Roser Messa Freixas / Historiadora
“Muchos espías lo son por motivos ideológicos”
Julio Tovar 14/10/2021
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Roser Messa Freixas (Barcelona, 1969) es una historiadora catalana que poco a poco ha sabido ganarse un público en la ciudad condal. CTXT tuvo el placer de hablar con la autora sobre esos hombres que hicieron de la capital de Cataluña un sitio idóneo para miradas aviesas, hombres detrás de periódicos y confidentes en cada esquina.
¿Cómo empieza a interesarse por los espías? ¿Es por una biografía o un periodo histórico?
Siempre me han gustado: las películas de espías siempre se disfrutan. Ahora, este libro salió de una historia sobrante de mi anterior publicación, Anecdotario de Barcelona. Esta era la narración de Ramón Mercader y su madre, pero el libro tenía que ser muy escueto y esta gente se quedó fuera. Luego, revisando esta historia, pensé “esta gente es un filón”. De ahí tirando, tirando, saqué todo: la época de la Guerra Civil española, la escuela de espías soviética, todo demasiado goloso.
El bufón espía, Mosén Borra, comienza su antología ¿Cómo descubre a este personaje tan curioso?
Viendo la catedral de Barcelona (risas). Descubres a este hombre viendo el edificio; su tumba: el cartelito, claro, no te dice que fue espía. Lo que te preguntas es “¿quién es este tan pequeñito?”. A través de la curiosidad vas a buscarlo en Internet y descubres que fue un bufón real a finales de la Edad Media, del siglo XV, y que Alfonso V de Aragón le concedió el privilegio de “beber todo lo que le diera la gana”, ya que no podía comer por no tener dientes. Era bastante gracioso.
El personaje es interesante, también, porque sobrevive al paso de Martín el Humano a Alfonso de Trastámara. El primer gran cambio de dinastía polémico en el principado catalán…
Debía ser muy buen espía, sí. Parece que era muy amable, muy querido por todo el mundo, lo que le hacía pasar desapercibido.
Su siguiente biografiada, Manuela Desvalls, fue una monja a favor del partido austriaco en la guerra de sucesión ¿Cómo pudo sobrevivir a la represión de Felipe V? ¿Tan malos eran los servicios secretos del borbón?
El hábito siempre es un buen camuflaje, sobre todo en una mujer.
De hecho, hay un buen número de exiliados catalanes que van a Viena, a la Corte del Archiduque Carlos. Me sorprende que Desvalls sobreviviera luego de 1715…
Siguió pasando información a sus superiores, pretendiendo reclutar armas y hombres, y poca cosa más. No fue una “gran espía”, se quedaba en el convento…
Alí Bey el-Abbassi (Domingo Badía) es casi un Lawrence de Arabia catalán. ¿Cómo es posible que un tipo tan válido, que se infiltró en Marruecos y el mundo árabe, fuera despreciado por Fernando VII a su vuelta?
Él quería estar al lado del padre de Fernando, Carlos IV, pero este le responde que sirva a José Bonaparte porque le vienen mal dadas. Es como si le dijera “dedícate al ganador”, a Bonaparte, para su carrera social. Más que desprecio de Fernando VII, es que él se ha afrancesado: acaba sirviendo al rey de Francia, Luis XVIII, igualmente.
En su libro existe un ensayo “oficioso” de la Barcelona de inicios del siglo XX ¿Es el periodo más fascinante de la historia de la ciudad condal?
La Barcelona de las bombas, claro. Yo creo que es la parte más potente, más curiosa, de la historia de Barcelona. Al ser España un país neutral, tener puerto –lo que facilita el contrabando de armas y el espionaje– permite que la ciudad sea una colmena de infiltrados, un polvorín.
La patronal catalana fue a buscar directamente a Bravo Portillo por sus antecedentes represivos en La Semana Trágica
Ese mundo de las cloacas policiales de la Barcelona del novecientos, con sus biografiados Manuel Bravo Portillo o José Millán Astray, parece una película de serie negra ¿El Estado controlaba a estos tipos? ¿O actuaban de manera autónoma?
Yo creo que el Estado los controlaba, no funcionaban de manera autónoma. La patronal catalana fue a buscar directamente a Bravo Portillo por sus antecedentes represivos en La Semana Trágica. Piensan algo así como “este tío nos va a servir”, tiene el perfil y va a ser perfecto. Creo que estaba controlado por los dos lados: ninguno trabajaba de manera autónoma. Los espías, Bravo Portillo o de Köening, están dominados por los estamentos superiores. Eran ya gente de “mala calaña” (risas…)
Ya sabe que siempre se dijo que Lerroux era financiado en Madrid contra el catalanismo, según recoge Álvarez Junco.
Todos estos iban financiados por el Estado. En tiempos de Köening, con su sindicato patronal BKS (Barón Von Köening Services), era el Estado el que suministraba las armas…
¿Cómo pudo el barón de Köening operar una red de hampones, de pistoleros, en la Barcelona del novecientos con impunidad? ¿Quién le protegía en Madrid?
No se ha podido llegar a saber, son cosas que se intuyen. De Köening era más bien protegido por la patronal, ya que Eduardo Dato lo acaba echando de España en 1920. No estaba tan protegido por los políticos, como por los empresarios…
Dice el preso a Max Estrella en Luces de Bohemia: “En Europa, el patrono de más negra entraña es el catalán…”. El odio social en esa Cataluña del novecientos prefigura la Guerra Civil…
Aquí se odian a matar: la lucha entre la patronal y los sindicatos no tiene cuartel.
Su historia de Pilar Millán Astray, hermana del legionario célebre, es casi desconocida ¿Será vindicada alguna vez como dramaturga de éxito (autora de La Tonta del Bote) o pesa demasiado la ideología?
¡Le pesa la ideología que no veas! Es una gran defensora de la causa franquista, en la Guerra Civil, e incluso acaba encarcelada por la República.
Publicó un libro de poemas, Cautivas. 32 meses en las prisiones rojas, sobre su estancia en cárceles del Frente Popular.
Ese libro lo encontré en la biblioteca de Cataluña. Son 32 poemas donde se mete con todos: con las carceleras, con la comida que les dan… Y defiende a Franco y a su hermano, etc.
Su seguimiento al Josep Pla que espía para el franquismo a los aliados es ambivalente ¿Cómo podía obtener la información de los barcos? ¿Se hacía el despistado con los marineros?
A Pla le gustaba mucho hablar: se paseaba por los barcos y se hacía amigo de los marineros, con su boina y su tabaco de picar.
Es ese payés mentiroso, encantador, que aparece en la entrevista con Joaquín Soler Serrano de A fondo. Con ese latiguillo tan seductor para cualquiera: “…y a usted qué le parece…”
Sí, era muy hábil, tenía mucho don de palabra, conseguía su confianza.
De nuevo, ¿quién protegía al Pla en su paso de espía franquista a colaborador con los aliados en 1944? ¿No tuvo represalias en el franquismo?
No le dieron mucha caña a Pla en la dictadura de Franco, le dejaron más o menos tranquilo. Durante la guerra es protegido por Francesc Cambó, para el que escribió libros, además de colaborar en La Veu de Catalunya. Y luego está José Bertrán y Musitu, que era el jefe de todos, y es también todo un personaje.
No le dieron mucha caña a Pla en la dictadura de Franco, le dejaron más o menos tranquilo
Pero Cambó se exilia en Argentina, mientras que Pla sobrevive en su particular “exilio interior” colaborando con Destino
Sí, de hecho, estuvo colaborando en Destino más de 20 años, creo. Viajó, además, por todas partes.
Ese vivir “sin persecución” de Pla en la dictadura le valió la condena del catalanismo más radical muerto el dictador…
No lo valoraban por eso, le tenían ojeriza. De hecho, no recibió la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña hasta un año antes de morirse.
En su libro hay varios personajes correosos, sin ideología, como el citado Pla o Alfonso Laurencic, que se venden al mejor postor para sobrevivir ¿Un espía es un traidor por definición?
Mucha gente de estos, más allá de que sean algunos traidores, lo hacen por su ideología. De hecho, los espías comunistas se mantienen fieles. Los demás, Pla o Laurencic, más bien quieren vivir bien. Especialmente en el caso de Alfonso Laurencic: le da igual lo que sea con tal de vivir bien. De Köening era así también: acabó trabajando para los aliados y fotografiando la máquina Enigma de los nazis.
Cuéntenos algo sobre la escuela de espías montada por el soviético Nahum Eitingon en la Barcelona de los 30. ¿Por qué personajes novelescos como África de las Heras o Caridad del Río son desconocidos? ¿Opacidad de los servicios secretos comunistas, su condición femenina...?
La pobre Caridad del Río acabó en la embajada de Cuba en París de recepcionista.
Cita el recuerdo del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante sobre ella: “Vieja seca”.
Me la imagino así, ¿eh? (risas). Yo la conocí a través del hijo, Ramón Mercader, que fue el asesino de Trotski y por ello héroe de la Unión Soviética. Pero la madre, que está detrás, es mucho más interesante: la vida que tiene de señora burguesa a dinamitera en las fábricas de su marido es tremenda. El hijo aprende de ella, pero la conversión materna es surrealista. No sé si su olvido es por su condición de mujer o por la fama de su hijo…
¿Cómo pudieron actuar Eitingon y los demás comunistas sin control en la II República durante la Guerra Civil? El asesinato de Andreu Nin es la gran mancha del Frente Popular intelectualmente...
Totalmente. La Generalitat republicana hacía la vista gorda, aunque suene un poco bestia. ¿Cómo pudo permitir las checas? Las torturas de la FAI no las impedía el gobierno republicano, que era un absoluto descontrol y caos.
Joan Pujol Garbo y Francesc Boix son ya personajes reconocidos, pero ¿no le apena que apenas haya informes, entrevistas, con algunos espías del siglo XX? Parece como si el anonimato fuera el destino del espía...
Sí, hay muchos ejemplos. Uno de los personajes interesantes que descubrí era Marcelo de Argila, que fue el director de los Servicios Secretos de la Generalitat en la Guerra Civil. ¡Hace poco me contactó su nieto! (risas). Y me dijo que su padre podía haber evitado “la derrota de la república”.
¿Se plantea centrarse en algún personaje para una biografía? ¿Qué está investigando ahora?
Dan para una película muchos de ellos. Lo de ampliar es posible. Me fascina “la banda negra”. Acabado este, ahora preparo un libro en castellano. Lo investigué luego de una beca en Barcelona y va sobre la ciudad underground, centrado en el cómic, pero que también se ramifica…
Roser Messa Freixas (Barcelona, 1969) es una historiadora catalana que poco a poco ha sabido ganarse un público en la ciudad condal. CTXT tuvo el placer de hablar con la autora sobre esos hombres que hicieron de la capital de Cataluña un sitio idóneo para miradas aviesas, hombres detrás de periódicos y...
Autor >
Julio Tovar
Periodista e historiador
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