DECAMERÓN LXV
Jornada pabernosmatao: Oráculos
La opción del neolib en esta pandemia ha sido el negacionismo. El negacionismo es, a la que lo desnudas, primacía del beneficio sobre la salud y sobre los derechos
Guillem Martínez 3/09/2020
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1- A los cuatro días de haber nacido, Apolo ya era adulto. Escapó de la isla en la que estaba confinado y llegó al continente. Fue al oráculo de Gaia, mató con una flecha a Pitón, el monstruo que lo custodiaba, y se quedó con todo. Llamó a todo aquello ‘Delfos’ y, al nuevo oráculo, el ‘Oráculo de Delfos’. Lo divertido de este mito es que la arqueología le da la razón. El culto a Apolo en Delfos se sitúa en el siglo VIII a.C. Pero debajo de ese culto antiguo hay edificaciones, del siglo XVI a.C., dedicadas a Gaia.
2- Siempre hay un templo, pero con el paso del tiempo, con cultos diferentes, incluso contradictorios. Del punto 1 se desprende que los cambios radicales nacen en el mismo punto/templo en que está edificado todo lo anterior. Por eso cuesta un güevo ver los cambios radicales. No son lo de siempre, pero sí donde siempre, lo que despista.
3- Desde marzo estamos viviendo un cambio radical. Sucede en el mismo sitio en el que acaecía todo lo anterior. Por lo que no se ve.
4- Sobre el concepto el-mismo-sitio. Tras la última gran pandemia mundial, la gripe española, nació la sanidad pública. Evolucionó con el Estado desde entonces. Creció y se moduló levemente con las constituciones, muy sexis, de la primera postguerra europea. Eclosionó como derecho funcional con las constituciones post-45. Desde el 73, cuando Apolo salió de su isla con la forma neolib, y empezó a lastimar al monstruo que la custodiaba –Leviatán, una suerte de Pitón–, fue abandonando la funcionalidad. La cosa covid es la primera gran pandemia gestionada en el mismo sitio de siempre tras la I Guerra Mundial, pero desde la nueva lógica y época. El neolib.
El Estado es un centro de negocios y fuente de beneficios. Es el socio del neolib. Desregula la sociedad, pero regula, a niveles extremos, la economía
5- El neolib carece de definición. Algo por otra parte usual en las ciencias políticas, que en los últimos 200 años no han dado con una definición universal de todo lo contrario, la democracia. Por lo que ahí les endoso una: el neolib es la negación de las democracias post-45. Consiste en que el Estado se hace un ERE con sus atribuciones post-45. Transforma esos gastos, previstos en sus constituciones, en beneficios, a través de la privatización de derechos como la educación, la sanidad, o la asistencia social. El Estado es, así, un centro de negocios y fuente de beneficios. Es el socio. Desregula la sociedad, pero regula, a niveles extremos, la economía. A niveles nunca vistos en el orden financiero. Es, de hecho, el orden financiero que ni siquiera en tiempos de Dickens se había dotado de tanta libertad. Es, así, un Estado consagrado a las empresas reguladas. La ciudadanía pasa a ser, de manera explícita, una mercancía. Por primera vez no es necesario su consumo, sino su deuda. Haber nacido. La democracia, con todo ello, deja de ser una cosmovisión, y pasa a ser, únicamente, el voto. El voto es el gol de esta democracia futbolizada, apasionada, en la que la pasión elide su funcionalidad.
6- Como el templo de Gaia o el de Apolo, el neolib no existiría si no existiera, previamente, en millones de cabezas. Es una mentalidad. Es la época. Para que suceda en las instituciones debe suceder en millones de hogares, en los que alguien, o todos, se interpretan a sí mismos como mercancías. En tanto que mentalidad, sucede en todas las ideologías, si bien es la banda sonora de la ultraderecha. Es la esencia de los nuevos nacionalismos, en tanto el nacionalismo es la ideología que mejor encaja en el neolib: ofrece sentimientos y sensación de participación, aventura y velocidad donde no la hay ni puede haberla.
7- La opción del neolib en esta pandemia ha sido el negacionismo. El negacionismo es, a la que lo desnudas, primacía del beneficio sobre la salud y sobre los derechos.
8- El negacionismo, como el pasodoble, admite variantes. Consiste en el radicalismo de Brasil, del gobierno federal y de algunos estados USA –Florida brilla con luz propia–, o de Hungría, hasta formas más matizadas de UK –ojo, ahora vuelven a la situación, epistemológica, anterior a marzo: el nuevo ideólogo inglés del ramo ya ha especificado que la tercera edad es un lujo prescindible–, hasta la afuncionalidad sanitaria y la mezcla de medidas keynesianas y de todo lo contrario en la UE, o hasta sistemas que han mezclado la teatralidad con la ausencia de medidas razonables –MAD, Cat–.
9- En Europa –Esp está en Europa– parece ser que han convivido restos del antiguo culto a Gaia –en este caso, el respeto a la vida, cierta tradición del Estado como garante y planificador de la sanidad y el bienestar– con el nuevo culto a Apolo/el neolib –primacía del beneficio, sentimiento de responsabilidad del Estado frente a las empresas reguladas que pagan, o no, el impuesto de sociedades en su biotopo–. En Esp, el Gobierno ha optado por Gaia con la cosa ERTE, autónomos, asistentes del hogar. Con cierta funcionalidad y voluntad. Es la primera vez que hay una meditación social en una crisis. No es una medida original. Se ha hecho lo mismo o algo parecido en Europa. Lo original es que se hizo desde un primer momento, a pelo, con planificación anterior al estado de alarma, desde el Ministerio de Trabajo, el ministerio, tal vez el objeto, más funcional en esta crisis. Parece ser, al menos, que no hay otro. Otros negociados, como los inquilinos, han quedado abandonados a su suerte, otra vez. La segunda originalidad es que los ERTE se prolongarán en el tiempo. Tal vez hasta Semana Santa. Pero también se ha optado por el nuevo culto a Apolo en otros tramos. Como en la cosa IMV. Un chiste, una orientación de lo que es el culto a Apolo. O una orientación a las posibilidades del Estado como corrector en la época neolib.
La covid continuará afectando por código postal, que no genético. Y con escasas herramientas correctivas y, visto lo visto, limitadas al trade-mark del Ministerio de Trabajo
10- Posibilidades del Estado como corrector en etc. En los años 30, un gobierno en Francia, zas, nacionaliza los ferrocarriles y establece las vacaciones pagadas. En los años 40, otro zas, se establecen en Europa la sanidad y educación universales, y la capacidad de corrección de la pobreza a partir del IRPF. En el siglo XXI un gobierno esp no puede establecer un IMV en modo Cáritas Diocesanas, que supone calderilla. Si eso es así, esa incapacidad habla de la época. Las épocas son esa cosa confusa que dibuja lo posible y lo imposible. El alma. Sus movimientos, su percepción de la realidad.
11- Ningún gobierno europeo, en lo que es un símbolo, parece poder garantizar la normalidad del nuevo curso escolar. Es decir, la universalidad de la educación. Tal vez solo Dinamarca, si bien es pronto para asegurarlo. Lo que explica la capacidad de los gobiernos en estos temas y en esta época/alma. El desinterés, la afuncionalidad por ese negociado –que agrupa a 19 Gobiernos autónomos y uno central en Esp– orienta también sobre un componente importante en esta crisis. La ausencia de oráculos. La UE no ha supuesto una inteligencia tangible en esta crisis. Ni los gobiernos. Algo inquietante cuando la única inteligencia palpable es el neolib, y cuando el futuro, definido por la enfermedad, es sumamente variable e incalculable.
12- Sobre lo variable. En agosto el PIB esp cayó un 18%. Se dice rápido. Para el próximo trimestre está prevista una recuperación del 10%. Se dice rápido, indeed. El paro, aun aumentando tras la campaña de verano, no lo hace tanto. La situación es catastrófica, pero con líneas que avisan de lo contrario, localizadamente, de forma no uniforme. Pinta un desastre en la Esp hostelera y turística. Y algo más sostenible en los sectores sociales que puedan aplicarse al teletrabajo. Por lo mismo, pinta más aciaga la situación de los trabajadores analógicos, que continuarán más expuestos al contagio, al azar y a la pobreza. La covid, en fin, continuará afectando por código postal, que no genético. Y con escasas herramientas correctivas y, visto lo visto, limitadas al trade-mark del Ministerio de Trabajo.
13- No volverá a haber oráculos hasta el fin de la crisis sanitaria. Lo único que sabemos es que es más probable que sean oráculos de Apolo que de Gaia. Y eso vendrá con la normalización de la enfermedad –con su posible evolución hacia un virus más benigno– o con la vacuna. Este agosto ha aparecido el primer estudio científico sobre la reinfección. Sucede. Los anticuerpos generados en la infección sólo duran unos meses. Lo que orienta sobre la vacuna. Sólo creará, en el mejor de los casos, anticuerpos por unos meses. Por otra parte, será una vacuna de Apolo, no de Gaia. Un negocio privado, lo que matizará su universalización. Incluso su calidad. Y la salubridad. Hay indicios de que las primeras vacunas no han apurado el plazo científico que garantiza la ausencia de yuyu. Incluso la OMS que, en esta crisis, se ha revelado como apolínea, como un sujeto relacionado más de lo decoroso con las farmacéuticas, ha advertido sobre esa posibilidad peligrosa.
Una PCR tiene un valor de menos de 10 euros. Se factura a casi 200 euros. Su carácter aleatorio carece de operatividad
14- La metáfora de la planificación sanitaria local siguen siendo Cat y MAD, respectivamente las CC.AA. con la sanidad más privatizada, y con menos capacidad, e interés, por la planificación. Exponentes de los posicionamientos más neolib, ambas CC.AA. han optado por el negacionismo, entendido como se explica en el punto 8, como un alineamiento variable por el beneficio y contra la sociedad. Incapaces, por recortes y por cultura, de grandes planificaciones, en ambas CC.AA. se vivió el abandono de las residencias –una deslocalización en lo privado de un servicio social–, más matizada en Cat, donde, tras las dos primeras semanas de desastre, se procedió a la medicalización de algunas plantas de estos centros. Tras el estado de alarma, en ambas CC.AA. fue imposible el rastreo de infectados, confiado a la misma empresa privada. Las diferencias posteriores entre ambas CC.AA. son mínimas, pero importantes. MAD apuesta por el conflicto con el Estado, con lo que se intenta tapar la ausencia de medidas. Cat ha reducido el conflicto con el Estado, y opta por una teatralización de gesticulaciones que, a falta de otra cosa, parece dar algún tipo de resultados. Se trata de análisis masivos –MAD parece optar por esa solución desde esta semana–, encargados también al sector privado. Una PCR tiene un valor de menos de 10 euros. Se factura a casi 200 euros. Su carácter aleatorio carece de operatividad. Pero la decisión de la ciudadanía analizada de permanecer aislada durante 14 días tras el análisis produce, cuando se produce, el distanciamiento necesario para evitar el crecimiento de la infección. Con ello se evita planificar medidas de distanciamiento más meditadas. Parece que, de alguna manera, pita. Y da pasta al cuñado de las PCR. En Cat se ha suplido la inversión en sanidad, en centros de atención primaria y hospitales, recurriendo a la escuela MAD. En vez de invertir dinero público en un IFEMA, se construirán cinco hospitales, por 10 millones de euros cada uno. Muy poco para un hospital operativo, me dicen. Esos hospitales satélite ofrecen el servicio de un hospital Wuhan construido en un par de semanas. La sensación de que el Partido cuida de nosotros. Y una nueva intromisión de lo privado –del beneficio– en ellos. Todos contentos.
15- Con el culto a Apolo, el cambio de época edificado en pleno centro de la época, estamos un tanto solos.
16- Se inicia el curso. Donde lo dejamos, con Apolo. Con dos centros de interés. El mayor son los presupuestos, ensayo general de la estética que se gastará cuando se planifiquen los fondos europeos. Ambas discusiones serán un combate descomunal entre los fieles a Gaia y los de Apolo. Es decir, que a falta de fieles de Gaia no será necesariamente descomunal. El punto menor, es el de siempre. Cat. Sinopsis: el procesismo, bajo la forma de independentismo sentimental, es el nuevo autonomismo. Se cierra la pugna por la hegemonía del catalanismo, iniciada en 2010. Ha ganado la derecha neolib/Puigde, parece. Deberá asegurarse esa victoria en las próximas elecciones, en las que no está en juego, como siempre, la indepe, sino el único beneficio de un poder autonómico en la época de Apolo. Detentarlo. Detentar sus cargos. Y gestionar las PCR, como quien dice.
17- Debajo del ruido, me temo, habrá esos dos ruidos desnudos. Y, debajo de todo ello, el estertor de Gaia, el advenimiento de Apolo.
1- A los cuatro días de haber nacido, Apolo ya era adulto. Escapó de la isla en la que estaba confinado y llegó al continente. Fue al oráculo de Gaia, mató con una flecha a Pitón, el monstruo que lo custodiaba, y se quedó con todo. Llamó a todo aquello ‘Delfos’ y, al nuevo oráculo, el ‘Oráculo de...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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