Hablando con Vicky, de Regularización Ya, nos quedaron claros varios puntos, que se relatan a continuación.

El movimiento Regularización Ya es un proyecto colectivo de personas migrantes y antirracistas de todo el Estado español, articulado desde 2020 a través de las petición de regularización ya y otras demandas antirracistas, como el cierre de los CIEs, agilización de los trámites de extranjería, etc. En 2020 el Gobierno se negó a debatir, en un contexto de pandemia, la aprobación de nuestras demandas. Alegaron que había un pacto europeo que lo prohibía. La comisaria de Interior de la Unión Europea, Ylva Johanson, desmintió al Gobierno e informó de que cada país puede regularizar según su ley de extranjería, y que la ley de este tiene, además, una cláusula a través de la cual se pueden realizar regularizaciones extraordinarias como las ocurridas en otros años. 

En junio del año pasado, el movimiento recibió la propuesta de Ciudadanía Global para sacar adelante una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), que es vinculante una vez llegue al Congreso. Se trata de una herramienta democrática directa que tiene el Congreso de los Diputados para modificar leyes. 

La primera fase de la ILP es la recogida de 500.000 firmas. Vamos por 212.000, y tenemos hasta el 23 de septiembre para alcanzar el objetivo. La desventaja que presenta este mecanismo es que todas las firmas han de ser físicas, así que deben obtenerse a pie de calle (ahora se puede firmar también con certificado digital), y está siendo complicado, pese a que el movimiento se encuentra organizado en 24 comités, autonómicos, provinciales y locales. 

Regularización Ya busca un cambio de paradigma, no solo de las políticas migratorias, sino también de las políticas sociales y públicas, porque entendemos que es importante que todas las personas que viven en este país tengan acceso a derechos que no se reconozcan desde la compasión ni la pena; no se trata de caridad, sino de justicia social. 

Lo que se está pidiendo son medidas de mínimos: un año de permiso de trabajo y residencia, con la esperanza de que, en una segunda etapa, alguna de las diez fuerzas políticas que se han posicionado a favor de la presente ILP en el Congreso de las Diputadas realicen enmiendas a las demandas. 

Junto con los sindicatos, es necesaria la voluntad política del PSOE. Que se posicione. Es el único partido con el que Regularización Ya decidió reunirse, y del que todavía no se ha obtenido respuesta, dejando fuera a medio millón de personas.  

Los únicos que se benefician de la irregularidad administrativa son las personas que explotan a las trabajadoras. El  racismo esconde un gran negocio: la esclavitud, que no es semiesclavitud. Que las mujeres estén internas en el hogar sin derechos, sin poder ir a un médico, sin poder aportar, sin poder salir a la calles: eso es esclavitud. Que las jornaleras estén trabajando y viviendo en condiciones infrahumanas, en chabolas que se queman cada año: eso es esclavitud. Que los compañeros que tienen que recurrir a la venta ambulante sufran agresiones policiales, persecuciones, decomisos y multas: eso es esclavitud. 

Uno de cada tres personas en situación administrativa irregular son menores (muchas son mujeres), por lo que apelamos a la solidaridad del feminismo hegemónico, el feminismo blanco, para que entienda que, además de lanzar consignas el 8 de marzo contra la ley de extranjería, debe comprometerse todo el año, como están haciendo en algunos comités territoriales, por ejemplo, en el del barrio de Sants en Barcelona. Tener una sociedad igualitaria es cosa de todas. 

Regularización Ya considera que cualquier persona que viva en este territorio con DNI, familia, trabajo y vecinas, puede juntar 60 firmas. Así que invitan a todas las personas a asumir ese compromiso, que no es solo de las personas migrantes. En esta lucha estamos buscando complicidades para derogar la ley de extranjería. 

La regulación no acabará con el racismo, pero tendremos herramientas para luchar contra la desigualdad que implica no poder denunciar un abuso, no poder ir a comisaría o realizar un trámite, como la mayoría de la gente, por el temor a lo que supondría una orden de expulsión o el confinamiento en un CIE.

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Puedes pasar por El Taller de CTXT (Juan de Austria, 30 Madrid) y firmar la petición. El horario es de lunes a viernes de 10 a 14 y de 16 a 20.