1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

MERCANTILIZACIÓN

Jair Bolsonaro vende las fuentes de agua a las grandes corporaciones

Treinta y tres millones de brasileños todavía no tienen acceso al suministro hídrico. El gobierno impulsa la privatización del sector mientras miles mueren por la pandemia

Caroline Rodrigues da Silva / Danilo George Ribeiro 11/09/2020

<p>Jair Bolsonaro acciona la fuete en el Campo Alegre de Lourdes (Bahía, Brasil).</p>

Jair Bolsonaro acciona la fuete en el Campo Alegre de Lourdes (Bahía, Brasil).

Alan Santos (Palácio do Planalto)

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La posición geopolítica de Brasil ha cambiado en el escenario mundial desde el ascenso de la extrema derecha. Los que siguen la agenda climática han de recordar que, en otras épocas, Brasil fue un actor importante en las negociaciones del Acuerdo de París y en la defensa de que otros países establecieran objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La negativa del gobierno de Jair Bolsonaro de acoger la 25ª edición de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP25), sumada a la vergonzosa participación de la delegación gubernamental en el evento y los incendios en la Amazonia ocurridos en el año 2019 son ejemplos que caracterizan nuestra imagen actual.

Las consecuencias ambientales del ascenso de la extrema derecha en el país harán temblar el tablero climático de los próximos años y, por lo tanto, deben ser conocidas no sólo por los brasileños, sino por todas las nacionalidades que están comprometidas con la democracia y el cambio climático. Este artículo presenta un panorama del avance de las grandes corporaciones sobre las aguas brasileñas, especialmente sobre el servicio público de abastecimiento y saneamiento, con el objetivo de mostrar que el gobierno de Jair Bolsonaro echa mano de la agenda neoliberal para vender las aguas brasileñas a las corporaciones internacionales, mientras tanto, 33 millones de personas aún no tienen acceso a los suministros de agua –lo que corresponde a un 16,4% de la población– y más de 120.000 personas han muerto de covid-19 hasta ahora.

Brasil y su manantial de agua

Brasil está en el centro del mercado de agua y hay diversas razones que lo explican. El país tiene el 13% de toda el agua dulce superficial del mundo, además de tener grandes acuíferos como el Guaraní y el Alter do Chão. Según datos recientes de la Agencia Nacional de Aguas (ANA) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), por cada 100 litros de agua tratada que se producen en Brasil, 72 litros se destinan a los sectores de la agroindustria y de la ganadería, es decir, alrededor del 70% del suministro se consume en la producción de soja, maíz, caña de azúcar y en la cría de ganado, cuya mayor parte se destina a la exportación. En vez de incentivar la salud, los miles de metros cúbicos de agua utilizados por estos sectores han generado hambre en las ciudades y muerte en el campo. A continuación, se encuentran los sectores de la industria y la minería, que juntos son responsables de un 12% del consumo de agua, mientras que la población es responsable de sólo un 4% del volumen total.

Solo un 83,6% de los brasileños disponen de acceso al suministro de agua, un 53,2% cuentan con alcantarillado y un 46,3% con servicios de depuración

Según el Informe de Conflictos en el Campo de 2016, elaborado por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT, 2017), entre 2015 y 2016 hubo un crecimiento de un 26% en los conflictos relacionados con el agua, que pasaron de 135 a 172 casos. Según el Informe de 2018 (CPT, 2019), el número de conflictos por el agua aumentó un 40% con respecto a 2017 y rompió el récord de la serie histórica, que comenzó en 2002: hubo 276 conflictos que involucraron a más de 73 mil familias.

En años recientes, dos grandes crímenes ambientales han contaminado parte del agua dulce brasileña. El 5 de noviembre de 2015, una presa minera de la empresa Samarco Mineração S.A. se rompió en la ciudad de Mariana, ubicada en la provincia de Minas Gerais, causando la muerte de 19 personas y la contaminación de la cuenca del Río Dulce por entero, además de destruir el distrito de Bento Rodrigues. Después de tres años, el 25 de enero de 2019, otra presa de minería de la empresa Vale S.A. se rompió en Brumadinho, ciudad de la misma provincia, afectando a 270 personas, entre muertos y desaparecidos. En este caso, el río más afectado fue el Paraopebas, que atraviesa 35 ciudades y desemboca en el embalse de la Central Hidroeléctrica de TrêsMarias. Detrás de ambos crímenes ambientales está el modelo de acumulación capitalista que, históricamente, ha sido un sistema basado en la división entre centro y periferia, donde, hasta hoy, el norte coloniza al sur global.

La mercantilización del agua en el gobierno de Jair Bolsonaro

La universalización del suministro de agua en Brasil todavía no es una realidad. Según los datos del Sistema Nacional de Información Sanitaria, solo un 83,6% de los brasileños disponen de acceso al suministro de agua, un 53,2% cuentan con alcantarillado y un 46,3% con servicios de depuración. El gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro y el ultraliberalismo que lo acompaña venden la idea de que la universalización de estos servicios se logrará por medio de la iniciativa privada. Recordando la experiencia mundial, que muestra que en ninguna parte esto fue posible sin la inversión estatal, esta idea no es posible.

La tendencia de tomar el agua y los servicios de saneamiento de Brasil como mercancías ya se puso de manifiesto en el octavo Foro Mundial del Agua, celebrado en Brasil en marzo de 2018. Desde 1997, este Foro ha sido un lugar de encuentro de las corporaciones que, a través del cabildeo, dirigen la toma de decisiones de los gobiernos y manejan la opinión del pueblo para que acepten una gestión privada de los recursos hídricos como si fuera la única opción. En el caso brasileño, las fuentes de financiación de este 8º Foro exponen la relación corrupta entre el Estado y las corporaciones, típica del neoliberalismo. Cabe destacar que un 40% de los costos del evento fueron subsidiados por la Agencia Nacional de Aguas (ANA), un 40% por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y un 20% por las propias empresas (Nestlé, Coca-Cola, AmBev, GDF Suez S.A.). En ese momento, miembros de la sociedad civil brasileña e internacional se organizaron en el Foro Alternativo Mundial de Agua (FAMA) para denunciar el ataque al derecho al agua y al saneamiento que representaba el 8º Foro. Cerca de 7 mil personas hicieron una potente protesta cuyo lema fue “El agua es un derecho, no una mercancía”.

La elección de Jair Bolsonaro en octubre de 2018 y su total falta de compromiso con la crisis climática y la preservación del medio ambiente no sorprende a nadie. Desde el inicio de su mandato se ha llevado a cabo una reforma ministerial que ha desmantelado el aparato institucional de la gobernanza ambiental, lo que ha promovido el debilitamiento de los organismos de control de incendios y delitos ambientales, el desmantelamiento de los programas vinculados a los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales y el recorte del presupuesto para las acciones de lucha contra el cambio climático. El aumento de la deforestación de la Amazonia y del Cerrado es el ejemplo más dramático de lo que este gobierno representa. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), la Amazonia tuvo una deforestación un 34% mayor entre agosto de 2018 y julio de 2019. La superficie deforestada fue de más de 10 mil kilómetros cuadrados, la mayor superficie desde 2008. El bioma del Cerrado, conocido como “la cuna de las aguas del continente latinoamericano” es el que tiene el menor porcentaje de áreas bajo protección total, sólo el 11%, comparado con casi el 50% en el bioma del Amazonas. La deforestación en estas áreas protegidas aumentó un 15% en 2019. De agosto de 2018 a julio de 2019, 517 kilómetros cuadrados de bosque protegido fueron deforestados.

Otro ejemplo que preocupa es la posición del gobierno de Bolsonaro sobre el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, realizado en julio de 2019, pero aún pendiente de firma por parte los países miembros. El gobierno de Bolsonaro no manifiesta ninguna preocupación por la soberanía nacional y por el desarrollo sostenible, ya que intenta llevar adelante el acuerdo, sin tener en cuenta que pondrá al país como una colonia exportadora de materias primas –principalmente mineral de hierro, soja, caña de azúcar y carne de vacuno– e importadora de productos manufacturados de todo tipo, de los que destacamos los plaguicidas producidos por empresas alemanas como BASF y BAYER que, aunque tengan su venta prohibida en Europa, se comercializan en Brasil.

