PRE-TEXTOS PARA PENSAR
Sonámbulos
¿Podremos salir de este tiempo tenebroso para alumbrar una auténtica existencia?
Liliana David 5/05/2022
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Bajo una amenaza constante nuestras vidas se encuentran hoy, en medio de un inminente riesgo ante el cataclismo mundial. Pero, ¿qué ha pasado en el último siglo de nuestra historia para seguir creyendo que pueda haber algo más importante que la vida? Estamos tan adormecidos al intentar responder a esta cuestión que parecemos unos sonámbulos, porque ya no sabemos distinguir entre una realidad soñada y esta pesadilla que nadie, durante largas noches, desearía soñar.
Tal parece que, desde un siglo atrás, no hemos hecho otra cosa que vagar por la tierra como unas criaturas perdidas, absurdas y desamparadas. Por eso parecemos unos sonámbulos, como Los sonámbulos de Hermann Broch, ese gran novelista que, a través de sus personajes, puso frente a los ojos de avezados lectores los futuros e indeseables escenarios que se avecinaban y que hoy son nuestro presente. ¿Pero quién lee hoy estas fundamentales novelas para percatarse y tomar conciencia de ello? Esa es otra cuestión que dejaré de lado, en esta ocasión. Sin embargo, así se ha sobrevivido y se sigue sobreviviendo en una especie de autoengaño, en la mala fe, en un forzado autoconvencimiento de que a la vida se la ha intentado preservar cuando en realidad no se ha hecho otra cosa más que irla negando radicalmente, conforme al paso del tiempo y de una absurda existencia.
¡Cuántas formas de traición a la vida se han instaurado y aceptado, mientras que otras simplemente se han pretendido perpetuar! Formas que han respondido al deseo de seguridad, comodidad y privilegio de unos cuantos, por encima y a costa de la vida de todos los demás. La riqueza que han perseguido esos pocos se ha sostenido a través de la esclavitud de una mayoría, de la instrumentalización y utilización de su existencia, en aras del imperialismo de pseudovalores como la patria, el dinero o el poder, pero no del poder que supone la voluntad, sino del que implica el simple e irracional recurso de la fuerza. Estos son los dioses sórdidos que han usurpado el lugar del otro Dios y por los que la vida hoy se sacrifica.
¡Pobre Pasenow! y pobres también todos aquellos individuos que, como este personaje de Hermann Broch, no han sabido asirse a la vida verdadera, es decir, la que nos hace aceptar que la inseguridad, la angustia y la extrañeza surjan en nuestro sentir profundo cuando se toman las riendas del propio destino y cuando ya no hay nadie que nos pueda ayudar, pues los pilares que sostenían la vida se han tornado quebradizos. Los seres humanos, al rechazar su fe en la vida eterna, sólo han conseguido apagar esa confianza con otras ideas eternas pero sin propósito para la vida misma. La historia nos cuenta que así ha sido, porque Pasenow es perezoso y cobarde, porque ya no quiere discernir entre el bien y el mal, entre la paz y la muerte; porque ya no sabe en qué creer y ha perdido hasta la creencia en la propia vida.
Y frente a esta crisis, que tiene largo tiempo gestándose, una casta de privilegiados desea seguir viviendo como siempre y no padecer zozobra. Son los espíritus románticos, en el peor sentido del Romanticismo, de un sentimentalismo caduco; quienes no desean que muera su convencional y cómoda forma de vida, y contra la cual hemos de rebelarnos. El camino seguirá siendo complejo, el andar solitario y sin dueño, en medio de un mundo que se desgaja y desmorona. ¿¡Cuánta fuerza e inteligencia será necesaria para despertar del desencanto y darle un sitio a esa loca esperanza de encontrar todavía la manifestación de lo divino en esta tierra, de hallar nuevamente la fe en una vida digna!? Estas serían las metas en la ardua y extenuante búsqueda de otros valores, aún no descubiertos o todavía no reconocidos, que nos permitan creer que es posible otro mundo. Pero ¿sabremos darle la vuelta a la apatía con la que vivimos, porque estamos cansados y no logramos percibir siquiera la indolencia que cubre el manto cotidiano de nuestros días? ¿Podremos salir de este tiempo tenebroso para alumbrar una auténtica existencia o seguiremos por el contrario abnegándonos a esta vida de sonámbulos? Espero ser testigo antes de morir del día en que Pasenow despierte, se rebele y descubra un verdadero sentido de la vida, si es que antes otros sonámbulos no han acabado con la vida de todo y de todos.
Bajo una amenaza constante nuestras vidas se encuentran hoy, en medio de un inminente riesgo ante el cataclismo mundial. Pero, ¿qué ha pasado en el último siglo de nuestra historia para seguir creyendo que pueda haber algo más importante que la vida? Estamos tan adormecidos al intentar responder a esta cuestión...
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Liliana David
Periodista Cultural y Doctora en Filosofía por la Universidad Michoacana (UMSNH), en México. Su interés actual se centra en el estudio de las relaciones entre la literatura y la filosofía, así como la divulgación del pensamiento a través del periodismo.
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