LA VITA NUOVA
Eclipses (I)
El eclipse a), la inhabilitación de Rodríguez, es un apagón en la separación de poderes. El b), la inhabilitación del Ministerio de Trabajo para la reforma laboral, es un apagón en las posibilidades de un Gobierno entre Tercera Vía y socialdemocracia
Guillem Martínez 29/10/2021
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1- El viernes los planetas se alinearon y provocaron dos eclipses. A saber: a) la inhabilitación de Alberto Rodríguez, y b) la inhabilitación del Ministerio de Trabajo como ente capaz de elaborar una reforma laboral. Los dos eclipses son importantes, respectivamente, en su ramo. El eclipse a) ilustra un apagón estructural en la separación de poderes –se dice rápido–, el eclipse b) es un apagón en las posibilidades de un Gobierno de coalición entre Tercera Vía y socialdemocracia. Un eclipse es, a su vez, oscuridad. Pero, por lo mismo, la oscuridad es la posibilidad puntual de ver lo que esconde la luz. Esconde una galaxia. Los dos eclipses explican, así, la galaxia esp. Explican un momento y resultado, imposible de ver sin eclipses. Explican la rabiosa actualidad no explicada en las páginas dedicadas a la rabiosa actualidad, porque están hablando de la rabiosa actualidad.
2- Empiezo, arreando, con lo del eclipse a). El caso Rodríguez. O, mejor, el caso Batet.
3- Se confirma que Batet fue por libre. En la reunión de la Mesa, el PSOE acudió con posicionamientos cercanos a UP. El PSOE, al ver, en tiempo real, el cambio en la decisión de Batet, se pasó un rato de perfil. Hasta que recuperó la frontal y se alineó –lo contrario hubiera sido extraño– con la tercera autoridad del Estado, que, además, es de su partido. Momento en el que se acabó el recorrido del Legislativo ante el abuso judicial. Zas. Es importante saber lo que podía haber hecho la tercera autoridad del Estado, y el posible proceso de toma de decisiones que le condujo a hacer lo contrario.
4- Batet podía haber hecho mucho. Crear precedentes, en un momento en que –salvo en los medios constitucionalistas– aún no era de apremio, por lo que admitía arte y ensayo. Sobre los precedentes democráticos aplazados: me quedo con la exposición del catedrático de Derecho Procesal de la UB, Jordi Nieva. A saber: una resolución de la Mesa explicando que la sentencia a Rodríguez no establece su cese como diputado, que Rodríguez tiene derecho a interponer recurso de amparo, que el TC podría suspender la ejecución de la sentencia, y que si el Congreso cesara a Rodríguez crearía una situación irreparable, que el TC no podría restaurar –como, me temo, así ha sido–. Con todo ello –nada épico o del otro jueves–, la patata pasaría al Judicial, que tendría que haber llamado a las cosas por escrito y por su nombre. No hubiera resultado muy edificante, por lo que tal vez no lo hubiera hecho. O sí. Ese itinerario señalado por Nieva no supone, por otra parte, desobediencia al TS. Desde la obediencia, permite visualizar, en Esp y Europa, una dinámica del Judicial, que la inacción de Batet ha normalizado.
El hecho de que Batet, en esta segunda actuación, haya optado por lo mismo que en 2019, explica una constante. Un problema ético
5- Batet abandonó la partida en los primeros minutos de juego. ¿Por qué lo hizo? Posiblemente por la amenaza, especificada en la última reunión de la Mesa, de una querella emitida por el pack Constitucionalismo. ¿Existe la posibilidad de que la tercera autoridad del Estado vaya al trullo por ejercer la defensa de su autonomía? Existe. Es más, existe incluso la posibilidad de que un dipu sea condenado por una patada más rápida que la vista, que solo vio un policía con superpoderes –por cierto, ya son dos patadas telequinésicas de diputados que van a acabar en juicio: la vista por la rabona de Iñigo Errejón está al caer; si el Congreso fuera un equipo de fútbol superaría, según el Judicial, al Athletic de Bilbao de mi infancia, el que dejó tibio a Maradona–. De ello se desprende que a) Batet fue presionada políticamente. Lo que es normal en un parlamento. Lo que es menos normal es ser presionada parajudicialmente. Amenazándola, no con el cumplimiento de la ley, sino con un acto de arbitrariedad del Judicial. Es igualmente importante que Batet b) no resistiera esa presión ya en la primera casilla. Es decir, no vio, o no ponderó la gravedad de lo que estaba en juego. La autonomía parlamentaria, su defensa. Lo que indica que es un error tener representantes tan sensibles a la presión. Con el Judicial en el monte, los cargos del Legislativo y el Ejecutivo deben venir de casa no solo llorados, sino también con una muda y cepillo dental. O estamos perdidos. Llevar a Batet a la presidencia del Congreso ha sido, desde ese punto de vista y de la época, un error de casting.