El Acuerdo profundiza la criminalización de los movimientos que lideran la resistencia en los territorios que ya están sufriendo con el aumento del acaparamiento de tierras y la violencia local

Si se firma el Acuerdo, Brasil aumentará sus emisiones de gases de efecto invernadero, ya sea como resultado del crecimiento de las zonas de cultivo de agroindustrias en la Amazonia o del incremento de la extracción de minerales. En relación al agua, habrá un aumento del volumen extraído por la agroindustria y un incremento de la contaminación del agua por plaguicidas –cabe recordar que en 2019 Brasil superó el récord histórico con la liberación de 475 nuevos plaguicidas y en mayo de 2020 ya hay 150 más en espera de ser liberados–. En relación con la sociedad civil brasileña, el Acuerdo profundiza la criminalización de los movimientos que lideran la resistencia en los territorios que ya están sufriendo con el aumento del acaparamiento de tierras y la violencia local. Subrayamos que en el “Capítulo de la Sostenibilidad del Acuerdo” no hay medidas vinculantes establecidas, es decir, no hay instrumentos jurídicos que definan instituciones creadas para que los países y las corporaciones sean responsables por violaciones de derechos.

Bolsonaro ha modificado la legislación de servicios de abastecimiento y saneamiento y las grandes corporaciones internacionales han ampliado sus mercados

Después de múltiples intentos, en junio de 2020 Jair Bolsonaro aprobó en el parlamento la Ley 14.026/2020, que ha modificado la Política Nacional de Saneamiento (Ley 11.445/2007). Esta nueva legislación perjudica al medio ambiente, ya que permitirá la apropiación privada de los recursos hídricos brasileños, así como la gestión privada de los servicios de saneamiento.

En varias partes del mundo se pone en marcha la reestatalización de los servicios de saneamiento mientras que en Brasil el gobierno contradice esta tendencia. La experiencia de París, Berlín, Atlanta, Johannesburgo, Buenos Aires, Bolivia, Ecuador y Yakarta no parece servir de referencia para un gobierno de extrema derecha comprometido con la agenda neoliberal.

Uno de los principales riesgos de la aprobación de la Ley 14.026/2020 tiene que ver con la salud de la población brasileña ya tan abrumada por la pandemia – somos el segundo país del mundo con el mayor número de muertes por covid-19. La cuestión es que la Ley 14.026/2020 puso fin a los subsidios cruzados, un tipo de mecanismo de financiación que existe en las empresas públicas y que permite a las zonas con gran capacidad de pago de una ciudad financiar obras en zonas con baja capacidad de pago.

En una sociedad como la brasileña, resquebrajada por profundas desigualdades, los cambios en la legislación ciertamente producirán más injusticia social. Las grandes corporaciones del “mercado del agua y del saneamiento” no harán inversiones en zonas no rentables como los pueblos pequeños, las zonas rurales, las periferias y las viviendas populares ubicadas en las grandes ciudades. No es una casualidad que estos sitios sean las zonas con mayor déficit de infraestructura, áreas cuyas empresas públicas tienen dificultades para garantizar los servicios. La pregunta sin respuesta es ¿por qué el gobierno elige pasar recursos públicos a empresas privadas en lugar de invertir en empresas públicas existentes?

Las grandes corporaciones del mercado del agua no harán inversiones en zonas no rentables como pueblos pequeños, zonas rurales, periferias y viviendas populares

Otro riesgo introducido por la Ley 14.026/2020 tiene que ver con el precio del agua. ¡El resultado puede salir caro! Esto ya ha pasado en otras ciudades donde los servicios fueron privatizados. Al dar permiso para que las grandes corporaciones tomen el mando en la prestación de servicios de agua y saneamiento, los poderes públicos imponen a los más pobres el tipo de servicio privado, que sin competencia, se beneficia de esta prerrogativa para postergar o no lograr ningún tipo de mejora en los sistemas con argumentos como “no está en nuestro plan de objetivos invertir en esta área ahora”, “este tipo de inversión es arriesgada para nuestro equilibrio económico financiero”, “este tipo de inversión no nos dará un retorno económico”, en resumen, una multitud de argumentos que, al final, establecen como horizonte su propio beneficio y no la garantía del derecho al agua y al saneamiento.

Nos parece que los que más se beneficiarán con la Ley 14.026/2020 serán las grandes corporaciones del mercado del agua que ya operan en el mercado brasileño, como BRK Ambiental –controlada por la canadiense Brookfield–; AEGEA Saneamento e Participações S.A. –que tiene como accionistas a GIC y el Fondo Soberano de Singapur–; Iguá Saneamento S.A. –que tiene como accionista indirecto el fondo canadiense AIMCo-; Saneamento Ambiental Águas do Brasil S.A. –empresa nacional– y GS Inima Brasil LTDA –que forma parte de la coreana GS–. De acuerdo con la investigación ¿Quiénes son los propietarios de los servicios sanitarios en Brasil?, estas cinco empresas controlan el 85,3% de los contratos de privatización existentes en el territorio brasileño y están en el 87,8% de los municipios donde el servicio ya está privatizado.

Hay otras gigantes del mercado del agua que aún no operan en el sector del saneamiento brasileño y que, aun así, incluso después de la aprobación de la Ley 14.026/2020 manifestaron su interés en actuar en este mercado como el fondo americano Mcquarie, el grupo español Acciona y los grupos chinos CGGC –del grupo Gezhouba y CREC4 –de CTC. Entre las empresas brasileñas que aún no actúan en el sector CCR, Pátria y Equatorial también parecen tener interés. La pregunta que no se ha hecho es: ¿Cómo corporaciones sin experiencia en la materia lograrán los objetivos de la universalización? ¿Cuáles son los intereses en juego de estos grupos económicos financieros?

El mal ejemplo de la provincia de Río de Janeiro

En el caso de la provincia de Río de Janeiro, parte del abastecimiento y saneamiento está privatizado desde los años 90. En la provincia tenemos aproximadamente un 10% de las municipalidades donde los servicios son prestados por la iniciativa privada.

El 20 de febrero de 2017, el parlamento de la provincia de Río de Janeiro aprobó, por 41 votos favorables y 28 en contra, la venta de 100% de las acciones de la empresa pública Companhia Estadual de Aguas e Esgotos de Rio de Janeiro (CEDAE). (Ley Nº 7.529/2017). En ese momento la privatización estaba directamente relacionada con el Compromiso de Recuperación Fiscal de la provincia de Río de Janeiro, firmado entre el Gobernador Luiz Fernando Pezão (PMDB) y el Presidente Michael Temer (PMDB), para garantizar, entre otras cosas, un préstamo de hasta 2,9 millones de reales a la provincia para el pago de los sueldos de empleados que, en ese momento, tenían un retraso de cuatro meses. La inseguridad jurídica en este proceso era de tal magnitud que el valor no entró en los fondos públicos hasta septiembre de 2017, cuando se celebró la subasta de acciones de CEDAE, cuyo único candidato era el banco francés BNP Paribas. El plazo de este préstamo termina el 19 de diciembre de 2020 y la cantidad corregida a pagar es de 4,5 millones de reales, en una sola cuota. En resumen, CEDAE se convirtió en el lastre de este préstamo y su privatización se convirtió en una condición para que el Estado soportara la deuda.

Lo preocupante es que, si no ocurre la privatización, CEDAE tendrá que ser federalizada, ya que la deuda pertenece hoy a la Unión. Trabajando contra reloj, el actual gobierno de la provincia Wilson Witzel (PSC) inició un proceso de consulta pública online sobre la concesión de CEDAE y también señaló la apertura de capital en la bolsa. Ambos procesos de toma de decisión son cuestionables pues vivimos una pandemia, en Brasil el acceso a Internet es desigual y el derecho a la participación democrática no está garantizado. Cabe destacar que en la probable apertura de capital, que aún no se ha producido, es evidente que el banco BNP Paribas tendrá una gran ventaja, ya que es el dueño de la deuda de 4,5 millones de reales.

También es importante decir que el banco BNP Paribas participó directamente en la fusión de los grupos Suez y GDF, gigantes franceses del sector de la energía y los servicios urbanos. GDF Suez es también la empresa matriz de Lyonnaise des Eaux, un grupo multinacional francés que opera servicios de abastecimiento y saneamiento e históricamente interesado en el capital de CEDAE.

BNP Paribas como vínculo entre la privatización de CEDAE y la crisis de Rioprevidência

El banco francés BNP Paribas está en el centro de la crisis financiera de la provincia de Río de Janeiro. De hecho, es el vínculo entre la privatización de CEDAE y la crisis de Rioprevidência, una autarquía creada para gestionar la Caja Única de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Río de Janeiro, que ha sido descapitalizada por la Operación Delawere desde 2011.

Para entender la ingeniería financiera que se estableció en Río de Janeiro, es necesario saber cómo se estableció la distribución de los royalties del petróleo y las Participaciones Especiales del Pre-Sal. Varias provincias y municipalidades reciben una parte de estos recursos, que son transferidos por el Tesoro Nacional a través del Banco do Brasil. En el caso de Río de Janeiro, en 2006, el Estado asignó estos recursos al Fondo de Rioprevidência para garantizar su solvencia.

