1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

CUESTIÓN DE MATICES

El día después de la dimisión de Ayuso

Mientras los problemas de fondo persisten, la inercia conservadora de la sociedad española –y madrileña– impide las reformas necesarias. En este aspecto, los partidos de izquierda apenas se diferencian de los de derecha

Nuria Alabao / Emmanuel Rodríguez 24/09/2020

<p>Isabel Díaz Ayuso en rueda de prensa el pasado 18 de septiembre.</p>

Isabel Díaz Ayuso en rueda de prensa el pasado 18 de septiembre.

Comunidad de Madrid

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

¿Qué pasaría si, como piden las recientes movilizaciones en la capital, la presidenta de la Comunidad de Madrid dimitiese? Quizás sería sustituida por otra persona del PP o incluso en el mejor escenario podría llegar a caer el gobierno, siguiéndole uno del PSOE-Más Madrid-Podemos. Pero seguramente no pasaría mucho más. Es decir, no cambiarían sustancialmente las condiciones de vida de las personas de los barrios empobrecidos de la región; símbolos de la precariedad vital que en realidad se extiende por todo el mapa de la comunidad y del país.

Sí, quizás la gestión de la pandemia sería menos brutal, menos clasista o menos abrumadoramente inepta. Probablemente no se anunciarían bajadas de impuestos (de esos que benefician solo a las rentas altas) en medio de la crisis, y quizás se tendría más vergüenza a la hora de pedir voluntarios para cubrir los puestos de sanitarios de los hospitales de emergencia como el de IFEMA. Aunque sorprende escuchar a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Gobierno, decir que las cifras de personal sanitario son “limitadas como en todos los países”. En Madrid, sindicatos y asociaciones de médicos residentes han respondido a Ayuso que si no hay médicos en Madrid es por culpa de los contratos basura que se les ofrecen y debido a que Ayuso se ha opuesto a contratar extracomunitarios.

El PSOE fue el primero en recortar en sanidad en 2010, en plena crisis, y es probable que vuelva a hacerlo si Bruselas exige nuevos ajustes

En otras palabras, no parece que los cambios de color político sean suficientemente significativos. Quizás haga falta recordar que el PSOE diseñó la Ley General de Sanidad (1986), que abrió la puerta a la privatización y que en 1997 apoyó la nueva legislación diseñada por los populares. Y esto aun cuando en Madrid, quizás solo porque hay que hacer algo de “oposición”, se opusiera tibiamente al modelo de hospitales públicos de “financiación privada” del PP, mientras los hospitales públicos eran descapitalizados. Como se sabe, los llamados hospitales PFI (Private Finance Initiative) tienen abultados sobrecostes que han servido para sostener el modelo clientelar de los populares en la Comunidad. Pero el funcionamiento de estos hospitales es solo un ejemplo de los efectos del llamado “mercado sanitario”, de las prácticas de externalización y subcontratación a multinacionales de la salud y grandes constructoras, que comparte casi al completo la clase política. El resultado de estas políticas es conocido: plantillas precarizadas, listas de espera interminables, hospitales con goteras, donde se desprenden los techos o con salas de atención saturadas que desvían recursos y pacientes para ser atendidas en la privada.

Pero insistimos: la progresiva decadencia de la sanidad pública no es solo cosa del PP. El PSOE fue el primero en recortar en sanidad en 2010, en plena crisis, y es probable que vuelva a hacerlo si Bruselas exige (como va a hacer) nuevos ajustes en contrapartida a las transferencias anunciadas. Hace apenas dos días, se anunció que el Fondo de Recuperación estará condicionado. Se ha sugerido que España tendrá que recortar en pensiones, aunque bien podría ser que, ante esa tesitura, se opte por recortar los servicios públicos. En este tipo de decisiones parece que consiste la “soberanía” en un país que ha constitucionalizado la austeridad –de nuevo gracias del tándem PP-PSOE– en tiempos de deuda disparada.

En relación con la actual crisis, por tanto, Pedro Sánchez puede hacerse una foto con Ayuso. Puede mostrar su bello rostro de jefe de Estado junto a la bella presidenta. Puede hacerlo rodeado de banderas –cómo gustan estas en tiempos de crisis–. Pero haga lo que haga frente a las cámaras, su Gobierno, que prometía ser el de un PSOE “social y progresista”, se ha mostrado por completo alejado de los intereses de los barrios precarios de Madrid que han sido confinados. Valga señalar la escasa ambición del Gobierno de progreso en las interminables trabas burocráticas para acceder al ya paupérrimo Ingreso Mínimo Vital. Efectivamente, una tras otra, las promesas de “reforma” de este Gobierno han ido cayendo: la derogación de la ley mordaza, la reversión de la última reforma laboral que sigue estancada y, por supuesto, la reforma fiscal dirigida a aumentar impuestos a los ricos que parece haber quedado por el camino. Todo ello mientras el ministro Grande-Marlaska se dedica a agilizar desahucios en casos de okupación y sube los salarios de guardias civiles y policías. Es una obviedad afirmar que con este Gobierno la precariedad de la mayoría de habitantes de Usera, Vallecas, Villarverde o de cualquier otra zona de rentas bajas de este país no va a mejorar en lo sustantivo. A pesar de las banderas y de los discursos patrióticos, las consecuencias económicas de la crisis pandémica se van a agudizar en los próximos meses según un esquema conocido: más desempleo, más precariedad laboral, cortes de luz y servicios, más desahucios…

Pero más allá del gobierno, o de los gobiernos, hay que señalar también a una sociedad bien entrenada a mirar a otro lado cuando se trata de recortes o de desmantelamiento de servicios públicos. La privatización de la sanidad y la erosión del sistema público de salud ha ido de la mano con la extensión paulatina de soluciones “privadas” al “derecho a la salud”. Unos pocos datos: en España 12 millones de personas –casi un 22 % de la población– tienen un seguro privado; en Madrid, más que en cualquier otra comunidad, son un 34,4 %. Conviene recordar que hasta hace nada, los funcionarios (aparentemente implicados “por principio” en la conservación de los servicios públicos) podían optar entre tener un seguro privado o acceder a la sanidad por la vía de la cartilla de la Seguridad Social. Y adivinen qué elegían: se decantaban masivamente por el privado.

En España 12 millones de personas –casi un 22 % de la población– tienen un seguro privado; en Madrid, más que en cualquier otra comunidad, son un 34,4 %

La atención primaria en Madrid languidece, es verdad. Pero un tercio de los madrileños apenas conoce un ambulatorio público, básicamente porque no lo necesita, porque accede directamente al especialista por la vía del seguro. Otro dato: mientras a la mayoría de ancianos de residencias se les negaba la hospitalización en los peores meses de la pandemia, los que tenían un seguro privado sí fueron trasladados, evitando la situación de colapso del llamado sector sociosanitario, convertido en una gigantesca morgue. Para algunos, que usan tanto la medicina privada como la pública –cuando la necesitan–, el privilegio de poder pagar marcó la diferencia entre la posibilidad de recibir atención o permanecer a su suerte, quizás entre la posibilidad de seguir vivos o que no importe su muerte.

En la educación sucede algo similar. Madrid es la única comunidad española que tiene más colegios privados que públicos y el mayor porcentaje de alumnos matriculados en la privada. También es la segunda región con menos alumnos en colegios e institutos públicos –solo por detrás del País Vasco–; poco más de la mitad de alumnos estudia en centros públicos. Sin embargo, la mayoría de los migrantes en la región “opta” por la educación pública: un 75%. Dicho de otro modo, para buena parte de las clases medias, incluidos un buen número de funcionarios públicos (también profesores), la educación concertada es la opción para sus hijos. Es el modo de que sus hijos no compartan clase con las “malas compañías” y se “salven” (según la particular jerga pedagógica de padres y profesores).

Ciertamente, es terrible que Ayuso exprese abiertamente su racismo acusando de la expansión del virus a los migrantes. Más grave es, sin embargo, esta forma material de segregación escolar cuyos efectos son mucho más preocupantes y más duraderos. Y de nuevo, es significativo que ningún partido se atreva a confrontar la segregación escolar, empezando por la educación concertada. Recordemos: en las recomendaciones de la Comisión de Reconstrucción PSOE-Podemos propusieron que las ayudas económicas del fondo de reconstrucción fuesen solo a la escuela pública pero al final intentaron retirar esta excepción de la privada. ¿Por qué?

El Gobierno de progreso, con apenas 15.000 denuncias al año por usurpación (de las cuales más de tres cuartas partes son de bancos y sociedades), ha emitido una nueva instrucción para agilizar la desokupación

Dicho de otro modo, los recortes en servicios públicos no afectan plenamente a determinados sectores que tienen esa particular función de “estabilizadores sociales”. Mientras los problemas de fondo persisten, la inercia conservadora de la sociedad española –y madrileña– impide las reformas necesarias. En este aspecto, los partidos de izquierda apenas se diferencian de los de derecha: se trata solo de cuestiones de matiz, de estilo, de compasión. Otra muestra: el Gobierno de progreso, con apenas 15.000 denuncias al año por usurpación (de las cuales más de tres cuartas partes son de bancos y sociedades), ha emitido una nueva instrucción para agilizar la desokupación. La campaña propagandística de turno ha generado un pánico moral entre las clases propietarias, que también forman el núcleo de su electorado. Sensibles a las “demandas sociales” han preferido esta instrucción a imponer una moratoria a los desahucios, como rige en la mitad de los países de la UE.

Estos días, se ha generado la expectativa de una posible movilización de los habitantes de barrios obreros como respuesta a las medidas segregadoras del confinamiento. En este marco, la convocatoria de manifestación para el próximo domingo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid junto con IU, Más Madrid, Podemos, CC.OO. y UGT tiene varias lecturas. En principio, intentaba inscribir simbólicamente estas protestas en el campo de lo “posible”. Pero también puede tratar de impedir que escalen contra el Gobierno del Estado, desbordando el objetivo pírrico de tumbar a Ayuso –probablemente por eso ha sido desconvocada en último momento y sustituida por "acciones simbólicas"–. Quizás algo de eso, y no solo la foto de Pedro y Ayuso, haya terminado por desmarcar al PSOE de estas convocatorias con demandas tan desleídas que ni siquiera hablan del problema de la vivienda o de las identificaciones racistas en los confinamientos segregados.

Estamos, en cualquier caso, ante una protesta que todavía aparece contenida en el marco de la izquierda contra la derecha en el gobierno de Madrid. Este marco, que es el predominante en los medios, impide pensar la crisis más allá de una lucha partidista de cortos vuelos; impide superar el horizonte social de las clases medias bienpensantes y en el fondo indiferentes a la suerte de lo que es de todos; impide en definitiva enfrentar la raíz de los problemas. La protesta que se espera, la que daría verdaderamente miedo y tendría capacidad de producir algún cambio está al margen de estas luchas partidistas. Quizás empiece mañana, quizás dentro de unos meses, pero hay suficientes elementos que indican que la levadura está empezando a elevar el malestar social.

Volvemos a preguntar: ¿sería radicalmente distinto un Madrid sin Ayuso para los que sobreviven en los barrios olvidados del sur? Muchos de los que viven en estos barrios no parecen creerlo: Puente de Vallecas, abstención en las últimas elecciones autonómicas, 41%; Villaverde, 39%; Usera, 42%.

¿Qué pasaría si, como piden las recientes movilizaciones en la capital, la presidenta de la Comunidad de Madrid dimitiese? Quizás sería sustituida por otra persona del PP o incluso en el mejor escenario podría llegar a caer el gobierno, siguiéndole uno del PSOE-Más Madrid-Podemos. Pero seguramente no pasaría...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Nuria Alabao /

Autor >

Emmanuel Rodríguez

Emmanuel Rodríguez es historiador, sociólogo y ensayista. Es editor de Traficantes de Sueños y miembro de la Fundación de los Comunes. Su último libro es '¿Por qué fracasó la democracia en España? La Transición y el régimen de 1978'. Es firmante del primer manifiesto de La Bancada.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí