Diario itinerante
‘Aidez Madrid’
Si fueran unas elecciones generales en las que el PP hubiera adoptado el discurso de la ultraderecha y preparara un gobierno de coalición con ella, seguramente se habría producido una reacción en otros países
Andy Robinson 28/04/2021
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Conforme entramos en la recta final de la campaña electoral en Madrid, dan ganas de lanzar un último llamamiento periodístico a los demócratas y progresistas del mundo parafraseando aquel cartel del campesino con el puño levantado que Joan Miró pintó para el Pabellón español de la Exposición Internacional de París en 1937, y que puede verse en el Reina Sofía. Ahora, en vez de ‘Aidez l’Espagne’, habrá que gritar: ‘Aidez Madrid’.
Si en 1936 la República española pedía el apoyo y la intervención de Europa en su defensa de la democracia contra el golpe de Estado militar, los fusilamientos sumarios de decenas de miles de demócratas, y los stukas de Hitler, no parece descabellado en estos momentos dirigir un mensaje a los ciudadanos del mundo. Explicaría que Aidez Madrid es un nuevo deber internacional. Aunque sea para ayudar a los madrileños a protegerse de ellos mismos. Porque en estas elecciones se juegan muchas cosas y un gobierno de coalición del PP y Vox en la capital de España sentaría un precedente muy peligroso para el resto del mundo.
Dado el silencio en el extranjero respecto a la campaña de Isabel Díaz Ayuso y al gobierno que, con toda probabilidad, va a formar en Madrid tras las elecciones del 4 de mayo, habría que concluir que los demócratas más allá de la frontera no se han dado cuenta de lo que está pasando.
No sería de extrañar. Hay escasos conocimientos en el extranjero del poder del gobierno de la capital de un país cuya constitución autonómica supera la capacidad de comprensión de mucha gente, y no solo extranjeros. Si fueran unas elecciones generales en las que el PP hubiera adoptado el discurso de la ultraderecha y preparara un gobierno de coalición con ella, seguramente se habría producido una reacción en otros países. Alguien habría llamado desde otra capital europea para decirle a la joven Ayuso que, al igual que con sus bares y restaurantes atestados de desenmascarados, está jugando con fuego con su modus vivendi con Vox.
Alguien habría comentado públicamente, tal vez en Le Monde o La Repubblica o Frankfurter Allgemeiner Zeitung, The Financial Times o The Guardian, que no es aconsejable adoptar el discurso de la extrema derecha, desde la identificación del “modo de vivir” inmigrante con la pandemia a la utilización de eslóganes como “Comunismo o libertad”. Sin hablar de aquel comentario de que “si te llaman fascista estás en el lado bueno de la historia (sic)”.
Y, si a los lobbies empresariales españoles no les importa demasiado que vuelva aquella ultraderecha a la que deben la mayor parte de su riqueza, ellos son poderes menores, a fin de cuentas. Tal vez, de saber más sobre estas elecciones, algún consejero de la Mercedes Benz llamaría desde Stuttgart para quejarse de que el apellido Espinosa de los Monteros se cite tanto en los medios en relación con puñales ensangrentados, negacionismo delirante o racismo visceral. El padre, a fin de cuentas, era presidente de Mercedes en España hasta hace relativamente poco y los alemanes tienen un negocio global que cuidar…
No es solo una cuestión de principios. Más que nunca, España depende del resto de Europa para su supervivencia económica. Madrid ha solicitado más de 22.000 millones de euros del programa de apoyo europeo para la recuperación económica tras la pandemia. ¿No sería problemático para la credibilidad democrática europea si una parte de este generoso presupuesto acabara siendo gestionada por un consejero (son ministros en realidad) de un partido de ultraderecha como Vox? ¿Cómo respondería Europa si el gobierno de Madrid empezara a usar sus fondos para financiar programas sociales que excluyesen a los inmigrantes? ¿Cómo se podría correr el riesgo de que los fondos multimillonarios para la reconstrucción verde de la economía española acabasen en manos de un negacionista terraplanista respecto al cambio climático? Basta con imaginarse qué haría Rocío Monasterio si tuviera 2.000 millones de dinero europeo para gastar.
¿No hay preocupación en las instituciones de la UE de que un partido que ha hecho una campaña de propaganda goebbelsiana, en contra de un programa europeo de apoyo a la integración social de los menores inmigrantes no acompañados, se haga con el presupuesto?
Es un tema que debería levantar ampollas en otras capitales europeas porque esos 22.000 millones serán aún más necesarios en Madrid dadas las promesas de Ayuso –con el apoyo de Vox– de recortar impuestos, un acto de competencia desleal tributaria que no solo discrimina a otras ciudades españolas sino también a ciudades europeas fuera de España.
Tal vez se debería empezar por dirigir el llamamiento de Aidez Madrid a los turistas que ya vuelven al Reina Sofía para admirar Guernica sin darse cuenta de lo que está pasando al otro lado del ascensor de cristal.
Aprenderán en el excelente museo que el vanguardista pabellón español en París estaba ideado por José Gaos, los escritores José Bergamín, Max Aub y Josep Renau, y diseñado por Luis Lacasa y Josep Lluís Sert. Que contenía cuadros de Miró (Aidez l’Espagne y un mural que luego desapareció), de Picasso, esculturas de Alexander Calder, de Julio González (que murió en un campo de concentración), de Albert Sánchez, cuyo tótem surrealista puede verse en la plaza delante de la entrada del museo. Pueden ver el documental Las Hurdes de Buñuel, que se proyectaba dentro del pabellón, al igual que en el Reina Sofía ahora.
Todos estas obras ya forman parte de la oferta cultural de Madrid. Pero quien tomó la decisión de aprovechar el arte en la Exposición de París para pedir apoyo de la Europa democrática en la lucha contra Franco era el entonces presidente del Consejo de la República, Francisco Largo Caballero. ¿Los turistas en el Reina Sofía se habrán enterado de que el actual ayuntamiento madrileño del PP, Vox y Ciudadanos acaba de anunciar la retirada de los nombres de Largo Caballero e Indalecio Prieto*, de las calles de la capital? Necesitamos ayuda para que no acaben borrando también aquellas “obras comunistas”, como Aidez l’Espagne.
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*Fe de errores: Indalecio Prieto no fue presidente de la República, como se afirmaba en la primera versión de este artículo.
Conforme entramos en la recta final de la campaña electoral en Madrid, dan ganas de lanzar un último llamamiento periodístico a los demócratas y progresistas del mundo parafraseando aquel cartel del campesino con el puño levantado que Joan Miró pintó para el Pabellón español de la Exposición Internacional de...
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Andy Robinson
Es corresponsal volante de ‘La Vanguardia’ y colaborador de Ctxt desde su fundación. Además, pertenece al Consejo Editorial de este medio. Su último libro es ‘Oro, petróleo y aguacates: Las nuevas venas abiertas de América Latina’ (Arpa 2020)
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