El 10 de abril, CTXT publicó un editorial en el que, con el título Por una primavera democrática en Madrid, animábamos a las lectoras y lectores a salir a votar el 4 de mayo de forma masiva y a elegir a una de las tres fuerzas progresistas en liza. En aquel llamamiento, la radiografía que mostrábamos de la Comunidad después de 26 años de gobiernos corruptos del PP era calamitosa. Hoy volvemos a pedir lo mismo: el voto para uno de los partidos que integran el pack que desaloje a la derecha y a la ultraderecha de la Puerta del Sol. Pero queremos hacerlo de otra forma, imaginando el Madrid al que aspiramos para todas. 

Ha sido una campaña electoral bronca, áspera, a ratos más oscura de lo habitual, porque se han atacado los derechos de todas, pero sobre todo de las y los más vulnerables. Hemos tenido que hablar de fascismo y de racismo. Nos han hurtado la alegría, la risa, y hasta la Libertad. E igual que desmantelaron lo público, las derechas lo han borrado del debate y han acabado con los debates.
Así que ahora, cuando llegamos a la jornada de reflexión, CTXT quiere proponer un voto entusiasta, optimista, alegre, esperanzado, que sirva como punto de partida para imaginar una vida mejor para las casi siete millones de personas que viven en la Comunidad madrileña. ¿Soñamos?

Imagina que Madrid no es la Comunidad Autónoma que menos invierte en Sanidad –un 3,6% de su PIB–, ni la que menos gasta por habitante en salud –1.274 euros anuales por persona–, ni la que tiene la atención primaria más precarizada de España, ni la que tiene más residencias en manos de fondos buitre del país. Imagina que no necesitas un seguro privado para que te hagan una ecografía a tiempo, y que tu salud mental y dental estuvieran cubiertas.

Imagina que Madrid no es la región que menos dinero gasta en educar a las niñas y niños –el 2% de su PIB–. Imagina que la Comunidad no es el paraíso de la educación concertada y privada. Ni la que concentra el mayor número de universidades privadas (12 contra 6 públicas). Imagina que la educación de nuestras hijas e hijos fuera una prioridad para los que mandan. Imagina que ya no necesitamos una Marea Verde.

Imagina que puedes emanciparte en Madrid, arrancar una vida propia porque la vivienda ha dejado de ser un lujo –desde 2014, el precio por comprar una casa ha subido un 52% y el alquiler, el 40%–. Imagina que habitas en una región que no vende viviendas sociales a un fondo buitre y deja en la calle 1.213 familias. Imagina que desde 2014 no se ha expulsado de sus casas a 44.545 familias. Imagina que en esta legislatura no solo se han aprobado dos leyes, y que una de ellas no fuera la ley del suelo, pensada para la especulación urbanística.

Imagina que la Comunidad de Madrid no es un paraíso fiscal que deja de ingresar al menos 900 millones de euros cada año por no gravar a las grandes fortunas. Imagina que Madrid no es la ciudad europea con mayor mortalidad por la contaminación del tráfico –entre el 6 y el 7% de las muertes naturales en la ciudad–. 

Imagina que Madrid es un lugar en el que puedes respirar a pleno pulmón sin riesgo de enfermar, en el que los residuos se gestionan pensando en quienes viven hoy y en quienes vivirán mañana...

Imagina que pudieras disfrutar de 10 años más de vida si en tu barrio tuvieras los mismos recursos y servicios de quienes viven en los barrios privilegiados.

Imagina que la cultura es un derecho fundamental, y que Madrid no es la segunda región que menos porcentaje de su PIB dedica –un 0,075%, después de que Ayuso redujera la inversión en cultura un 10% en 2020–. 

Imagina que vives en una comunidad feminista, donde las violencias machistas no se trivializan. Imagina que el aborto y la muerte digna son derechos que no tendrás que volver a pelear. Imagina que ningún niño, ni ninguna niña, venga de donde venga, pasará hambre, frío o miedo.

Imagina que llenamos los bares, las plazas, los días y las noches, que bailamos juntas, libres ya de la tarea de salvar lo público. Imagina que lo de todas se reparte. Imagina que tienes más tiempo para leer y soñar. 

Dos años antes de morir, Umberto Eco, el semiólogo, filósofo y escritor italiano que tan bien documentó el fascismo, publicó un libro hermoso –Historia de las tierras y los lugares legendarios (Lumen)– que recorre los espacios imaginados por la cultura, esos lugares que nunca han existido pero que pueblan nuestra imaginación.
Ninguno de los gobiernos posibles en la Comunidad de Madrid nos traerá de golpe un territorio más justo, más habitable y menos desigual. Harán falta muchos años para revertir 26 años de políticas ultraliberales. Pero sí sabemos que las derechas madrileñas, que pese a lo que diga la propaganda han gestionado la pandemia y la economía peor que nadie en este país, nos alejarán del todo de una vida mejor. 

Hemos imaginado un Madrid más cercano a los lugares fantásticos que recoge Eco en su libro que a la realidad. Pero sin una primera piedra, sin un primer paso, todo aquello que ansiamos se quedará para siempre en nuestra imaginación. 

Así que tenemos que salir a votar. Todas y todos. En tropel. Por nosotras y por nosotros, por los que no tienen derecho al voto ni a casi nada, por los que no pueden votar porque viven fuera, por los jóvenes que han perdido la esperanza... Y por la alegría: esa emoción tan necesaria para poder seguir luchando. 

La mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid está en 69 escaños. Sumemos esos diputados con nuestros votos progresistas. Es un número bonito, ¿no les parece? ¡Nos vemos en las urnas! ¡Que no se quede un voto sin sumar!