¡SEÑORÍAS, PAR FAVAR!
Carmen, hay más imágenes para ti
La vicepresidenta primera se ha ido al finalizar su intervención, dejando a Pablo Iglesias solo en el hemiciclo, momento que el vicepresidente ha aprovechado para explayarse
Marina Lobo 17/02/2021
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Para ser honesta, hoy he llegado un poco tarde a la sesión. Algún día tenía que pasar. No mucho, solo me he perdido un ratito de Pablo Casado, pero he ido en el metro contemplando desde el móvil su intervención en el Congreso de los Diputados. Un usuario ha comentado el vídeo en directo mientras hablaba el presidente del PP: “Viva el rey viva España y viva franco”. A mí no me miren, los signos de puntuación se los ha comido él. Una intervención de Pablo Casado a primera hora de la mañana es un café demasiado cargado que te tienes que tomar de un trago sin dudar, arriesgándote a quemarte la lengua y a dejarte por el camino las papilas gustativas, para no llegar tarde al trabajo. Yo soy más de café con leche de soja y canela –y de llegar tarde–.
A Arrimadas no me la he perdido. He de admitir que he dado un respingo en la silla cuando la candidata de Ciudadanos –ese partido que, como bien ha recordado hoy un diputado en el hemiciclo, “cabe en una furgoneta”– le ha preguntado a Pedro Sánchez si cree que en España hay “normalidad democrática”. Hay biografías de señores en Tinder más concretas que esa pregunta. Digo que he dado un respingo en la silla porque, por un momento, he pensado que Inés Arrimadas se refería a la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél, a que era una condena injusta y a que es difícil que exista normalidad democrática en una sociedad si no se garantiza la libertad de expresión. Ese es el concepto que yo tengo de normalidad, pero Ciudadanos siempre sabe cómo dar la vuelta a una situación en tiempo récord e Inés Arrimadas ha dicho que “no es normal que miembros del Gobierno defiendan a alguien que va a ir a prisión”. La normalidad es muy subjetiva.
Siempre ha habido dos almas en el gobierno de coalición, y es bien sabido que una de las personas que más trabas puso a la formación de ese gobierno fue Carmen Calvo
El debate de la “normalidad democrática” ha ocupado buena parte de la sesión. Y precisamente normalidad hoy no ha habido mucha. El diputado de Bildu Jon Iñarritu le ha preguntado a Carmen Calvo si considera que hay democracia sin libertad de expresión, a lo que la vicepresidenta, a la que sus gestos desafiantes y su tono altivo le juegan muy malas pasadas, ha respondido: “Pues evidentemente. Pregunta bien fácil”. La pregunta no sé si era tan fácil como la respuesta que ha dado ella, aunque luego para arreglarlo ha añadido que “este Gobierno hará un trabajo de modificación a la mayor brevedad posible y de ninguna manera se defiende con violencia ningún derecho fundamental de ninguna democracia”. En esto también se puede discrepar, porque, aunque la frase parece sacada de una taza de Mr. Wonderful, casi todos los derechos se han conquistado históricamente en las calles, con más o menos violencia. Pero lo llamativo no ha sido la falta de reflexión por parte de Calvo sobre un tema tan importante como es la calidad democrática del país de cuyo gobierno forma parte, sino que, al terminar su réplica, como es habitual, han aplaudido compañer@s del PSOE y del Gobierno, pero no le ha aplaudido su compañero de pupitre Pablo Iglesias. El líder de UP ha intervenido después de Calvo para contestar a Teodoro García Egea sobre el mismo tema y ha dicho que “ojalá hubiera plena normalidad democrática”. Carmen tampoco ha aplaudido a su compañero.
Desde sus primeros días de vida, siempre ha habido dos almas en el gobierno de coalición, y es bien sabido que una de las personas que más trabas puso a la formación de ese gobierno con Unidas Podemos fue Carmen Calvo –esto, por cierto, se cuenta maravillosamente en el libro La coalición frente a la pandemia, en el que se narran episodios tragicómicos de las negociaciones para la formación del Gobierno, algunos con la vicepresidenta Calvo como protagonista de unas escenas que ni en el mejor sketch de Polònia–.
Alguien que ve la sesión desde su casa podría pensar: bueno, pues se han enfadado un poco por las diferencias que ha habido últimamente entre PSOE y Unidas Podemos respecto a la ley trans, no se han aplaudido mutuamente, ya se arreglarán. Pues lo siento, pero como diría Sandra Barneda en “La isla de las tentaciones”: – programa en el que se aprende mucho de relaciones tóxicas y de nuevas canciones de reguetón– Carmen, hay más imágenes para ti. Para l@s que no sois fans de perder las noches frente a la televisión, os diré que esa frase nunca trae consigo nada bueno. Después del “hay más imágenes para ti”, le dan a la o el concursante en cuestión una tablet y le ponen imágenes de su pareja hablando mal de su relación o, directamente, liándose con un profesor de spinning en el jacuzzi de la casa mientras suena de fondo “ahora todo cambió, le toca a ella”. Hay concursantes que, directamente, eligen no ver las imágenes. Eso es lo que ha hecho hoy Carmen Calvo. Se ha ido al finalizar su intervención, dejando a Pablo Iglesias solo en el hemiciclo, momento que el vicepresidente ha aprovechado para explayarse. Durante una interpelación de Ciudadanos propiciada por el diputado naranja Díaz Gómez –muy buen parlamentario que siempre trae debates interesantes, todo hay que decirlo– sobre “garantizar el ejercicio del periodismo en libertad y sin injerencias políticas”, Iglesias ha aprovechado para hacer un repaso por los amigos del poder que dirigen medios de comunicación importantes en nuestro país. “¿Qué opina usted de que Francisco Marhuenda, que fue diputado del PP, sea el director de La Razón, o que una directora general del PSOE y asesora de Zapatero sea la directora de elplural.com?”, espetaba Iglesias en un hemiciclo en el que no había en ese momento nadie del Gobierno por la parte socialista. Y siguió dando nombres: Juan Tapia, Cristina Garmendia, Felipe González, PRISA, Atresmedia, Mediaset. El líder de Podemos hizo una radiografía bastante exhaustiva del panorama actual de los medios de comunicación y sus intereses, aunque algun@ se le olvida o no lo tiene bien ubicado –o no quiere ubicarle, eso ya no lo sé–.
Calvo no vio eso, o puede que lo viera desde otro sitio en una tablet como en la isla, pero hay más. Porque, después de sacar a la luz los trapos sucios –también del PSOE– con los medios de comunicación, desde Unidas Podemos han hablado con un grupo de periodistas entre l@s que yo me encontraba para seguir azuzando esa disputa. Se ha hablado de “deslealtad”, de que los del PSOE “han atravesado líneas rojas” y se ha dejado entrever que desde el sector Carmen Calvo se está intentando ningunear al Ministerio de Igualdad que tanto costó dejar en manos de Irene Montero.
Igual nos iría mejor si, como en “La Isla de las tentaciones”, las dos partes en conflicto de la coalición hicieran una hoguera de confrontación y dejaran de tirarse dardos envenenados
Teo ha aprendido a hacer rótulos. En una intervención jaleada por sus compañeros del PP, Teodoro García Egea ha dicho que “RTVE se dedica a poner rótulos contra la Casa Real” y se ha lanzado a proponer rótulos para definir a los diferentes miembros del Gobierno: “Pablo Iglesias, dirigente de un partido imputado; Yolanda Díaz, la de los 4 millones de parados o Pablo Echenique, gran cruz a la seguridad social”, decía mientras se escuchaban las risas de los populares. Tamaño ejercicio periodístico-satírico –o quién sabe si la nostalgia al recordar aquellos tiempos en los que desde el PP manipulaban descaradamente a su antojo la información en la televisión pública– ha suscitado tal excitación que la bancada del PP se ha levantado a aplaudirle. Al César lo que es del César, las dos primeras personas en levantarse para jalear a Teo han sido la diputada Ana María Beltrán –vicesecretaria nacional de Organización y presidenta del PP de Navarra, defensora de Cayetana Álvarez de Toledo y autoras de tweets como “Illa esconde algo seguro. No se entiende que se niegue a hacerse un test. O se ha vacunado y lo esconde o tiene síntomas de covid y no se arriesga a ser descubierto para no abandonar la campaña. ¿Cuál será?”– y el también vicesecretario Antonio González Terol, diputado por Madrid con una larga trayectoria en el partido de la mano de Esperanza Aguirre. Por cierto, a los rótulos de Teo Iglesias ha respondido diciendo que “a mí no me parece normal que Cifuentes se vaya de rositas y Pablo Hasél esté en la cárcel”. En medio de todo eso, alguien ha gritado “¡Venezuela!”, palabra que ha aparecido varias veces en la sesión de hoy.
Las palabras escogidas, y más en política, siempre tienen un objetivo. Que Pedro Sánchez hable hoy de “democracia plena” e Iglesias diga que “ojalá hubiera normalidad democrática” no es al azar, ni son posiciones opuestas, pero hay un abismo entre el significado de unas y otras. Es evidente que los poderes mediáticos –especialmente los grandes– tienen una capacidad enorme para ejercer presión sobre los poderes políticos, tal y como ha recordado Iglesias. Pero también es cierto que l@s polític@s lo saben y lo utilizan también para ejercer sus presiones. La ausencia de aplausos hoy entre Calvo e Iglesias se ha hecho para hacer ver el desacuerdo en el núcleo del Gobierno, la elección de palabras busca que se hable en los informativos y en los periódicos de las diferencias entre las dos partes presentes en el gobierno de coalición. Que al salir del hemiciclo se pronuncien frases que no dicen nada y lo dicen todo –como “nos estamos tragando cosas…”– desde una de las partes del gobierno en un corrillo de periodistas tampoco es aleatorio, es el uso que hacen los políticos de ese mismo poder mediático para que este ejerza la presión por ellos sin mancharse demasiado las manos. Igual nos iría mejor si, como en “La Isla de las tentaciones”, cuando una pareja llega a un punto importante de desacuerdo sobre su relación, las dos partes en conflicto hicieran una hoguera de confrontación y dejaran de tirarse dardos envenenados a través de esos medios que alimentan.
Para ser honesta, hoy he llegado un poco tarde a la sesión. Algún día tenía que pasar. No mucho, solo me he perdido un ratito de Pablo Casado, pero he ido en el metro contemplando desde el móvil su intervención en el Congreso de los Diputados. Un usuario ha comentado el vídeo en directo mientras hablaba el...
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Marina Lobo
Periodista, aunque en mi casa siempre me han dicho que soy un poco payasina. Soy de León, escucho trap y dicen que soy guapa para no ser votante de Ciudadanos.
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