LA VITA NUOVA
Lo sólido
En este articulete les paso varias balas/cambios que ya es posible ver. Y tocar. A través del ordenamiento de noticias recientes. El periodismo es, en fin, oportunismo. Como ir a un bar de copas con ganas de liarla
Guillem Martínez 20/01/2022
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1- El problema de los cambios es su velocidad. En eso se parecen a las balas, según las describía Gila, mientras cogía una y se la restregaba por el cuerpo y decía: “¿Lo ve, mi sargento? A mí no me dan miedo las balas. Lo que me da miedo es su velocidad”.
2- En 2007 se produjo una gran modificación del capitalismo, rapidita y en el contexto de una crisis de ajuste. Sobre el volumen de los cambios: Piketty explica que la tendencia a la igualdad es un fenómeno imparable –esto es con cierta constancia– que se inicia en el siglo XVIII, y que se ralentiza en los años 80 del siglo XX. La oleada de cambios de 2007 es la universalización e intensificación violenta de esa tendencia ochentera. En 2017, con la llegada de cierta recuperación económica, esos cambios perdieron velocidad. Es difícil mantener la velocidad de los cambios dramáticos. Duele. Agota. Y, como sabe el cirujano de Cher, no es bueno ni necesario acometer todos los cambios de una sola tacada. Desde 2020, en el contexto de otra crisis, se ha vuelto a intensificar la velocidad de los cambios. Zas.
3- Es difícil ver los cambios. Algo que se produce en su velocidad espectacular desde hace poco. Desde los 80, con subidón-subidón en las dos primeras décadas del XXI. Son, visto así, una energía descomunal. Velocidad. Balas. En este articulete les paso varias balas/cambios, que ya es posible ver. Y tocar. A través del ordenamiento de noticias recientes. El periodismo es, en fin, oportunismo. Pillar la oportunidad para sacar temas a colación. En ese sentido, el periodismo es como ir a un bar de copas con ganas de liarla.
4- UK. El premier está a punto de dimitir. Si no lo hace, es un titán. Titán, definición: un señor o señora que se mea en su propia cultura y no le pasa nada. Pese a lo que pueda parecer, es un hecho infrecuente/que me lo digan a mí. El premier, al mentir sobre la celebración de fiestas durante el confinamiento –hizo de Downing Street un brexitdorm–, ha violado la moral protestante. El caso premier explica una bala: la cultura es el límite de todo. Ya no lo es la ley. Lo que dibuja la crisis de la democracia. Catolicismo y protestantismo –su esencia, su caricatura– son los límites de la política institucional en el Norte y Sur de Europa. Lo que es una brutalidad. De otro siglo.
5- Ucrania. Crisis de reajuste de potencias regionales. Lo que permite ver a las potencias regionales a su bola. Rusia, que admite que su área de influencia ya no finaliza en la DDR, se niega a que finalice en Ucrania. Rusia y China son una asociación. No comparten el carbón y el acero, sino el gas. Lo que es, hoy, más importante. Fuera de ese Este y Oriente, cuesta ver la región de influencia china, la única potencia mundial en todo este embrollo. Es una bala aún invisible. Intangible, incluso. China no son armas, sino inversiones. Es África, Sudamérica, diversos puertos europeos, comprados al contado. Para acabar de liarla, es el espacio. China es la gran sorpresa espacial. Por lo que, en el siglo XXI, será la épica. Y el 5G. Cuesta ver la función, la táctica de la nueva alianza militar USA-Australia-UK en el Pacífico. Tal vez, simplemente y hasta saber sus maneras, explica al mundo que el mundo sucede en el Pacífico. Europa, muerta internacionalmente con tecnología propia en 1914, pinta poco. Ese continente degenerado prosigue emitiendo, siempre que puede, tratados de Versalles. El último, la austeridad, un Tratado de Versalles sobre su propia población. El embrollo de la crisis de Ucrania es que, literalmente, es un embrollo. Precisa una aclaración. Y la guerra –glups– es un lenguaje. Una forma de aclaración. Salvaje. El dibujo de balas importantes del siglo XXI. La crisis ucraniana, no obstante, dibuja también otra cosa.
6- Rusia es el gran usuario del concepto pueblo. Sin ser el único usuario del Estado-nación, ese mal rollo, es sin duda el más importante y ágil. Su política regional coincide en la defensa, o la reagrupación, del pueblo ruso. En la diáspora en varios Estados –en los Estados bálticos, donde carecen de derechos, en las ex-repúblicas ex-soviéticas asiáticas, donde si se tuercen las cosas Rusia podría proponer Estados rusos, o incorporaciones al Estado ruso; en Ucrania…–. Quien proponga, en Europa, reagrupaciones o Estados a partir del palabro pueblo, se aproximará a Putin, el moderno Padre de Todos los Pueblos. Esa es la bala.
La Ley Mordaza es el hecho más determinante en la cultura esp. En sus primeros cinco años ha supuesto más de un millón de multas, por un importe de 400 millones
7- La Reserva Federal ha emitido un informe que explica la época. Explica una predicción de crecimiento del PIB USA, que señala que, con una probabilidad del 70%, puede ir del 1,3% al 4,7%. Explica, vamos, que Rappel hace más y mejores predicciones. Por lo mismo explica una bala: los medidores económicos son, en este contexto de crisis, algo hecho a ojímetro. Carecen de neutralidad. Son pura ideología. En las páginas de economía, por ejemplo, he detectado que se pasa bastante del PIB y de otros indicadores. Y que se va al turrón, midiendo el estado de los Estados a partir de su índice de ocupación. Lo que no es mucho pues, a su vez, disponemos de diversos índices de ocupación, según uno quiera ser más dramático o más enrollado. En la prensa económica, y en los ámbitos políticos e institucionales más neoliberales, se opta por resaltar la inflación. La razón: a) la inflación es útil para explicar, entre sollozos, que los beneficios de los accionistas serán menores si se les descuenta la inflación, por lo que hay que atajarla. La inflación explica y resalta también que b) la austeridad europea –está congelada hasta 2024; existe como amenaza, que impide cambios para desmarcarse de la dinámica iniciada en los 80 e intensificada en 2007– está siendo cuestionada. Por los hechos. Alemania, que entre todos sus pasados posibles está obsesionada por su pasado inflacionista, está permitiendo, al menos, la inflación. Un indicio peligroso –para el neoliberalismo– de que la austeridad que vuelva, si hay combate político –que a ver–, puede ser menos de lo que era. Sobre la inflación: en Esp es del 6,5%. Si se le descuenta electricidad –combustibles fósiles– y alimentación –combustibles fósiles–, sería del 2,1%. La subida salarial prevista es del 1,47%. Lo que es chungo. La tradición esp, iniciada en los Pactos de la Moncloa, bajo presión alemana, son izquierdas y sindicatos dispuestos a aceptar reducir la inflación a cambio de paro, opción que en su día paró de cuajo la inflación. Y, más aún, la afiliación sindical. Veremos en esta edición.
8- Vaya, en el punto 7 ya hemos llegado al terruño. Aparten a los niños.
9- Se ha regularizado el precio de los test de antígenos. Una regulación en el país del Ibex –epicentro de la empresa regulada– es un notición. Y lo es. Pero en otra dirección a la prevista. Un test es un acto médico. Es, vamos, como una colonoscopia. Pero, en este caso, no solo te la haces tú mismo, sino que te la pagas. Esa regulación es una bala: el fin de la universalidad de la sanidad, intensificada en plena pandemia.
10- El Gobierno, subsector PSOE, ha anunciado parón en las reformas –cambios en la cosa rebelión, sedición, injurias…–. No iniciados, por otra parte. Lo que se percibe como cambios notorios –subida del SMI, reforma de la Reforma Laboral–, lo pueden ser. Han sido conflictivos, han supuesto una fricción desmesurada con las derechas, políticas y/o económicas esp. Pero, a su vez, han sido, básicamente, la emisión de medidas pedidas por la Comisión Europea, esas austeridad calentita y congelada. El Gobierno de coalición, vamos, parece no haber aprovechado la crisis de 2020 para limitar los cambios de la anterior, sino para retomar la a) austeridad, cuando vuelva, y b) el inmovilismo político esp, que nunca se va. La poca beligerancia, la lentitud, las filtraciones que van cayendo respecto de la reforma de la Ley Mordaza, serían el sello de esa dinámica. Lo que indicaría que la Ley Mordaza vino a quedarse. Es una bala.
La Ley Mordaza también dibuja otra bala. La autonomía de las policías esp. El único sector industrial al que no le sienta bien la autogestión
11- Sobre esa bala. La Ley Mordaza es, hoy, el hecho más determinante en la cultura esp. En sus primeros cinco años de vida ha supuesto más de un millón de multas, por un importe superior a los 400 millones de euros. Se dice pronto. Estos ojos, que se van a comer los gusanos, han visto una señora con multas por un importe de 120.000 euros por su actividad antidesahucios, un caballero cuya asistencia a manifestaciones le ha supuesto más de 9.000 euros en seis años, y un sindicato de inquilinos que, en un solo día, pasó a deber 50.000 euros al Estado. La Ley Mordaza explica la vida cotidiana. Pero también la poética de las derechas esp, y el proyecto del PSOE, que parece aportar amabilidad a la brutalidad, sin detenerla con reformas. Socorro.
12- El congelamiento de la legislatura parece dibujar cómo será su final. Puede ser en forma de bala, esa cosa que, cuando detiene su velocidad, solidifica cambios. La bala sería la asociación de PSOE, imposible culturalmente hace unos años, con lo que quede de C’s, si queda. Esa nueva asociación es poco probable esta mañana a primera hora. Pero apunta al indicio, al deseo incluso, de la asociación formal de la Tercera Vía con las derechas locales que se dejen. Lo que sería el establecimiento de un nuevo periodo político. (Más) Duro. La Ley Mordaza estará ahí, esperando esa nueva unión y nuevos cambios/balas.
13- La Ley Mordaza, por cierto, también dibuja otra bala. La autonomía de las policías esp. La policía es el único sector industrial, por cierto, al que no le sienta bien la autogestión. La policía puede ser a) gubernamental o b) autónoma. Cuando es a) puede dar mucho canguelo, a tenor del gobierno que la oriente. Cuando es b), apaga y vámonos. Por aquí abajo el paso de a) a b) consiste en politizar a la policía, dotarla de ideología para que, a corto o medio plazo, ella incorpore ese mandato patriótico y marche solita, ella la primera, por esa vía.
14- En Cat –vuelvan a apartar a los críos– se ha dado un paso de gigante hacia esa transición, ya realizada en Esp. Se ha purgado a los mossos, para eliminar asperezas entre ese cuerpo y el Govern. Entre otras maravillas, se han desarticulado con éxito las regiones policiales que investigaban la corrupción gubernamental y parlamentaria. Eso no es una operación de riesgo. El riesgo es que te pillen en ese trance. Y ha sucedido. Eldiario.es abrió la veda. Desde ese diario también se ha informado de tramas de corrupción a través de facturas abultadas de TV3, con las que alguna productora financiaba al ala diestra del procesismo. Por su parte, Diari Ara ha ofrecido información sobre políticas de extracción desmesuradas –esto es, legales, pero que apuntan a una lectura del Estado como botín– en el Parlament y en la oficina del Síndic de Greuges –el defensor del pueblo cat, salvo de sí mismo–. El resultado eran sueldos más altos que el de presi de la Gene, a su vez el sueldo más alto de la administración estatal, si exceptuamos al rey, que técnicamente no recibe sueldo, sino beca-salario nescafé.
La gran aportación del procés es una dramaturgia que cogió al vuelo el PP MAD. Y que ejerce ejerciendo el conflicto territorial con Esp. Esp le roba
15- El punto 13 no aporta nada nuevo al procés, un fenómeno descrito y concluso, que se inició con la austeridad, y que fue un intento de paliar sus consecuencias políticas. Un intento, exitoso, de mantener las políticas extractivas CiU, sin ofrecer ya bienestar a cambio. Lo que aporta el punto 13 es, tal vez, una bala. Un periodismo cat que, en términos generales, no abrió la boca desde 2012, que creyó que su función era la establecida en la cultura post-78 –cohesionar la sociedad a través de la difusión y defensa de declaraciones gubernamentales–, ha invertido esa dinámica. Fiscaliza. Yupi. Otro dato/bala importante del punto 13: esas informaciones suelen proceder de filtraciones –el periodismo esp y cat carece, si bien puedo estar equivocado en este caso, de la tradición, ganas y pasta para la investigación–. Lo que orienta a que dentro del pack Govern hay gargantas profundas. No tienen por qué obedecer a una moralidad republicana y honesta –tenemos poco de eso; tenemos su absoluta ausencia–, sino a la bancarrota moral, perceptible en Cat tras la etapa procés.
16- Por lo demás, la gran aportación del procés es una dramaturgia que cogió al vuelo el PP MAD, ese otro partido dando al mangue. Y que ejerce ejerciendo el conflicto territorial con Esp. Esp le roba. En breve la CAM publicará las balanzas fiscales que lo demuestran. Supongo que en modo Gran Capitán/Reserva Federal. El conflicto territorial en manos del PP es, de por sí, una bala de gran recorrido.
17- Campaña electoral Castilla y León. Lo importante, la bala, no es el uso inicial e intensivo del fake, a través de una polémica majara con el ministro Garzón y, diríase, su intento de socialización bolivariana de las granjas intensivas. Lo importante, la bala, es que el PSOE ha participado de ello. Puede ser un disparo en el pie puntual, un problema de comunicación. O la apuesta por trasladar, definitivamente, la política a un terreno sentimental. Si la apuesta por gobernar con C’s va en serio, esa apuesta/bala irá en serio.
18- El PP de Casado, en todo caso, quiere ser bala. Solidificarse en la estilística Ayuso. Con piruetas sorprendentes, como la denuncia en la UE de la cosa fondos europeos. Ser Ayuso sin ser Ayuso es difícil. Ayuso es un oficio, el dominio de unos usos del lenguaje. No sirve todo el mundo, y no todo el mundo es Ayuso, Trump, Salvini, o un miembro adelantado de la escuela puigdemontista. Se requieren medios y técnicas. Sin todo ello, uno no es un emisor de confusión, sino un simple mentiroso.
1- El problema de los cambios es su velocidad. En eso se parecen a las balas, según las describía Gila, mientras cogía una y se la restregaba por el cuerpo y decía: “¿Lo ve, mi sargento? A mí no me dan miedo las balas. Lo que me da miedo es su velocidad”.
2- En 2007 se...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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