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Uno de los lemas más repetidos por Simeone en su etapa en el Atlético de Madrid es que no importa tanto la cantidad de minutos que disputen los jugadores en un partido como la calidad de esos minutos. Una idea que volvió a plasmarse en el estadio vigués de Balaídos, cuando dos de los jugadores que habían entrado en la segunda parte, Carrasco y Memphis, fueron los que en el minuto 89 protagonizaron la jugada decisiva para que los rojiblancos terminaran ganando por 0-1, logrando así tres puntos muy valiosos en la lucha por alcanzar el objetivo de acabar la Liga en puestos de Champions. Una victoria meritoria por tener que jugar en inferioridad los últimos 25 minutos tras la expulsión de Savic y en la que también tuvo mucha influencia uno que aúna cantidad y calidad: Jan Oblak.
Si hay algún aficionado que por algún motivo no viera los primeros 45 minutos del duelo entre el Celta y el Atleti, no hace falta que se moleste en revisarlos. No pierda el tiempo. Las estadísticas hablan por sí solas. Cero tiros a puerta entre ambos equipos, solo dos saques de esquina, ambos de los locales, y posesión tan repartida como estéril: 49% para los gallegos por un 51% de los madrileños. Ambos conjuntos amagaron sin hacer trabajar casi a los porteros. Simeone volvió a apostar por juntar a Barrios, Koke y De Paul, como ya hizo en Pamplona, con el primero escorado a banda izquierda. Una mezcla que, de momento, no funciona como suponemos que espera el técnico. Faltaba chispa, velocidad, menos balón al pie y más atrevimiento en el centro del campo colchonero. Llorente era el único que podía romper líneas al espacio pero apenas le encontraron a pesar de estar apoyado por un Nahuel que sigue en buena dinámica.
Los locales apretaban a Koke cuando intentaba dar salida al balón desde la posición de mediocentro, lo que provocó que sufriera par de pérdidas que no pasaron a mayores porque la defensa, especialmente Hermoso y Reinildo, se mostraron firmes. Muy pendiente tuvo que estar el mozambiqueño de Carles Pérez, el hábil extremo, que fue el más incisivo de los celtiñas. Suyo fue un potente disparo lejano que Oblak desvió a córner, aunque parecía que iba fuera. En la otra portería lo más parecido a una ocasión fue un remate peligroso de Llorente tras servicio de Griezmann que Tapia rechazó en el área. Al propio Llorente le faltó precisión para dejar a Morata en el mano a mano ante el portero Iván Villar tras un mal pase de este. La falta de precisión fue una de las carencias que el Cholo notó en su equipo en este periodo inicial, según confesó posteriormente. La posición de Griezmann, muy pegado a la línea de la banda izquierda, tampoco ayudó a dar fluidez al juego ofensivo porque le restó presencia en la construcción y espacio cuando recibía.
La segunda parte empezó con Barrios quedándose en el banquillo y Carrasco en el campo. Eso liberó a Griezmann, que empezó a aparecer en zonas centradas y a participar más en el juego. El Atleti entró bien el campo y suyos fueron los primeros 15 minutos. Morata obligó a Iván Villar a realizar una buena intervención para evitar que el duro disparo raso del delantero en el área grande llegara a la red. Griezmann tuvo otro remate desde la frontal que se le marchó alto y Carrasco una acción en el área que no pudo culminar por buscar ese regate de más que a veces le pierde en lugar de chutar. Cuando parecía que los rojiblancos estaban más cerca del gol, Galán robó un balón cerca de la línea divisoria y metió un pase entre la defensa que dejó solo a Aspas en el mano a mano. El remate del delantero en el área grande tocó en Oblak y el balón fue lentamente hacia la portería. El esloveno llegó justo a tiempo para meter su mano izquierda cuando tres cuartas partes de la pelota ya habían traspasado la línea, pero ya saben que para que sea gol tiene que pasar entera. Le faltó muy poco, pero las imágenes demostraron que no era gol.
Simeone había dicho que Memphis había completado la mejor semana de entrenamientos desde que está en el Atleti y quiso premiarle dándole entrada en el minuto 60 por Morata. El técnico del Celta, Carvalhal, le copió la idea, y tres minutos después, quitó a su referencia más adelantada, Strand Larsen, para meter a su último refuerzo, el también atacante Seferovic. En el 65 también se marcharon Llorente y Griezmann entrando en su lugar Correa y Witsel, cambios sorprendentes seguramente para muchos, porque el francés había encontrado su lugar en el partido y de Marcos siempre se puede esperar que desequilibre con su velocidad. Lo cierto es que Correa salió enchufado y dio nuevos bríos al ataque. Ya saben, lo de la calidad y la cantidad. También es verdad que el argentino no llegó a culminar ninguna de las acciones que empezó.
Savic tuvo el gol en un remate de cabeza en el área estando solo que mandó por encima del larguero cuando lo fácil era que, al menos, fuera a portería. Y Savic volvió a ser protagonista poco después. Un saque de banda de los locales lo intentó despejar Hermoso de cabeza pero su toque hacia atrás colocó el balón en ventaja a Seferovic en dirección a portería en pugna con el montenegrino. Justo antes de llegar al área cayó el delantero. El árbitro, Figueroa Vázquez, no tuvo dudas y enseñó a Savic la tarjeta roja. Era una jugada prometedora y lo cierto es que aunque ambos se agarraban, no se puede decir que la decisión no fuera justa. Era el minuto 70 y el partido se ponía negro para los atléticos.
Peor se pudo poner en el consiguiente lanzamiento de la falta, pero el disparo de Aspas se estrelló en el travesaño y el rebote le cayó a Gabri Veiga, que la echó fuera con el arco a su disposición. Simeone decidió no sacar a Giménez en lugar del expulsado, prefiriendo retrasar a Witsel. El Celta se vino arriba y probó suerte con un disparo peligroso de Gabri Veiga que se marchó fuera por poco y con otro tiro potente de Carles Pérez que Oblak desvió con una buena estirada. A todo esto, el esloveno estuvo tocado durante unos minutos tras un mal apoyo de la pierna en la acción de la falta de Aspas, pero pudo aguantar. Y menos mal, porque poco después logró rechazar el balón de forma milagrosa con el brazo, en una acción llena de reflejos, un despeje de Reinildo en el área pequeña contra su propia portería que intentaba evitar que Aspas empujara el balón a la red. Una acción tan valiosa como la que iba a llegar poco después.
Pese a estar con uno menos y sufrir en defensa, es verdad que el Atleti había tenido alguna acción prometedora a la contra. La presencia de Carrasco, Memphis y Correa, aunque se tenían que desgastar mucho para ayudar a sus compañeros en el repliegue, hacía que pudiera pasar algo si cogían un buen balón. Y en el minuto 89, una apertura en largo de Hermoso para Carrasco continuó con el belga entrando al área, haciendo un par de quiebros y conectando un disparo raso que tras golpear en un rival terminó llegando a Memphis, que a la media vuelta y a pesar del marcaje de Tapia, logró conectar un disparo en semifallo que mandó el balón a la red haciendo el gol del triunfo en su primera diana de rojiblanco.
El Atleti aguantó los últimos intentos del Celta y se llevó un partido que pudo perder, que parecía encaminado al empate y que acabó llevándose gracias a una mezcla de esfuerzo, compromiso, calidad y fortuna. Una mezcla de ingredientes que con el añadido de los minutos de calidad que aporten los que salen desde el banquillo, va a resultar imprescindible para conseguir el objetivo a final de temporada.
Uno de los lemas más repetidos por Simeone en su etapa en el Atlético de Madrid es que no importa tanto la cantidad de minutos que disputen los jugadores en un partido como la calidad de esos minutos. Una idea que volvió a plasmarse en el estadio vigués de Balaídos, cuando dos de los jugadores que...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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