UNAI SORDO / Secretario general de CCOO
“La reforma laboral va a beneficiar particularmente a las personas jóvenes”
Miguel Mora 23/12/2021
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A las pocas horas del anuncio del acuerdo tripartito entre sindicatos, Gobierno y patronal para la Reforma Laboral que deroga los aspectos centrales de la norma aprobada por el PP en 2012, hablamos con el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo (Barakaldo, 1972). En la entrevista, Sordo explica que el paquete de medidas no cambiará el modelo laboral de aquí a febrero, pero sí tendrá un efecto importante a medio plazo en reducción de la temporalidad, estabilización del empleo e incremento de salarios, y afirma que la incorporación de Economía y de la CEOE no ha variado las líneas maestras de la reforma exigida por Europa para romper la dualidad del mercado laboral español.
Es un día muy importante para las relaciones laborales en este país, no cabe duda. La duda que queda es hasta qué punto la reforma que se ha acordado hoy es un aldabonazo para los derechos de los trabajadores y hasta qué punto revierte los aspectos más lesivos de la reforma de 2012.
Yo creo que, sin exageración alguna, esta reforma laboral es la única que, me atrevería a decir que en los últimos 20 años, supone una mejora nítida y una recuperación de derechos de los trabajadores. Y lo hace porque revierte la lógica última de las pasadas reformas laborales en algunos temas muy sustanciales. En primer lugar, frente a la vieja tendencia a una permanente precarización de la contratación que hemos conocido en las últimas reformas, esta es una reforma que apuesta seriamente por limitar la contratación temporal. Se reducen mucho los tiempos de utilidad de la contratación temporal. Hemos pasado de un contrato de obra o servicio que podía durar hasta cuatro años a uno que, como mucho, va a durar doce meses. Por otro lado, se incrementa mucho el nivel de sanciones para el incumplimiento de la contratación temporal y, además, se habilitan alternativas a los despidos a través de un nuevo mecanismo que viene a ser los cortes para periodos de normalidad, con lo cual creo que es un avance muy sustancial, pero sobre todo en materia de reequilibrio de la negociación colectiva. Creo que la reforma supone una corrección, una derogación en profundidad de los aspectos más duros de la reforma de 2012. Recuperamos la ultraactividad de los convenios, que son una espada de Damocles en la negociación colectiva. Es decir, el convenio colectivo permanecerá vigente aun cuando no se llegue a un acuerdo para su renovación. Y, por otro lado, por fin recuperamos la imposibilidad de que un convenio de empresa pueda reducir los salarios de los convenios sectoriales. Y esto en un contexto en el que estamos regulando, por ejemplo, el trabajo en plataformas o en el que estamos en disposición de acometer una subida muy intensa del salario mínimo interprofesional. Creo sinceramente que es una secuencia de mejoras de derechos laborales que no habíamos conocido en las últimas décadas.
¿Puede explicar a los jóvenes cómo les va a ayudar esta reforma? Por ejemplo, los contratos de formación dual, inspirados en Alemania, ¿van a suponer un impulso al empleo joven? Tenemos el paro juvenil más alto de Europa. ¿Cómo vamos a incorporar a los jóvenes al mercado de trabajo?
Si tenemos en cuenta que la juventud trabajadora es la que más sufre las tasas de temporalidad y los bajos salarios, esta reforma va a beneficiarles particularmente. Vamos a dejar pasar un poco de tiempo, pero creo que va a reducir de forma bastante importante la temporalidad, que va a estabilizar la contratación y que va a promover una subida de los salarios más bajos, unido a lo que ahora nos toca hacer, que es subir el salario mínimo interprofesional y desbloquear la negociación colectiva. Si se me apura, creo que es precisamente la gente joven la que más beneficiada se va a ver por este paquete de medidas que hemos pactado, porque afectan al conjunto de la clase trabajadora pero tienen un sesgo clarísimo de edad, también de género, pero sobre todo de edad, porque muchas de las patologías de nuestro modelo laboral se centran precisamente en las personas jóvenes, entendiendo como personas jóvenes ya casi a personas que están cerca de los 40 años, que es un absoluto disparate conceptual. Pero, a poco que dejemos pasar el tiempo, creo que se van a ver beneficiadas con lo que se ha pactado y por cómo interactúen las medidas que se han pactado. Esta reforma no cambia el modelo laboral de aquí a febrero, pero estoy convencido de que en los próximos trimestres y en los próximos años va a tener un efecto bastante importante en materia de reducción de la temporalidad, de estabilización del empleo y de incremento de los salarios, sobre todo de los salarios más bajos.
