El duelo entre el Atleti y el Betis en el Metropolitano nos volvió a demostrar la importancia que tiene en el fútbol contar con un plan “B”, algo de lo que precisamente se ha hablado mucho en los últimos días en relación a la selección española. Hay veces que el plan A funciona de maravilla y consigues encarrilar el partido con lo previsto inicialmente. Pero no siempre sucede así y entonces tienes que mirar al banquillo y echar mano de otra solución. Y en eso, no hay nadie mejor a estas alturas de temporada en las cinco grandes ligas de Europa que el Atleti. Ya son 14 los goles que han anotado los jugadores rojiblancos que han entrado con el partido ya en marcha en la presente Liga, más que ningún otro equipo de los campeonatos citados. Y si hubiera que buscar un ejemplo genuino de esa cualidad, pocos mejores que Correa. Lo volvió a demostrar tras conseguir un gran tanto en los últimos minutos que desequilibró un encuentro igualado, competido y que deja a los rojiblancos con la clasificación para la próxima Champions muy encarrilada.

La posición de ambos en la tabla, tercero el Atleti y quinto el Betis, y sus buenas dinámicas de los últimos compromisos hacían presagiar un partido interesante. Y las expectativas se cumplieron en un primer cuarto de hora trepidante, con un Atleti al que se le veía con confianza, queriendo repetir el plan de partido que tan bien se le ha dado de forma reciente, dando ritmo a sus combinaciones, con Griezmann cogiendo de nuevo el bastón de mando y buscando penetrar con Llorente y Carrasco. Pero al contrario de los que pasó ante el Sevilla y el Valencia, esta vez tenía enfrente a un rival que no iba a dar facilidades y que demostró su potencial a pesar de las bajas que tenía.

Nada más empezar, Griezmann remató de cabeza una falta sacada por Nahuel, pero el balón salió centrado y lo detuvo Rui Silva. Savic permitió la rápida respuesta de los verdiblancos. Un mal pase en zona defensiva del montenegrino dejó a tres rivales ante un solo defensa local, pero Borja Iglesias perdió la ventaja al dar un pase defectuoso a Ayoze que éste sólo pudo culminar con un flojo remate que llegó manso a las manos de Oblak. Griezmann volvió a acercarse al gol cuando remató al lateral de la red en el área grande otro pase de Nahuel. De nuevo, el francés fue protagonista al irse de varios rivales en el área para combinar con Morata, pero, situado junto a la línea de fondo, el internacional español solo pudo meter un centro-chut con intención que no encontró rematador. Carrasco protagonizó una buena internada por la banda izquierda y su centro raso lo buscó Morata, que caía al área. Reclamó penalti por un contacto de un defensor, pero ni el árbitro ni el VAR consideraron que hubiera nada punible.

Era el minuto 15 y parecía difícil que ambos equipos pudieran aguantar mucho tiempo el alto ritmo con el que habían empezado. Pese a ello, Griezmann siguió apareciendo en el área rival. Primero no llegó por poco a un buen pase de Koke que obligó a salir a la desesperada a Rui Silva para despejar con el pie antes de que llegara el francés, que minutos después probó suerte con un remate raso desde la frontal que detuvo el guardameta. El Betis empezó a tener algo más el balón y a bajar la intensidad del choque, buscando minimizar errores, aunque siempre que podía intentaba crear peligro con sus hombres de banda, Luiz Henrique por la derecha y Ayoze por la izquierda. Ambos hicieron trabajar a sus respectivos marcadores, pero su equipo no terminó de generar un peligro claro a Oblak, que fue noticia por igualar a Godín como el extranjero con más partidos en la historia del club colchonero.

