
El fotógrafo René Robert.
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En el prólogo de su libro La Rage Et La Grace: Les Flamencos, publicado en Francia en 2001 por Editions Alternatives, René Robert escribía: “Una de las cualidades más emocionantes de la fotografía es evidentemente la de fijar lo efímero, permitir detallar lo fugaz, el estado de gracia, la rabiosa vitalidad. Si estas imágenes lo consiguen, quiero esperar que harán olvidar su mutismo y su inmovilidad para sólo servir a dar las gracias a todos los flamencos por los momentos de entusiasmo, humanos e intensos que nos regalan”.
Siempre discreto, amable, generoso, atento, René, suizo-parisino, nunca habló ni entendió el castellano, pero qué bien captaba el cante, el baile y el toque, ¡y con qué cariño! A menudo se le veía esperando a los artistas en la salida de los conciertos para entregarles fotos que había sacado de ellos en un anterior espectáculo, escrupulosamente envueltas en cartulinas. Era su manera de darles las gracias.
Por su objetivo han pasado 287 artistas, algunos varias veces, en imágenes separadas por más de 10 años, como Merche Esmeralda –retratada en 1971, 1989 y 2009–, o José Valencia, fotografiado con 10 años en 1986 y ya adulto en 2012. Ha visto crecer a casi todos.
Trabajaba en blanco y negro y era todo un detallista: en su laboratorio pasaba horas retocando las fotos, jugando con las exposiciones del revelado con las manos para acentuar el oscuro en determinada zona o los matices de grises y blancos. Sus fotos son muy artesanales, cada revelado es único.
Robert donó hace unos años 593 fotos 50x60 de flamencos a la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) para que fueran conservadas en las mejores condiciones y estuviesen disponibles para el público en general: una inestimable contribución a la memoria del Flamenco.
Este año no acudió, como solía hacerlo, al Festival de Nîmes. La pandemia lo tenía alejado de los escenarios, a sus casi 86 años se cuidaba: el miércoles cantaba Inés Bacán.
Vivía solo y por algún motivo se cayó la tarde del miércoles 19 de enero al salir de compras. Por desafortunadas circunstancias nadie se dio cuenta, y se supone que pasó la noche inconsciente en la calle, en algún rincón donde no llamó la atención hasta que a las 6 de la mañana del jueves alguien avisó a emergencias y lo llevaron ya en avanzado estado de hipotermia al hospital Cochin de París. Allí falleció.
Las circunstancias de su muerte nos han llenado de incomprensión, indignación y tristeza. Nuestro amigo René nos deja un mensaje, para que estemos un poco más atentos a lo que nos cruzamos en la vida y no la atravesemos con las manos en los bolsillos, y la cabeza en el móvil.
En el prólogo de su libro La Rage Et La Grace: Les Flamencos, publicado en Francia en 2001 por Editions Alternatives, René Robert escribía: “Una de las cualidades más emocionantes de la fotografía es evidentemente la de fijar lo efímero, permitir detallar lo fugaz, el estado de gracia, la...
Autora >
María Cristina Reverte
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