6- O no. Lo que nos conduce a su proceso de toma de decisiones. En la cultura PSOE falta léxico para abordar el conflicto con un Judicial que ya ha tomado Marruecos. Sí, posee léxico para enfrentarse en la política a PP, Vox y C’s. Pero no para aludir al planeta Judicial. Algo preocupante cuando el problema no es político, sino judicial –no se pierdan el punto 9–. La razón: entrar a describir y calificar actitudes y dinámicas judiciales sería abandonar el género pastoral de la democracia modélica esp –nota: no existen democracias modélicas en el mundo; todas las democracias están tensionadas; Francia, USA…; la disciplina democrática es tal vez eso: tensión y capacidad de superarla; no disponer de léxico para explicar esas tensiones es, por tanto, una seria carencia democrática–. El hecho de que no exista ese léxico empieza a ser un lastre para el PSOE. Sin léxico, Batet tomó sus decisiones como pudo. Con otro léxico.
7- En todo caso, Batet perdió la oportunidad de erigirse en un referente ético frente a lo que está pasando. Algo importante, pues a) seguirá pasando. Y b) no hay referentes éticos. Su decisión es una descapitalización del PSOE. Y un indicio, un aviso al Judicial, que ahora ya sabe que no solo puede emitir condenas absurdas contra miembros del Legislativo –u, ojo, del Ejecutivo; al tiempo–, sino que aún pueden ser más absurdas, pues no generan, siquiera, capacidad de escándalo en ese PSOE sin léxico. El hecho de que todo haya pasado por segunda vez, aumenta, diría, la gravedad. Y la alegría, supongo, en el Judicial.
8- En efecto, esto es una segunda vez. Pasó algo parecido en mayo de 2019, con cuatro diputados procesistas. El TS pidió al Congreso su suspensión, en virtud de un artículo de la LECrim de cuando ETA. Lo que haría reír si no hiciera llorar. El Congreso podría haber plantado batalla. No lo hizo. No se trataba de defender el procesismo, sino la autonomía parlamentaria. Sin su defensa, el Judicial transita hoy fronteras, sin escándalo de nadie. En general, ante el procesismo, ese abuso de la mentira, se dio un abuso de Estado, como quedó explicado en su día. En general, el procesismo hoy podría ser un referente ético en momentos como este. No lo es. Por su ausencia de ética. El hecho de que Batet, en esta segunda actuación, haya optado por lo mismo que en 2019, explica una constante. Un problema ético, a su vez.
Quizás la actitud de Marchena ante aquel wasap es el momento en el que el Judicial se da a conocer como el objeto hegemónico de las extrema-derechas locales
9- Lo que nos lleva a lo que está pasando. ¿Qué está pasando? En noviembre del 2018 trascendió un wasap del portavoz del Senado en el PP, Ignacio Cosidó, jactándose de que, implícitamente, vía Marchena, el PP disponía del dominio en la Sala Segunda del TS. Marchena, indignado, renunció al posible cargo de presi del CGPJ como protesta. Se entendió en todo ello un ejercicio de independencia del Judicial, y en la persona de Marchena. Es muy posible que no fuera eso lo que sucediera. Marchena, en efecto, proclamó su independencia respecto del PP. Explicó, con ese acto, que no precisa al PP, sino que lo que sucede es lo contrario. De hecho, el PP hoy es un partido a remolque del Judicial. Quizás la actitud de Marchena ante aquel wasap es el momento simbólico en el que el Judicial se da a conocer como el objeto hegemónico y autónomo de las extrema-derechas locales. Su líder. Posee sus propias herramientas y su programa. Es el Deep State ese. Lo que es una originalidad europea, que no americana. En lo que parece ser la tesis –que aún no me lo he comido todo– de Pedro Vallín en C3PO en la Corte del rey Felipe, en Esp no hay unos partidos que –Polonia; Hungría no, que ya es lo siguiente–, llegados al Ejecutivo, mangoneen al Judicial –eso, me temo, ya pasó–. Hay un Judicial que presiona para que esos partidos accedan al Ejecutivo, alejándose con ello de la CE78 y de la inconstante tradición democrática esp. El Judicial es el problema. Los partidos Constitucionalistas son su brazo político, por utilizar su vocabulario. Marchena, un juez cada vez más problemático en el interior y en Europa, pero cuya carrera empieza en épocas PSOE, se consolida en épocas PP, hasta crear su propia época; no solo es la metáfora de lo que pasa, sino de lo que ha pasado. Lentamente, sin léxico, hemos creado una bestia. Ya es más grande que el Legislativo.
10- Lo que es llamativo es que el conflicto con ese Judicial arbitrario e iliberal se puede plantear antes en Europa que en esa Esp sin léxico frente a la involución. O, tal vez, eso ya ha sucedido. Esta semana. El TEDH ha condenado a Esp por violación de los derechos procesales de un acusado –Case of Serrano Contreras v. Spain (nº 2)–. Lo que no es importante, que el TEDH está para eso. Lo importante es que –afirma la sentencia–, a) el TS se excedió en el margen de interpretación de la sentencia anterior del TEDH que debía aplicar, distorsionándola. La distorsión, en este caso, es la prima de la desobediencia. También es importante, mucho, b) el tono empleado por el TEDH, una mezcla de estupor y desapego frente al TS. Y hartazgo. Algo ha cambiado. Vendrán más sentencias y más agresivas, pues esto ya es un problema enojoso. Y democrático. Veremos.
11- Bueno. Consecuencias políticas del caso Batet. El Judicial creó una gran tensión en el Ejecutivo y el Legislativo. No hubo la unión deseable ante un abuso. La cosa quedó así. PSOE cerró filas en torno a Batet. Hubo la habitual protesta de Odón Elorza. Algo loable, pero mínimo. Hubo, no obstante, sorprendentes posicionamientos individuales. Como el exministro de Justicia López Aguilar, que en un artículo hizo un serio esfuerzo léxico ante la presión del TS sobre el Legislativo e, incluso, ante la anterior sentencia a Alberto Rodríguez. Por fin. Si bien en la dirección contraria a la necesitada. Normalizando el asunto y dotándolo de un carácter democrático que tira de espaldas. Socorro.
UP está viviendo sus últimos momentos. Avanza hacia algo nuevo y que puede tener otro nombre. Una estructura federal, liderada por Yolanda Díaz
12- UP estuvo torpe y lento de reflejos ante un problema estructural. Explicaciones: a) la cosa fue ganando velocidad, hasta ser vertiginosa. Explicación b): Telegram, una forma de tomar decisiones muy frecuente en los últimos años, si bien es muy útil y efectiva para poner a caldo a Koeman, lo es menos en estructuras políticas complejas. Explicación c): se juntó el hambre con las ganas de comer. Es decir, en pocas horas cayó encima la crisis Rodríguez y la crisis Calviño. Mucho para Telegram. Explicación d), más matizada: UP está viviendo sus últimos momentos. Avanza ordenadamente hacia algo nuevo y que puede tener, incluso, otro nombre. Una estructura federal, liderada por Yolanda Díaz, cuyo eje estilístico es el laborismo. Un partido relacionado con el sindicalismo, una socialdemocracia dura y diferenciada de la Tercera Vía. No se sabe qué partidos y grupos integrarán esa nueva opción, que puede llegar a ser más amplia de lo previsto. Es decir, supondrá el nacimiento, tal vez, de nuevos profesionales. Y el olvido de otros. Ahí hay también ciertas tensiones, que el pasado viernes complicaron a una Yolanda Díaz que ya tenía suficiente con lo suyo. Veremos. Explicación e), o simbólico-poética: UP es un cangrejo, en ese momento en el que se ha desprendido del caparazón antiguo, y aún carece del nuevo. Para ese momento, los indios yaganes tenían una sola palabra. Que traducida significa depresión. Ese punto en el que es difícil emitir soluciones ejecutivas ordenadas.
13- Alberto Rodríguez ha optado, a su vez, por el distanciamiento ante Podemos. Y por un nuevo equipo de defensa. El de Puigde, un tanto mediático y con zonas no diáfanas. Ese cambio puede implicar también, o no, la posibilidad de procesizar el asunto, de coger un problema democrático estructural y convertirlo en una dramatización política, sentimental y con fines electoralistas. Por ahora, la defensa parece haber hecho lo que debía hacer: agotar los trámites que no fueron explorados, por la decisión de Batet. Espero que, después, no desprestigien ni conviertan en espectáculo emocional un problema democrático. En Sudamérica eso es muy Laclau. En Europa, muy chorras.
14- Por lo demás, China ha iniciado el racionamiento en combustibles, Arabia Saudí ha anunciado que lo suyo –el petróleo– se nos rompió de tanto usarlo, USA ha advertido a los consumidores cambios –es decir, restricciones– en el consumo futuro, y la inflación en Esp, debida a los combustibles, ya tiene piso propio. Los eclipses a) y b) no explican nada de todo eso, sino todo. Es decir, si nos enfrentaremos a una crisis de combustibles, de materiales, de alimentos, de transporte, con estructuras verticales y banderitas, o con democracia y unidad social. Con medidas sociales o colmillos. Mañana, más info sobre el eclipse b). Otro pamearynoechargota.
1- El viernes los planetas se alinearon y provocaron dos eclipses. A saber: a) la inhabilitación de Alberto Rodríguez, y b) la inhabilitación del Ministerio de Trabajo como ente capaz de elaborar una reforma laboral. Los dos eclipses son importantes, respectivamente, en su ramo. El eclipse a)...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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