Campaña andaluza. Día 6. En toda campaña electoral, las 48 horas posteriores al debate televisado suelen servir para resituarse. En estas horas posteriores, los candidatos y candidatas intentan reforzar aquellos flancos en los que mostraron cierta debilidad e insistir en aquellos en los que sus asesores les aseguran que brillaron. Si al socialista Juan Espadas algún analista lo tildó de poco enérgico, que se preparen sus familiares y amigos, porque entusiasmo, fuerza y pasión serán las tres palabras que más escuchen salir de su boca durante el desayuno, almuerzo, merienda y cena hasta que la campaña le sitúe en un nuevo frente. Si a Moreno Bonilla los suyos le aseguran que salió del debate de modo presidencial sin tener que mover un dedo, más de una vez en estas horas posteriores habrán tenido que hacerle chasquidos a dos dedos de la frente para descartar que haya decidido entrar en modo hibernación siguiendo la senda del éxito. Si, como quedó demostrado, el peor enemigo de Macarena Olona fue que los andaluces escuchasen hablar a Macarena Olona, Vox anuncia que la candidata no volverá a aparecer en público hasta el próximo fin de semana. Las horas posteriores al primer puerto de montaña del Tour de Andalucía traen mucho análisis, mucha espera a que la próxima batalla de entidad llegue y pocas novedades.

Una de estas novedades nos hace mirar a la Universidad. Ayer conocimos una información que resumiría bien la gestión de la actual presidencia del PP al frente de la Junta de Andalucía. Según los compañeros de eldiario.es, “El Gobierno andaluz maniobró para autorizar una universidad privada con un millonario ‘aval fantasma’ y tres informes en contra”. Todo les vale a los quinquis de la privatización cuando se trata de quitarse el mono privilegiando lo privado desde lo público. Todo vale también a la hora de cubrirse las espaldas cuando los trapos sucios van a hacerse públicos y en Andalucía todo se sabe tres días antes de que se sepa. Horas antes de conocerse esta noticia, casualidades de la vida, Libertad Digital lanzaba un ataque preventivo contra el candidato del PSOE. ¿Universidad? Pues universidad: “Juan Espadas autorizó la injerencia china en la Universidad de Sevilla”. ¿Nadie se había fijado en los ojos rasgados del candidato socialista? La noticia, que más que una noticia es Libertad Digital haciendo su trabajo, no va más allá de la gravísima denuncia de que bajo la alcaldía de Espadas se creó la Casa de la Cultura Hispano-China. Si el curso que viene los alumnos ven a profesores con camisa mao, ya saben. Más allá de las bromas del medio, llama la atención la porosidad existente entre la rama moderada del PP y un brazo mediático digital de ultraderecha siempre dispuesto a salir con el capote si el torero corneado es generoso cuando de subvenciones públicas a medios afines se trata. Mañana más.