El otro día, en un foro organizado por Público, dijo que la reforma debía tener una mirada más profunda a medio y largo plazo que permitiera regular las nuevas relaciones laborales de la economía informal y digital. ¿Hasta qué punto el acuerdo cumple con ese objetivo?
Claro, yo decía eso porque pensaba y pienso que no nos podíamos limitar a una derogación de aspectos de la reforma de hace diez años, porque, entre otras cosas, el mundo ha cambiado bastante en los últimos diez años y teníamos que corregir algunas de las viejas inercias del modelo laboral, precisamente para que el nuevo sea más útil y más justo a la hora de afrontar los retos que tenemos, por ejemplo, en materia de formación permanente, de cualificación del empleo, y a partir de ahí, de mejora de los salarios. Y ahí poner límites a la utilización de la contratación temporal, a la contratación que rota a través de múltiples contratos temporales, pues es muy, muy relevante. Y luego esta reforma laboral no es el fin de nada. Igual que veníamos ya regulando el teletrabajo, los planes de igualdad, los riders y algunas cuestiones más, creo que tenemos que seguir con una fuerte acción reformista desde un punto de vista progresista y todavía hay muchos retos por delante. Pero esta reforma laboral es un punto de inflexión clarísimo en el modelo de recuperación de derechos, de actualización de derechos laborales y, sobre todo, de pensar que el mundo que viene no puede ser un mundo marcado por el mercantilismo, por la capacidad de las empresas de externalizar permanentemente riesgos y costes, sino que tiene que internalizarlos, tiene que pensar en los entornos, en las cadenas de subcontratación, evitar que la subcontratación se utilice para devaluar el empleo, para reducir los salarios.
Hemos pasado de un contrato de obra o servicio que podía durar hasta cuatro años a uno que, como mucho, va a durar doce meses
¿Y qué queda vigente de la reforma del PSOE de 2010?
Pues queda algún aspecto que nos hubiera gustado acometer, que lo hemos acometido ya en alguna parte. Por ejemplo, las llamadas comisiones ad hoc que permiten que en el ámbito de las empresas se puedan modificar sustancialmente las condiciones de trabajo. Es verdad que esto ya lo hemos corregido en los ERTE, en los planes de igualdad y en alguna cuestión más. Nos hubiera gustado quitarlo del Estatuto de los Trabajadores. De momento no ha podido ser, pero creo que antes o después esa figura desaparecerá. Y luego creo que hay que ir paulatinamente a una restricción mayor del despido. Es una de las partes en las que también nos hubiera gustado ser más incisivos, en los temas de indemnización, de despido. Creo que lo hemos atacado desde otro punto de vista, es decir, ofreciendo alternativas a los despidos a través de estos nuevos ERTEs, estableciendo sanciones mucho más duras para quien incumpla la normativa en materia de contratación. Ahora las sanciones van a ser por contrato que esté en fraude y por tanto el efecto disuasorio sobre las malas prácticas de las empresas es muchísimo mayor, y el trabajo que va a tener que hacer la inspección y los metadatos son fundamentales para acometer esta tarea. Y ahí se le mete también un viaje importante a aquellos aspectos de la reforma del año 2010, que luego la reforma del año 2012 profundizó y que creo que se ven también en buena parte corregidos.
