1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Gran Reportaje

El misterio de los “botes fantasmas” en Asia

En los últimos cinco años, más de 500 barcazas con cadáveres de pescadores norcoreanos han arribado a las costas japonesas. Las capturas ilegales chinas en aguas de Corea del Norte están obligando a los marinos de ese país a arriesgar sus vidas

Ian Urbina 13/09/2020

<p>Pareja de arrastreros chinos anclados en el puerto de la isla Ulleung (Corea del Sur), en octubre de 2016.</p>

Pareja de arrastreros chinos anclados en el puerto de la isla Ulleung (Corea del Sur), en octubre de 2016.

The Outlaw Ocean Project

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Los maltrechos “barcos fantasmas” de madera flotan a la deriva por el Mar de Japón durante meses, llevando como única carga cadáveres de pescadores norcoreanos estragados por el hambre y cuyos cuerpos han quedado reducidos a esqueletos. El año pasado, más de 150 de estas embarcaciones macabras llegaron a las costas de Japón y en los últimos cinco años han sido más de 500.

Durante años, este espeluznante fenómeno desconcertó a la policía de ese país. Su mejor suposición era que el cambio climático había hecho que la población de calamares se alejara de Corea del Norte, llevando a sus desesperados pescadores a distancias peligrosas de la costa, donde se quedan varados y mueren por exposición al sol.

Los buques chinos, casi 800 en 2019, violan las sanciones de la ONU que prohíben la pesca extranjera en aguas norcoreanas. Sanción que le fue impuesta por realizar pruebas nucleares

Pero una pesquisa realizada por un equipo internacional de investigadores académicos, liderado por Ian Urbina, exreportero de investigación de The New York Times que ahora dirige The Outlaw Ocean Project, y Global Fishing Watch, una organización sin ánimo de lucro especializada en el uso de tecnología satelital e inteligencia artificial para rastrear actividades ilegales en alta mar, ha revelado una explicación más probable, en base a nuevos datos satelitales: China está enviando una armada de barcos industriales, hasta ahora invisible, para pescar ilegalmente en aguas de Corea del Norte, desplazando violentamente a pequeñas embarcaciones norcoreanas y esquilmando las existencias de calamares que alguna vez fueron abundantes. 

Los buques chinos, casi 800 en 2019, violan, en principio, las sanciones de la ONU que prohíben la pesca extranjera en aguas de Corea del Norte. Las sanciones, impuestas en 2017 en respuesta a las pruebas nucleares del país, tenían la intención de castigar a Corea del Norte al no permitirle vender los derechos de pesca en sus aguas a cambio de una valiosa divisa extranjera. “Este es el caso más grande conocido de pesca ilegal perpetrada por una sola flota industrial que opera en aguas de otra nación”, afirma Jaeyoon Park, científico de datos de Global Fishing Watch.

 

China es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, que firmó por unanimidad las recientes sanciones de Corea del Norte. Pero la flotilla que viola esta prohibición representa casi un tercio de toda la flota pesquera de aguas lejanas de China, según Global Fishing Watch. Tras ver los resultados de la investigación, la Cancillería del gigante asiático aseguró que “China ha aplicado de manera consistente y concienzuda las resoluciones del Consejo de Seguridad relacionadas con Corea del Norte”. El ministerio agregó que el país ha “castigado constantemente” la pesca ilegal.

En 2017, la Guardia Costera japonesa informó haber visto más de 2.000 barcos norcoreanos pescando ilegalmente en sus aguas

En marzo, dos países se quejaron anónimamente en un informe a Naciones Unidas sobre las violaciones de estas sanciones por parte de China y proporcionaron pruebas de los delitos, incluidas imágenes satelitales de los barcos chinos que pescan en aguas de Corea del Norte y el testimonio de una tripulación pesquera china que dijo que habían alertado a su gobierno de sus planes para pescar en aguas de Corea del Norte. Las zonas de pesca en el Mar de Japón, conocido en las Coreas como el Mar del Este, se encuentran entre las Coreas, Japón y Rusia, e incluyen algunas de las aguas más disputadas y peor controladas del mundo. Hasta ahora, la enorme presencia de barcos chinos en esta área estaba en gran parte oculta, porque sus capitanes apagaban sus transpondedores de forma rutinaria, haciéndolos invisibles para las autoridades terrestres, lo que, según la mayoría de las normativas, es ilegal. Sin embargo, Global Fishing Watch y sus investigadores asociados pudieron documentar estas embarcaciones utilizando varios tipos de tecnología satelital, incluida una que detecta luces brillantes en la noche. Muchos barcos de calamar usan luces extremadamente fuertes para acercar sus presas a la superficie del océano, lo que hace que los calamares sean más fáciles de atrapar. Los chinos también usan la técnica llamada “parejas de arrastreros”, dos barcos uno al lado del otro con una red colgada entre ellos que peina los mares. Son más fáciles de rastrear por satélite al viajar los dos juntos.

Historial de tensiones

Tantos norcoreanos han desaparecido en el mar en los últimos años que algunas de sus localidades portuarias, incluida la ciudad de Chongjin, a lo largo de la costa oriental del país, ahora son conocidas como “aldeas de viudas”. El año pasado, más de 50 cuerpos de norcoreanos llegaron a las playas japonesas, según la Guardia Costera japonesa.

El aumento de estos barcos fantasmas que encallan en territorio japonés ha avivado la paranoia –e inflamado una ya tensa relación entre Japón y Corea del Norte–, lo que ha llevado a algunos en Japón a especular con que los barcos fantasmas llevan espías, ladrones o incluso portadores armados de enfermedades contagiosas. “Si un barco coreano se pierde, será destruido cuando toque nuestras playas”, amenazó  Kazuhiro Araki, CEO de la Organización de Investigación de Secuestros, un grupo que estudia la historia de cientos de ciudadanos japoneses que presuntamente fueron secuestrados por Corea del Norte en los años setenta y ochenta. “Pero algunos barcos llegaron a nuestra costa intactos y sin hombres a bordo, y es posible que esas personas sean espías que llegaron a tierra”.

Barco de calamar chino ubicado en el puerto de la isla de Ulleung (Corea del Sur).

Sin embargo, la explicación más probable es que estos coreanos sean solo pescadores mal equipados que asumen riesgos desesperados y se aventuran demasiado lejos de la costa, según Jungsam Lee, académico del Instituto Marítimo de Corea y uno de los autores de la nueva investigación para Global Fishing Watch. Tras ser golpeados por tifones o quedarse varados por fallos en el motor, son transportados por la corriente de Tsushima, que circula hacia el noreste, hacia la costa oeste de Japón, dijo Lee. Con conchas y algas incrustadas en su superficie, estos botes de madera, de fondo plano, miden entre cuatro y seis metros de largo y suelen llevar entre cinco y diez hombres. No tienen baños ni camas, solo pequeñas jarras de agua, redes de pesca y aparejos, según los informes de investigación de la Guardia Costera japonesa. Enarbolan andrajosas banderas de Corea del Norte y sus cascos a menudo están estampados con números pintados o leyendas en coreano como “Departamento de Seguridad del Estado” y “Ejército Popular de Corea”.

Todos los cuerpos encontrados a bordo de estos barcos fantasma parecen ser hombres, aunque algunos estaban tan descompuestos que los investigadores japoneses tuvieron serias dificultades para afirmarlo con certeza. Las tensiones políticas entre los países y la falta de transparencia en el llamado “Estado Ermitaño” de Corea del Norte hacen difícil obtener una explicación oficial del fenómeno.

En 2004, China firmó un acuerdo de licencia de pesca multimillonaria con Corea del Norte que condujo a un aumento drástico en el número de barcos chinos en aguas de este país. Pero las sanciones internacionales, impuestas en 2017 en respuesta a los lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte y sus pruebas nucleares, pretendían cerrar las fuentes clave de ingresos de Corea del Norte. China, benefactor de este país desde hace mucho tiempo, firmó las sanciones tras ser presionada por Estados Unidos. Así, en agosto de 2017 el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, reiteró públicamente el compromiso de hacer cumplir estas nuevas reglas por parte de su gobierno. 

“Los peces son como balas”

Los productos marítimos siguen siendo la sexta mayor exportación de Corea del Norte y, en recientes discursos, el líder supremo Kim Jong-un ha presionado a la industria pesquera estatal para que aumente su alcance. “Los peces son como balas y proyectiles de artillería”, decía un editorial de Rodong Sinmun, el periódico oficial del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea, en 2017. “Los barcos de pesca son como buques de guerra, protegen a la gente y a la patria”.

Desde 2013, al menos 50 sobrevivientes han sido rescatados, pero rara vez cuentan algo más que que han estado varados en el mar y que quieren regresar a su hogar

A raíz de las sanciones de la ONU y a medida que las reservas de divisas han disminuido, el Gobierno de Corea del Norte ha tratado de impulsar su industria pesquera convirtiendo a los soldados en pescadores y enviando a estos marinos mal entrenados a aguas notoriamente turbulentas. Las sanciones también han intensificado la escasez de gasolina en Corea del Norte. Investigadores japoneses afirman que algunos de los barcos pesqueros coreanos que llegaron a sus playas sufrieron fallas en el motor o simplemente se quedaron sin combustible. Desde 2013, al menos 50 sobrevivientes han sido rescatados de estos barcos en ruinas, pero en entrevistas con la policía japonesa, los hombres rara vez cuentan algo más que que han estado varados en el mar y que quieren regresar a su hogar. Las autopsias de los cuerpos que se encuentran en estos barcos generalmente indican que los hombres murieron de hambre, hipotermia o deshidratación. 

En 2013, los pescadores norcoreanos estaban limitados por la capacidad de sus motores de 12 caballos de fuerza y generalmente solo viajaban varias docenas de millas desde tierra, según contó un expescador norcoreano que desertó a Corea del Sur en 2016 y ahora vive en Seúl. “La presión del gobierno es mayor ahora, y hay motores de 38 caballos”, señaló el desertor, quien pidió permanecer en el anonimato por temor a las repercusiones para su familia. “La gente está más desesperada y pueden ir más lejos de la costa”.

Pero los investigadores marinos sostienen que la presión del Gobierno de Corea del Norte no es el único factor. “La competencia de los arrastreros chinos industriales probablemente está desplazando a los pescadores norcoreanos, empujándolos a las aguas rusas vecinas”, indica Jungsam Lee, cuyo instituto también descubrió que cientos de barcos norcoreanos pescaron ilegalmente en aguas rusas en 2018. 

En 2017, la Guardia Costera japonesa también informó haber visto más de 2.000 barcos pesqueros norcoreanos pescando ilegalmente en sus aguas. En más de 300 casos, esta institución utilizó cañones de agua para obligar a estos barcos a abandonar el área. 

Los conflictos crecen 

En todo el mundo, muchos tipos de peces y criaturas marinas están desapareciendo a un ritmo insostenible debido al cambio climático, la sobrepesca y la pesca ilegal de las flotas industriales. A medida que estas poblaciones marinas disminuyen, la competencia crece y los enfrentamientos en alta mar entre las naciones pesqueras se vuelven más comunes. Los países amantes del marisco, como Japón y Corea del Sur, están siendo superados por las crecientes flotas de Taiwán, Vietnam y, sobre todo, China. 

Con una población de más de 1.380 millones de personas, China es el mayor consumidor mundial de productos del mar y sus capturas globales han crecido en más del 20% en los últimos cinco años. Muchos de los recursos pesqueros más cercanos a las costas chinas casi han desaparecido debido a la sobrepesca y la industrialización, por lo que el gobierno chino subsidia en gran medida a sus pescadores, que navegan por el mundo en busca de nuevos caladeros.

Parejas de arrastreros chinos anclados en el puerto de las islas Ulleung en aguas de Corea del Sur (octubre de 2016).

Las capturas de las flotas pesqueras chinas representaron entre el 50% y el 70% de los calamares pescados en alta mar en los últimos años, según una estimación del Gobierno chino. A menudo, estos barcos pescan ilegalmente en aguas nacionales de otros países, según el análisis de C4ADS, una firma de investigación marina. 

Por ejemplo, el Mar de Japón incluye zonas de agua en disputa, en las que los países circundantes –Rusia, Japón y las dos Coreas– no reconocen las fronteras marítimas de los demás. La incursión de los chinos en esta región solo ha intensificado las tensiones locales. 

Violencia 

Los barcos pesqueros chinos son famosos por su agresividad, a menudo van armados y son también conocidos por embestir a competidores o patrulleros extranjeros. Los medios chinos a menudo representan los enfrentamientos marítimos del país con otras naciones asiáticas cercanas como una extensión de los antiguos Tres Reinos de China, que libraron una feroz batalla de tres vías por la supremacía. 

En 2017 y 2018, los barcos ilegales hicieron capturas superiores a las de Japón y Corea del Sur juntos: 160.000 toneladas, 440 millones de dólares

Las tensiones entre Seúl y Beijing aumentaron en 2016, después de que un barco chino, que pescaba ilegalmente en aguas de Corea del Sur, hundiera un buque de su Guardia Costera. La embarcación se encontraba en aguas surcoreanas y estaba tratando de detener a un pesquero chino que supuestamente había sido atrapado pescando ilegalmente cuando otro barco chino chocó con los oficiales de la marina. 

Del mismo modo, mientras investigaban en el mar para esta pesquisa, los autores de este reportaje filmaron a 10 de estos barcos pesqueros chinos ilegales que cruzan las aguas de Corea del Norte. El equipo se vio obligado a desviar su rumbo para evitar una colisión peligrosa después de que uno de los capitanes de pesca chinos se desviase repentinamente hacia el bote de los investigadores, quedándose a menos de 10 metros. Avistados por la noche y aproximadamente a 100 millas de la costa, los barcos de calamar chinos no respondían a las llamadas de radio y viajaban con sus transpondedores apagados. 

Escasez 

El calamar volador del Pacífico, una especie que hace una migración anual, cría en aguas cercanas a la ciudad portuaria del sudeste de Busan o en la isla de Jeju, en el extremo sur de Corea del Sur. Nadan hacia el norte en la primavera antes de regresar al sur, a su lugar de nacimiento, entre julio y septiembre. En 2017 y 2018, los barcos chinos ilegales, que suelen ser 10 veces más grandes que los de Corea del Norte, realizaron capturas superiores a las de Japón y Corea del Sur juntos: unas 160.000 toneladas, con un valor de más de 440 millones de dólares anuales. 

