LA VITA NUOVA
El nacimiento de Karen, o el año 2021 si lo miras hacia arriba
Resumir es conocimiento, esa cosa que no conduce a la felicidad, pero sí a una de sus primas más sexis. Aquí va un resumen del año. Información. Conocimiento. Felicidad. O no
Guillem Martínez 31/12/2021
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– SÉ FELIZ. El conocimiento, ese objeto entre la educación y la cultura, no nos hace felices, razón por la que el conocimiento siempre lo tiene chungo. Pero la felicidad, a su vez, es imposible sin el conocimiento, la educación, la cultura. Y, snif, las tres ingestas diarias, algo que a menudo no tiene que ver con nada de lo anterior. Lo que aquí sigue es un resumen del año. Resumir –compendiar, potenciar, eliminar– es conocimiento, esa cosa que no conduce a la felicidad, pero sí a una de sus primas más sexis. La consciencia. Con una consciencia mona, uno va a donde quiere. Es como un wonderbra o un pasaporte covid, pero sin que te oprima el pecho. Bueno. Resumen del año. Información. Conocimiento. Felicidad. O no.
– LA COVIDAD. El planeta Tierra –mi favorito; si van, pidan paella–, lleva 5M de fallecidos por covid. De ellos, más de 3M en 2021. La cifra total de 5M empieza a ser una cifra llamativa. Y más si pensamos que no son 5M, sino que pueden ser más de 20M, como señala The Economist, que añade a la fiesta los fallecimientos no diagnosticados y de personas que no tuvieron acceso a la sanidad, porque la sanidad estaba monotemática e introvertida. La muerte es un gran cambio en la vida, por muy budista que te pongas. Y tanta muerte explica, como siempre que se produce tanta muerte, cambios descomunales en la vida. Los cambios no existen hasta que dejan de serlo, pues van tan rápido que no se les ve. Por ejemplo, nadie ha visto la desaparición de 20M de personas. Los cambios son, por tanto y en primer lugar, en la percepción. Los más difíciles de explicar. Pero ahí vamos.
En el primer semestre de 2021, las mutuas privadas ganaban más de 400.000 afiliados
– EL ESTADO PERCIBIDO. La UE ha apostado por la vacunación efectiva y masiva. En Francia y Alemania, con unas bolsas llamativas de personas antivacunas. Son algo relativamente nuevo. La apuesta voluntaria por el fake, esa cosa que requiere voluntarismo. En términos generales, el fake supone otro acceso a la felicidad, eliminando el enojoso trámite del conocimiento. La Gripe Española fue determinante –lo explica Juliana en el prólogo al libro de Forti– en el nacimiento del fascismo, ese ejercicio de la voluntad y el vitalismo sobre la realidad. El Covid puede ser determinante en esta nueva emisión de voluntad y vitalismo y anti-realidad, que ya no es fascista, sino postdemocrática, trumpista, salvinista. En España se ha vacunado en proporciones búlgaras –un indicativo de que el movimiento antivacunas no es la seña de identidad de las extremas derechas locales, esas cosas que cambian de señas de identidad cada 500 km, como la identidad misma–. Lo que ha requerido un esfuerzo sin precedentes en la sanidad pública. Esfuerzo sobrehumano –de los sanitarios–, que ha compensado el infra-esfuerzo del Estado, pero que no lo ha paliado: ha desaparecido la AP y la sanidad especializada, esa cosa que, como la justicia, precisa rapidez y funcionalidad, o cambia de nombre. La percepción es que el Estado ha mutado sus funciones. Abandonado el Bienestar en 2012, parece ser que el Bienestar es una labor excepcional, que se emite, o bien en pandemias, o bien en los extremos de pobreza de la sociedad. En todo caso, El Estado, en plena pandemia y a petición de la Comisión, ha realizado un gran paso atrás en la Sanidad pública. Estimulando, por dejación, el traslado de la sanidad a otro sitio, lejos del Bienestar y del Estado, ese abstencionista. En el primer semestre de 2021, las mutuas privadas ganaban más de 400.000 afiliados. Más que los 340.000 nuevos afiliados a mutuas en todo el año anterior. El covid puede no ser una nueva época. Pero sí la intensificación de la iniciada en 2008. Una etapa difícil de ver. Como sus 20M de cadáveres.
– LA DESLOCALIZACIÓN DE LA POLÍTICA. La cosa covid ha ayudado a percibir, simplemente, el itinerario de la delegación de la soberanía y de la política a tiempo real, en la Comisión. La Comisión, en ese sentido, ha pedido al Gobierno una serie de medidas, a cambio de los Next Generation. Y la política ha invertido el año en a) ruido –ya hablaremos de ello–, y en realizar esos cambios. La privatización de la sanidad es uno de esos cambios. Queda la privatización de las pensiones –la cosa progresa adecuadamente, si bien este año se ha retrasado el asunto; tal y como está el patio, eso igual es un éxito–. Y queda lo de la reforma laboral, un tema tan delicado que paso de hablar de él, de manera que cedo la palabra, en este punto, y en estas entrañables fiestas, a los Tres Fantasmas de la Navidad, que en su día codificó Dickens, ese gran ideólogo del presente.
-HOLA. SOY EL FANTASMA DE LAS NAVIDADES PASADAS. “Y vengo a hablarles del cambio de Régimen iniciado en 2012. Recordemos que consistió en un max-mix PSOE-PP, y que tuvo este itinerario: A) reforma constitucional, con el abandono implícito del Bienestar, que hoy es costumbre, pero no ley. La B) eliminación de las Cajas. La C) Ley Mordaza –declarada constitucional por el TC; una ley para períodos de reducción de libertades, con castigos económicos y primacía policial en funciones antaño judiciales; y, Santa Rita-Rita, lo que se le da a la poli no se le quita tan fácilmente, me juego una copa–. Y, finalmente, D) la Reforma Laboral de Rajoy. A todo ello agregas el Constitucionalismo como banda sonora y el R’78, que tampoco era un joyo, y ya no le reconoce ni su madre. Llámenme antiguo, pero como Fantasma del pasado, acostumbrado a asustar a la gente, bú, debo confesar que aquella Reforma Laboral Rajoy me dio canguelo, y que esta nueva Reforma Laboral, enclenque, me parece, visto lo visto, el no va más”.
Sorprende, en todo caso, que los sindicatos no hayan participado en la cosa correlación-de-fuerzas con su fuerza. Lo que puede indicar donde estamos
-HOLA. SOY EL FANTASMA DE LAS NAVIDADES PRESENTES. “Vengo a hablarles de la correlación de fuerzas. La Reforma Laboral inicial partía de la idea de suprimir la anterior, la de Rajoy. No ha sido así. Para la Comisión –el Lado Oscuro de la Fuerza, pero la Fuerza, al cabo, en el pack correlación-de-fuerzas–, Rajoy fue un adelantado. La actual ley supone mejoras respecto a aquella ley admitida como animal de compañía por, glups, el betemérico TC. Y sigue permitiendo un despido barato y la alteración unilateral, por la empresa, del contrato laboral. Podría ser un fracaso, si no tuviera elementos de éxito. Gordos: se recondujeron las negociaciones tras la intervención en ellas de Presidencia y Economía. Es decir, de la Comisión. Palabras mayores. Sorprende, en todo caso, que los sindicatos no hayan participado en la cosa correlación-de-fuerzas con su fuerza. La protesta y la presión. Lo que puede indicar donde estamos. En cierto cansancio. Sorprende también que, entre el triunfalismo y el fracaso, el Ministerio –Trabajo carece de Seguridad Social; es un ministerio pretendidamente encanijado, pero que aún así fue el primero en meditar la pandemia, en intelectualizarla socialmente–, no haya explicado lo ocurrido en términos de escala de grises. Ha ocurrido la correlación de fuerzas –esa apisonadora en una política deslocalizada–, pero también cierta capacidad de hacerle la pirula. A estudiar. Abur, que me piro a un castillo escocés o a un patinete eléctrico. Que soy un fantasma, leñe”.
– HOLA. SOY EL FANTASMA DE LAS NAVIDADES FUTURAS. “Y vengo a decirles que echaremos de menos esta reforma tirillas cuando vuelvan los malos. Les dejo, que me están llamando de todo en Psicokillertwitter, la Red Social del futuro, y dándome para el pelo en analógico. Si eso ya otro día, cuando no haya niños, les hablo del mañana. Viva España, viva la Libertaz y viva la Guardia Civil. Isabelita presidente / reviente quién reviente, etc.”.
– EL ESTADO COMO PCUS. Hola, vuelvo a ser Martínez, pero con dos cigarrillos más. El Estado ha recibido este 2021 el 13% del total del pastón de los Next Generations, que irán cayendo hasta 2026. Se trata de a) un premio de la Comisión a la obediencia, de b) la constatación de que la Comisión percibe a España como un Estado pocho, al límite, y c) de un monto fabuloso. Que en 2023, cabe suponer, adquirirá su verdadero sentido y función, si se confirma la demanda del FMI de volver a la austeridad para esa fecha. Por ahora, parte de esa pasta se va a los PGE y a los autonómicos, en gasto social y sanitario en esta crisis humanitaria. Habrá que observar el uso del resto, que será el pastizal y el dibujo definitivo de la época. Sea como sea, no pinta que todo ese gasto sea cosa Keynes. Es algo nuevo. Para el Estado –Biden, en los USA, de manera más tímida la Comisión en Europa, que cede menos dinero a los Estados a cambio de que acometan medidas estructurales de, curiosamente, austeridad–, en esta emisión de gasto público masivo –descomunal en USA, donde el propio volumen de dinero invertido ya supondrá otras consecuencias distintas a las europeas–, el sujeto beneficiario no es el individuo o la sociedad, sino la empresa. Cuyo beneficio se garantiza y aumenta suprimiendo, esa es la tendencia, el mercado. Todo esto se formuló y empezó en 2007, con los rescates financieros en USA y Europa. Ahora es una normalidad. La empresa es el nuevo sujeto. Y se confía en ella –ay, uy– para que realice la distribución, en forma de sueldos. Se trata de un nuevo Estado –Chomsky lo llama Estado Corporativo desde hace varias décadas–. Se parece al PCUS haciendo planes quinquenales –como siempre, bonitos de leer, feos de vivir–, en un Comité Central formado por Estado y empresas. Y donde el mercado, siempre que puede, es sustituido por el Estado. Es el Neoliberalismo. La fusión íntima de Estado con mercado, al punto que el Estado interviene como nunca en el mercado. El fin de la democracia, pero no del voto.
– EL VOTO. Las elecciones de 2021 en Madrid han supuesto un cambio importante. Un objeto, al que se le calificó de fascismo, ganó las elecciones. Por K.O. No es el fascismo. Es el postfascismo. Lo que le queda a la democracia, sin Bienestar, cuando se reduce al voto. Un lenguaje confuso, hecho para la Guerra Cultural. La nueva extrema derecha que lo usa es revolucionaria –puede prometer todo, pues no hay nada, ni lo ofrece–, es más vibrante que las izquierdas, que deben explicar el mundo, para lo cual precisan conocimiento, ese muermo. La metáfora de todo este uso constante del fake es que la política responsable de la mayor mortandad por covid en Europa haya ganado otra vez. Esto es, ha creado una energía superior a la realidad. La política, deslocalizada, es eso. Energías. Ruido. Y el mismo programa económico, pero sin amabilidad, de la Tercera vía. La instancia de la política real, Europa, queda lejos, no se sabe cómo hincarle el diente, y precisa de una izquierda transeuropea. Que no existe. El éxito de Ayuso en Madrid, por otra parte, ha conducido a Casado a una apuesta absoluta por el trumpismo, disciplina que será acometida por él, o por Ayuso –solo puede quedar uno–, desde Moncloa. Esas cosas, que acaban en catástrofe, son imparables hasta que paran. Hasta que chocan con la realidad, rota.
