Desigualdad
La brecha de género en ocupación se duplica entre la población con menos estudios
Apenas cuatro de cada diez mujeres que solo cuentan con la primaria está trabajando en España, frente al 62,4% de los hombres. Las diferencias se acortan según se escala en los niveles formativos, pero la brecha no se cierra en ningún momento
ctxt 13/11/2020
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La población con menor nivel formativo no solo arrastra peores tasas de pobreza, paro e inestabilidad laboral. En este grupo, además, las brechas de género son tan amplias que apenas cuatro de cada diez mujeres que solo cuentan con la educación primaria está trabajando en España, frente al 62,4% de los hombres en la misma situación. Estos son algunos de los principales datos que acaba de actualizar Eurostat en su publicación sobre ocupación y formación, en los que se advierte que, cuanto más bajo es el nivel de estudios, más complicado es para las mujeres acceder al mundo laboral en comparación con la población masculina.
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Esto no significa, ni mucho menos, que la brecha de inserción se cierre en algún momento: incluso entre las personas con estudios universitarios, ellos cuentan con bastantes más posibilidades de estar trabajando. Sin embargo, los veinte puntos de diferencia que existen entre el nivel de ocupación de hombres y mujeres con el nivel formativo más bajo dibujan un panorama de desigualdad, al menos en lo que empleabilidad se refiere, prácticamente insostenible: la cifra casi dobla la brecha que existe entre hombres y mujeres de estudios medios, y multiplica por tres la de la población masculina y femenina que cuenta con estudios superiores.
Y no se trata de un problema exclusivo de nuestro país. En el resto de la Unión Europea de los veintisiete, la discriminación en el acceso al empleo se repiten en todos los países, con unos niveles de desigualdad muy similares a los que hay en España. De media, e incluyendo todos los niveles formativos, un 66% de las mujeres de entre 20 y 64 años está trabajando en la región. En el caso de los hombres el porcentaje llega al 77,3%, más de once puntos por encima.
Si se atiende a la desigualdad por nivel de estudios, las dinámicas también se repiten. Por un lado, y pese a ser una herramienta de protección muy efectiva contra el desempleo, los estudios universitarios no ofrecen el mismo nivel de oportunidades laborales a hombres y a mujeres: casi el 87% de la población masculina con educación terciaria está trabajando a nivel comunitario, un porcentaje de empleabilidad seis puntos más alto que el de las mujeres. En el caso de España, y a pesar de que ellas demuestran un mejor rendimiento académico en la universidad, la brecha de inserción laboral llega a los siete puntos.
En el otro extremo, la desigualdad se dispara y multiplica los vectores de exclusión. De partida, la población con bajos estudios tiende a ocupar los empleos más inestables y precarios, muy sensibles a los cambios y ciclos económicos. En un grupo donde la tasa de pobreza laboral casi llega al 20% en el conjunto de la Unión Europea, la inequidad que sufren las mujeres para insertarse en un mercado laboral especialmente agresivo con las capas más desfavorecidas es la más alta de todas: apenas el 43% está trabajando en la UE-27, frente al 64,3% de los hombres. Una diferencia incluso más grande que en España.
En este sentido, las cifras de Eurostat, que comparan los resultados del segundo trimestre de 2019 con el mismo periodo de este año, permiten comprobar hasta qué punto la desigualdad de oportunidades en el acceso al mercado laboral es un problema enraizado y estructural: con una pandemia mundial de por medio, y con enormes convulsiones económicas golpeando todos los mercados, apenas se ha registrado cambios, ni para bien ni para mal, en los niveles de inequidad durante el último año.
Así, la brecha de inserción laboral entre hombres y mujeres que solo cuentan con la primaria apenas ha bajado 0,8 puntos a nivel comunitario desde el segundo trimestre de 2019. Entre la población con estudios secundarios, ha subido 0,5 puntos, y entre las personas con formación universitaria se mantiene prácticamente igual.
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