1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Jaime Doreste / Abogado y activista

“En la Comunidad de Madrid, la Ley del Suelo se modifica todos los años para facilitar pelotazos”

Yayo Herrero 2/05/2021

<p>Jaime Doreste.</p>

Jaime Doreste.

Cedida por el entrevistado

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El pasado 22 de abril, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) anuló la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid realizada en junio de 2014 y que permitía la destrucción de las Cocheras históricas de Cuatro Caminos por las deficiencias de su evaluación ambiental. Jaime Doreste (Madrid, 1978) era el abogado que llevaba el recurso. No es ni mucho menos la primera sentencia que gana. Él dice que no es solo mérito suyo y que esos éxitos son compartidos con un particular bufete de abogados y abogadas activistas: el área jurídica de Ecologistas en Acción.

¿Por qué estudiaste Derecho?

Desde niño estaba decidido a estudiar biología. Me encantaban los bichos y el campo. Estar en la naturaleza era lo que me hacía más feliz. Pero me topé con la química, y por más que lo intenté no me entraba.

Me di cuenta que lo que más me interesaba era el comportamiento de los ecosistemas y los animales, y que podía estudiarlo y comprenderlo sin necesidad de estudiarlo en la universidad y que, sin embargo tenía mucha más facilidad para las letras. La verdad es que sentía como más mías las asignaturas de ciencias sociales. Así que consideré que el Derecho era un buen instrumento que aunaba el poder defender la Tierra y combatir la injusticia contra las personas.

¿Fuiste directo al Derecho Ambiental?

Sí. Desde el primer día tenía claro que me dedicaría al derecho ambiental. Entonces no existía como asignatura y lo que hacía era escoger como asignaturas de libre configuración todas las que tenían que ver con la ecología o biología.

Empecé dando algunas charlas y seminarios en la asociación de estudiantes. En 1999 y 2000 estuve de Erasmus en Pisa, intenté entrar de voluntario en alguna organización ambientalista, pero era una ciudad pequeña y no había muchas opciones. En cuanto volví, ese mismo 2000 entré en Ecologistas en Acción y fui de cabeza al área jurídica de la organización. Todavía ni me había licenciado y ya quería dar guerra.

El primer asunto que llevaste en Ecologistas en Acción no fue un caso cualquiera y eras muy joven...

En 2005 llevé mi primer asunto ‘en solitario’, que fue el recurso contra la reforma y ampliación de la M-30, incluido el soterramiento de los tramos de las terrazas del Manzanares. Fue un caso muy relevante, tanto desde el punto de vista ecologista como jurídico.

Era el proyecto bandera de la legislatura de Alberto Ruiz Gallardón, que consistía básicamente en incrementar la capacidad de carga de la M-30. Fue un proyecto que hipotecó las cuentas de Madrid durante 35 años. Sólo que plantado en clave electoral: se tenía que diseñar, tramitar y ejecutar en cuatro años, antes de las siguientes elecciones.  Y eso era algo imposible de hacer cumpliendo la legislación ambiental. Hablamos de un proyecto de una envergadura tremenda, la infraestructura municipal más grande y más cara de Europa y lo aprobó y ejecutó sin Evaluación de Impacto Ambiental. Supuso, además, la destrucción del patrimonio arqueológico que había debajo de las terrazas del Manzanares.

Era bestial, tuvieron que utilizar unas tuneladoras gigantes fabricadas ex profeso para el proyecto. Luego no se sabía que hacer con ellas. Creo que ahora están alquiladas para algo que se está haciendo en Chicago.

Todos los demás recurrentes que impugnaron los proyectos de reforma de la M-30 habían perdido y nos dimos cuenta que con el derecho interno no teníamos mucho que hacer y que quizás era más fácil con el derecho comunitario. Acudimos ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (planteando la primera cuestión prejudicial comunitaria en materia de medio ambiente que formulaban los Tribunales españoles), donde nos dieron la razón. No se podía trocear lo que era una obra completa y justificar así que no se requería Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid sostenían además que la M30 era una “vía urbana”, una calle (y no una carretera) y que por eso no requería EIA. Pero el TJUE vio con claridad que aunque fuese una vía urbana de titularidad municipal, la M30 es una vía destinada en exclusiva al tránsito de vehículos y no de peatones (no tiene pasos de peatones,  semáforos, ni paradas de autobús…). Se trata de una autovía y su reforma requería realizar una EIA. La sentencia nos dio la razón.

El Ayuntamiento de Madrid recurrió y el TSJ volvió a fallar a nuestro favor. Fue una victoria pírrica porque era imposible que deshiciesen lo hecho pero sentó un importante precedente y creo sinceramente que fue un punto de inflexión.

Y a partir de entonces, muchas más sentencias ganadas.

Hemos aprendido a jugar en este terreno. En torno a 2008 las abogadas de la Comisión Jurídica empezamos a ganar mayoritariamente nuestros recursos. Adquirimos mucha experiencia y aprendimos un montón.

El ganar todas esas sentencias ha hecho que cambie el paradigma. En los Tribunales ya saben que no decimos marcianadas, que tenemos un sólido conocimiento jurídico y que hay administraciones que sistemáticamente incumplen las legislaciones que ellas mismas han promovido o aprobado.

No denunciamos y recurrimos por el gusto de hacerlo, sino que cuando acudimos a los Tribunales es porque tenemos posibilidades de ganar. No hacemos perder el tiempo a los jueces y magistrados con pretensiones absurdas. Si la acción jurídica no es consistente, el movimiento ecologista usa otros instrumentos de lucha, de los cuales el activismo judicial siempre será una herramienta más, que suma pero no sustituye al activismo ecologista.

Ahora cuando nos metemos en un juicio vamos cargados de sólidas razones ambientales y jurídicas y sabemos encauzarlo procesalmente. Ganamos muchos más juicios de los que perdemos y no somos un gran despacho de abogados. Somos activistas que en muchos casos dedicamos nuestro tiempo personal a estos procedimientos. Lo malo es que muchas veces cuando ganamos llegamos tarde y les ha dado tiempo a llevarse por delante el territorio y el patrimonio común.

¿Es la Comunidad de Madrid uno de los lugares más duros para dedicarse al Derecho Ambiental desde el lado ecologista?

Madrid es el monocultivo de la derecha neoliberal económica. Se hace lo que ellos quieren. Un indicador claro es que la Ley del Suelo, de 2001, ha sido modificada todos los años. Cada modificación ha tenido nombre y apellidos y servía para facilitar un pelotazo especulativo.

Hay algunos ejemplos tremendos… Una de las últimas modificaciones que introdujeron permite que el promotor monetice las cesiones para dotaciones que debería entregar a la ciudad para garantizar la calidad ambiental de la misma. Este cambio legislativo se hizo para posibilitar el ‘pelotazo’ del Taller de Precisión de Artillería (TPA), en el Distrito de Chamberí, que es el que tiene mayor déficit de toda la ciudad de Madrid de zonas verdes y espacios libres. Y al edificar en la parcela se incrementa la población residencial y disminuyen correlativamente las zonas verdes de las que puedan disfrutas las vecinas.

Cuando recurrimos la ampliación del Bernabeu fue, entre otras cosas, porque Florentino Pérez pretendía que las zonas verdes que compensasen el incremento edificatorio del estadio estuvieran en Usera. Personas como Florentino Pérez han protagonizado todo tipo de tejemanejes. Se nota que ha movido los hilos de la política mucho tiempo.

El caso es que si la ley no sirve, se modifica para que siga el business as usual.

¿Es el suelo el principal recurso en la economía madrileña?

Esto lo contaba muy bien nuestro querido Ramón Fernández Durán cuando hablaba del tsumani urbanizador. Ningún sector puede generar esas burbujas y esos rendimientos. En la Comunidad de Madrid, el suelo es exclusivamente un recurso económico y no el hábitat de los madrileños y madrileñas.

Buen ejemplo de ello son los tremendos desarrollos que aún hoy se prevén, como la Operación Chamartín, la mayor operación urbanística de Europa en la actualidad y que también hemos recurrido.

O los grandes desarrollos del sureste (el Ensanche de Vallecas, Valdecarros…) que avanzan hacia el vertedero más grande de Europa, con las deficientes condiciones que ello implica.

La Comunidad de Madrid se ha negado a que haya ni un solo parque eólico; no hay impulso de desarrollo de energías alternativas

En Valdemingómez, además, las plantas de compostaje funcionan con las puertas abiertas, porque si no los trabajadores que hay dentro se asfixiarían, porque las plantas están mal diseñadas, deficientemente ejecutadas y peor mantenidas (consecuencias de las adjudicaciones a la oferta económica más ventajosa) por las mismas empresas constructoras que manejan la economía y la política de este país. Según como sean los vientos dominantes y las condiciones térmicas y de humedad, los olores de toda esa materia orgánica en plena descomposición se meten dentro de las casas. En Vallecas, Valdemoro, Perales del Río y por el otro lado en Rivas, las vecinas y vecinos tienen que convivir con olores pestilentes, lo que afecta de una forma tremenda a su calidad de vida... Es un diseño nefasto de la ciudad. Valdemingómez ya estaba allí cuando se planificaron los ensanches pero todo valía si se ganaba dinero, la gente no les importa.

Hace falta un cambio real en la política madrileña, que sea capaz de distanciarse de los intereses de los grandes grupos económicos. No es casualidad que el refugio de la Presidenta durante el confinamiento se lo proporcionase Sarasola. Existen estrechísimos vínculos entre las élites políticas y económicas que es preciso desmontar…

Otro ejemplo, vivimos en una Comunidad en la que la propia regulación del Parque Nacional del Guadarrama, en su vertiente madrileña, (el PORN) es menos restrictiva  en el uso de suelo que la regulación de usos en el suelo no urbanizable de la Ley del Suelo, que no es precisamente garantista. Hay publicidades que anuncian polígonos industriales al pie de un Parque Nacional…

La Comunidad de Madrid se ha negado a que haya ni un solo parque eólico; no hay impulso de desarrollo de energías alternativas, ni tampoco estrategias de ahorro de energía; el sector agrícola está despreciado y maltratado.

No hay ley de caza. Se aplica la de 1970. El sector cinético, mayoritariamente vinculado a Vox y al PP, no quiere que se toque y así estamos, con una ley preconstitucional. Grandes cotos de caza en los que pueden hacer lo que quieran.

¿Alguna amenaza o intento de soborno?

No. A mí no, aunque sí a otros compañeros y compañeras.

Sí que se han producido avisos o recomendaciones. “Hombre, dadle cuartelillo a este concejal”, “No deis tanta caña”, que entran por un oído al tiempo que salen por el otro…

Cuando recurrimos la ampliación del Bernabeu, Florentino se quería reunir con nosotros. Lo alucinante es que un concejal se postuló como mediador. Dijimos que no, por supuesto.

La última sentencia ganada en Madrid  ha sido la de las Cocheras de Cuatro Caminos.

Sí. El recurso fue presentado por la Asociación Colectivo Ciudadano de Urbanismo Corazón Verde Chamberí y por la Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, a quienes defendí yo. Aquí la Sala del TSJ de Madrid ha estimado que debe anularse la modificación al PGOU de 2014 que permitía la destrucción de las cocheras históricas de Metro y levantar en su lugar una torre de viviendas porque carecía de un estudio correcto de impacto ambiental y una evaluación económica del coste financiero del mantenimiento que esas infraestructuras iban a suponer para las cuentas municipales.

Antes fue la del TPA, aunque allí llegamos tarde y ya se lo habían cargado. En las Cocheras hemos llegado a tiempo y aún no se han derribado. Hemos recurrido los instrumentos urbanísticos que se han aprobado tanto en la época de Botella como en la de Carmena, cuyo gobierno no actuó bien en tema de urbanismo, salvo excepciones como la del Edificio España.

También llevaste ese procedimiento…

Sí, lo trabajé con Nines Nieto. La presión de Ecologistas en Acción hizo que el Ayuntamiento hiciese algo valiente: plantarle cara a Wanda. Ahí se hizo bien. Luego llegó un empresario de Murcia que compró el edificio. Dijo que no formalizaba la venta si no se retiraba la demanda. No sabíamos qué hacer. No teníamos experiencia en ese tipo de negociaciones,  y no solo éramos nosotros sino que la demanda se sostenía con un crowdfunding. Decidimos desistir del recurso si el Ayuntamiento hacía una contrarreforma urbanística e incrementaba la protección. Acabaron haciéndolo y al aprobarla, retiramos la demanda. Así se salvó el edificio de su demolición, que ahora luce completamente restaurado y en uso.

A algún salón del nuevo Edificio España tendrían que ponerle el nombre de Nines...

Años más tarde, durante la legislatura de Ahora Madrid tuviste que volver sobre la sentencia de la M-30.

Ahora Madrid impulsó una auditoría de la deuda. Parecía imposible que se pudiese hacer, pero se hizo. Se creó una comisión de investigación sobre la M-30 que era imprescindible. Fue una enorme obra pública que benefició a grandes constructoras. En ese momento, ya estaba en los tribunales la Querella Bárcenas que puso de manifiesto que algunas grandes constructoras ejercían de corruptoras  y algunos políticos de corrompidos. La Querella Bárcenas mostró la forma parasitaria que ha tenido el Partido Popular de fagocitar las instituciones.

La nueva corporación madrileña empezó a investigar y vio la enorme deuda generada. La M-30 se financió con préstamos bancarios e hipotecarios. Era un despropósito. La investigación tenía sentido por la forma en la que se acometió la obra y por su coste.

Se permiten hablar así, en ese tono y con esa falta de respeto porque consideran que las instituciones son suyas

Nos llamaron a declarar a Ecologistas en Acción. Acudió Paco Segura (actual co-coordinador confederal) porque había sido la persona que más conocía y había seguido el tema. Me pidió que le acompañase. En un momento determinado, una concejala del PSOE se dirigió a mí y me pidió que explicase porqué los Tribunales habían dictaminado que la obra era ilegal. No sabíamos que según el reglamento, los comparecientes podían ir acompañados pero sus acompañantes no podían intervenir. Según empecé a abrir la boca saltó un concejal del PP – que estaban visiblemente tensos por todo lo que aquello podía destapar – y dijo “aquí no va a hablar cualquier personaje”. Así hablaban en un acto oficial… Me eché a reír. Luego Paco Segura en su declaración se refirió a mí como el “personaje” que les había ganado en los tribunales...

Se permiten hablar así, en ese tono y con esa falta de respeto porque consideran que las instituciones son suyas. Se estaban abriendo las ventanas y se veían todos los chanchullos. Se violentaban y perdían las formas porque nos consideraban advenedizos que estábamos donde no nos correspondía.

Años después de haber comenzado tu carrera profesional, ¿sigues pensando que tu apuesta merece la pena?

Me siento orgulloso. Hay abogados que tienen que defender cosas injustificables porque defienden a quien paga. Tengo la suerte de dedicarme mayoritariamente a la defensa del medio ambiente. Se hace fácil y motivador el trabajo cuando al hacer tu trabajo sabes que tienes razón. Defendemos la casa de todos, nuestra tierra.

Tengo la suerte de haber crecido con gente muy honesta y muy firme. Son los abogados y abogadas que llevaban mucho tiempo en Ecologistas en Acción o en otras organizaciones ecologistas y que nos apoyaron a las y los jóvenes. En un bufete convencional es casi imposible que una persona muy joven pueda llevar asuntos de ese calado, pero somos activistas y la organización te sostiene y apoya para que aprendas deprisa, y te empuja y confía en ti. Das saltos enormes en muy poco tiempo…

Aprendimos de ellos a confrontar con dureza cuando hace falta y colaborar cuando las cosas van bien. Dicen que nos oponemos a todo, pero no es cierto. Hay cambios y mejoras en leyes y proyectos que vienen de nuestras propuestas.

¿Te consideras un activista?

Sí. Somos activistas que podemos aportar conocimiento jurídico y procesal. Los grupos locales de ecologistas tienen gente que se conoce al dedillo las normativas de gestión de energía, minas, urbanística. Los compañeros nos encaminan muy bien. Nosotros aportamos la toga, el ‘saber procesal’.

Creo que el activismo judicial es un pilar fuerte, al menos en Ecologistas en Acción.

Por la naturaleza descentralizada de la organización podemos estar al pie de cada batalla.

Los mismo demandamos al gobierno junto a Greenpeace por la insuficiente ambición climática, que recurrimos una instalación ganadera en un municipio de Burgos que amenaza un acuífero. Creo que hacemos realidad eso de ‘piensa global y actúa local’. Esto además nos da un rodaje continuo.

¿Se van incorporando activistas más jóvenes?

Sí. Ahora está habiendo relevo generacional. Durante algunos años yo era el eterno joven de la comisión. Después empezaron a llegar personas, alcanzamos la paridad entre hombre y mujeres. Ahora, la comisión está coordinada por un compañero y una compañera.

Y además tenemos a quienes nos han llegado de Fridays for Future. Hay, por ejemplo, una chica haciendo las prácticas conmigo que vale muchísimo. Hay que abrirles las puertas de par en par, dejarles hacer, dar facilidades para que hagan de nuestras organizaciones las suyas.

Ahora sí que el Derecho Ambiental es una asignatura obligatoria…

Sí. Y no solo en Derecho. Yo ahora soy profesor de Derecho Ambiental en la Universidad Autónoma de Madrid y doy clase en Geografía y Ciencias Ambientales. Me encanta compartir lo que he aprendido. A mi alumnado también le viene bien, creo, comprender la importancia de la legislación ambiental y su sentido, cómo las leyes que defienden la naturaleza y a otros seres vivos son también leyes que protegen a las personas. Creo que el hecho de que lo estudien con personas que están en los tribunales, en los casos concretos es importante… Ven en tiempo real cómo el derecho es importante y funciona.

Me decías que sigues en el turno de oficio como cuando empezaste...

Siempre he sido consciente de que yo pude estudiar en una universidad pública porque el conjunto de la sociedad contribuye a que se sostenga. Creo que hay que devolverlo. Ser abogado de quien no tiene medios es importante. Lo único que se interpone entre el aparato represivo y coercitivo del Estado y una persona empobrecida acusada es una abogada de oficio.

En mi experiencia, en la mayor parte de las ocasiones en el turno no defiendes a personas malas, sino a personas pobres y desgraciadas.

Desde que he tenido hijos no puedo asistir en las guardias, porque no puedo salir corriendo en cualquier momento de la noche, pero sí que sigo en el turno de oficio.

El pasado 22 de abril, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) anuló la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid realizada en junio de 2014 y que permitía la destrucción de las Cocheras históricas de Cuatro Caminos por las deficiencias de su evaluación ambiental. Jaime...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Yayo Herrero

Es activista y ecofeminista. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí