1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

MIMMO LUCANO / EXALCALDE DE RIACE

“El mensaje de solidaridad de Riace era universal, eso preocupó a Salvini”

Internacional Progresista 1/04/2022

<p>Mimmo Lucano en Buenos Aires en 2017.</p>

Mimmo Lucano en Buenos Aires en 2017.

Soledad Amarilla / Ministerio de Cultura de Argentina

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El pueblo de Riace, en el sur de Italia, puede ser pequeño, pero durante la etapa de Domenico “Mimmo” Lucano como alcalde se hizo conocido en todo el mundo por todas las razones correctas. Durante las décadas de la posguerra, lxs habitantes de este municipio calabrés se redujeron de 2.500 a sólo 400, sobre todo por la emigración de los lugareños en busca de trabajo. Esta tendencia se revirtió bajo la administración de Lucano cuando, ante la creciente llegada de refugiadxs a las costas del sur de Italia, Riace se convirtió en un “modelo” de integración. El año pasado, sin embargo, Lucano fue condenado a trece años y dos meses de cárcel por el delito de ayudar a seres humanos necesitados. El equipo de The Wire de la IP habló con él sobre el “modelo Riace”, su persecución, sus ideales políticos y por qué se canceló una serie de televisión italiana sobre Riace.]

¿Qué es el “modelo Riace”?

El “modelo Riace” es muy sencillo. En Calabria, los pueblos abandonados debido a la emigración se conocen como “zonas frágiles”. Muy poca gente permanece en estos pueblos del interior y Riace estaba destinada a acabar así: incluso mis propios hijos se fueron. Cuando llegaron lxs primerxs refugiadxs kurdxs en 1998, nos encontramos en esta situación y nos pareció natural empezar a acoger a la gente; incluso lo sugirió uno de los refugiados, que señaló que estos lugares son muy parecidos al Kurdistán. Dijo: “Nos gustaría quedarnos aquí en Riace”, miró a su alrededor, y luego, tras un silencio: “¿Por qué no lo pedimos?” Así que eso es lo que hice, hablé con el obispo, el Sr. Brigantini, que me dijo que era una “intuición profética”. Para mí, esta validación dio al asunto una cierta profundidad. No solo a la circunstancia concreta, es decir, a la llegada de personas y a la logística que conlleva, sino en cuanto a la conciencia política. Me di cuenta de que el obispo y yo compartíamos una visión y unas creencias en términos de igualdad social y fraternidad.

Esta historia también nació porque el obispo lo creyó posible y nació en un momento en el que todo el mundo aquí, incluidxs lxs jóvenes, decían que era el momento de irse. Este parecía ser el destino de todas las familias de Riace, pero el Sr. Brigantini despertó la esperanza y encendió una luz. Esto también me entusiasmó para entrar en la política local, no directamente como alcalde, sino como concejal al principio. Más tarde, fui elegido alcalde en 2004, en 2009 y en 2014, lo que me convirtió en “protagonista” mientras crecían los flujos migratorios hacia Italia. Las políticas de acogida de refugiadxs y yo nos cruzamos casi por casualidad. Realmente me pareció que era el destino.

¿Cruzarse con la Lega, el partido político de Matteo Salvini, era algo que también parecía predestinado? 

No era solo el destino de Italia, sino el de Europa.

Los problemas surgen de dos escuelas de pensamiento que chocan en Riace. Salvini afirma que fui descuidado como alcalde. Ahora bien, Riace es un municipio de sólo 500 habitantes, un número insignificante en un país tan grande como Italia, así que ¿por qué se preocupó? Porque el mensaje de solidaridad y comunidad que transmitía era universal y no tiene fronteras. Más aún cuando el mensaje proviene de una tierra que no tiene casi nada para lxs suyxs y donde todxs emigran.

No soy miembro de ningún partido político y siempre he pensado que el radicalismo de izquierdas no está intrínsecamente ligado al formato de partido político. Siento que ser político es algo más que las elecciones, porque todo es político. Es una condición de la sociedad, de las relaciones humanas y de las decisiones que tomas para ayudar a construir algo.

En algún momento de mi mandato el tema de la inmigración se convirtió en el motor y la misión de toda la gobernanza local

Habría sido más fácil decir a lxs refugiadxs que se fuesen, pero el obispo me enseñó que cada persona que entra por la puerta, cada extranjerx, puede ser un dios. Eso es lo que nos enseñaron, esa es la cultura de la antigua Magna Grecia, ¿no? Salvini me acusó de ser el alcalde que “quiere colonizar y llenar estos lugares de inmigrantes, de gente de África”.  Pero, ¿por qué esa acusación y qué quería decir realmente? En realidad se oponía a que se emprendiera un programa político de este tipo en un lugar afectado por la emigración. En respuesta, solo puedo decir que en algún momento de mi mandato el tema de la inmigración se convirtió en el motor y la misión de toda la gobernanza local. Muchos de los proyectos involucraban a personas locales que estaban sin trabajo, por ejemplo. Había esperanza y creencia en una oportunidad para mejorar el mundo.

¿Por qué la gente se interesó por Riace, hasta el punto de alcanzar fama internacional?

Como he mencionado antes, creo que en Riace chocan dos ideologías. Una gira en torno a la hermandad, la solidaridad y la espontaneidad, y la otra en torno al egoísmo y la idea de “nosotros vamos primero”. Pero es inaceptable decir “yo voy antes que otro ser humano”. Todos pertenecemos a la misma tierra y todos, en mi opinión, tenemos los mismos derechos y esperanzas para el futuro. Por eso la gente se interesa por Riace.

¿Podría contarnos cómo nació el proyecto y cómo surgieron las acusaciones contra usted?

Los problemas judiciales empezaron en 2016, pero la historia comienza en 1998, cuando desembarcaron refugiadxs kurdxs y surgió un sistema espontáneo de acogida de refugiadxs en Riace. En ese momento yo no era alcalde, solo un voluntario. Hablaba con familiares en Buenos Aires y Norteamérica tratando de encontrar casas vacías y así, entre todos, creamos un centro de acogida en el pueblo despoblado. Así nació Riace, a través del sistema de acogida espontánea que surgió antes de que hubiera proyectos oficiales.

En 1999, me convertí en concejal minoritario del Ayuntamiento de Riace. Fundamos la asociación Città Futura, a través de la cual dimos casas abandonadas a lxs refugiadxs siguiendo el método visto en Stignano y otros municipios de la región. Nos inspiramos en los escritos de Tommaso Campanella, un fraile dominico que escribió la obra utópica La Ciudad del Sol. Riace está cerca de Stilo, la ciudad donde nació. Campanella escribió: “He nacido para vencer tres males extremos: la tiranía, el sofisma y la hipocresía”, esta es la idea de la que nació Città Futura.

Mi preocupación inicial fue el bienestar de esta tierra destinada a desaparecer en la desolación

Entonces, en 2002, Italia lanzó una convocatoria nacional de proyectos de acogida de refugiadxs y solicitantes de asilo promovida por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Ministerio del Interior. Como era concejal y había adquirido experiencia en la acogida de refugiadxs kurdxs en el 98, me encargué de crear un sistema de acogida. Mi preocupación inicial fue el bienestar de esta tierra destinada a desaparecer en la desolación. El destino de mi familia y el de Riace en su conjunto estaba sellado desde hacía décadas. Este fue el punto de partida.

¿Qué intentaron hacer en Riace para acoger a lxs refugiadxs que fuera diferente?

Italia intentó crear un sistema nacional de acogida en el que Roma actuaba como punto de referencia nacional para los municipios participantes. Insistí en que el municipio fuera parte activa y, en julio de 2001, comenzó oficialmente la acogida de refugiadxs en Riace. Los tres primeros municipios que participaron en la convocatoria del Ministerio del Interior fueron Riace, Isola di Capo Rizzuto y Badolato. No es casualidad que todos ellos sean de Calabria y que ya tengan una historia común de llegada de refugiadxs. Nuestra innovación fue demostrar que era posible ofrecer a lxs refugiadxs que llegaban aquí la oportunidad de participar en un proyecto anclado en la solidaridad.

En ese momento, además de lxs kurdxs, empezaron a llegar los primeros grupos de personas del África subsahariana, sobre todo mujeres de Eritrea y Etiopía. En 2004, me convertí en alcalde de Riace gracias a mi experiencia anterior y entonces la gente empezó a interesarse por lo que ocurría en Riace. Vieron cómo lxs turistas acudían allí para averiguar cómo un pequeño lugar de Calabria se había convertido en un lugar tan solidario con lxs refugiadxs. Se convirtió en una atracción turística: casi se podría decir que el turismo solidario nació aquí en Riace.

¿Cuándo comenzó su amplio éxito electoral?

En las elecciones de 2004 no, porque entonces había cuatro listas. La segunda y tercera vez, en 2009 y 2014, las cosas fueron mejor. En 2016, la revista estadounidense Fortune me incluyó en su lista de ‘Los 50 mejores líderes del mundo’, lo que hizo que la noticia diera la vuelta al mundo. Incluso querían hacer una serie de televisión sobre Riace con el actor Beppe Fiorello, lo que nos habría dado mucha atención, pero la inmigración también estaba recibiendo mucha atención en la misma época. Las televisiones privadas intentaban fomentar una forma de histeria colectiva presentando la inmigración como el verdadero mal de la sociedad italiana que nos impedía progresar.

¿Hicieron la serie de televisión?

La serie de televisión fue bloqueada. La hicieron pero no la emitieron porque el senador de Forza Italia Gasparri pidió su suspensión. Mis abogados, que me defienden gratuitamente y entre los que se encuentra el exalcalde de Milán, Giuliano Pisapia, afirman que uno de los objetivos de la construcción de una causa judicial contra mí era precisamente impedir que se hiciera esta serie. Así que se suspendió a la espera del proceso judicial porque les preocupaba emitir en horario de máxima audiencia una serie que mostraba un proyecto exitoso de acogida de refugiadxs a unos siete u ocho millones de italianxs, que verían que el modelo de Riace es posible.

¿Cuál fue el motivo de esta persecución política y cultural del modelo de Riace?

¿Entiende lo que es el modelo Riace? Es la acogida e integración generalizada de lxs refugiadxs, en la que todos tienen su propia casa. El debate se centra actualmente en el derecho a vivir en lugares despoblados, lo que lo convierte en algo tan trivial porque es evidente que la inmigración es necesaria para revitalizar esas zonas. ¿Por qué mantenemos las casas cerradas y abandonadas y de qué sirven si al final se destruyen cuando llueve dentro y las daña el viento?

¿Cómo podemos imaginar la creación de lugares absurdos como los barrios de chabolas cuando tenemos casas vacías?

Por eso le doy la vuelta a la pregunta: Estoy convencido de que el derecho a tener un hogar es un derecho humano universal de todos los seres humanos. ¿Cómo podemos imaginar la creación de lugares absurdos como los barrios de chabolas cuando tenemos casas vacías? Además, la acogida generalizada de refugiadxs en lugares donde la gente todavía pertenece a una cultura rural crea relaciones espontáneas y solidarias con sus vecinxs, lo que también ha ocurrido en Riace. No se ha reservado ninguna parte concreta de Riace para la acogida de personas, por lo que el terreno es de todos. Incluso yo, como alcalde, no soy más que uno de lxs muchxs ciudadanxs. ¿Cómo puedo pensar que debería tener algo más para mi enriquecimiento personal? Me parece absurdo.