Los investigadores marinos temen un colapso total de esta colonia de calamares, que ha disminuido entre un 63% y un 78% en aguas de Corea del Sur y Japón, respectivamente, desde 2003. La flota china es la principal culpable de esta caída precipitada porque, al apuntar a las aguas de Corea del Norte, estos barcos industriales capturan los calamares antes de que crezcan lo suficiente como para procrear, dijo Park, científico de Global Fishing Watch.

Cuando golpea el mal tiempo, más de 200 barcos chinos llegan al puerto de Ulleung para escapar del temporal. Arrojan aceite y basura y al salir arrastran sus anclas destruyendo las tuberías de agua dulce de la isla

Dado que las autoridades chinas no hacen públicas sus licencias de pesca, Global Fishing Watch remarcó que no hay forma de verificar que todos los barcos que entran en aguas de Corea del Norte estuvieran autorizados por el Gobierno chino. Sin embargo, la organización corroboró que los buques eran de origen chino mediante varias fuentes de información. Entre estas fuentes se encontraban los transpondedores y otros tipos de transmisiones de radio, registros de funcionarios de la Guardia Costera de Corea del Sur que habitualmente abordan e inspeccionan barcos pesqueros en su camino hacia aguas norcoreanas; los datos muestran que los barcos partieron de puertos chinos o aguas estrictamente limitadas a China, registros que indican el uso de un tipo de arte o diseño de barco claramente chino, e información satelital que muestra que los barcos previamente pescaban en aguas chinas, que están estrechamente vigiladas y prohibidas a los barcos extranjeros. Las aproximadamente dos docenas de barcos de pesca que el equipo reportó que se dirigían a las aguas norcoreanas enarbolaban banderas chinas.

“Cuando vienen, toman el control”, afirmó Kim Byong Su, alcalde de la isla Ulleung, ubicada en el Mar del Este, a unas 75 millas al este de la península coreana. Ubicada en una pequeña porción de tierra perteneciente a Corea del Sur, Ulleung es el puerto más cercano a los caladeros de Corea del Norte. El alcalde señala que los barcos de calamar chinos han diezmado las dos principales fuentes de ingresos de la isla, el turismo y la pesca. En el mercado de Jeodong, cerca del muelle, los calamares se extienden mediante hileras, como ropa doblada, mientras se secan al sol. Los vendedores de calamar estiman que el costo por libra de calamar es aproximadamente tres veces mayor que hace menos de cinco años. 

Desolación surcoreana 

La mayoría de los hombres de la isla mayores de 40 años son pescadores de calamar, pero un tercio de ellos están desempleados debido a la disminución de las existencias, afirmó el alcalde. Que una criatura tan central en la cultura local pueda desaparecer ha sacudido a esta comunidad, cuya identidad ha sido definida por la pesca de calamar durante siglos. La animosidad local hacia la flota china solo ha empeorado, dijo el alcalde, porque algunas veces al año, cuando golpea el mal tiempo, una armada de más de 200 barcos chinos de calamar llegan simultáneamente al puerto de Ulleung para escapar de la tormenta. El alcalde dice que no puede exigirles que se vayan. Arrojan aceite, tiran basura, hacen funcionar generadores de humo ruidoso toda la noche y al salir arrastran sus anclas y destruyen las tuberías de agua dulce de la isla, lamenta. “El mundo exterior necesita saber qué está pasando aquí”, concluye.

Los maltrechos “barcos fantasmas” de madera flotan a la deriva por el Mar de Japón durante meses, llevando como única carga cadáveres de pescadores norcoreanos estragados por el hambre y cuyos cuerpos han quedado reducidos a esqueletos. El año pasado, más de 150 de estas embarcaciones macabras llegaron a las...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ian Urbina

Ian Urbina es exreportero de investigación del New York Times y director de The Outlaw Ocean Project, una organización de periodismo sin fines de lucro con sede en Washington, D.C., que se enfoca en informar sobre crímenes ambientales y de derechos humanos en el mar.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Marcoafrika

    El New York Times parece encabezar últimamente la enésima campaña anti-china, ¿como?, mezclando noticias presuntamente verdaderas con otras comprobadamente falsas. Ahora rizando el rizo con la "desgarradora" historia, si fuese cierta, de las pobrecitos pescadores norcoreanos que ven esquilmados sus caladeros de pesca de calamar a manos de malvados y "sucios" chinos, que, además, polucionan con ruido y diesel el entorno de algunas de sus islas Sería interesante saber que hay detrás de esta campaña antichina que no cesa.

    Hace 3 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí