DIVERSIÓN CON BANDERAS
Por la boca vive el pez
El pacto anti PSC puede ser otro punto de desprestigio de la causa, sumamente desprestigiada, en Europa. Procesismo y ‘Deep State’, por otra parte, apuestan por lo mismo. Bloques, exclusión social. Y conflicto de opereta
Guillem Martínez Barcelona , 11/02/2021
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DEBAT TV3. Estoy en el sofá, esperando el inicio del Debat TV3. Mientras, departo con una amiga que ha venido a hacer manitas durante el toque de queda, como en el París ocupado. Se trata de una doctorada en Física por Yale, DJ y modelo ocasional, que me he construido con migas de pan, y con la que comento las noticias del día. Como que A) la pandemia ha rebajado un año la esperanza de vida. “La reforma de la Seguridad Social debería prever jubilaciones en el bar mitzvah”, me dice la de Yale, que cruza unas piernas que, así a ojo, le empiezan donde a mí el cuello. Por otra parte, B), parece que habrá quórum para formar el 99% de las mesas electorales. “Ajá”, dice la de Yale, mientras se desabotona la rebequita. Las mesas no constituidas, si las hubiere, C) es posible que voten otro día. Lo que D) podría retrasar los resultados. El 14F, a última hora, se produciría el voto de personas infectadas, que serían recibidas por unas mesas vestidas de gala/traje EPI. La mala noticia es que, E) con traje EPI, las infecciones, así, en general, se producen al quitarse el traje. “Cielos, sucede lo mismo con el amor, nene”. Glups. La buena noticia es que F) conocemos más a la Covid, de manera que los contactos táctiles no son de contagio probable. El contagio se produce, mayormente, por G) aerosoles. Como los que me lanza en este momento la de Yale, que tiene los labios tan grandes que nunca jamás pronunciará la palabra Pamplona, topos al que aún así, me comenta, sería adecuado ir pensando en orientarse. Se prevé una participación del 60%. Pero H) –y comprenderán que ya vaya cerrando este párrafo arreando– vete a saber. Y ahora, si no les importa, Z) pasen al siguiente párrafo, que yo llego en 20’. Brrrrr.
30” DESPUÉS. Rayos, empieza el debate. Y yo lleno de migas. Sinopsis. JxC redujo sobremanera su tendencia al fake, que se limitó a la mentira de toda la vida. No hubo narices de verter en TV3 lo que el partido vierte en Redes. Hubo, por tanto, un intento de disimularse en horario –de sociedad– infantil. Este hecho, en todo caso, facilitó el debate, que resultó más pausado y menos sobreactuado que el anterior, en TVE. El segundo hecho importante fue el momento PP-Vox. PP se distanció de manera efectiva y ocurrente de la extrema derecha. No cuesta nada, ni obliga a nada. Es, de hecho, tan solo una declaración. En el país de las declaraciones. Cuesta creerlo y entenderlo, pero algún día, no cercano, harán algo parecido el resto de partidos procesistas respecto a su disciplina. Bueno. El debate. Ahí va por ganaderías. Es posible que sea una foto-finish.
C’s. Duelo privado con Vox, partido al que se le recriminó haber llegado tarde al hipotético combate por la Reconquista, antes que ser de extrema derecha. El constitucionalismo, en fin, es algo que, si se matiza mucho, reposa sobre referentes no constitucionales e inquietantes. C’s, en la Plaza Colón, por otra parte, se matizó a sí mismo por un tubo. Demasiado. Como le pasó a los indios siboney, es posible que C’s quede diezmado por Colón, en lo que sería el último logro del insigne navegante cat.
VOX. Su líder, Ignacio Garriga, descendiente de empresarios que, en su día, sufragaron el nacionalismo flamenco –lo que supone la presencia, en unas elecciones cat, de dos listas relacionadas de alguna manera con el nacionalismo flamenco, esa joya–, estuvo sobreactuado, si bien la extrema derecha es sobreactuación hasta que pilla cacho. Su discurso antiforáneos quedó marciano. Pero, ojo, ese mundo, a la que rascas, es este. Plataforma x Cat, el primer partido anti-inmigración y postfacista cat, llegó, en su día, al 20% en Vic. Asumido en sus propuestas por la CiU de entonces, sus votantes han quedado integrados, con el tiempo, en el procesismo, una forma de supremacismo carolingio, que no utiliza ese vocabulario ni esas formas, tan solo el dolor del hombre blanco, que sufre por no poder ser atendido en una panadería en su lengua. La extrema derecha, me temo, gana en peligro cuando tiene un vocabulario menos fascista, incluso antifascista. Y cuando habla en términos sociales, incluso de izquierda. A Vox aún le falta mucho para todo eso. Por lo que observo y, glups, oigo, su gran voto vendrá del PP y en zonas morlock / rubias.
PP. Discreto, moderado, ocurrente, con golpes de genio. Recibió la amabilidad del resto –Vox included–, que no hicieron sangre de los casos de corrupción epistemológica en la semana Bárcenas. El mismo trato recibió JxC. Por lo que sea, los directores de campaña prefieren hablar, en campaña, de la campiña.
PDeCAT. Utilizan el léxico procesista y, a la vez, se desmarcan de JxC. En ese trance, hacen hincapié en el carácter derechista de PDeCAT frente a JxC. Lo que puede ser su gran error. En un país en el que todo el mundo miente –la sociedad que menos impuestos quiere pagar se autodefine como la más izquierdista–, y en el que JxC está haciendo lo que no hace Vox –apropiarse de la izquierda, autodefinirse así de vez en cuando–, todo ello puede suponer una penalización.
PSC. Illa se comportó como Presi. Incluso hizo callar a la de la CUP, y hacerle bajar la cabeza, en un momento en el que le llamó “cínico”. El procesismo, como el constitucionalismo, utiliza valoraciones morales de sus contrarios. Son palabras, por lo general, desprecintadas, en su día, por Acebes. Algo que, por todo ello, debería evitar la CUP. Y el gato. El director de campaña hizo apostar a Illa por la sobriedad y el tono. Desde el tono, ofreció el único cambio que no está en su mano. Que el procés finalice. Zas. No pasará. Ese movimiento eléctrico y sin obra política, sustentado en su voluntad de permanencia, incluso a un alto coste social, al cual aún no hemos llegado –se dice rápido–, tiene cuerda para rato. No mucho. No siempre. Pero para rato. Implícitamente, Illa, no obstante, optó, para el resto de problemas, por todo lo contrario al cambio –la permanencia de las opciones público-privadas–. Este es el PSC más funcionarial y aburrido tras Maragall.
JxC. Discreta, Borràs hizo un gran ejercicio de contención para no abrir la boca de la cara en la proporción, no áurea, en la que suele. Fue una Illa del procesismo. Lo que indica que el procesismo ya no puede verbalizarse en la tele –en un debate, quiero decir, no en el resto de la programación– a su aire. Ha perdido libertad. Lo que habla del ciclo que encara, en el que se expone a ser descrito en términos no democráticos. Borràs hizo vindicación del Presi Torra –alguien no considerado en Waterloo–, y finalizó con hurras a Puigde –esa cosa tan agradecida en Waterloo–. Condensó el victimismo y el sufrimiento en cuatro frases. Las justas para su público, que desea sufrir con otro Presi en los juzgados, aunque sea por mangar con una recortada.
ERC. Aragonès apostó por los cuatro rasgos de sufrimiento del procesismo. Pero con menos Stanislavski que su colega de JxC. Su director de campaña, a su vez, le hizo apostar por la gestión. En el partido que gestiona Sanitat y residencias en pandemia, sí. Zzzzzz. ERC tiene un problemón. Sus siglas son mágicas. Cualquier partido cat, del PSC para arriba, las querría para sí. No obstante, ERC no sabe qué hacer con ellas. El partido que debería haber ganado en 2012 si hubiera tenido un vocabulario propio es posible que continúe sin hacerlo, y utilizando el vocabulario de la CDC de turno.
COMUNS. Comuns se sumó al vocabulario procesista en 2017, momento en el que una región de la sociedad, no españolista ni españolera, rupturista, de izquierdas y haciendo chiribitas, necesitaba protección y cariño. Jessica Albiach ha invertido la dinámica. En el debate, optó por lo no estridente, por el realismo, por exigir diálogo entre los partidos y, si se tercia, un Govern de izquierdas. Con PSC y ERC. Algo altamente improbable. Los marcos del procesismo –trumpistas; el palabro mágico es “traidor”, el grito más repetido, por cierto, en el asalto al Capitolio por parte de aquellos seres puros y de luz que lo asaltaron–, todo orienta a ello, lo impedirán. Y, para qué engañarnos, JxC y ERC necesitan alimentar a sus cuadros, que sin la Gene no tendrían sitio en el mundo/la empresa/el periodismo. Albiach –resultó importante en el debate– volvió a causar sensación por nombrar a la bicha. El racismo. En las Redes, esos momentos le supusieron el palabro traición, diversas categorías morales y ser tildada bajo diferentes epítetos clasistas y racistas.
CUP. Dolors Sabater, exalcaldesa de Badalona, y una de las personas de alguna manera responsables de que Badalona hoy sea la alcaldía más grande del PP en Cat, ha estado discreta en esta campaña. No ha participado en grandes actos –en la tele– electorales-. Esas cosas raras de la CUP. Las CUP, por cierto, son un objeto que se ha confirmado útil en el municipalismo. En sus municipios va tirando y marcando diferencias en modo socialdemocracia cutre. Como Comuns. Con la que está cayendo eso no solo es mucho, sino que es música y, hasta cierto punto, novedoso. El rol CUP en la política institucional cat es menos luminoso. Maximalista y pro-pureza, pro-hiperpolitización –sólo las culturas políticas en las que no hay cambios, ni se les espera, están tan hiperpolitizadas, a través de la identidad, por lo común– parece más interesada en identificar traidores, a la patria y a la ideología al por mayor, que en dejar de participar en políticas identitarias, ultraliberales, derechistas y asociales en la Gene. La CUP es otro indicio de que, nos pongamos como nos pongamos, hay algo enrarecido en Cat, que impide normalidades y diagnósticos posibles en otras sociedades. Con o sin Estado propio. Es el Chicken Game, sobreactuado y degenerado.
CHICKEN GAME. Al día siguiente al debate, los partidos procesistas –JxC, PDeCAT, ERC, CUP y Primàrias– han firmado un documento en el que se comprometen a no pactar con PSC tras el 14F. Traducción: el bloque procesista volverá a sacar su cuarenta y pico por ciento de siempre, si la pandemia, o una abstención cabreada, no lo varía, si bien ese pacto intensifica el discurso de JxC dentro del pack, de lo que se desprende que el pack apuesta por la victoria de JxC. ERC se va al garete otra vez, solita, presumiblemente. Unos genios. Con la proscripción del PSC, simbólica, se ejemplifica la penalización del mayor partido en Cat no indepe, equiparado, otra vez el símbolo, con las derechas esp, indialogables. El PSC es todo lo que usted quiera –y, más posiblemente, lo que usted no quiere–, pero para el caso es también una tradición cat, en la que se mezcla el Moviment Socialista de Cat, con lo que quedaba del POUM, con izquierdas no comunistas, con otra tradición del catalanismo alejada del carlismo imperante hoy, e implantada en áreas exindustriales, exobreras, de emigración e inmigración. Con este pacto, en fin, no se penaliza tanto a un partido como se expulsa de la política un target social, incluso racial. Y, supongo, traidor. Costará explicar este pacto –solo contra un PS, no contra Vox– en cualquier medio europeo salvo en TV3. Lo que indica que el pacto puede ser otro punto de desprestigio de la causa, sumamente desprestigiada, en Europa. Procesismo y Deep State, por otra parte, apuestan por lo mismo. Bloques, exclusión social. Y conflicto de opereta. Y sí, que te condenen por una opereta es la parte no graciosa del chiste. La otra es que ya es la segunda crisis económica, estructural, que nos comemos con patatas y con opereta. El pacto antiPSC, por otra parte, puede tener consecuencias en la estabilidad gubernamental en el Congreso.
DEBAT TV3. Estoy en el sofá, esperando el inicio del Debat TV3. Mientras, departo con una amiga que ha venido a hacer manitas durante el toque de queda, como en el París ocupado. Se trata de una doctorada en Física por Yale, DJ y modelo ocasional, que me he construido con migas de pan,...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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