salud pública
Es urgente: necesita que le llames
Las enfermedades son leves o graves, urgentes o demorables en virtud de cómo las vive la persona, y no de cómo las define el sistema sanitario o sus profesionales en el acceso al mismo
Concha Herranz 5/05/2022
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Detrás de la frase escrita en las observaciones de la cita de una agenda de un médico de Atención Primaria, se esconde desde una receta de paracetamol, porque el paciente quiere que le den el de un gramo y sin receta no se lo venden en la farmacia, hasta un paciente ahogándose por la descompensación de su insuficiencia cardiaca o el fallecimiento de un paciente en su domicilio.
La frase del paciente “doctora, lo mío es cosa de poco” muchas veces nos pone los pelos de punta, porque es una de las corazonadas que nos hacen mirar y remirar con lupa a ese paciente o porque intuimos que esconde varios motivos de consulta a cual más complejo.
Es importante ser conscientes de que en el contacto con el sistema sanitario las enfermedades son leves o graves, urgentes o demorables en virtud de cómo las vive la persona, y no de cómo las define el sistema sanitario o sus profesionales en el acceso al mismo.
La frase del paciente “doctora, lo mío es cosa de poco” muchas veces nos pone los pelos de punta, porque intuimos que esconde varios motivos de consulta
El silogismo: “un catarro es leve, un cuadro leve no necesita ser atendido de forma urgente, por tanto un catarro no necesita ser atendido de forma urgente” es en la salud una incertidumbre (como casi todo en este campo que tiene tanto de arte como de ciencia). Un bebé de 15 días con tos y fiebre necesita ser atendido de forma urgente, una mujer con enfermedad respiratoria crónica no puede esperar cinco días, una fiebre de 40 grados sin síntomas de alarma en una persona joven sin factores de riesgo es leve, puede esperar y es más, probablemente ni siquiera precise ser atendida en el sistema sanitario (excepto que necesite baja laboral para dos o cinco días, curiosa paradoja burocrática que España se empeña en no resolver).
En cambio: “el dolor de pecho opresivo es grave, un cuadro grave debe ser atendido de forma urgente, por tanto un dolor de pecho opresivo debe ser atendido de forma urgente” parece no dar lugar a la incertidumbre en el contacto ni en el acceso, aunque luego el diagnóstico final pueda ser un infarto, una crisis de ansiedad o de gases.
¿Y cómo abordamos esto en Atención Primaria? Con nuestras señas de identidad:
– Longitudinalidad: sólo con leer el nombre del paciente nos sale llamarle inmediatamente o esperar a su hora de cita en la consulta. A veces, le llamamos al verle citado, incluso aunque no ponga que es urgente. Ese paciente que te aborda en el pasillo mientras acompaña a su mujer a pedir cita, te comenta que lleva varios días “malo”, y termina en la sala de curas monitorizado esperando a los compañeros de la UCI.
– Experiencia y longitudinalidad de los profesionales que atienden las llamadas al centro de salud o dan atención en el centro de salud para gestionar las citas: con su formación y sus preguntas orientan al paciente y son capaces de activar de forma urgente a quien corresponda en ese momento dentro del centro de salud para valorar el dolor de estómago leve que comenta una señora al llegar, pero que “trae mala cara”, o de calmar al que acude nervioso con fiebre y preguntarle si se ha tomado lo que suele tomar para la fiebre para ver si así le baja un poco y se siente mejor mientras espera a que le vean.
Por esto, no todo vale en Atención Primaria:
– No es Atención Primaria una centralita sanitarizada en la que profesionales sin vinculación con el paciente atienden problemas leves sin continuidad de la asistencia ni seguimiento en el tiempo, mientras los problemas graves no pueden llegar al centro de salud porque no hay cita o tiempo en ellas.
– No es Atención Primaria la agenda de pacientes no demorables, que es una agenda donde se citan a los pacientes que a su juicio refieren no poder esperar a la primera cita disponible de su médico. Esta agenda es atendida cada día por un médico que para hacerlo cierra la suya y deja de atender a sus propios pacientes durante ese tiempo. Que te atienda tu profesional de referencia disminuye los errores de diagnóstico, las derivaciones y los tratamientos innecesarios y genera un espacio para el consejo de salud adaptado a la persona y sus circunstancias.
Y sí es Atención Primaria:
– Tener médicos, enfermeros, administrativos y otros profesionales en número suficiente para que haya tiempo en la consulta y no haya demoras en las citas. Reparto de tareas entre ellos para que el paciente sea atendido por quien mejor pueda atender su necesidad de salud. Acceso a pruebas y tratamientos suficientes para no tener que derivar más pacientes que los necesarios a otros niveles asistenciales.
– Organización adecuada de las urgencias de Atención Primaria para cubrir las demandas fuera del horario de apertura del centro de salud, en coordinación con los profesionales del centro (o con participación de éstos) y compartiendo registro en la historia clínica y agendas en las que citar al paciente para seguimiento.
Es cuestión de leer evidencias, interiorizarlas y poner voluntad política y presupuesto. Por favor, señores y señoras políticos y gestores, no sean creativos.
Esta entrevista con el médico de familia Sergio Minué incide precisamente en estos argumentos.
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Concha Herranz Calvo es médica de Atención Primaria en Madrid.
Detrás de la frase escrita en las observaciones de la cita de una agenda de un médico de Atención Primaria, se esconde desde una receta de paracetamol, porque el paciente quiere que le den el de un gramo y sin receta no se lo venden en la farmacia, hasta un paciente ahogándose por la descompensación de su...
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