Al poco de empezar la segunda parte estuvo a punto de marcar Giménez con un cabezazo a la salida de un córner pero el balón se estrelló en el larguero. No tiene suerte el uruguayo en estas jugadas. Le recordamos varias acciones de estrategia que no han acabado en gol por poco. Aún así es la mejor baza atlética a balón parado. Y, como es habitual en Simeone, según se acercaba el minuto 60 llegaron los primeros cambios de jugadores. En el 58, en concreto, se fueron Nahuel y un desdibujado Lemar por De Paul y el a la postre decisivo Correa. Llorente retrasó su posición, pero eso no fue óbice para que siguiera incorporándose al ataque. Suyo fue un pase raso de lado a lado del área recogido por Carrasco que remató solo en el área grande. El belga no ajustó el tiro y eso permitió que Rui Silva llegara a despejar con el pie.

Pellegrini también había movido el banquillo retirando a Rodri por un Joaquín silbado por buena parte de los aficionados atléticos a causa de una declaración que hizo hace unos días sobre Luis Aragonés de su época como seleccionador, del que dijo que no se había portado bien con él. Lo cierto es que su primera aparición en el partido fue para meterle un gran pase a Miranda que le dejó ante Oblak, pero, molestado por Llorente, no pudo conectar bien el disparo, que terminó saliendo cerca del poste. El veterano capitán bético realizó poco después un remate desde fuera del área que no encontró portería por poco.

Mientras, en los banquillos seguía la batalla táctica y los cambios de piezas. El Cholo quitaba a Morata para dar entrada a Barrios. Sonaba raro retirar a tu punta teniendo que buscar goles, pero el técnico dio preferencia a controlar el medio para a partir de ahí generar oportunidades. Su colega en el otro área técnica retiraba a Ayoze para meter a Juanmi. 

Koke logró llevar el balón a la red, pero lo hizo en posición de fuera de juego tras recoger un rechace de Rui Silva a disparo de Barrios. De Paul conectó dos disparos desde fuera del área en posiciones en las que ha logrado algún tanto, pero el primero se le fue muy arriba y el segundo tocó en un defensa y el balón llegó cómodo al portero. A destacar la actuación del defensa bético Luiz Felipe, un valladar durante todo el encuentro que se encargó de desbaratar muchos de los intentos ofensivos del Atleti.

El partido entraba en la recta final con el resultado en el aire. El Betis seguía buscando a un Luiz Henrique bullidor y desequilibrante por su banda derecha. Suyos fueron los pases de dos buenas oportunidades que tuvo Juanmi. En la primera remató alto a la media vuelta tras controlar a la altura del punto de penalti y en la segunda enganchó un buen cabezazo en el área grande que obligó a Oblak a estirarse para detener el balón.

A pesar de los intentos de unos y otros parecía que el partido se encaminaba al empate. Una previsión que negó Correa con un gol de jugón de la calle, de esos tan bonitos a la vez que importantes que son marca de la casa. De los que reabren el debate sobre si debe jugar más minutos. En el 86 recibió un pase de Griezmann fuera del área, porfió primero con Pezzella y después con Ruibal, ganando los rebotes con suerte pero también con determinación, y tras entrar en al área hizo un doble quiebro a Luiz Felipe y Miranda para superarles y quedarse ante Rui Silva, al que batió con un remate raso colocado. Regates que llevan a la memoria inevitablemente aquella inolvidable tarde en Valladolid y aquel otro gol tan importante. Un golazo que si lo marca otro futbolista más mediático ocuparía portadas en prensa e informativos deportivos.

Apenas pasó nada en los cinco minutos de descuento que dio Martínez Munuera y el Atleti certificó su cuarta victoria consecutiva y una racha de 11 partidos sin perder, lo que le deja con seis puntos de ventaja sobre la Real Sociedad y nueve respecto al Betis, con el goal-average ganado a estos últimos. Un colchón que le da cierta tranquilidad de cara al objetivo de asegurar el objetivo de clasificarse para la Champions y la posibilidad de mirar hacia arriba e ilusionarse con la posibilidad de pelear la segunda plaza al Real Madrid. El Atleti tiene ángel desde que se reanudó el campeonato tras el Mundial, como demuestra su buena dinámica, y un Ángel al que recurrir cuando el plan A no sale como se esperaba.