– EL DEEP STATE BIEN. ¿Y USTED? La verdadera originalidad de la política local, esa paralización, deslocalización y ruido, es el ejercicio de la política estructural a través de instancias no democráticas. Como la Justicia. Que está en forma. Este 2021 ha imposibilitado, vía sentencias en el TC, que un Gobierno pueda enfrentarse a una pandemia sin sacar la caballería a la calle. El TS ha intensificado su –aún discreto, en tanto no participan de su conocimiento los medios patrios– enfrentamiento con las instancias judiciales europeas. Por la cosa Catalunya. El TS aceptó –como no podría ser de otra manera, se decía antaño– los indultos, lo que fue un trauma para el nacionalismo local, que costó el cargo al Ministro indultador. España tiene un problema policial y judicial. Y ese problema ya no es, en el caso de la cosa judicial, su no renovación en el CGPJ. Visto lo visto con la renovación del TC, su renovación es irrelevante. Ese problema aludido es el Constitucionalismo, que vino en los 90 a quedarse. Es un inmovilismo que, por fuerza, tendrá que acabar en inmovilismo por la fuerza. A no ser que el inmovilismo nos consuma a través de su gran juguete. La Guerra Cultural, esas batallas absorbentes, a muerte, e inútiles.
– CATALUNYA, YA PUESTOS. La Catalunya post-procés, por cierto, está viviendo su 98, tras 10 años de neoliberalismo y fake. En una crisis descomunal del concepto catalanismo –que nació a lo bestia, precisamente, en el 98 del XIX–. Y que tal vez no volverá. Algo preocupante cuando el independentismo no existe, y lo único que queda es su contrario, el Procesismo/la Guerra Cultural. Puede ser la muerte, o/y la anecdotización, de un país, que ya no está en ninguna discusión sobre la época, y por el que nadie hará nada, salvo sus usuarios. Ja s’ho faran.
– BORBÓN 4. Pujol, por cierto, ha iniciado su periodo de aggionarmento. Todo empezó por su participación, como público, en un acto cultural. Levantó la mano y dijo algo que no era del todo cierto, y nadie le quitó la palabra. Pujol, a estas alturas, es la metáfora de JCI, otro rey en proceso de reformulación. Que también acabará volviendo cuando diga una mentira, y nadie le desautorice. Ya está pasando. Tampoco será juzgado o/y condenado. Pujol y JCI son los fantasmas del pasado, presente y futuro de la democracia española.
– EL NACIMIENTO DE KAREN. Viene de los USA un fenómeno social. Las Karen. Mujeres maduras, trumpistas, que gritan a minorías, o que se inventan agresiones ante un negro o un hispano, que las graba, atónito, con su telefonino, como única defensa. Hay también hombres, claro. En México los llaman Lords. Son personas que vivían la Guerra Cultural en Redes. Pero que han adquirido carnalidad, 3-D y vida. Es la clase media, que sufre y se siente atacada continuamente y se comporta en la calle como en la red. Están llegando a Europa. Es la voluntad de una democracia excluyente y a la baja, con solo pueblo y nacionalismo. Están en los parlamentos. Esto es, en los electorados. Suya es la tierra.
Es la clase media, que sufre y se siente atacada continuamente y se comporta en la calle como en la Red. Están llegando a Europa
– LAS GUERRAS EMPIEZAN POR LO CULTURAL. Este año ha sido el de menor extracción de combustibles fósiles, ese fósil. La lógica de la respuesta ha sido la subvención del precio. Esto es, de las empresas. En el triángulo Argelia, Marruecos, Sáhara, no sólo se empieza a hablar de guerra, sino que ya se ha producido. Otro foco bélico es Ucrania. Y otro, el Pacífico, en el que hay una tensión, que sería tal vez inferior con combustibles fósiles a gogó. El paisaje de la guerra, inverosímil más allá de sus regiones tradicionales hasta hace poco, empieza a tener componentes efectivos. Uno de ellos es la existencia de Karens y Lords en los Gobiernos, en el electorado, en la sociedad. Personas que ya ven la Guerra Cultural, esa preguerra, como realidad. Personas que, como decía Proust cuando la WWI, se aburren con la paz dilatada.
– FELIZ 2022. Frente a todo ello tenemos el conflicto cultural, que es lo contrario a la Guerra Cultural. Úsenlo este 2022. Es nuestro juguete. El conocimiento, la discusión y explicación, frente al fake y la pasión desmedida y yuyu. ¡Smuacs!
– SÉ FELIZ. El conocimiento, ese objeto entre la educación y la cultura, no nos hace felices, razón por la que el conocimiento siempre lo tiene chungo. Pero la felicidad, a su vez, es imposible sin el conocimiento, la educación, la cultura. Y, snif, las tres ingestas diarias, algo que...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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