
Koke mueve el balón ante Toni Kroos en el derbi de cuartos de final de la Copa del Rey.
Ángel Gutiérrez / Club Atlético de MadridEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El fútbol no deja de ser un juego donde los detalles juegan un papel fundamental. Da igual que un técnico haya acertado en el planteamiento de un partido, que los jugadores lo ejecuten a la perfección durante muchos minutos o que hayan acumulado méritos para lograr un resultado positivo. Al final, una acción puntual de talento, un remate que se va fuera cuando parecía más fácil meterlo en la portería, un cruce de cables en un segundo que desemboca en un perjuicio grave o un error del árbitro te puede echar por tierra todo lo bueno que hayas realizado. Algo de eso le ocurrió al Atlético en su duelo ante el Real Madrid en el que quedó eliminado de Copa. Como tantas veces ha sucedido en el pasado. Por eso, no me extraño cuando veo a muchos aficionados rojiblancos comentar que este tipo de partidos les dan pereza. Quizá por la sensación de vivir un continuo dejà vu.
A pesar de que muchos opinaban que era demasiado riesgo salir así al Bernabéu, Simeone decidió repetir de inicio la alineación ofensiva que tan bien funcionó ante el Valladolid. Y la apuesta le salió de maravilla los primeros 45 minutos. Con el equipo muy bien posicionado, tapaba todos los huecos en defensa, convirtiendo el mayor control de balón de los blancos en una posesión estéril. Vinicius y Benzema apenas aparecían y Modric, Kroos y Valverde no daban claridad ni imponían el ritmo suficiente para desarbolar al Atleti. Viendo que la primera parte del plan funcionaba, los de Simeone fueron poco a poco quitándose complejos y tomando confianza con el balón. Con una buena versión de Koke, apoyado por un De Paul menos impreciso que en otras ocasiones, con Griezmann y Correa metiéndose entre líneas y con Nahuel, a quien apenas seguía Vinicius, rompiendo por su banda, los rojiblancos empezaron a gustarse. La pasividad a la hora de presionar de los madridistas ayudaba en la tarea.
De esta manera, en el minuto 19, Koke envió un gran balón a la espalda de la defensa viendo el desmarque de Nahuel, que según recibió dio un pase en paralelo a la portería para que Morata rematara a la red, haciendo el 0-1. De ahí al final de la primera parte pasó poca cosa. Lemar metió otro pase con intención al centro del área pero esta vez Morata no llegó a tiempo mientras que Oblak apenas tuvo que intervenir. El Atleti no llegaba mucho al área, pero no pasaba apuros y era capaz de hacer buenas combinaciones en el medio, imponiendo el ritmo que le convenía. Al descanso se llegó con la sensación de que el Atleti podía lograr la gesta de eliminar al Madrid en el Bernabéu, pero los seguidores más veteranos, con mil películas que contar de los derbis, sabían que aún podían pasar muchas cosas.
Ancelotti metió a Ceballos por Mendy, lesionado al final del primer tiempo, y el Madrid ganó un jugador más en el centro del campo porque Camavinga, que en teoría era el relevo de su compatriota en la posición de lateral, tiene despliegue físico para ocupar mucho terreno de juego y terminaba sumándose al medio. Además, los blancos multiplicaron la intensidad y la velocidad de movimiento con el balón. Los atléticos empezaron a llegar tarde a la presión y se vieron obligados a recular ante el empuje del rival. A Morata le tiraban al suelo cada vez que recibía el balón sin que le concedieran faltas y por ahí no encontraba respiro el equipo. Fueron minutos de cierto agobio con un par de acercamientos peligrosos, pero el taconazo de Valverde tras disparo de Nacho se fue desviado y un disparo de Benzema lo desvió Oblak. Savic impidió que Vinicius aprovechara el rechace.
