Según datos de Eurostat, el 37% de la electricidad consumida en la Unión Europea en 2021 se produjo mediante energías renovables. Diez años atrás, en 2011, la cifra era solo del 23%. España se sitúa por encima de la media europea en este ámbito: el 46% de la electricidad consumida en nuestro país procede de fuentes renovables.

En seis Estados europeos, las renovables representan más de la mitad del consumo eléctrico. Destacan Austria, donde el 76,2% de la electricidad consumida es de origen renovable (hidroeléctrica, principalmente) y Suecia, con el 75,7% (hidroeléctrica y eólica). En Dinamarca la cifra es del 62,6% (eólica, sobre todo) y en Portugal, del 58,4% (eólica e hidroeléctrica). Les siguen Croacia (53,4%) y Lituania (51,4%).

Por el contrario, países como Hungría, Luxemburgo o Chequia se encuentran por debajo del 15%.

Noruega, que no está en la UE, produjo más energía renovable de la que consumió en el año 2021.

A nivel europeo, la energía eólica fue la más importante de las renovables, pues representó el 37% del conjunto. La energía hidroeléctrica supuso el 32% y la solar, el 15,2%. Esta última es la que más rápido se está expandiendo: en 2008, solo representaba el 1% del total renovable. El crecimiento en el uso de las energías renovables en la última década se explica, sobre todo, por el gran desarrollo de las tecnologías solar y eólica.

De acuerdo con una estimación del think tank británico Ember basada en datos de ENTSO-E, la asociación de redes eléctricas europeas, la energía solar y la eólica generaron el 22% de la producción de electricidad en Europa en 2022. Puede ser la primera vez que la suma de estas dos fuentes de energía renovables supera al gas, que representaría el 19,9% de la producción. Sin embargo, la sequía que sufrió el continente el pasado año, calificada como la peor en cinco siglos, provocó una disminución de la producción de energía hidroeléctrica y nuclear (esta última requiere agua para la refrigeración).

Según Ember, esta disminución equivalía al 7% de la demanda de electricidad europea en 2022. La mayor parte del hueco se cubrió con más generación eólica y solar, pero una parte se suplió con un repunte en el uso del carbón. Por ello, en conjunto, estiman que la producción de electricidad mediante combustibles fósiles creció un 3% en 2022, aunque consideran que tenderá a disminuir de nuevo en los próximos años.

Cabe aclarar que la energía no se consume solamente en forma de electricidad. Si ampliamos el foco, vemos que las energías renovables solo suponen el 21,7% del consumo energético total en la Unión Europea. En esto, España se sitúa cerca de la media, con el 20,7%.

Los combustibles fósiles todavía representan el 70% de la energía disponible en la UE, aunque la proporción experimenta un descenso gradual desde el año 1990, cuando suponían el 83%.

En términos absolutos, Suecia fue el país que más recurrió a energías renovables, pues estas representaron el 62% de su consumo. Le siguen Finlandia, con el 43,1% y Lituania, con el 42,1%. 

Las proporciones más bajas de uso de energías renovables se registraron en Luxemburgo (11,7%), Malta (12,2%) y los Países Bajos (12,3%).

Las fuentes renovables aportan un 9,1% de la energía en transportes. Esta cifra incluye los biocombustibles, el hidrógeno, el biometano y la electricidad “verde”. En cuanto a la calefacción y refrigeración, la energía renovable representó un 22,9% del total consumido, casi cinco puntos más que hace una década. En España fue algo menos, el 17,9%.