1- En MAD la formalidad de la informalidad se suele explicar con leyendas urbanas brutales, no verificables, no ciertas, no falsas. Como el Sermón de la Montaña, o los chistes de matrimonios, esconden detrás de sí mismas una verdad inaudita, que explica, zas, el mundo. Esta que les cuento empezó a difundirse a finales de julio, y explica que, para esas fechas, el número real de personas incorporadas al IMV era de 70. Fin de la leyenda urbana.

2- Quedo con Bibí, funcionaria del INSS, en un pueblo manchego, con un adoquinado agreste, que ha fastidiado los amortiguadores de mi pierna izquierda. Bibí es sindicalista CGT y viene, tan fresca, sobre dos taconazos –toc, toc, toc– hasta nuestro punto de encuentro, en una terraza. Se sienta, enciende un pito, se lo fuma de una calada y me vacía todo su humo en el careto. Tiene estilo. En otro orden de cosas, la CGT es la central que más ha ido creciendo desde la anterior crisis. En esta ha hecho lo que, tal vez, hay que hacer en un momento de crisis inaudita. No pasarse de cenizo, participar en las soluciones –ha colaborado y mantenido contactos con el Ministerio de Trabajo, del que ha salido el grueso de medidas de choque; en lo que es la gran originalidad de esta crisis, el Ministerio, de hecho, las tenía preparadas varias semanas antes del estado de alarma, en marzo–, y participar de la crítica hacia ellas, matizada pero firme. Que es lo que se tiene que hacer en una crisis sin precedentes que será un cambio de época. El grueso de las críticas se centran en otro ministerio. El de Empleo y Seguridad Social. Y en una tesis que no aparece en los medios, ni siquiera en los constitucionalistas y rancios. El colapso administrativo y la burocratización de la pobreza –esto último, un concepto que trató el informe del relator de la ONU que vino a Esp a principios de año– impiden el pago del IMV, la joya del Gobierno en esta crisis, y que está adquiriendo matices procesistas. Esta mañana a primera hora el IMV, al menos, también era una idea fabulosa, un buen titular que no tiene traslación a la realidad.

El IMV, la joya del Gobierno, está adquiriendo matices procesistas. Esta mañana a primera hora el IMV era un buen titular que no tiene traslación en la realidad

3- Empecemos por el principio. “El INSS, junto a la Tesorería/TGSS y el Instituto Social de la Marina/ISM es la Seguridad Social/SS. Concretamente, paga las pensiones, las bajas, el IMV. Y lleva 10 años sin nuevas plazas y continuas jubilaciones. La media de edad de la plantilla es alta. La plantilla es, no obstante, muy profesional, y ofrecía uno de los servicios más niquelados del funcionariado. Hasta la covid”. El confinamiento supuso, me dice, que la plantilla se quedara cuatro meses en casa, con el sueldo completo. Sólo el 30% optó por el teletrabajo –para realizarlo se necesitaba un ordenador y Windows 10; no todo el mundo tiene eso; ni las ganas de tenerlo–. “Teníamos mucho que tramitar en plena crisis. Y todo, dramático y urgente. Las jornadas eran de 12 horas, sin pagas extras. Además, teníamos un problemón: muy pocos ciudadanos que nos reclamaban su baja o su jubilación, dos servicios urgentes y dramáticos, disponían de identidad digital. Lo que imposibilitaba cualquier servicio. Entonces se nos ocurrió una cosa. Se llama Sede Electrónica sin Certificado Digital”.

4- “Básicamente era un correo electrónico, en el que nos iban llegando los problemas de la gente”. Ese volumen ingente de correos, protegidos por la ley de protección de datos, explicará, en el futuro y si alguien tiene acceso, el carácter de la crisis. Se trata de mensajes desesperados de personas que no pueden cobrar sus prestaciones. “En la Sede Electrónica sin Certificado Digital, en un momento en el que no había atención presencial, por imposibilidad sanitaria, fue quedando todo eso, formando un tapón gigantesco. Ahora, que estamos en otra situación sanitaria, la Administración ha decidido eliminar el servicio presencial. Lo que quería hacer en 20 años lo ha hecho en un periquete, aprovechando el cambio de época. Las consecuencias son atroces para tramitar los servicios habituales, pero también resulta fatal para tramitar el IMV”.

5- “Se ha dividido la plantilla del INSS en tres bloques. Uno a) se encarga de la Cita Previa Telefónica. Se trata de una cita previa, pero no presencial, sino telefónica, como su nombre indica. Tras la solicitud, te llaman en unos 15 días. Si no atiendes la llamada, o no la entiendes, que es lo normal, vuelves a entrar en la cola de esos 15 días. El segundo, b), atiende la Cita Presencial, que se te da tras unos 20 intentos de cita previa telefónica. Suele producirse a los 15 días de pasar a ese estadio, pues hay poca plantilla y, lo dicho, está dividida en tres bloques. El tercero, c), atiende digitalmente. Lo que es otro drama. Calculamos que la brecha digital en nuestro negociado es del 75%, pues obedece a la brecha tecnológica estricta, pero también a una brecha burocrática, a la dificultad de interpretar el lenguaje de la Administración. Algo que no ocurre, por ejemplo, en Francia u Holanda, donde hay una ventanilla única efectiva. Sí, aquí existe la Ley de Interconectividad de la Administración y la Ley de la Administración Electrónica, y el INSS es el punto más y mejor informatizado. Pero es insuficiente, dada esa brecha”.

6- “Es imposible asumir el trabajo acumulado estos meses de confinamiento, en una población con mayores complicaciones que las que supone la población de los ERTEs. Se trata de bajas, de jubilaciones, de vulnerabilidad. La Sede Electrónica sin Certificado Digital recibió miles de correos al día. Imagínate lo que eso significa. En el INSS había predisposición a no tomar las vacaciones para solucionar ese embolado. No ha sido posible. Empiezo a pensar, incluso, que puede haber algún tipo de intento de sabotear la situación por parte del alto funcionariado. No lo sé”.

7- “Y, a todo eso, vino el IMV”.

8- “El retraso de la gestión del IMV es, como mínimo, de 4 meses. Algo terrible en una medida paliativa urgente, como el IMV. Escrivá tenía que intuir algo así cuando declaró, en un inicio, que ‘no estamos preparados para tramitarlo’. La solución no es tanto un problema de dinero, sino de gestión. El problema del IMV son tres. El primero es la solicitud. Unas 11 páginas. Muy complicadas. Y con un gran problema. El padrón histórico. Difícil de conseguir y que, además, impide el cobro. El padrón, en viviendas precarias, agrupa a diversas familias, que el IMV considera una sola familia. El segundo problema es que no se atiende presencialmente. Algo imprescindible en ese sector social, de mayor brecha tecnológica y burocrática. El tercero son las peleas con las CC.AA. Las Forales lo gestionarán. Cat ha recurrido al TC para pillarla. Feijóo, que pidió la gestión del IMV, ahora, visto lo visto, pasa. Andalucía, un poco lo mismo. El IMV debería ser una encomienda, se llama así, a las CC.AA. No se ha hecho por motivos políticos. Para ponerse la medalla”.

9- “En este momento el IMV está colapsado. Se ha optado por un par de soluciones. La primera son las horas extras. Los funcionarios avanzamos el tema después de nuestra jornada laboral. La otra es un clásico. El subcontrato. A Tragsa, una suerte de ETT de la Administración Central. Por ley –no son funcionarios– no pueden tramitarla. Sólo recoger el papeleo y verificarlo. El problema vuelve a ser el papeleo necesario. Imposible de recopilar. Ingresos del último año, certificados de convivencia, de familia, de ausencia de propiedades, el empadronamiento histórico famoso, demostrar que estás apuntado al SEPE, y que has pedido todas las ayudas que el Estado puede ofrecer, y que se desconocen en su totalidad. Las CC.AA., además, para ofrecer su paga, empiezan a pedir la solicitud del IMV, esa misión imposible. Eso es lo que hace Ayuso y la Gene” –ojo: el viernes el Parlament impidió esa forma elegante de impago de la prestación autonómica–. “A bombo y platillo se anunció que el IMV lo cobraban, a 26 de junio, 74.119 hogares. Lo que es cierto. Y puede ser impresionante. Hasta que sabes que se trata de las personas que cobraban la Prestación Familiar por Hijo a Cargo. Se apretó un botón y pasaron a cobrar el IMV, sin trámites. ¿Cuántas personas han accedido al IMV a través de los protocolos del IMV? ¿70, en todo el Estado, a finales de julio?”.

10- “En estos momentos hay 600.000 solicitudes del IMV, con la dificultad que supone el papeleo imagínate las que habría sin ese problema. El Gobierno sabe que esto no chuta. Han pedido colaboración a CC.AA. y ayuntamientos, para recopilar documentación, para que los asistentes sociales, colapsados, atiendan a la gente. Algunos ayuntamientos empiezan a pedir dinero a la Administración para ello, ojo. Por otra parte, otros ayuntamientos, ONGs, organizaciones de inmigrantes, de sin techo... están ayudando, a través de voluntariado, a rellenar esas solicitudes imposibles. Mientras, en el INSS se sigue negando la atención presencial a las personas. Ahora mismo diría que el IMV es una suma de propaganda y de incompetencia. La solución, hacerlo operativo, puede ser contratar, desde el INSS, a personas por un año, y que solventen este atasco dramático. El Gobierno es consciente del atasco. Nuestro informe de CGT al respecto estuvo en un Consejo de Ministros, en junio. Hemos hablado con representantes del PSOE, que han sido sensibles al tema, diría. Hemos hablado con UP, que ha sido más silencioso”.

11- Me pongo en contacto con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. ¿A finales de julio eran 70 las personas incorporadas al IMV? “No es así (...). No se han comunicado oficialmente cifras, y la realidad es bastante mayor”, y será comunicada por el ministro “próximamente”. Vamos, que no hay cifra oficial. Glups. Sobre la percepción del Ministerio de la dificultad para acceder a la IMV. “Hemos percibido que no todo el mundo era consciente de la documentación y requisitos, y en gran parte (...) las solicitudes están incompletas por falta de documentación (...)”. A tal efecto han facilitado un simulador y más información en la web de la SS –algo de efectividad cuestionable, en un contexto de brecha tecnológica y burocrática–. Han detectado, por otra parte, que “uno de los principales problemas fue el hecho que muchos ayuntamientos no expedían el padrón histórico y colectivo”, al ser un servicio presencial y, por tanto, restringido. “Por ello se está intentado facilitar esa gestión para obtener desde el INSS ese certificado”. Hay, en ese sentido, acuerdos con ayuntamientos, como explicaba Bibí. También se han concentrado en “aprobar protocolos para transferir datos con las CC.AA. y con ayuntamientos. “Hemos constatado que el número de tramitaciones es exponencial”. ¿Se estudia algún tipo de modificación o corrección del trámite burocrático? “Se sigue trabajando con los ayuntamientos para obtener de la manera más ágil posible los certificados de empadronamiento”, se está agilizando la cosa electrónica desde el INSS. “Desde el INSS se ha hecho un esfuerzo sobresaliente  (...) que empieza a dar sus frutos. De hecho, el ritmo de reconocimiento en las últimas semanas era mucho más rápido”.

12- En este momento, el IMV parece estar en modo Ley de Dependencia. Si bien en las últimas semanas, desde finales de julio, se está intensificando su tramitación, por ahora no deja de ser, todo apunta a ello, un fake. La corrección de la pobreza, como la justicia, las motos, o el amor, debe ser rápida –bueno, borren lo del amor–, perceptible, efectiva y trascendente. O pasa a ser otro negociado. Generalmente, el contrario.

13- Es una mala noticia, y un mal indicio, que la medida estrella de protección social en esta crisis, gestionada por el PSOE, no se verifique en la realidad, y no disponga, por ejemplo, de un número de usuarios oficial y transparente. Lo es más porque, en breve, Moncloa gestionará 140.000 millones, para la reconstrucción social y económica. Es inquietante saber que esa gestión se realizaría, como en el IMV, a través de la cultura democrática local, la Cultura de la Transición. Inverificable, y con una gran distancia entre lo anunciado y lo ocurrido.

Moncloa gestionará 140.000 millones de euros para la reconstrucción. Es inquietante saber que se realizaría mediante la cultura democrática local, la Cultura de la Transición

14- El rey sigue, en el momento en el que escribo estas líneas, en paradero desconocido. O no. Lo que es anecdótico en alguien que no será juzgado. Pero indica lo que es una gran medida emitida en una crisis descomunal. Ruido. Nada. En la CAM, en plena pandemia, se ha modificado un informe, para darle la razón al Ejecutivo. No es la primera vez. Los informes sanitarios son ruido, nada. En Cat se están haciendo PCR masivos –esto es, fotos de un momento, lo que puede ser un preciosismo sin rastreo efectivo; ruido–. En el Parlament de Cat se emite una resolución –es decir, nada– republicana, que no será publicada en el Diari –ruido–. Es dificultoso, más de lo operativo, tramitar el IMV, que debería cubrir al 50% de la población en pobreza extrema. La política –declarativa, no trasladable a la realidad– lo admite todo por aquí abajo. A condición de que nada salga de ella, salvo ruido.

15- El CIS volverá a preguntar en septiembre sobre una reforma constitucional. No se pregunta sobre ello desde 2018. En la última ocasión, más del 70% estaba a favor.

16- El republicanismo no es honestidad. No es un unicornio. Pero, por aquí abajo es, históricamente, la capacidad cultural y legal de penalizar la deshonestidad. La honestidad republicana es, por tanto, más importante que el mismísimo concepto de República. Si la construyes, de hecho, vendrá. La vieja cultura, seriamente herida, no da para mucho. Salvo ruido y nada. Cualquier medida efectiva, en esta crisis, sería un paso que nos alejaría de todo ello.