Diario de campaña (VII)
Andalucía: el paseo para la derecha depende de que la izquierda lo crea
Observando lo ocurrido en el pasado y las tendencias de voto, el escenario más probable el 19J sería una victoria del PSOE con el PP pisándole los talones y Vox aumentando sustancialmente su fuerza en Andalucía
Gerardo Tecé 10/06/2022
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En tiempos trucados las encuestas no sirven tanto para prever el voto como para condicionarlo. Pregúntenle a Albert Rivera si no me creen. El caso del partido naranja pasará a los libros de historia de la demoscopia. Ciudadanos se convirtió, de un día para otro, en opción de Gobierno aquella mañana en la que un par de encuestas se pusieron de acuerdo para nombrar al líder naranjito potencial candidato a presidir España. La candidatura se formalizó y las masas se aglutinaron en torno a él. Que digan de ti que tienes opciones de ser presidente es requisito necesario para serlo. Más adelante, Rivera comprobó que requisito necesario no es lo mismo que requisito suficiente. Años después, aquellas mismas encuestas que encumbraron al partido naranja, lo dejaron caer con estruendo. Así, en cada una de las últimas aperturas de urnas, los estudios publicados auguran la gran debacle de Ciudadanos provocando no un lento desangrado, sino un inmediato colapso: nadie quiere que su voto vaya a la basura.
Las encuestas condicionan el voto por la vía de generar escenarios de partida. En el caso de las elecciones andaluzas, el escenario de partida es la segura victoria de Moreno Bonilla. Repetirá como presidente andaluz, sí o sí. Sólo falta por ver cómo ocurre, nos dicen. Un punto de partida como este, por supuesto, desmoviliza a parte de la izquierda que para qué va a movilizarse si nada tiene que hacer, contribuyendo así la predicción a que, como reza el Teorema Rivera, se consume el hecho. Con las encuestas convertidas a día de hoy en jugadoras de la partida más que en observadoras de la misma, la única forma de esquivar la telaraña y hacernos una idea limpia de cómo está realmente el terreno electoral andaluz es observar resultados electorales anteriores y su evolución. El mejor predictor de la conducta futura es la conducta pasada, dicen desde la psicología y, con la política actual más cercana al diván que al atril, quizá no sea mala idea hacerle caso a este planteamiento y observar de dónde venimos para responder algunas preguntas acerca de hacia dónde podemos estar yendo.
¿Hay en Andalucía una clara mayoría social de derechas?
La respuesta es, contundentemente, no. En una tierra gobernada durante décadas por el Partido Socialista, fue necesaria la gran dimisión del votante tradicional del PSOE en 2018 (400.000 se quedaron en casa movidos mitad por el escándalo de los ERES, mitad por lo que iba a ser una victoria segura de Susana Díaz) para que la derecha alcanzara al fin el deseado Gobierno andaluz. La suma PP+Cs+Vox superó la mayoría absoluta por cuatro escaños. Vale, no había mayoría social de derechas antes de 2018, pero la hay desde entonces, podría argumentarse. Tampoco. Tras la gran dimisión de 2018, el votante socialista volvió. Lo hizo en las dos siguientes convocatorias electorales que pasaron por Andalucía, las generales de abril y noviembre de 2019. En ellas, el PSOE pasó del escaso millón de votos del 2018 a recuperar el entorno del millón y medio. Es cierto que en las generales se vota más que en las autonómicas, pero también lo es que en las generales de 2016 el PSOE cosechó 1,3M de papeletas. Es decir, pasada la pérdida del Gobierno andaluz, no sólo recuperó el PSOE al votante que aquel día de diciembre de 2018 se quedó en casa, sino que amplió la cesta. Traducido a la actual política de bloques izquierda-derecha, lo que nos dice la última década de elecciones en Andalucía es que el bloque de la derecha ha ido recortando la amplísima diferencia a favor de la izquierda (850.000 votos de diferencia en las autonómicas de 2015) hasta llegar al empate técnico (diferencias máximas de 50 mil votos sobre un total de más de 4 millones) en los duelos de las Generales de 2019 en Andalucía.
¿Es posible el escenario con el que sueña Bonilla?
El presidente andaluz y candidato del PP repite día sí y día también que su objetivo es gobernar solo. Es decir, lograr sumar más que todo el bloque de izquierdas para no depender de Vox, a quien podría poner en la tesitura de abstenerse y dejarlo gobernar en minoría o repetir elecciones bajo su responsabilidad. La observación de la conducta electoral pasada nos dice que el escenario Bonilla es más que complicado. El PP, recordemos, parte del resultado de 2018, el peor en la historia del partido en Andalucía: 26 escaños. Parte de una horquilla de 750.000 a 900.000 votos en las tres últimas elecciones (las autonómicas de 2018 y las dos generales de 2019). No olvidemos que en su “victoria” contra Susana Díaz, Moreno Bonilla obtuvo 250.000 votos menos que la entonces presidenta.
¿Puede el cargo de presidente del Gobierno de Andalucía convertir en solo tres años el peor resultado de la historia del PP en el mejor que nunca se haya podido soñar en la sede de la Calle San Fernando?
¿Puede el cargo de presidente del Gobierno de Andalucía convertir en solo tres años el peor resultado de la historia del PP en el mejor que nunca se haya podido soñar en la sede de la Calle San Fernando? Claro que puede. El rótulo de presidente en televisión pesa mucho. Pero observemos los números. En su única victoria electoral en Andalucía hasta la fecha (año 2012) el PP de Javier Arenas sumó 40.000 votos más que el PSOE. Pero 400.000 menos que la suma PSOE+IU. En suma de escaños, el PP volvió entonces a quedarse lejos de la presidencia y el PSOE, pactando con IU renovó en San Telmo. Es su mejor resultado histórico y hablamos de 2012. En 2012, recordemos, teníamos un PSOE post Zapatero desangrado por la crisis económica mundial al que podríamos, remando a favor de la Tesis Bonilla, asimilar al actual PSOE desangrado por la crisis sanitaria. En 2012, recordemos también y aquí está la clave, no existía Vox ni ninguna otra oferta electoral para el votante de derechas que el PP. Ni siquiera así el PP de entonces se acercó al objetivo que hoy se marca el presidente andaluz: sumar él solo más que la izquierda. La conducta pasada dice que tampoco sucederá ahora. Dice la conducta pasada, de hecho, que teniendo en cuenta los resultados de las elecciones posteriores al trauma susanista, a nadie debería sorprenderle demasiado si el partido más votado el próximo 19J fuese el PSOE. El escenario Bonilla parecería imposible en un mundo en el que las encuestas no generasen realidad. En este mundo cualquiera sabe. Si preguntas en la frutería, te dicen que sucederá, así que no es descartable que pueda suceder aunque los números lo nieguen. Cualquiera sabe. Aviso para quienes diseñan escenarios. El ambiente generado no siempre se cumple, que se lo digan a la Susana Díaz de 2018. Otro aviso: en las últimas generales de 2019, Vox se quedó en Andalucía a tan solo 7.000 votos del PP. Ojo.
¿Dónde se irán los votos de Ciudadanos?
Cada vez que el partido naranja estira la pata en una nueva convocatoria electoral, deja una herencia suculenta. No siempre a los mismos parientes ni en la misma proporción. En las elecciones catalanas de 2021, ya en escenario pandémico, Ciudadanos mantuvo una discreta presencia en el Parlament, pero se dejó por el camino 30 escaños. ¿Quién engordó entonces? El PSOE en 17 y Vox en 11. Tras la debacle naranja, el PP catalán no engordó, sino que adelgazó perdiendo un escaño. No parece que el escenario catalán sea homologable al de Andalucía. En las elecciones madrileñas, los 26 escaños que Ciudadanos tenía fueron los 26 escaños que Ciudadanos perdió. Se los merendó Ayuso de una sentada. La lideresa española diva de la extrema derecha tampoco parece el modelo a seguir para lo que podría ocurrir en una Andalucía en la que Bonilla vende moderación. Nos queda Castilla y León, modelo homologable al andaluz en cuanto a liderazgos PP-Vox. En este caso, los 11 escaños de Ciudadanos fueron a parar a la saca de la ultraderecha. Cuidado con esto porque en Andalucía la herencia es de 21 escaños que, de moverse de sitio igual que lo hicieron en Castilla y León, podrían tumbar todos los escenarios dibujados. No parece que vaya a pasar. Si en lugar de mirar a Cataluña, Madrid o Castilla y León miramos a la propia Andalucía, veremos que en la repetición de elecciones generales de 2019 ya hubo trasvase de votos del partido naranja a otras fuerzas. En abril de ese año, Cs logró más de 800.000 votos. En noviembre, siete meses después y con las encuestas comenzando a enterrar el proyecto de Rivera, se fueron por debajo de 400.000. En total, 462.000 votos perdidos de Cs que coincidieron en el tiempo en un aumento de 260.000 votos a Vox y 90.000 al PP. Si establecemos esto como guía posible para prever qué podría ocurrir en las elecciones del 19J, llegaríamos a la conclusión de que la herencia de Ciudadanos iría a Vox en una proporción 3 a 1 sobre el PP. Es decir, la Tesis Bonilla se alejaría para dar paso a la Tesis Cuento de la Criada con Olona en un papel estelar.
Escenario más probable
Observando lo ocurrido en el pasado y las tendencias de voto, el escenario más probable el 19J sería una victoria del PSOE con el PP pisándole los talones y Vox aumentando sustancialmente su fuerza en Andalucía. Lograría la derecha una mayoría absoluta en un reparto de tarta que haría imposible el deseado Gobierno de Moreno Bonilla en solitario. Necesitaría a la ultraderecha. Que esto ocurra o no dependerá de la participación y la participación dependerá del éxito con el que se logre instalar la idea de que lo único en juego es si Moreno Bonilla gobernará solo o lo hará con Vox. Ese no es el escenario real. Ni la duda a resolver. El escenario y la duda es si Vox entrará en las instituciones andaluzas o si la izquierda se movilizará para impedirlo. Con ocho suscripciones electorales y tres partidos en el bloque de izquierdas por dos en el de derechas –damos a Ciudadanos por finiquitado–, el terreno de juego está inclinado del lado de Moreno Bonilla y la que podría ser su vicepresidenta, Macarena Olona. Si la izquierda quiere, hay partido y cuando hay partido puedes ganarlo. La duda es si quiere o no. Y parece que no.
En tiempos trucados las encuestas no sirven tanto para prever el voto como para condicionarlo. Pregúntenle a Albert Rivera si no me creen. El caso del partido naranja pasará a los libros de historia de la demoscopia. Ciudadanos se convirtió, de un día para otro, en opción...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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