la erosión –la erosión es viento, es decir, ruido– gubernamental en otoño, con la nueva Liga, más y mejor que con la gestión de la pandemia. El caso, por otra parte y por ahora, no ilustra ningún comportamiento delictivo en Podemos, pero sí otra cosa que no tiene nada que ver con ese trade-mark. La selección del personal, a través de criterios –salta a la vista que inoperantes– de fidelidad personal. Uno de los marrones de las nuevas izquierdas. Tal vez, el que las ha dejado sin público. Es decir, la selección negativa y vertical. Si bien ese es otro tema. También ilustra que lo que iba a ser esta legislatura –judicialización de la política, vía constitucionalismo–, se ha retomado tras los primeros meses de pandemia. Las derechas juegan a través de la Justicia. Es decir, juegan en casa. El PP está tan eufórico por el factor campo que ha pedido al TS que anule el nombramiento de la fiscal general. Otro oé-oé-oé.
10- Y, por debajo del teatro, algo que aún no ha sido canalizado, completamente, por él. El Decreto pactado por Gobierno y por la FEMP para el uso del superávit por parte de ayuntamientos, del que no pueden disponer desde la ley Montoro, votada en su día por PP y Convergència. Sinopsis: la idea es que los ayuntamientos cedan su superávit al Estado, que facilitará a los ayuntamientos financiación en un año. Sinopsis de la sinopsis: la idea es cambiar superávit por deuda. Sinopsis de la sinopsis de la sinopsis: la idea es, en esta crisis, potenciar Gobierno y gobiernos autónomos, y pelarse el poder municipal. El Ajuntament de BCN ha anunciado que recurrirá al gasto de su superávit en esta crisis, sin pasar por esas casillas. Lo mismo han anunciado otros ayuntamientos, de otros colores. Ningún ayuntamiento socialista ha abierto la boca de la cara, lo que indica que la están abriendo por otros canales, o que, en efecto, no la han abierto, lo que sería grave. Se trata de un problema dramático, de una posible disfuncionalidad del poder municipal, y que más que afectar a los municipios pequeños, que pueden ir tirando, o no, vía diputaciones, afecta a los grandes y a las áreas metropolitanas –no tenemos muchas, pero concentran la población; BCN, Bilbao, Valencia, A Coruña, Zaragoza, Sevilla...; MAD come un tanto aparte, por la solapación de su territorio en Ayuntamiento y Comunidad Autónoma–. Los ayuntamientos, en esta crisis sanitaria, han sido las únicas instituciones que, estadísticamente, han estado a la altura. Por su altura. Acostumbran a medir lo que tú. Negarles su capacidad de solución de conflictos es una, otra, apuesta ideológica. Curiosamente, PP y AMI –Associació de Municipis Indepes– participan en este drama aportando un teatro similar vertebrado en rojos y gualdas similares. Zzzzzz.
11- Hay algo que no puede parar ni siquiera en pandemia. Se trata, por tanto, de la época. Y tiene que ver con el teatro. “A las ceremonias, los no creyentes les llamáis teatro. Yo, Ley”. Creo que hasta Dios va con ellos, glups.
1- The Ebro Delta / was shining like a national guitar / I’m following the river / down the highway / through the cardle of the Civil War / I’m going to BCN, BCN / Memphis, Tennessee. Y, aluego, a la playa. Las canosas olas, que decía Homero –ya eran canosas...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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