Soto Grado no se decidió a mostrar la segunda amarilla a Ceballos. Detalles que terminan siendo decisivos
Llegaba el movimiento de piezas desde los banquillos y mientras que Simeone quitó a Morata para reforzar el medio con Witsel, Ancelotti metió más pólvora al sacar a Rodrygo por Valverde. Y llegó una de las jugadas decisivas del partido. Ceballos derribó a Lemar en la media luna del área con una aparatosa zancadilla. Era la segunda amarilla para el andaluz, que pocos minutos antes había visto la primera. Pero Soto Grado no se decidió a mostrársela. De haberlo hecho, el Atleti se habría quedado en superioridad, ganando el partido y faltando 20 minutos. Detalles que terminan siendo decisivos. En el lanzamiento de esa falta, Griezmann obligó a Courtois a realizar una buena parada para impedir el gol mandando el balón a córner. Y en el saque de esquina, Witsel, con todo a favor conectó una chilena pero el balón se le marchó cerca del poste cuando lo más fácil era que fuera a portería.
Entraron Carrasco y Memphis por Correa y Lemar, que fue de los que menos brilló en los rojiblancos, un doble cambio que parecía acertado para aprovechar la velocidad del belga y del neerlandés en la recta final. Pero cuando el Atleti recuperaba un poco el control, llegó otro detalle. Una magnífica acción individual de Rodrygo, el hombre que siempre acude al rescate de los blancos en los momentos de necesidad, que tras coger el balón en la frontal se fue de Witsel y de Savic para conectar un disparo con la puntera en el área grande que mandaba el balón junto al palo sin que Oblak pudiese alcanzarlo. Era el minuto 78 y empezaba un partido nuevo. La recta final fue un correcalles en el que hubo oportunidades en ambas áreas, con especial protagonismo para Memphis, que conectó dos buenos tiros con la zurda y una contra a toda velocidad de Militao que cortó, oportuno, Witsel en el área.
Con la inercia del gol del empate, el Madrid empezó mejor la prórroga. Simeone había ido retirando a Koke, De Paul y Griezmann, seguramente por estar ya justos físicamente, pero el equipo se quedó con un centro del campo inusual formado por Kondogbia, Saúl, Barrios y Witsel, cuatro jugadores que apenas han coincidido juntos en el césped en toda la temporada. Y llegó otro de los detalles del partido. Savic se ganó dos amarillas en dos minutos, la primera por una discusión, y la segunda por una falta a Camavinga. Esta era tan clara como la que tenía que haber visto Ceballos. Pero Soto Grado mostró una y omitió la otra. Por cierto, un jugador con la experiencia de Savic debería reflexionar y entender que jugar con inteligencia es tan importante como tener carácter. No es la primera vez que deja al equipo en inferioridad por acciones evitables.
El Madrid olió la sangre y en estas circunstancias no suele dejar viva a la presa. Solo seis minutos después de la expulsión, Asensio metió un centro raso al área, ningún defensor logró despejar, Vinicius remató de forma defectuosa pero el balón le llegó solo a Benzema que hizo el 2-1 con un disparo ajustado al palo. La segunda parte de la prórroga nos dejó a un meritorio Atleti, que a pesar de estar en inferioridad, metió al Real Madrid cerca de su área, teniendo dos ocasiones por medio de Memphis y una de Carrasco. Ya en el último minuto, con todo el equipo volcado, Vinicius encontró una autopista a la contra para hacer el 3-1 definitivo.
El día, que ya había empezado con muy mal sabor de boca por el repudiable acto de algunos que decidieron colgar de un puente un muñeco con la camiseta de Vinicius, terminó torcido para un equipo que en enero está fuera de Europa, de la Copa y de la lucha por pelear la Liga, y con el único objetivo de intentar acabar en puestos de Champions. El juego mostrado en unos cuantos pasajes de los últimos partidos invita a pensar que lo conseguirán, siempre y cuando lo mantengan y potencien. Y que los detalles, esa moneda que tantas veces cae cruz para el Atleti, caiga también cara. En junio llegará el momento “de analizar bien todo”. Simeone dixit.
El fútbol no deja de ser un juego donde los detalles juegan un papel fundamental. Da igual que un técnico haya acertado en el planteamiento de un partido, que los jugadores lo ejecuten a la perfección durante muchos minutos o que hayan acumulado méritos para lograr un resultado positivo. Al final, una acción...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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