¿Podría explicar cómo funcionaban los “bonos”, una especie de moneda local que usted creó para ayudar a lxs refugiadxs?

El número de llegadas de refugiadxs a Italia no dejó de crecer a medida que los flujos migratorios eran más importantes y consistentes. En Riace no fue diferente, así que pasamos de tener un único organismo gestor, Città Futura, a tener entre seis y siete organismos gestores. Como alcalde, fue un poco más difícil, porque no es fácil aportar un valor social y mantener un ideal, sobre todo cuando nuestras sociedades están estructuradas en torno al beneficio. Queríamos asegurarnos de que lxs refugiadxs tuvieran algo, pero los programas del Ministerio siempre tardaban en enviar los fondos para los proyectos de acogida de refugiadxs. Por eso creé el sistema de bonos.

El sistema de bonos era una copia de un proyecto realizado en el Parque del Aspromonte, en Calabria, que creó una moneda local llamada “Eur Aspromonte”. Se utilizó principalmente para promover el turismo con una oficina de cambio en la que se compraban estos “Eur Aspromonti” con dinero real y luego se tenía derecho a un descuento al gastarlos en los pueblos del Parque del Aspromonte; todo esto para estimular la economía local.

Queríamos hacer algo parecido con los vales de comida que se proporcionaban, así que se me ocurrió dárselos directamente a lxs refugiadxs para que pudieran comprar lo que quisieran. Cada refugiadx recibió 200 euros y el proyecto funcionó bien porque les dimos libertad. Fue una innovación, pero todo el mundo se escandalizó: juristas y profesorxs universitarixs empezaron a investigar mi vida, pero lo único que encontraron fue la continuidad del ideal de solidaridad que sustentaba los proyectos. No era la obra de una mente criminal pero aun así me condenaron a 13 años y 2 meses como si hubiera cometido un asesinato.

¿Qué factores cree que le llevaron a tener problemas judiciales?

En algún momento, el gobierno aplicó una política de dar 35 euros per cápita y por día por cada refugiadx, una decisión absurda tomada por los burócratas. Estos proyectos no pueden limitarse a la fase inicial de acogida de lxs refugiadxs, sino que también deben tratar de impulsar programas de integración. Mi idea era hacer las dos cosas, la fase inicial y la de integración, con proyectos como las becas de trabajo para lxs refugiadxs a través de los proyectos de las almazaras, la granja social, los talleres de artesanía y las casas de acogida para turistas. Pero ahora me acusan de malversación de fondos al tiempo que afirman que “el alcalde no se ha enriquecido personalmente con estos proyectos, sino que hay distracciones y descuidos administrativos”. Pero esto no es cierto. Un terrible malentendido ha llevado a este desorden y, en mi opinión, este desorden se debe también a dificultades burocráticas. Mientras tanto, no he hecho nada por mí ni por mi enriquecimiento personal; de hecho, en algunos sentidos me he debilitado.

Todos los jueces leyeron los papeles del caso y también lo hizo la fiscalía que propuso una condena de siete años. Aun así, los jueces duplicaron la condena. Lo extraño es que la condena más fuerte sea por malversación, a pesar de las pruebas aportadas por las transcripciones del coronel de la Guardia di Finanza que decían: “No, este alcalde no ha tocado ningún dinero, no tiene cuentas corrientes, no tiene propiedades, no tiene nada, las interceptaciones muestran que su único interés era perseguir un ideal de acogida de refugiados”. Las cosas que hice como alcalde en Riace, como la almazara o la granja social, sólo enriquecieron el territorio. Pero al final lo convirtieron en un delito e incluso en un supuesto abuso de poder por las llamadas estancias de larga duración.

¿Cómo entran en escena las estancias de larga duración y la acusación de abuso de poder?

Las estancias de larga duración fueron establecidas por las directrices del Ministerio y dictaban que lxs refugiadxs debían permanecer en los centros de acogida un máximo de seis meses. Pero este es un sistema absurdo. Primero, el Ministerio del Interior me pidió ayuda para encontrar contactos y luego me abandonó cuando les convenía. Me decían que había un número muy elevado de llegadas y que no había dónde meter a la gente porque el centro y el norte de Italia no los querían. El prefecto, Mario Morcone, prometió que me ayudaría, pero también me abandonó cuando le convino. Luego, lo peor de todo es que me dijeron que tenía que echar a la gente después de seis meses, a pesar de que me llamaron una vez en septiembre para que les ayudara con las asignaciones de refugiadxs (el número de llegadas es mayor al final del verano). En Riace, podíamos mantener el instituto local con los hijxs de lxs refugiadxs que llegaban. En cambio, querían que siguiera las directrices marcadas por los burócratas y lxs echara a los seis meses. Por eso sigo diciendo hoy: “¿Por qué no tenemos todxs una discusión abierta sobre esto?”

¿Así que fue un fuerte choque entre la moral y la legalidad? ¿Qué impacto tuvo en el derecho de los niños a la educación?

¿Qué debemos hacer si nos dicen que tenemos que echar a la gente después de seis meses cuando hay un aumento de llegadas en septiembre? ¿Lxs integramos en las escuelas y lxs volvemos a echar en febrero, privándoles de su educación?

Siempre le pregunto a la gente qué creen que gané con esto. En todo caso, me debilité como alcalde

Sí, hubo algún descuido, pero es importante señalar que yo no infringí la ley. No creo que se pueda ignorar la ley sin más, pero me da pena la gente que utiliza la palabra “legalidad”. Todo el mundo habla de legalidad, pero la legalidad es también la compañera del poder político: ¿fue el apartheid legal? ¿Fue legal el Tercer Reich? ¿Mussolini? La legalidad en este sentido es una estrategia de poder. Me sorprende que incluso haya organizaciones del tercer sector que también impulsen esta narrativa de la “legalidad”. La legalidad puede significar ser coherente con el statu quo, con los que mandan. ¿No eran legales los decretos de seguridad de Salvini contra lxs refugiadxs? ¿Tiene razón Salvini? La inhumanidad puede ser legalidad. Muchxs dicen ‘pero entonces cualquiera puede hacer su propio código legal’. Pero esto no es lo que ocurrió en Riace. Lo que yo intentaba hacer les molestaba sobre todo porque a sus ojos el proyecto de acogida debía ajustarse perfectamente a las directrices establecidas. Pero, obviamente, no puedo aceptar que se eche a lxs niñxs del territorio y del sistema escolar, así que lo he ignorado con convicción.

¿Cómo responde a las críticas de que utilizó el sistema de acogida de refugiadxs para su propio beneficio político?

Siempre le pregunto a la gente qué creen que gané con esto, aparte de respetar a la gente, especialmente a lxs niñxs. En todo caso, me debilité como alcalde. El malentendido viene de intentar crear un sistema de acogida de refugiadxs generalizado y basado en la libertad, creando becas de trabajo, y también de fomentar una comunidad multiétnica como modelo de integración.

El Estado está ausente en esta región y no hay fábricas e industrias como en el norte de Italia. La realidad aquí es de asistencialismo y de dominio de la mafia. No tenemos mucho, así que tuvimos que crear talleres para todo lo social por necesidad. Aquí nada era privado. Este es el modelo de Riace.

—-------------------

Texto publicado originalmente en The Wire de la Internacional Progresista. Traducción de Nicole Millow.

El pueblo de Riace, en el sur de Italia, puede ser pequeño, pero durante la etapa de Domenico “Mimmo” Lucano como alcalde se hizo conocido en todo el mundo por todas las razones correctas. Durante las décadas de la posguerra, lxs habitantes de este municipio calabrés se redujeron de 2.500 a sólo 400,...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Internacional Progresista

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí