Procesando el yuyu
Lo de Catalunya explicado desde las tuberías
Un sector de JxC, bendecido por Waterloo, se ha lanzado a crear un espacio relacionado con la moderna extrema derecha, antes de que la ANC lo haga formalmente. Son los que han votado masivamente la salida del Govern
Guillem Martínez 8/10/2022
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1- Varias semanas después de las explosiones en el Nord Stream, nadie puede asegurar quién explosionó el Nord Stream. Lo que explica una región formidable de la época. El fake. Es una región tan potente que, llegados a un punto, nadie se esfuerza en mentir sobre la autoría de las explosiones, sino que guarda silencio al pasar por el Báltico, porque la verdad ya no es un hecho decisivo ni importante en las tomas de decisiones. Las decisiones se toman sobre la evaluación de una realidad que, simplemente, está próxima a la realidad, sin llegar a serla. Lo que ocasiona tomas de decisiones necesariamente defectuosas. Y lo que, ahora que lo releo, debería dar más canguelo todavía.
2- La dinámica del punto 1 es la única dinámica que mantiene en contacto Cat con la época. Lo que es poco. Y chungo. Y lo que, a su vez, explica la magnitud de la tragedia de los últimos diez años. Bueno, este artículo pretende explicarles lo acaecido en Cat –sinopsis: JxC abandona el Govern tras una consulta; la única consulta efectiva desde 2012, lo que tiene guasa–. Pero desde otro punto de vista, alejado del fake propuesto por diversos partidos y reproducido por diversos medios. Se despreciará el gas fluyendo sobre las aguas para ir más abajo, a las tuberías agujereadas y a las personas que las explosionaron. Por lo demás, lo que ha pasado es algo tan sencillo que cabe en un solo y breve punto –el 14, no se lo pierdan–. Pero no se hagan spoiler, que lo divertido de un chiste es explicarlo desde el principio.
Este año, el 11-S no estuvo muy rollizo. Poca gente. Lo que puede ser, incluso, secundario. Lo raro, lo inaudito, fue la ausencia de cualquier intento de crear una agenda
3- Desde 2012, la construcción de la agenda política cat sucedía el 11-S. La explicación es que no era una gran agenda política, sino su aplazamiento a través de la propaganda, fundamentada en la construcción de una mani gigantesca, y de declaraciones y formación de estados de ánimo en torno a ella, reproducidas en los medios, en modo demostración sindical.
4- Este año, el 11-S no estuvo muy rollizo. Poca gente. Lo que puede ser, incluso, secundario. Lo raro, lo inaudito, lo verdaderamente categórico fue la ausencia de cualquier intento de crear una agenda anual. Salvo JxC, cuya propuesta de agenda venía a ser el Chicken Game de toda la vida: acusar a su socio, ERC, de ser traidores y tibios, y de no tener lo que hay que tener para satisfacer a una nación. Lo que es ya un clásico y un subgénero informativo, un oficio, en los medios públicos y concertados cat.
5- Seguramente, por esa dejación de funciones, los partidos procesistas encararon la creación de la tradicional agenda sentimental anual más tarde del 11-S y, por tanto, de manera poco coordinada e improvisada. En el Debat de Política General –del 27-S al 29-S–, y en el aniversario del 1-O, que volvió a coincidir, como cada año, con el 1-O. Veámoslo.
6- En el Debat, JxC propuso intensificar la partida de Chicken Game, a partir de una propuesta de tres puntos. A) establecer un alto mando común que coordinara a JxC y a ERC. B) Reorientar la Mesa de negociación con el Gobierno, de manera que b.1) su delegación cat pudiera estar compuesta por ex-presos, y b.2) su temática solo abarcara los temas amnistía y autodeterminación. Y, finalmente, C), unificar los grupos parlamentarios de JxC y ERC en el Congreso. A su vez, Aragonés/ERC propuso como agenda el establecimiento de una Ley de Claridad, para reivindicar, con ella y frente al Gobierno, un referéndum pactado.
7- Las propuestas de JxC y de ERC parecen diáfanas. Pero como todo en Cat y en el Báltico, no son lo que aparentan. Se las traduzco.
8- La propuesta de JxC consiste en una vuelta a los glory days de 2017. La absorción de ERC por JxC y la emisión vertical de propaganda, que volvería a substituir a la política. La propuesta de JxC era una OPA –otra, vamos– a ERC. Bajo la amenaza de que, en caso de que esa oferta se rechazara, ERC sería expulsada a las tinieblas exteriores del Chicken Game. Parece ridículo. Lo es. Pero siempre les ha funcionado desde que Junqueras es el gran ideólogo de ERC. La propuesta de ERC era, a su vez, importante. Un cambio radical y que nadie valoró. Se trataba de elaborar algo parecido a la Ley de Claridad canadiense, que en su día paralizó el independentismo quebecois, hasta convertirlo en una anécdota histórica. Aquí abajo sería un bonito final del procesismo. Con una pega. Es imposible. El Estado, fiel a la idea de nación única de la I Restauración –la misma idea viejuna e inoperante de nación disponible en Cat, por otra parte–, no puede pactar ni siquiera una ley que impida hacer referéndums, como sería el caso, al aparecer en ella el palabro referéndum.
La ruptura en el Govern dejó sin habla a un sector de JxC, el que viene de CDC, y que tan solo quería seguir gobernando otro ratito
9- Desde el Chicken Game / las burbujas en el agua, la propuesta de JxC sería patriótica, mientras que la otra sería derrotismo y traición. Pero desde fuera de ese juego absurdo llamado Chicken Game, las dos propuestas parten de asumir que el Procés ha muerto. El independentismo que queda –poco elaborado, sin recorrido más allá del sentimental y propagandístico; yo sigo llamándolo procesismo–, es el nuevo autonomismo. Unos –la derecha– optan por un autonomismo apasionado, siempre a punto de dejar de serlo, repleto de enemigos internos que lo impiden, vibrante, fundamentado en la retórica de la Revolución Pendiente, mientras que otros –la Tercera Vía–, apuestan por jubilar el tema con cierto decoro y dedicarse al gobierno de esta C.A. de tercera, si bien con sueldos de Premier.
10- La cosa se podría haber quedado ahí. Que es donde se quedan las cosas en Cat. Para ello hay una programación sustentada en la información sentimentalizada y en la tertulia, en la que se discute todo el día, sin solución, lo que la política elige que sea discutido. Pero, en esta ocasión, no fue así. La cosa ganó agresividad cuando JxC profundizó más allá de la lógica el Chicken Game, y soltó la propuesta de una moción de confianza a Aragonés, en el caso de que rechazara los tres puntos de JxC y de la catalanidad pura y verdadera. Eso supuso el calentón de Aragonés y la posterior expulsión del Govern de su vicepresi, Puigneró.
11- Lo que dejó sin habla a Puigneró. Pero también a un sector de JxC. El sector que viene de CDC, y que tan solo quería seguir gobernando otro ratito. Y, en ese trance, consolidar su estructura como partido, a través de la parte del sueldo recaudada a unos 300 cargos gubernamentales, que reciben un bruto de 20M€ en sueldos. Pero ese mismo fenómeno que hizo callar a una parte de JxC, animó a hablar y a liarla a otro, que tenía otro plan. Porque, y esto es importante, había un plan en un sector de JxC.
12- Ese sector parte del encuentro fortuito, en la anterior legislatura, de tres personas en un despacho del Parlament. Se trata del expresi Torra, autor de bellos textos supremacistas y hoy abandonado a sí mismo y a su sueldazo de expresi. Pero, más y mejor, se trata de Laura Borràs, expresi del Parlament, hoy diputada suspendida a la espera de juicio por posible mangoneo de dinero público, y se trata del diputado Francesc Dalmases. Puigdemont, si bien tiene afinidad ideológica, de estilo, de carácter, con ese sector, no tiene ningún tipo de simpatía personal hacia sus tres promotores. Pero a pesar de su desapego, Puigdemont dio a ese grupo un regalo fabuloso, con ocasión de los fastos del aniversario del 1-O. Dio por celebrado el referéndum de autodeterminación de Cat. Según él, se celebró hace cinco años, el día 1-O. Ese día se produjo una manifestación exitosa, duramente reprimida, y unas votaciones simbólicas, sin garantía alguna. Pocos días después de los fraudulentos referéndums rusos en Ucrania, Puigdemont cerraba –otra– oportunidad de empatía en –lo que queda de– la Europa liberal. Desacreditaba, hipotecaba el independentismo cat en términos democráticos internacionales. Pero ganaba, sellaba un espacio electoral en Cat. Una extrema derecha que, ya definitivamente, solo reconocía el voto de lo que asumía como poble / pueblo, y que solo tenía que llegar al poder para declarar la indepe. Un mecanismo improbable para acceder a la indepe, pero que facilitaría la existencia en un Parlament de un grupo con esa idea restrictiva de democracia.
La idea que está difundiendo la ANC es que no hubo indepe porque los políticos mintieron. Más concretamente, los de ERC
13- Las cartas ya estaban echadas. La cosa no era una crisis de Govern. O no solo. Se trataba de un combate interno en JxC. Y, todo apunta a ello, se trataba de una futura escisión, que veremos, o no, próximamente. Entre un sector ex-CDC y otro, formado por personas que fueron felices en el ciclo propagandístico 2012-22, y que evolucionaron con la evolución del fake en el procesismo, cada vez más íntimo. Ese sector, que tuvo ocasión de dominar JxC, pero que en su día perdió las elecciones internas, ahora tenía la oportunidad de dominar el partido, o de salir de él como grupo homogéneo. Sucedía lo esperado por ese sector, lo que gestionó por meses. Y lo que nos lleva al famoso punto 14.
14- Tras las elecciones de la ANC, en 2021, la ANC está quemando etapas. Hacia la antipolítica. La idea que está difundiendo es que no hubo indepe porque mintió la clase política. El movimiento procesista es inocente, puro, mientras que pasan a ser culpables del engaño los políticos. Más concretamente, los de ERC. Sorpresivamente, PDeCAT, JxC, que presidía el asunto, no mintió o mintió menos, o da lo mismo. Diversos políticos –entre ellos Torra, por ejemplo– han confesado al mundo que también se sintieron, snif, engañados –por ellos mismos, se supone–. Borràs, que defiende que su incorporación a la política fue el 1-O del 2017, y no a través del cargo por el que le va a caer un juicio, pues también. El resultado de todo ello es un nuevo perfil en ANC, que ahora es un grupo antipolítico, esencialista, inocente del mayor engaño habido en la política cat, y –sumamente– antiizquierdista. Lo que no es importante. Lo que sí lo es es que baraja, seriamente, hacer una lista electoral para las próximas elecciones, con todos esos ingredientes. Que ya son componentes intensos y literales de la extrema derecha 2.0 europea y americana. Esa posible lista futura ha causado terror en Bruselas y en el sector no CDC de JxC, que ven seriamente amenazados sus campos semánticos. Un sector de JxC, bendecido por Waterloo, se ha lanzado a crear un espacio relacionado con la moderna extrema derecha, antes de que ANC lo haga formalmente. JxC, un sector de JxC, el que ha votado masivamente en la consulta, exigiendo la salida del Govern, ¿ha preferido perder un sueldo en el Govern para jugársela, laboralmente –que lo de la indepe ni está ni se le espera–, en una futura lista dentro de la ANC, que aún no existe? Respuesta: así como suena. Y por dos razones. Razón a) estadísticamente, no cobraban. No tenían cargo, o lo habían perdido por posible mangue. Eran los nuevos, los recién incorporados, sin la cultura de la permanencia de CDC. Razón b) han tomado las decisiones a partir de las burbujas de gas en el mar, y no a partir de la explosión de la tubería. Las han tomado a partir de sus decisiones explicadas y oídas en medios de comunicación públicos y concertados. La han tomado sin saber lo más importante del procés. Que el procés es, literalmente, un programa de la tele. Como dejen de salir en ella, fin de la historia. Sin tele, y como Feijóo no gane las elecciones, y no convierta la política estatal en un combate entre extremas derechas 2.0, o en un acuerdo entre extremas derechas 2.0, no tendrán opciones.
15- La salida de la extrema derecha del Govern no es, por otra parte, edificante. Ni fácil. ERC aún comparte lenguaje y hábitos con ella. Y le quedará, por años, la mancha de haber compartido Govern con la extrema derecha con suma facilidad, como un partido cutre de Castilla & León. Se dice rápido. CUP, que parece subir en votos, carece de discurso. Las explicaciones dadas por Anna Gabriel tras su vuelta a Madrid, y los parámetros de la defensa de Reguant en su último juicio, son sumamente pobres, teatrales. CUP no supo ver, en los últimos años, esencialismo y actitudes excluyentes hacia la vieja –y, por lo tanto, la nueva– inmigración, no supo ver extrema derecha 2.0 mientras pactaba con ella. Comuns, el primer partido de Cat en Elecciones Generales hasta que su lenguaje se confundió netamente con el del procesismo, aún mantiene cargos en el Congreso que aluden a Borràs como un ser de luz, o que, incluso, defienden que la derecha cat se autodisolvió en su día, en vez de refundarse varias veces, cada una más cerca del yuyu. El mismísimo Podemos con problemas para Sumar, se ve a sí mismo, y al procesismo, como víctimas del R’78, por lo que idealiza el discurso procesista para idealizar el suyo. Y sí, ambos son víctimas del R’78. Pero no solo. También lo son de sí mismos, de sus análisis sostenidos de mala calidad.
16- La salida de la extrema derecha del Govern es una oportunidad para verla e identificarla. Para una reacción cívica en Cat ante lo sucedido por 10 años. Para que ello sea completo y útil debe de haber un cambio, una asunción de responsabilidad en el Estado, subsector PP, y otra cosa tan poco probable como esa: que todo el procesismo, sus figurones por 10 años, desaparezca de la política. No es probable que ello pase. Cat, una sociedad sometida a neoliberalismo, a su ruptura social, a su cultivo de la identidad, a su exclusión forzada y cotidiana en grupos enfrentados, precisa una reacción cívica que impida hechos como que, ahora mismo, aún con la salida de JxC del Govern, la segunda autoridad de Cat sea la responsable de que se excluyeran de la sanidad, vía documento interno en plena pandemia, a grupos de edad. Solo hubo dos Gobiernos europeos que perpetraran ese ataque sin paliativos a los DD. HH. Llamamos de extrema derecha solo a uno. Aún siendo improbable, es precisa una reacción cívica también en el Govern, para invertir la debacle ética que vive Cat, para dotar al Govern, formado en el mito y la propaganda, de alguna herramienta ante lo que viene este otoño. Un ERE a personajes inquietantes y pasados, un Govern de izquierdas de amplio espectro, y la reformulación de TV3, el sitio en el sucede la política, serían los tres primeros pasos o señales. Veremos.
1- Varias semanas después de las explosiones en el Nord Stream, nadie puede asegurar quién explosionó el Nord Stream. Lo que explica una región formidable de la época. El fake. Es una región tan potente que, llegados a un punto, nadie se esfuerza en mentir sobre la autoría de las...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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