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Pablo Ríos: Buenos días.
Gerardo Vilches: Buenas tardes.
PR: Bien, aquí estamos otra vez, Gerardo. Hay que hablar de tebeos, hay que preparar la lista de los mejores cómics de 2022, porque así lo dispone la sección C del reglamento del Ministerio CTXT. Vamos a ello.
GV: Hay que advertir que esta lista es una lista de dos señores de cuarenta y pico años que leen lo que les toca leer a su edad.
PR: Eso es. Aunque ojo, vamos a tener algunas sorpresas porque todavía tenemos ganas de vivir, pese a nuestra senectud.
GV: Habla por ti. Dicho esto, vamos a empezar por el manga, que hay mucha cosa interesante.
PR: Lo que no puede ser es que todos hablemos de lo mucho que se vende el manga y que parezca siempre que es algo solo para chavales, porque hay muy buen manga adulto.
GV: Tenemos obras publicadas de algunos de los autores clásicos de gekiga, o manga adulto, que más nos gustan, como Mundo perdido (Satori, trad. Yoko Ogihara y Fernando Cordobés) de Yoshihiro Tatsumi y Flores rojas (Gallo Nero, trad. Yoko Ogihara y Fernando Cordobés) de Yoshiharu Tsuge. Creo que ninguna de las dos es lo mejor de los autores que hemos visto publicado en España, pero aun así, estamos hablando de dos monstruos y el nivel siempre es alto.
PR: Porque nos dan la mandanga que nos gusta. Gallo Nero y Satori además hacen ediciones muy cuidadas, muy bonitas. Y son además lecturas pertinentes para el momento que vivimos, porque hay mucha desesperación en esos tebeos.
GV: Sí, mucha angustia vital.
PR: Y mucho paseo por el campo.
GV: Pues hablando de eso, en realidad a mí el gekiga que más me ha gustado este año es Nieve roja (Gallo Nero, trad. Yoko Ogihara y Fernando Cordobés) de Susumu Katsumata. Tiene ese componente rural que a veces no se ve en el gekiga, que tiende más a lo urbano. Es además muy divertido, con un concepto del sexo muy vital y lúdico.
PR: Hay en ese cómic muy poca vergüenza, en el buen sentido, con algunas soluciones gráficas muy rompedoras.
GV: Por terminar con los clásicos, es inevitable hablar de Joe del mañana (Arechi Manga, trad. Marc Bernabé) de Asao Takamori y Tetsuya Chiba, que es la gran reivindicación histórica de los otakus españoles, un manga que casi todos conocimos por el anime que se emitió en los años 90. Es un manga juvenil con la historia arquetípica del personaje que tiene que ir superándose a sí mismo para evolucionar y mejorar como boxeador, enfrentándose a todo tipo de obstáculos.
PR: Y está muy bien dibujado; recuerda un poco a Tezuka pero tiene su propia personalidad, con unas secuencias de acción muy logradas. No olvidemos que estamos hablando de un tebeo de piñazos.
GV: Hablando de dibujar bien las escenas de acción, creo que tenemos que incluir Capitán Tsubasa (Planeta Cómic, trad. Marc Bernabé y Verònica Calafell) de Yôichi Takahashi, que no suele salir nunca en las listas pero es otro clásico del manga deportivo.
PR: Vamos a meterlo, sí, porque está mejorando mucho en los últimos tomos.
GV: Está entrando en su mejor época, con el final del campeonato de fútbol de Secundaria, con partidos muy épicos.
PR: Eso es. Y tenemos también Bautismo (Satori, trad. Marc Bernabé) de Kazuo Umezz, terror psicológico (y físico) en estado puro. Arranca como una especie de Crepúsculo de los dioses: una actriz, muy famosa en su momento en Japón, ve cómo se acerca su muerte y, bueno, decide trasplantar su cerebro en el cuerpo de su hija.
GV: Lo normal.
PR: Son las cosas de los japoneses. Al principio hay ciertas dudas sobre si la madre lo va a conseguir, pero, cuando lo logra, la cosa se pone peor aún. Todo dibujado con mucho mal rollo, con unas dobles páginas que son un disparate y con ese sentido del humor rarísimo que tienen en Japón.
GV: A mí me gustaría incluir también otro clásico: Destino Terra… (Milky Way, trad. Judit Moreno) de Keiko Takemiya, una historia de ciencia ficción muy en la línea de Moto Hagio, humanista, ecologista, con una perspectiva de género en algunos aspectos. Me parece una recuperación necesaria de una autora muy poco publicada en España.
PR: Ya que estamos hablando de ciencia ficción y que hemos terminado el repaso de los clásicos, hablemos de una obra que creo que ha pasado un poco desapercibida, quizás porque la editorial es aún joven: Breve historia del Robo Sapiens (Héroes de papel, trad. Gabriel Álvarez Martínez) de Toranosuke Shimada. Historias cortas deudoras de ese humanismo del que hablabas tú, con un diseño muy de los 70, aunque la concepción de lo que quiere contar es plenamente contemporánea. Es un manga muy raro, porque en algunos momentos me recuerda incluso a la línea clara de un Hergé. Muchos ecos también de Blade Runner, si me apuras.
GV: Ahora me toca a mí traer una sorpresa: Los confines de los sueños (Ponent Mon, trad. Víctor Illera Canaya) de Yumi Sudo. Me ha encantado. Es la historia de amor entre dos mujeres a lo largo de varias décadas, sobre todo centrada en la imposibilidad de consumar ese amor en una sociedad como la japonesa. Lo más interesante es que está contada hacia atrás: empieza en el presente, cuando las dos son ancianas, y va retrocediendo en el tiempo hasta que se conocen siendo adolescentes. Es un josei, un manga dirigido a mujeres adultas, pero que debería leer cualquiera, faltaría más.
PR: Pues aquí viene otra de las mías. Antes decíamos que éramos ya dos señores de cuarenta años, y quizás por eso me ha llamado la atención un manga contemporáneo que gusta mucho a la chavalería: Ranking of
Kings (Ivrea, trad. Martin Parle) de Sôsuke Tôka. Es un shonen, dirigido al público joven, que tiene un cierto aroma clásico, pero con una historia muy original: hay un ránking de reyes, que tienen que competir entre sí para ver quién es más heroico, y el protagonista es un príncipe sordomudo, el menos indicado para encabezar el dichoso ránking, pero que se va a encontrar con una especie de espíritu con forma de sombra que le va a ayudar a convertirse en el número uno. Es todo graciosísimo, y bastante fresco dentro del panorama del shonen, totalmente alejado de los grandes hits actuales.
GV: Bueno, ¿ahora qué toca? ¿Americano, europeo…?
PR: Nada, eso es muy viejo: hablemos de novela gráfica contemporánea internacional. ¡Estoy harto de nacionalismos!
GV: De acuerdo. Yo creo que los dos coincidimos en los cinco o seis que nos han parecido mejores, pero antes hay otras muchas otras obras interesantes. Por ejemplo, hay varias autoras ya establecidas en el mercado que han publicado obras potentes. Creo que ha sido una cosecha muy jugosa de gente relativamente joven.
PR: Yo creo que se ha visto un claro cambio de paradigma en el mundo del cómic. Lo digo así, a lo bestia. Hace años nos teníamos que esforzar para encontrar tebeos hechos por mujeres, pero ahora, cuando confeccionas una lista como esta, te das cuenta de que la mayoría son mujeres, con total naturalidad.
GV: Estoy de acuerdo. Por otro lado, no ha habido obras de los hermanos Hernandez, ni de Daniel Clowes o Chris Ware… El único de los grandes maestros que ha publicado algo es Charles Burns: Laberintos (Reservoir Books, trad. Carlos Mayor), que está muy bien, no se puede decir lo contrario, pero que es la primera parte de una nueva trilogía, que hay que ver por dónde va.
PR: Sí, es la misma jugada que con Vista final, será una trilogía en formato álbum. Pero fíjate que hay mucha debutante, gente más joven que está empezando a labrar su camino, aunque tenemos que hablar también de una autora consagrada: Rutu Modan, que ha publicado Túneles (Salamandra Graphic, trad. Ayeleth Nirpaz).
GV: Para mí, Túneles es lo mejor de Modan. Uno de esos cómics que es auténtica y genuinamente adulto. En el tratamiento de los temas, en la caracterización de los personajes, en el respeto al lector. Es una obra maravillosa y muy inteligente. Y fíjate que el tratamiento adulto no implica la ruptura con la tradición del medio, porque este cómic bebe mucho del Tintin de Hergé. Sin embargo, hace algo completamente distinto.
PR: Es una absoluta celebración del tebeo, un homenaje nada disimulado, desde la primera página. Y, ojo: es muy divertido. Y también lo es el nuevo de otra autora consagrada: La joven y el mar (Impedimenta, trad. Rubén Martín Giráldez) de Catherine Meurisse. Es cierto que quizás se queda un peldaño por debajo de Los grandes espacios (Impedimenta), para mí su gran obra, pero es muy interesante. Partiendo de una estancia en Japón gracias a una beca para artistas, da rienda suelta a uno de sus puntos fuertes: el dibujo de la naturaleza. Y es una caricaturista sensacional.
GV: Para mí, es una de las grandes dibujantes humorísticas del momento. Tiene además una manera de aproximarse a los temas muy laxa, muy poco solemne, pero, al mismo tiempo, de mucho calado.
PR: Parece que no te va a hablar de lo que te va a hablar al final.
GV: Y ya que hemos hablado de Meurisse, hablemos también de otra colaboradora de Charlie Hebdo: Coco y su Seguir dibujando (Bang Ediciones, trad. Miguel Sánchez García). Para mí ha sido un gran descubrimiento, no ya solo por este cómic, sino por su trabajo en la revista. Es una viñetista satírica de primer nivel. En Seguir dibujando lo tenía difícil, porque ya teníamos una gran obra de Meurisse sobre el atentado contra Charlie Hebdo, La levedad (Impedimenta), pero aquí nos abre nuevas perspectivas y nuevos debates, y demuestra que un tema no se agota en una sola obra, si lo que haces es personal y genuino.
PR: Esto que dices me gusta mucho, porque en el mundo del cómic parece que estamos abocados a hablar siempre del “gran libro” de tal o cual tema, y parece que no deja espacio para nada más. Pero hay mil formas de abordar una temática. Y en Seguir dibujando no podemos olvidar que estamos hablando de la mujer que fue obligada a abrirles la puerta a los terroristas. Si esta persona no tiene nada que decir apaga y vámonos.
GV: Siguiendo con autoras, tenemos lo nuevo de Pénélope Bagieu, Los estratos (Norma Editorial, trad. Eva Reyes de Uña), una obra autobiográfica publicada en un formato muy llamativo.
PR: Es una edición muy adecuada al contenido.
GV: Es una dibujante humorística muy divertida. Aquí hace pequeñas anécdotas y acontecimientos más trascendentes de su vida.
PR: Y si hablamos de autobiografía, tenemos que hablar de Mi tabla de súplicas (Alpha Cómic, trad. Alberto García Marcos) de Keyler Roberts, con una forma única de abordar el género, con ese dibujo tan frío y a la vez tan cercano, una cosa extraordinaria. Me encanta como va volcando todo lo que le pasa, página a página.
GV: A los dos nos ha gustado mucho La sala de los espejos (Reservoir Books, trad. Alba Pagán) de Liv Strömquist. Uno de sus mejores libros, y un ensayo gráfico muy divertido que, una vez más, tiene la capacidad de abordar temas candentes en el debate público.
PR: Y ya que estamos hablando de ensayos gráficos, traigo a colación El mundo sin fin (Norma Editorial, trad. Daniel Cortés) de Jean-Marc Jancovici y Christophe Blain. Es un tebeo que hace fácil algo dificilísimo: exponer un tema muy complejo como es el cambio climático de forma clara. Blain adopta el papel de persona interesada en ello, pero que no tiene ni idea, y Jancovici, experto en la materia, explica su punto de vista. Blain está fabuloso, pero ya sabemos que es uno de los mejores dibujantes de todos los tiempos.
GV: Está habiendo cierta controversia con este cómic, porque el autor defiende el uso de la energía nuclear, ¿verdad?
PR: Sí. Pero tú ya sabes que yo soy de derechas y estoy totalmente a favor de la energía nuclear. Esto transcríbelo así.
GV: Vale. Si entramos en nombres menos conocidos, yo quiero destacar a Zoe Maeve, autora de El regalo (Alpha Cómic, trad. Jorge de Cascante). Se trata del primer cómic de la autora que se publica en España, una historia de terror sui generis, centrada en la célebre princesa Anastasia y los últimos días de la familia del zar. Me ha interesado mucho todo el discurso en torno a la imagen fotográfica.
PR: Para mí el sorpresón de la temporada ha sido Grip (Apa Apa) de Lale Westvind. Lo vendo muchísimo en la librería en la que trabajo, Generación X. Es un tebeo para todos los públicos, un delirio gráfico, una explosión de color, una historia que no va de nada y va de todo, una odisea feminista. Hay que aplaudir a Apa Apa por atreverse a publicar algo así.
GV: Otra autora debutante en nuestro mercado, y que tiene que ver con todo lo que comentábamos sobre cómics adultos, es Anneli Furmark y su Llévame contigo (Blackie Books, trad. Alba Pagán). Es un libro soberbio, una historia de amor maduro, de redescubrimiento de la identidad sexual, con todo lo que ello conlleva. Estamos muy acostumbrados a ver este tipo de historias contadas en una clave positiva y didáctica, alentadora. Pero aquí lo que tenemos es la realidad: una historia protagonizada por personas adultas que cuando toman decisiones se tienen que enfrentar a sus consecuencias.
PR: Personas que la cagan, que lo pasan bien, que lo pasan mal… Es un tebeo civilizadamente apasionado.
GV: Muy nórdico.
PR: Vamos con otra debutante, más joven en este caso: Alex Graham. Dog Biscuits (Fulgencio Pimentel, trad. César Sánchez y Joana Carro) nace durante la pandemia, y recuerdo cómo en ese momento pensábamos que habría un boom de obras sobre aquello, pero al final no han sido tantas, ni mucho menos tantas tan interesantes. Esta sí lo es, una obra sobre un triángulo amoroso furiosamente contemporáneo, contado con mucha gracia, con un dibujo que se adapta a la intención de la autora de hacer una página diaria, a modo de terapia de choque. Sensacional. Y también sale de la pandemia lo nuevo de Simon Hanselmann, Zona crítica (Fulgencio Pimentel, trad. Alberto García Marcos y César Sánchez), que me ha parecido graciosísimo. Es su tebeo pandémico, ambientado en el universo habitual de sus personajes, muy salvaje y divertido.
GV: El hecho de que sea una “historia imaginaria” hace que no me afecte tanto lo pasada de vueltas que es como en otros de sus cómics, pero te entiendo.
PR: A mí me ha gustado mucho precisamente por eso.
GV: Tenemos también una obra importante de una autora surcoreana, Keum Suk Gendry-Kim: Hierba (Reservoir Books, trad. Joo Hasun).
PR: No te puedes imaginar a qué nivel se está vendiendo, es una locura.
GV: Sí, y yo creo que es merecido. Es un cómic muy bueno y que trata un tema dificilísimo en el contexto actual, en el que Japón es esa potencia benigna, ese país que le cae bien a todo el mundo, pero que tiene esqueletos en el armario muy serios, como este que trata Hierba, las mujeres surcoreanas esclavizadas como prostitutas durante la guerra del Pacífico.
PR: A mí no me gustaría que generara rechazo entre determinados aficionados al cómic por el hecho de que mucha gente lo esté poniendo a la altura de Maus o Persépolis. Yo creo que merece estar donde está por méritos propios, y está conectando con el público. Y además me gusta mucho que trae este tema desde la actualidad: es la biografía de una señora mayor, pero se está pidiendo justicia y reparación ahora, señalando directamente a las autoridades japonesas.
GV: Eso es, y en Corea del Sur es un tema totalmente vivo, no es una cosa de cuatro.
PR: Y ahora que estamos hablando de historia, tenemos Kent State (Astiberri, trad. Santiago García) de Derf Backderf. Este libro ha tenido la mala suerte de salir en enero, que siempre penaliza para aparecer en listas, y además el autor ha tenido que luchar contra su propia sombra, por el éxito de la serie de Netflix sobre Jeffrey Dahmer, que ha provocado un interés inusitado por Mi amigo Dahmer (Astiberri). Pero Kent State es un tebeazo increíble, su mejor cómic. Es una reconstrucción minuciosa de unos hechos que también son un esqueleto en el armario para Estados Unidos, en los que la Guardia Nacional disparó sobre jóvenes universitarios.
GV: Yo creo que es su libro que tiene un mejor equilibrio entre la documentación y la puesta en escena.
PR: Y con un crescendo flipante: incluso sabiendo lo que va a pasar, es capaz de mantener la tensión hasta el final.
GV: Cambiando de tercio, tenemos que hablar también de una joya de la que no se está comentando mucho: Choco-boys (Kraken, trad. Albina Dzheur) de Ralf König.
PR: Antes hablábamos de grandes maestros y mira, aquí tenemos uno. Es una delicia de tebeo.
GV: Es el ejemplo perfecto de que se pueden hacer reinterpretaciones de personajes clásicos, en este caso Lucky Luke, y que sean actuales, personales e interesantes. König consigue hacer un homenaje a Morris que es, además, una historia de amor tiernísima.
PR: Es un homenaje a los tebeos.
GV: Totalmente, pero sin caer en la naftalina.
PR: Exacto, y aunque haya trabajado tanto el porno y el humor macarra, König siempre es tierno.
GV: Y luego tenemos una sorpresa, una reivindicación personal nuestra: Cinéfilo (El mono libre, trad. Mathilde Grange) de Helkarava.
PR: Uno de los tebeos de humor del año.
GV: Tiene un cierto rollo referencial con la historia del cine, pero en el fondo acaba siendo otra cosa, un universo habitado por una serie de personajes cutres, tirados. Y con algunas soluciones gráficas muy potentes, con cierta influencia de la animación para adultos.
PR: En lo gráfico, lo relaciono con series del estilo de Ren & Stimpy o Duckman, esa animación de los 90. Recordemos de nuevo que somos señores de cuarenta años.
GV: Estábamos hilando muy bien todo, pero al final se nos han quedado algunos versos libres imprescindibles. El primero, para mí, alucinante: Melody. Diario de una stripper (Autsaider Cómics, trad. Silvia Autsaider) de Sylvie Rancourt. Yo no lo conocía, y me ha vuelto loco. Es una recopilación de los fanzines que hizo la autora, sin tener conocimientos técnicos de dibujo, mientras trabajaba en un local de striptease. Es casi art brut, con una candidez que contrasta con lo sórdido de lo que está contando, y con recursos gráficos muy sorprendentes. Ha sido una de las grandes recuperaciones del año.
PR: Y es un cómic que habla del mundo de la noche, como Jolgorio (Astiberri, trad. María Rossich).
GV: Muy bien traído ahora esto.
PR: Te ha gustado, ¿eh? Bien, en este cómic tenemos a un Bretch Evens desquiciado en lo gráfico, sobre todo en el color, pero muy consciente de lo que quiere hacer y lo que quiere contar, una noche europea que nos puede sonar a todas. Habla de cosas muy comunes…
GV: Pero, al mismo tiempo, la historia va fluyendo por vericuetos muy sorprendentes, y la obra acaba hablando de cuestiones metafísicas, con viajes interiores, revelaciones, personajes que se buscan a sí mismos…
PR: La noche, Ger.
GV: Eso me han contado. Creo que es su mejor libro hasta ahora, y hablamos de uno de los grandes autores de su generación, dueño del mejor color europeo de hoy en día.
PR: Otro cómic sobre personajes que se buscan a sí mismos es Más allá del valle de Richard (Barrett, trad. Esther Cruz Santaella) de Michael Deforge. Ya sabes que el tema de las sectas y los cultos a mí me tira mucho. Está protagonizado por un grupo de animales que abandonan un paraíso natural liderado por un misterioso gurú llamado Richard, y que tienen que enfrentarse a la dureza del mundo real. Gráficamente me gusta una barbaridad, y la edición es preciosa.
GV: Yo destaco el hecho de que Deforge siempre está cambiando de estilo, y aquí me gusta mucho el formato de la página, siempre cuatro viñetas pequeñas, pero también el recurso de emplear fotografías que “quema” y sobre las que luego dibuja a los personajes. Genera un efecto muy interesante.
PR: Y terminamos con los dos mejores tebeos internacionales de la temporada, para mí….
[CONTINUARÁ...]
Pablo Ríos: Buenos días.
Gerardo Vilches: Buenas tardes.
PR: Bien, aquí estamos otra vez, Gerardo. Hay que hablar...
Autor >
Gerardo Vilches
Es crítico de cómic e historiador. Autor de 'La satírica Transición'.
Autor >
/ Pablo Ríos
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