¿Qué influencia ha tenido la presión de Europa o de la parte socialista del Gobierno con la entrada de Nadia Calviño en la negociación? No sé si ha sido una presencia tan real y hasta qué punto ha tenido influencia en el resultado final de la negociación…
Pienso que la negociación ha seguido una línea de continuidad bastante coherente. No creo que haya habido un momento clave en la incorporación de nuevos ministerios a la negociación. La lógica de la reforma ha sido bastante relevante. Había que hacer una apuesta por si se buscaba la incorporación o no de la CEOE al acuerdo. Esto creo que es evidente. Yo creo que la incorporación de la CEOE es importante, pero ha partido de que la patronal interpretó que ésta iba a ser una reforma de recuperación de derechos, que iba a ser una reforma que iba a remar en línea distinta a las anteriores, que iba a estabilizar la contratación, a equilibrar la negociación colectiva y, de alguna manera, a romper esa dinámica de facilitar la externalización de riesgos y de costes de las empresas. Y una vez que fue consciente de eso, de ese principio de realidad, lo que ha tratado, lógicamente, es de condicionar la reforma y de limitar sus resultados. Desde este punto de vista, creo que la reforma tiene muy buenos contenidos y que el hecho de que sea tripartita le da una solidez no sólo ante Europa, sino también ante el futuro que vale la pena tomar en consideración.
Ni las intervenciones o las polémicas del Gobierno, ni el hecho de que se haya incorporado la CEOE ha roto la lógica que veníamos persiguiendo desde hace ya dos años
Ni las intervenciones o las polémicas del Gobierno, ni el hecho de que se haya incorporado la CEOE ha roto la lógica que veníamos persiguiendo desde hace ya dos años. Esta reforma, por ejemplo, va mucho más allá de lo que en su día pactamos con Magdalena Valerio, que era una reforma muy importante y se vino abajo por el adelanto electoral. Pero en esta reforma hemos abordado otras cosas, aparte de las que teníamos cerradas con Valerio, como lo que tiene que ver con la contratación. Por tanto, yo no diría que ha habido un punto de inflexión ni con la incorporación de otros ministerios, ni que la presión de Europa ha jugado ningún papel relevante, porque Europa realmente lo que le estaba demandando a España desde hace ya unos cuantos semestres era reducir la dualidad laboral, es decir, reducir la temporalidad. Y ese es un objetivo que el sindicato comparte y por eso se ha reflejado de una forma muy importante en esta reforma.
Una última cosa. ¿Qué renuncias ha tenido que hacer CC.OO. para firmar el acuerdo y cuál va a ser el tipo de movilización que van a emplear para recuperar esas reivindicaciones?
Bueno, aquí realmente lo que se planteaba era un paquete de medidas para cada uno de los objetivos que teníamos. Por citar uno, reducir la temporalidad. Tenía que ver también con cómo poníamos restricciones al despido. Y las restricciones al despido se podían hacer desde muchos puntos de vista, desde el incremento de las indemnizaciones, desde los salarios de tramitación, desde incrementar la cuantía de las multas cuando se incumplen las normativas de los contratos, desde incluir nuevas fórmulas para que en vez de contratos haya ERTEs desde múltiples perspectivas, pues evidentemente algunas se han mantenido, la mayoría se han mantenido y algunas se han caído, por ejemplo, la conocida de la indemnización por despido. Pero yo creo que de la interacción de todo esto, sinceramente, se va a ver reforzado el objetivo último, que es tener mejor contratación, mejor calidad del empleo, menos temporalidad, menos rotación, menos despidos, que para las empresas sea más difícil recurrir al despido y más fácil recurrir a otros planteamientos alternativos cuando tiene problemas económicos o cuando tiene que cambiar las formas de trabajar. Yo creo que todo esto se ve muy razonablemente reflejado en este acuerdo y por eso estamos satisfechos. Pero como te decía y como planteabas en la pregunta, hay que seguir trabajando. El sindicato va a seguir planteando sus reivindicaciones, empezando por recuperar la subida del salario mínimo interprofesional y lógicamente, el desbloqueo de la negociación colectiva, que ahora mismo es lo que está provocando el mayor número de huelgas y movilizaciones.
A las pocas horas del anuncio del acuerdo tripartito entre sindicatos, Gobierno y patronal para la Reforma Laboral que deroga los aspectos centrales de la norma aprobada por el PP en 2012, hablamos con el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo (Barakaldo, 1972). En la entrevista, Sordo explica que...
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Miguel Mora
es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).
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