dióxido de nitrógeno
La mayoría de las capitales españolas duplican los límites de contaminación del aire
Sólo siete de los ochenta municipios más grandes de España (Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde y Zamora) se encuentran dentro de los nuevos límites para las micropartículas en suspensión fijados por la OMS
CTXT / Observatorio Social ‘la Caixa’ 26/01/2023
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Vista de Madrid y su característica boina de contaminación desde un parque de Vallecas.
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De acuerdo con un informe de FUHEM Ecosocial publicado hace unos meses, en España fallecieron en 2019 cerca de 12.000 personas por diferentes motivos relacionados con la contaminación del aire, especialmente a causa de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Algo menos de 200 de estas muertes eran atribuibles a la mala combustión de calderas y braseros, pero el resto fueron debidas a la contaminación del aire en exteriores.
Por la naturaleza rural de gran parte del territorio español, los grandes focos de contaminación del aire se localizan generalmente en el contexto de las grandes ciudades y sus entornos metropolitanos, donde existe un mayor número de fuentes móviles difusas (sobre todo, el efecto de los distintos medios de transporte) y fuentes fijas puntuales (calefacciones, industrias, etc.) que contribuyen a los elevados niveles de inmisión de algunos gases, afectando diariamente a un porcentaje significativo de la población española.
En España, los niveles de emisión de muchos de los principales contaminantes del aire han venido disminuyendo desde el inicio de la década de los años noventa, especialmente como consecuencia de la aparición de normas internacionales que regulan el uso de determinadas tecnologías asociadas a las fuentes de emisión y el seguimiento de las mismas, así como su transposición a la legislación española. Sin embargo, el efecto más relevante al respecto ha sido el de la disminución de emisiones asociada a las caídas en la actividad económica debido a la crisis a partir del año 2007.
Entre los aspectos negativos destacarían, por una parte, el incumplimiento sistemático por parte de España de las normas de la UE en los niveles de inmisión de óxidos de nitrógeno (NOx), especialmente en las zonas urbanas de Madrid, Barcelona y Vallès-Baix Llobregat. Por otro lado, la tardanza con la que se han empezado a realizar mediciones en la emisión de partículas (PM2,5 y PM10) provocado por industrias y por el tráfico rodado, que no se comenzaron a medir hasta el año 2000.
La contaminación del aire tiene unos efectos muy relevantes sobre la calidad de vida de las personas. En las últimas décadas, son muchos los estudios que han señalado una relación más o menos fuerte entre la contaminación del aire y el aumento de la morbilidad y la mortalidad asociadas a enfermedades respiratorias y otros efectos adversos en la salud. El estudio de la carga global de enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés) calcula que en 2019 fallecieron más de 6,5 millones de personas en todo el mundo debido a causas relacionadas con la contaminación del aire, y por este motivo actualizó los umbrales de calidad del aire recientemente. Sobre la base del actual conocimiento científico disponible, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido los nuevos umbrales de exposición segura para los seres humanos. Así, con estos nuevos límites, la OMS fija como peligrosos niveles de contaminación del aire hasta ahora considerados seguros.
En el caso de las micropartículas en suspensión, fuertemente vinculadas al tráfico, y capaces de adentrarse en los pulmones e incluso llegar al torrente sanguíneo ocasionando enfermedades cardiovasculares y respiratorias, la OMS ha endurecido especialmente los umbrales de seguridad.
Se debe recordar, sin embargo, que los umbrales de seguridad que establece la OMS no suponen una obligación legal para los países. Cada Estado tiene potestad para decidir qué límites poner. España, al igual que el resto de los países de la UE, tiene fijados unos límites de exposición a los contaminantes del aire que se basan parcialmente en las recomendaciones de la OMS de 2005. Sin embargo, con estos nuevos criterios de calidad del aire, buena parte de las capitales españolas superarían los niveles de contaminación que se consideran seguros. Tomando los datos de 2019, duplicarían los niveles de dióxido de nitrógeno recomendados por la OMS ciudades como A Coruña, Algeciras, Alicante, Almería, Avilés, Bilbao, Castellón, Ceuta, Córdoba, Cuenca, Donostia, Gijón, Girona, León, Lleida, Málaga, Murcia, Ourense, Oviedo, Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Tarragona, Torrelavega, Valencia, Valladolid, Vigo, Vitoria y Zaragoza. En definitiva, sólo siete de los ochenta municipios más grandes de España (Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde y Zamora) se encontrarían dentro de los límites establecidos por la OMS en relación con estas micropartículas que han demostrado ser muy nocivas para la salud. Por si no fuera suficiente, las diez ciudades españolas con peores datos triplicarían ampliamente el nuevo umbral. Ese listado estaría formado por: Granada (43 microgramos por metro cúbico), Coslada (39), Mollet del Vallès (39), Murcia (38), Terrassa (37), Leganés (36), Madrid (35), Granollers (35), Getafe (33) y Barcelona (32).
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