Las peligrosas relaciones que se han establecido entre el estado y el banco han sido tan profundas que han motivado una investigación en el parlamento estatal

La Operación Delawere fue creada por el gobierno de la provincia de Río de Janeiro mediante la hipoteca de los ingresos procedentes de los royalties y de las participaciones especiales, que por definición debían ser aportados a Rioprevidência, pero fueron aportando a una institución financiera internacional, situada en el paraíso fiscal del estado estadounidense de Delaware. Esta institución, nombrada como Rio Oil Finance Trust (ROFT), emitió valores financieros relacionados con esta corriente de ingresos con el fin de recaudar dinero de especuladores internacionales. Esta operación, cuyo saldo negativo para el Estado se acerca a los 20 millones de reales, no sólo fue estructurada, sino también aprovechada por el banco BNP Paribas. Las peligrosas relaciones que se han establecido entre el estado y el banco han sido tan profundas que han motivado una investigación en el parlamento estatal, presidida por el diputado estatal Flávio Serafini (PSOL), cuyo informe está ahora listo para ser votado, pero debido a la pandemia aún no lo ha sido.

No hubo ningún control social en ese proceso. Hasta el día de hoy no queda claro por qué se eligió al BNP Paribas para estructurar la Operación Delawere. Se contrataron varias empresas privadas en el marco de la Operación sin realizar procedimientos de licitación, sin demostrar una observancia mínima del principio constitucional de la isonomía y sin preocuparse con la elección de la oferta más adecuada a la administración pública.

Es importante destacar la actuación bastante controvertida del banco BNP Paribas, así como de los agentes públicos brasileños que, juntos, crearon una operación de saqueo de fondos públicos sin precedentes. También debemos subrayar que este modelo de financiación, en los flujos monetarios futuros procedentes del petróleo y de los minerales, se está gestionando en otros estados de Brasil, como São Paulo y Minas Gerais. Al mismo tiempo, la privatización de CEDAE entre toda esta escandalosa historia pierde todo el apoyo, sea desde la perspectiva política o desde la legalidad. Además de los representantes de la clase política, es necesario pedir explicaciones a los trabajadores de los servicios públicos involucrados y a los representantes de las corporaciones depredadoras del fondo público, como parece ser el caso del banco BNP Paribas.

La defensa del derecho al agua y al saneamiento

Como se presenta en este artículo, la naturaleza de Brasil está siendo mercantilizada por el gobierno de Jair Bolsonaro para servir a los bancos y corporaciones internacionales. Aunque no afecta a todos de la misma manera, debemos ser conscientes de las consecuencias climáticas de la privatización de las aguas brasileñas y de las injusticias sociales resultantes de las relaciones comerciales entre los países del norte y los países del sur.

Defender el agua y el saneamiento como un derecho ha sido una de las formas de resistencia social al gobierno de Jair Bolsonaro. Denunciar que la privatización del sector no garantizará más salud a la población ha sido una estrategia de los movimientos sociales. Si para protegerse del covid-19 es necesario lavarse las manos y 33 millones de brasileños todavía no tienen acceso al suministro de agua, el gobierno debería tratar de sanar este déficit y no vender todos los bienes públicos.


Caroline Rodrigues da Silva es trabajadora social y educadora de la ONG FASE - Federação de Órgãos para Assistência Socia y Educacional, estudiante de doctorado en el Programa de Estudios de Posgrado en Trabajo Social de la PUC- SP, miembro del Núcleo de Estudios sobre Movimientos Sociales (NEMOS). 

Danilo George Ribeiro es historiador y asesor parlamentario en el gabinete del Diputado Estadual Flavio Serafine (PSOL- Rio de Janeiro). Maestría en Ciencias Sociales en la Universidade Estadual do Oeste do Paraná (UNIOESTE).

La posición geopolítica de Brasil ha cambiado en el escenario mundial desde el ascenso de la extrema derecha. Los que siguen la agenda climática han de recordar que, en otras épocas, Brasil fue un actor importante en las negociaciones del Acuerdo de París y en la defensa de que otros países establecieran...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Caroline Rodrigues da Silva /

Autor >

Danilo George Ribeiro

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí