DIVERSIÓN CON BANDERAS
Mi voto
Les animo a votar opciones de izquierda y de progreso poco dadas a tocarse mientras miran una bandera. Les animo, por primera vez en mi vida, a un voto antifascista
Guillem Martínez Barcelona , 14/02/2021
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El voto es, hasta cierto punto, un hecho sobrevalorado en la importancia que se le da. Más hoy en día, en el que varias toneladas de identidad gravitan en votar una cosa u otra en Cat. Lo que explica el voto como una región de la identidad, la prima, según lo que coma, más tonta y sucia de la inteligencia. No obstante, considero importante, si te dedicas al trabajo al que me dedico, hacer público el voto. Creo, incluso, que deberían hacerlo público los medios, como se hace en USA o UK. Eso permite al lector discernir tus tomas de decisiones –en un periodista y, en menor grado, en un medio, es algo dinámico, continuo, constante; tal vez, como le pasa a todo el mundo– y tus futuros cambios de opinión ante los objetos. Permite verte el plumero, facilitar la vida al lector, lo que te obliga, a su vez, a tener un plumero rico, amplio y sustentado en la realidad antes que en el voto y en las reglas de la política, esa realidad paralela.
Lo que ha pasado en Cat tan solo ha sido un combate de todo lo anterior a 2011. Una partida de marcos y de fakes, inoperantes
En Cat este ciclo se inició con un presi de la Gene yendo al Parlament en helicóptero, como en el Saigón de los 70. Y concluye con una cabeza de lista del partido postconvergente acusada de mangoneo, como en la Marbella de los 90. Lo que explica lo que ha pasado. Mucho. Una suerte de amnistía para el Lado Oscuro, que se ha hecho hegemónico a partir de herramientas propias del Lado Oscuro. Así, se ha producido un cambio cultural llamativo y peculiar. Una intensificación de marcos reaccionarios. La cosa se inició con una revolución oral, jamás contrastada en la realidad, modulada por CDC, un partido que huía de su corrupción estructurada. Lo único real, palpable, en todo esto fue la respuesta del Deep State, sumamente violenta, desmesurada, antidemocrática. Un elemento notorio, que debería haber escandalizado a Europa. No lo ha hecho, no al menos en su justa y efectiva medida, porque los políticos represaliados no han inspirado confianza en Europa –muy sensible al concepto preso político, en ocasiones–, no han sido leídos como defensores de la democracia. Lo que habla de un fracaso notorio, y del único éxito de esto que he dado en denominar procesismo, pues no coincide con una idea de independentismo operativa y clara. Lo que ha pasado en Cat tan solo ha sido un combate de todo lo anterior a 2011 para seguir vivito y coleando, a través de la creación de marcos. Ha sido una partida de marcos y de fakes, inoperantes, inexportables, que sólo han tenido una función electoral. En todos estos años, simplemente –lo que es mucho–, se ha reformulado una idea de identidad nacional, haciéndola más estrecha, esencialista, excluyente y vertical. Hoy en día, Cat es, según los partidos participantes en esta juerga, sólo esos partidos. Por lo mismo y por el mismo mecanismo que, a principios del siglo XXI/Aznar, la democracia esp era el PP y todo lo demás éramos ETA. Esto, los marcos rampantes procesistas y los del PP, es apabullante. Impide respirar. Te aboca a la soledad. Pero son ejercicios tan ajenos a la realidad que, siendo invencibles, siempre están amenazados de caer en 24h. La razón: los moduladores de esos marcos, pudiendo ser inmortales, siempre la cagan e invaden la URSS o el Capitolio.
Las últimas evoluciones del procesismo son hacia el trumpismo, una corriente viva cuando se planificaron estas elecciones y estas listas. Teorías de la confusión, en las que nada encaja sin el enemigo. El enemigo, esta mañana a primera hora, no difiere de otras extremas derechas USA y europeas. Es el colono, que es, a su vez, el charnego de toda la vida y el nuevo, el de colorines. Con esa expulsión del 50% de la sociedad se invalida la vieja y la nueva inmigración, sin tener que aludir a esos conceptos enojosos y racistas. El pacto antiPSC quiere ser eso. Quiere dibujar un Frente Nacional, sin otro objeto, como siempre, que el electoral. Después de una pandemia gestionada con el XXXX y la bandera, volverán a ganar, tal vez precariamente. Pero intensificando sus fracasos. El principal: en un país en el que pocos tenían miedo a la indepe, han desperdiciado el apoyo a un referéndum por parte del 80% de la sociedad. Apoyo que ya no existe. No existe, literalmente, cuando se suprime al 50% de la sociedad. No existe cuando cualquier acercamiento al procesismo consiste en la sumisión a su principal partido y a sus cosmovisiones reaccionarias. Aquí, en fin y por tanto, no se va a independizar nadie. No a través de esas mecánicas totalitarias. Lo que les da igual. Es preciso que las personas que en su día, sin tener nada que ver con ellos o sus ideas, denunciamos el trato antidemocrático a los presos procesistas, denunciemos también esa otra dinámica ultraderechista contra el PSC, sin tener nada que ver con ellos o sus ideas. Es preciso denunciar el único cordón sanitario europeo contra un partido socialdemócrata. Llamar la atención sobre su espectacularidad y el escándalo que supone. Más en tanto ese pacto incluye, como poco, un partido trumpista entre sus animadores.
Es preciso que las personas que denunciamos el trato antidemocrático a los presos procesistas, denunciemos también esa otra dinámica ultraderechista contra el PSC
En ese sentido creo que nosotros –una parte importante de la sociedad– lo hemos hecho bien, estando como hemos estado, en ocasiones, solos. No hemos creado un nuevo nacionalismo, no nos hemos adscrito a ningún bloque ni banderita. No hemos jurado en arameo. Hemos velado por la unidad social, y no por la unidad étnica. Hemos sido empáticos con los presos, sin participar en las coreografías sin empatía, excluyentes, que se proponían en su defensa o en su castigo. En general, los fanatismos funcionan así: un grupo de fanáticos van avanzando en la realidad, porque nosotros los consideramos fanáticos y catetos, y no les hacemos caso. Y, en general, eso está bien. Y habría que volverlo a hacer. Siempre. Nuestro gran error, en todos estos años, es que nos hemos reído de todo esto, cuando, en realidad, nos deberíamos haber reído mucho más. Creo que ha llegado un punto de inflexión en que debemos intensificar nuestra oposición y nuestra risa ante los partidos, irresponsables y proclives a la ruptura social antes, mucho antes, que política. Y ampliar nuestra simpatía hacia sus votantes. Nadie, en fin, vota postfascismo sabiéndolo. Puede sonar raro, pero en UK, en los USA, en Francia, en Hungría, en Esp, en Cat... nadie vota postfacismos. Votan por países que no existen en su intensidad y destino, y amenazados por un enemigo interno. Deberíamos, en ese sentido, hablar más con el votante procesista. Le conocemos. Está en nuestra escuela, en nuestro bloque de pisos, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestros cenorrios. Como nosotros estamos en todos esos sitios. Estaremos siempre juntos, pase lo que pase, y sin remedio. Sólo eso, hablar, lo cambiaría todo. Deberíamos, incluso, follar con ellos. Lo que daría un nuevo significado a la alocución follarse-al-contrincante. Invalidaría la idea de contrincante en la realidad. En la realidad, hay pocos contrincantes. Tal vez, el 1% en cada sociedad. Podemos hacer todo eso –reírnos, dialogar, no participar de esta opereta, salvo en su solución democrática– porque es sencillo, y porque somos ágiles y esbeltos: cada mañana, al despertarnos, pesamos los 5.000 kilos menos que supone no cargar con una identidad cat o esp tan pesada y trasnochada, indialogable, doctrinaria y sustentada en cosas raras.
Bueno. Con este discurso ordenado/desordenado les animo a salir del armario de la soledad y la crispación. Tengo el convencimiento, por otra parte, de que el primero que salga de ese armario, y empiece a utilizar categorías verificables, sinceras y democráticas, ganará esta carrera hacia ningún sitio. Creo que lo único en juego en estas elecciones es la división de una sociedad en dos mitades imaginarias. Lo demás está perdido. Sobre lo perdido: Cat no participa del combate por la democracia, la democracia económica y la libertad que se está llevando a cabo en Europa –no nos va muy bien, por cierto–. Ni tan siquiera Cat participa ahí en el lado correcto de la Historia. Cat no participa con propuestas en la gestión de los fondos europeos. Sí, la propuesta del Gobierno es laberíntica y oscura, pero además Cat puede aportar sólo improvisación, quejío y conflicto gratuito y simbólico. Les animo a escandalizarse por la gestión de la pandemia. En toda Europa y, más y peor, en MAD y en Cat. Ambos topos por los mismos motivos. Les animo, finalmente, y en otro orden de cosas, a votar opciones de izquierda y de progreso poco dadas a tocarse mientras miran una bandera. Les animo, en ese sentido y por primera vez en mi vida –lo que para mi es una suerte de alarma; como en todas las alarmas de este tipo, la respuesta es la serenidad y el vitalismo, y no la solemnidad ni el mito–, a un voto antifascista. Concretamente, antipostfacista, todo ese lío entre la confusión, la identidad, la mentira, y la pureza. Por mi parte, y por todo ello, votaré Comuns. Y lo haré con la esperanza, además, de que en esta edición de fakes el procesismo tenga, por una vez, razón, y Jéssica Albiach sea keli y poligonera. Que lo sea. Que lo sea. Por Dios, que lo sea.
Sin más, hasta las próximas elecciones Cat de este año.
El voto es, hasta cierto punto, un hecho sobrevalorado en la importancia que se le da. Más hoy en día, en el que varias toneladas de identidad gravitan en votar una cosa u otra en Cat. Lo que explica el voto como una región de la identidad, la prima, según lo que coma, más tonta y sucia de la...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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