La vita nuova
Oda a Macguffin
Lo de USA puede tener su cosa positiva. Puede ayudar a ver, al votante del trumpismo cat y esp, cuál es su última consecuencia natural. El fin de la democracia
Guillem Martínez 8/01/2021
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1- Un Macguffin es un elemento que hace que los personajes avancen en la trama, pero que, en realidad, no afecta un ápice a la trama. “En historias de rufianes siempre es un collar y en historias de espías siempre son los documentos” (Hitchcock). Este punto 1 es un Macguffin como una casa pero, si estoy fino y al quite, en el punto 6 se convertirá en un chimpón. “Un collar o un documento no son nada, salvo lo que esconden” (Martínez).
2- Hace dos días fue 6 de enero, antes conocido como día de los Reyes y, a partir de la pandemia, día de la Pascua Militar. Tal día como ese se celebra la conquista de Maó a la pérfida Albión, una de las escasas victorias en modernidad de un Ejército que, un siglo y pico después, ya se especializó en victorias sobre ejércitos irregulares y población civil. La historia de Esp da para lo que da. Y no da para muchas pascuas. Aquella victoria en su día acabó con una de las cesiones en el Tratado de Utrech y, de paso, con una Edad de Oro en Menorca, en la que, paralelamente a su desarrollo económico y de libertades, se creó el síntoma de un teatro en catalán no dialectal, estandarizado, en la estética neoclásica, con dramas como Lucrècia, de Joan Ramis, que ya olían la ética republicana en pleno XVIII. Como todos los niños y niñas saben, Lucrecia/Lucrècia, hija de Espurio Lucrecio Tricipitino y esposa de Colatino, fue violada por el hijo del rey de Roma. Su posterior suicidio fue el desencadenante de la República Romana. Vaya, este punto 2 también es un Macguffin. Me piro, al 3, a ver si empiezo de una vez.
3- Bueno. Pascua Militar. Conmemoración del asesinato de Lucrecia. Hay cierta ansiedad por escuchar el discurso del rey. Lo que es un absurdo. En Europa, a) un rey no dice nada. Por convención democrática, sus discursos son conversaciones de ascensorZzzzz. En b) la única corona reinante de Europa que no se exilió en Londres, un rey no suele decir nada tampoco. La monarquía esp carece de grandes discursos. Y casi mejor, si entendemos que el rey más extrovertido y con discursos más programáticos fue, glups, Fernando VII. En el XIX o el XX no hay grandes discursos reales. Exemplum: la única alusión oficial al golpe de Primo, en el que participó furiosamente la monarquía, se produce, de rasqui, un año después del golpe. El discurso de JCI la madrugada del 23F es, en ese sentido, una rareza. Detiene la parte llamativa de un golpe, pero sin épica ni frases memorables. Salvo las ambiguas. Si los reyes no hablan en Europa, ni en Esp, ¿de dónde viene la ansiedad para que el rey hable en Pascua Militar, ese día tan chorras? Viene de que en 2017 habló. Presentó un discurso no solicitado al Gobierno Rajoy, que lo refrendó sin cambiar una coma. Con ese discurso hizo política. Abandonó su neutralidad. Y, con ello, creó un estado de ánimo en el constitucionalismo, que no es lo constitucional, sino la ultraderecha nacionalista esp. Desde ese momento, autorizada y crecidita en su cruzada por su lectura de la CE78, al punto de que, en pandemia, ha coqueteado con el golpismo. Incluso con cartas de militares al rey, en las que se conjugan proyecciones de la idea de democracia que el rey esbozó en su discurso de 2017. El rey no aludió a ello en su discurso de Navidad. La prestigiosa Foreign Policy, este 4E aludía en un artículo a la necesidad de que el rey desautorizara unas tendencias golpistas calificadas como graves, que se ubicara en la neutralidad formal desneutralizando, ubicando en un extremo, las opciones golpistas.
4- El Ejecutivo, que es quien corrige o, según el día, escribe los discursos del rey, y con ello los refrenda, optó –con el acuerdo del rey, se supone, que participó en todo ello con su opinión– por otro itinerario. En el acto, el peso programático fue de la ministra de Defensa, que en un momento dado de su discurso aludió a los militares que chatean o escriben, como mamíferos que “sólo se representan a sí mismos”. Lo que no es cierto. Se relacionan con una cultura compartida por dos grupos parlamentarios, y con varios millones de votantes. No son una seta, fruto que nace con sólo el sol y la lluvia, sino la consecuencia de la desactivación social de la CE78 desde 1978, de su rapto por la extrema derecha en los 90, y del discurso del rey en 2017. En lo que es un error, un lamentable error, se optó, en el discurso del rey, por tratar como compañeros a los militares. Lo que puede estar bien –el rey no puede enfrentarse a los militares–, pero que puede estar mal, al no establecer distancias con los militares yuyus, aceptados como compis. El posible momento correctivo y de distanciamiento frente al golpismo consistió, si se quiere interpretar así, en alusiones a la CE78, dentro del tradicional –y ya extraño y enfermizo– pack de defensa de la CE78, una CE78, por otra parte, defendida a capa y espada –y bazoka, que es lo inquietante– por el golpismo y el ultranacionalismo esp.
5- El Ejecutivo optó por tratar a la monarquía como europea. No lo es. Su historia la diferencia. Y su pasado reciente. Y su presente. Es una monarquía corrupta, en causas internacionales por ese hecho, y que, sin que nadie se lo pidiera y sin necesidad real para ello, en 2017 abandonó su único patrimonio –la neutralidad–, que le podía acercar a la tradición europea. El discurso de la Pascua Militar tampoco ha reencauzado nada. Salvo que haya un plan soterrado y silencioso –lo que sería otro error; la gravedad del momento requiere ser explícito–, el rey seguirá siendo interpretado como un símbolo constitucionalista, que no constitucional, por los militares que así lo quieran. Y por los civiles que posean cierta información, sentido de la época y canguelo, como aquí el menda. La inteligencia extraña y fascinante de Jaime Miquel, analista electoral, hoy trabajando en Moncloa, creó en 2015 un libro imprescindible –La Perestroika de Felipe VI, RBA–, en el que presenta un régimen agotado y un electorado rupturista –parecido al del 15M; no es de izquierdas o derechas; la ruptura no es necesariamente republicana, sino democrática, federal, anticorrupción, por una justicia eficaz y no política–. Felipe VI, si tenía alguna opción, era como facilitador de esa implantación democrática, en un falso bipartidismo, en el que PSOE y PP se pusieran de acuerdo en una gran reforma del Estado más allá de sus intereses. PP y PSOE, por ahora, que nada. Y Felipe VI parece que, por ahora, ha fracasado rotundamente en posicionarse lejos de la corrupción. Gracias a su discurso del 2017, también ha quedado lejos de lo federal y de una justicia neutral. Incluso de ser árbitro o animador de nada. En esta pandemia, la monarquía ha apostado ya no por ser operativa, sino por la propaganda y la confianza en la modulación de la información sobre ella. Eso es la antesala, de duración variable, de lo autoritario. Veremos si la ley sobre el comportamiento del rey, que anuncia Sánchez, es operativa. O es un/otro Macguffin. Una monarquía corrupta e inoperante no es el prólogo a una República. Es el prólogo a la lucha feroz por su supervivencia.
Una monarquía corrupta e inoperante no es el prólogo a una República. Es el prólogo a la lucha feroz por su supervivencia
6- A las pocas horas de todo esto, una masa enfurecida asaltaba el Capitolio. No lo hacía para acabar con la democracia, sino en defensa de la Constitución USA, de sus valores fundacionales, de la democracia y de Dios. La marcha sobre Washington explica la época: es como la marcha sobre Roma, pero completamente al revés y en nombre de la democracia. Hasta que uno comprende que Constitución, valores fundacionales, democracia, etc, son Macguffins, motores de la trama que no son la trama. El trumpismo, que es como hemos dado en llamar a esos postfascismos en nada parecidos al fascismo clásico, es una serie de Macguffins, densos, eléctricos, superpuestos. Debajo de ellos hay una sociedad rota por el neoliberalismo, que no se podrá recomponer sin cambios democráticos y económicos, y un autoritarismo que se va dibujando más y mejor. En Esp, el trumpismo –esto es, el neoliberalismo, la sociedad rota, el fake– transcurre, como en todas partes, debajo de Macguffins potentes. La independència es uno. Es algo que no incide en una trama independentista. La niega, pero afianza en el poder un modo de hacer. La lista de JxC para el 14F, en ese sentido, es abiertamente postfacista, trumpista, macguffinista. Otros Macguiffins en la plaza: una visión constitucionalista de la CE78, del rey, de la nación, tan potente que también ubican a un Gobierno de coalición fuera de la democracia y lo nacional. Ubicar a un gobierno legal en la ilegitimidad es la casilla de inicio para lo del Capitolio.
7- El Gobierno de Sánchez ha perdido otra ocasión para desmacguffinizar al rey, pieza fundamental en el trumpismo esp por decisión propia y de quien ha querido reír la gracia. Al gobierno no le quedan tantas ocasiones para hacerlo. El trumpismo, como se ve, va rapidito.
8- Por lo demás, lo de los USA, no obstante, puede tener su cosa positiva. Puede ayudar a ver, al votante del trumpismo cat y esp, cuál es su última consecuencia natural. El fin de la democracia. Y a las opciones no neoliberales la necesidad de no frecuentar ningún Macguffin trumpista. De paso, el pifostio del Capitolio puede ayudar al TS a ver, por fin, lo que es un acto de sedición, y su diferencia respecto de un acto propagandístico.
1- Un Macguffin es un elemento que hace que los personajes avancen en la trama, pero que, en realidad, no afecta un ápice a la trama. “En historias de rufianes siempre es un collar y en historias de espías siempre son los documentos” (Hitchcock). Este punto 1 es un Macguffin como una casa pero,...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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