Fabián Picardo / Ministro Principal de Gibraltar
“Londres sabe que Gibraltar necesita mantener una vinculación pragmática con la UE”
Gorka Castillo 14/09/2020
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Considerada como “territorio británico de ultramar”, Gibraltar es un enclave estratégico al sur de la Península Ibérica de tan sólo 6,8 kilómetros cuadrados de extensión y poco más de 30.000 habitantes que votaron mayoritariamente “no” en el referéndum del Brexit. Para España, sin embargo, sigue siendo un objeto de deseo desde su anexión a Inglaterra en 1704. De hecho, continúa considerándola un “territorio no autónomo pendiente de descolonización”. Y ahora que Bruselas y Londres tratan de encontrar una salida ordenada del Reino Unido de la Unión Europea, la cuestión gibraltareña vuelve a cobrar gran trascendencia. El ministro principal del Peñón desde 2011, Fabián Picardo (Gibraltar, 1972), es un europeísta convencido y espera que la situación en la frontera con España, la famosa Verja que cada día atraviesan más de 15.000 ciudadanos de la comarca del Campo de Gibraltar y miles de mercancías, no se vea afectada cuando el próximo 31 de diciembre concluya el periodo transitorio fijado para la total retirada británica. “La voluntad de llegar a acuerdos para aumentar la prosperidad compartida entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar es una meta en la que expresamente coinciden España, Reino Unido y Gibraltar. Esto me anima”, responde Picardo a través de un cuestionario remitido pocas horas después de que Boris Johnson fijara el 15 de octubre como el día D para alcanzar un acuerdo comercial y de seguridad que evite la desconexión abrupta de los británicos. Y mientras la fecha se aproxima, en Gibraltar se reaviva el temor a verse aislada de nuevo, como ocurrió en 1969 cuando se cerró la Verja y se cortaron las telecomunicaciones por orden del dictador Franco.
Pese a que la cláusula número 24 de las orientaciones del Consejo Europeo para la negociación del brexit impiden que cualquier pacto entre la UE y Reino Unido pueda aplicarse en Gibraltar sin el consentimiento de España, ¿qué consecuencias tendría llegar al 31 de diciembre sin acuerdo entre Londres y Bruselas?
Una salida sin acuerdo sería mala noticia para el Reino Unido, para la Unión Europea, para España, para la comarca española del Campo de Gibraltar y para Gibraltar.
Pero la desconfianza entre Londres y Bruselas ha llegado esta semana a su cota máxima. ¿Le preocupa, como al negociador europeo Michel Barnier, el deterioro que ha sufrido la negociación?
A mí me preocupa el resultado de las negociaciones. Lo importante es lo que se acuerde y no tanto el camino que se recorra.
El ultimátum de Boris Johnson de que el pacto debe llegar antes del 15 de octubre o no habrá Brexit “blando” ha causado alarma en Irlanda porque temen que Gran Bretaña pueda preparar una nueva ley que afecte al protocolo sobre mercancías –que no haya fronteras– con Irlanda del Norte, algo que pondría en riesgo la estabilidad de la isla e incluso la paz, según ha asegurado Ursula Von der Leyen. ¿Teme que pueda suceder lo mismo en Gibraltar?
Tanto la UE como el Reino Unido tienen claro que queda poco tiempo y ambas partes lo están subrayando. La situación de Irlanda es distinta a la de Gibraltar, aunque en cuanto a la importancia de la interacción transfronteriza, sí es similar. La voluntad de llegar a acuerdos para facilitar la vida a todos los ciudadanos y aumentar la prosperidad compartida entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar es una meta en la que expresamente coinciden España, Reino Unido y Gibraltar. Esto me anima.
No se trata solo de españoles, también hay un número elevado de portugueses que trabajan en las empresas lusas que desarrollan su actividad en el Peñón
Las dificultades que están encontrando los negociadores europeos y británicos también ponen en peligro los contactos sobre Gibraltar que mantienen Madrid y Londres para pactar el encaje del territorio en un mercado interior europeo. ¿Hasta qué punto está en juego la prosperidad del Peñón?
No existe contacto Madrid-Londres sobre Gibraltar. Existe el contacto entre los tres Gobiernos –España, Reino Unido y Gibraltar– y también entre Londres y Bruselas en relación a las soluciones que nos permitan crear prosperidad para todos. No solo para Gibraltar es importante una frontera fluida, lo es de la misma manera para la comarca española colindante, el Campo de Gibraltar, de donde proceden unos 15.000 trabajadores que a diario cruzan para trabajar en Gibraltar. No se trata solo de españoles, también hay un número elevado de portugueses que trabajan en las empresas lusas que desarrollan su actividad en el Peñón.
¿Es posible, entonces, un desacuerdo sobre la salida ordenada del Reino Unido de la UE pero un acuerdo satisfactorio sobre el caso concreto de Gibraltar?
Hay un interés compartido entre la Unión, el Reino Unido y Gibraltar para encontrar una solución de beneficio mutuo para Gibraltar y también –claro está– para la comarca española del Campo de Gibraltar. Se trata de la vida y del sustento de miles de personas. Aquí existe una interconexión a través de la frontera tan extensa y profunda como entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Los gibraltareños mostraron en el referéndum del Brexit su rotunda oposición a que el Reino Unido abandone la UE. ¿Por qué?
Los gibraltareños se sienten profundamente europeos, entre otras cosas porque son los únicos británicos cuya patria está físicamente ubicada en el continente europeo. Después de 18 años detrás de la frontera cerrada por Franco en 1969, la entrada de España a la UE fue lo que por fin abrió las puertas a los gibraltareños, permitió reunir familias separadas y volver a un flujo de comercio casi normalizado.
¿De qué manera ha afectado este resultado a su relación con Londres?
Irónicamente, nuestra relación con Reino Unido sale muy reforzada de estos momentos por dos factores. El primero es la reacción tan beligerante que tuvo el anterior Gobierno español del Partido Popular, representado por su ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El segundo es que Londres ha entendido que para nosotros, para Gibraltar, la salida de la UE se tiene que solucionar de una manera diferente a la que se impondrá en el resto del Reino Unido. El gobierno inglés, con el que trabajamos mano a mano y en plena armonía, entiende que Gibraltar necesita mantener una vinculación pragmática con la UE, una fluidez de tránsito con la UE.
El pasado mes de junio se reunió en Algeciras con la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, un encuentro que no se producía desde 2009 cuando el entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se entrevistó con Peter Caruana. El motivo es avanzar en cuestiones como los derechos de los ciudadanos y la movilidad a través de la Verja. ¿Es posible un acuerdo sobre estas cuestiones?
Buscamos acuerdo en todo lo importante para nuestros ciudadanos. La reunión con la ministra española fue un gran paso hacia adelante. Son cosas que “de facto” demuestran que hay un nuevo ambiente.
Falta por hablar de puntos trascendentales como el medioambiente y la fiscalidad, un asunto que preocupa mucho a España. Ustedes aseguran que siempre han cumplido con todas las obligaciones dictadas por la OCDE y por la UE, tanto en materia fiscal como en transparencia, pero siguen siendo considerados un paraíso para el blanqueo de capitales. La propia ministra González Laya les ha acusado “de deslealtad fiscal”. ¿Qué opina?
En el tema fiscal, el hecho central es la firma de un Tratado Fiscal entre Gibraltar y España en marzo de 2019 que está siendo ratificado por el Parlamento español en estos momentos. Este Tratado, que no depende del brexit, prevé que España elimine a Gibraltar de su lista de paraísos fiscales. Nunca hemos sido un paraíso fiscal, menos ahora. Es incorrecto y simplemente dogmático llamarnos paraíso fiscal.
Bruselas considera a Gibraltar como un territorio europeo cuyas relaciones exteriores dependen del Reino Unido pero no pertenece a la unión aduanera y está excluida del IVA y la Política Agrícola Común (PAC), un estatus muy parecido del que ya gozan territorios españoles como Canarias, Ceuta y Melilla. ¿Es posible mantener esta excepcionalidad a partir del 31 de diciembre?
Ni podemos mantener ni buscamos mantener una membresía con o sin excepcionalidades porque salimos de la Unión Europea el 31 de enero de 2020 y estamos ahora en un periodo de transición. Pero sí podemos negociar y establecer marcos para la convivencia futura.
Nuestra pertenencia a la familia británica durante más de 315 años ha formado nuestra cultura y forma de ser
¿Puede influir el éxito de estos contactos “bilaterales” con España en las negociaciones oficiales que mantienen Londres y Madrid?
Constitucionalmente los temas relevantes son competencia del Gobierno de Gibraltar. Solo Gibraltar –a través de su Gobierno– puede tomar decisiones y llegar a acuerdos que nos vinculen con legitimidad democrática. Londres no se mueve sin Gibraltar y Gibraltar se mueve con Londres en absoluta coordinación.
¿Se han enturbiado sus relaciones con Londres tras su “no” rotundo al brexit?
En absoluto. Al revés. Los gobiernos británicos tras el Brexit han entendido a la perfección que Gibraltar se encuentra en una situación distinta al Reino Unido y nos apoyan. Trabajamos mano a mano con ellos.
España sigue considerando que Gibraltar es un “territorio no autónomo pendiente de descolonización” y reclama que le sea reintegrado “de acuerdo con lo dispuesto por Naciones Unidas” desde 1965. ¿Estarían los gibraltareños dispuestos a replantearse su pertenencia a Reino Unido?
Los gibraltareños son dueños de su propio destino a través de la autodeterminación, derecho básico de todos los pueblos. Gibraltar lleva más años siendo británico que español y en la España moderna se empieza a reconocer también que argumentos de integridad territorial no sustentados en la voluntad popular reflejan una actitud caduca y poco democrática. Nuestra pertenencia a la familia británica durante más de 315 años ha formado nuestra cultura y forma de ser. No queremos cambiar de hogar. No vamos a decir adiós a nuestra familia. Ni vamos a caer en la trampa de ser malos vecinos. Es complejo, ¡pero Gibraltar lo lleva bien!
Considerada como “territorio británico de ultramar”, Gibraltar es un enclave estratégico al sur de la Península Ibérica de tan sólo 6,8 kilómetros cuadrados de extensión y poco más de 30.000 habitantes que votaron mayoritariamente “no” en el referéndum del Brexit. Para España, sin embargo, sigue siendo un objeto...
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Gorka Castillo
Es reportero todoterreno.
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