Este artículo es exclusivo para suscriptores durante 24 horas. Después se publicará en abierto.

Recuerdo el momento del recuento de votos con los ojos como platos. Por primera vez, después de más de 40 años de democracia, un partido de ultraderecha era votado por gran parte del pueblo andaluz. Fue entonces cuando comencé a escribir esta canción, su nombre: “Vergüenza”. Un grito desde las tripas que evidencia la incultura popular que nos devora. 

Aquellos, cuyos padres y abuelos de origen humilde lucharon por sus libertades, ahora votan a sus enemigos. La sociedad desmemoriada olvida o no se interesa por recordar los años de vara y silencio, los años de muerte. Parecía imposible, pero un partido con un discurso franquista, racista, machista, homófobo y violento llegó al Parlamento andaluz un 2 de diciembre de 2018. Poco después al Congreso de los Diputados y posteriormente al gobierno de pueblos, ciudades y autonomías.

Muchos medios de comunicación les ríen las gracias, les dan coba; normalizando así su actitud fascista.

Este vídeo, a modo de cuadro en movimiento, plasma una torre de Babel a la que llamamos mundo. Está plagada de luces y sombras, de héroes y de villanos.  Yo, con mi canción y mis compañeros de Almadenea con su arte visual, intentamos despertar las conciencias narcotizadas por el consumismo crónico y la dictadura del “like”.  Esta obra conjunta es un homenaje a tantos artistas políticos, pensadores etc., que han entregado su vida por las libertades y que ahora gritan conmigo: ¡No sentimos miedo, sentimos...VERGÜENZA!