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Al Atleti que está jugando después del Mundial no solo le han cambiado los resultados; mucho mejores tras la cita de Catar. No solo ha mejorado su juego; unos días más brillante que otros pero, en general, ofreciendo una mejor versión que antes del parón de la Liga. Le ha cambiado también la suerte. Hay veces a lo largo de una temporada en las que, cuando la moneda está en el aire, y de esas hay muchas en un campeonato, siempre te sale cruz. Eso les pasó a los rojiblancos en Cádiz, en San Sebastián (con incidencia arbitral por medio), contra el Rayo o en Mallorca, por poner algunos ejemplos. Pero hay otras en las que la suerte te sonríe y la moneda cae de cara. Al Atleti de antes del Mundial estoy seguro de que la moneda le habría salido cruz en Girona, pero al de después le cayó cara con el gol de Morata en el añadido de la segunda parte, en una acción revisada por el VAR y que suponía una victoria por 0-1 que redondeó una gran jornada para los de Simeone, al consolidarse en la tercera posición de la tabla. Alejando, además, a sus más directos rivales por los puestos de Champions.
Les confieso que no las tenía todas conmigo para este partido. Montilivi es un campo que no se le daba nada bien a los atléticos, de hecho nunca habían ganado allí. El Girona es un equipo que esta campaña está mostrándose sólido como local, la goleada ante el Sevilla podría haber relajado un poco al equipo y habían pasado muchos días desde el último encuentro, lo que podía distraer a los jugadores. El arranque del choque pareció confirmar esos temores, con un equipo catalán que, quitando unos primeros instantes en los que el Atleti presionó bien la salida del rival, se hizo con el mando del partido gracias a una buena dinámica de juego, con movimientos constantes de sus jugadores y velocidad en las combinaciones.
Al Atleti de antes del Mundial estoy seguro de que la moneda le habría salido cruz en Girona
A ello contribuyeron los colchoneros, con fallos en las entregas en su propia parcela de campo que, por un lado, les impedían coger el ritmo al encuentro y, por otro, favorecían una de las virtudes de los locales: la transición rápida en ataque, con especial mención en esos minutos para un Riquelme muy activo. Por suerte para los de Simeone, las buenas sensaciones del Girona no se convirtieron en peligro real sobre Oblak. La defensa, que repitió sistema de tres centrales con Savic, Giménez y Hermoso, estuvo atenta para desbaratar todos los intentos. Baste decir que lo más reseñable en el área visitante fue un remate de Taty Castellanos que dio en la mano de Savic, pero la jugada estaba anulada por fuera de juego previo del atacante local. Gracias a eso se salvó el defensa montenegrino.
Poco a poco empezó a combinar mejor el Atleti, a apretar un poco más las marcas y a encontrar en las bandas a Carrasco y a Llorente. Así, a partir del minuto 20, comenzaron a visitar la portería de Gazzaniga. Primero con un remate de Griezmann con la derecha desde el área grande tras jugada de Memphis que logró detener el guardameta. Después, en una buena apertura de Llorente para Griezmann, que metió un centro al palo contrario donde Memphis, casi en la línea del área pequeña, remató alto de volea. También probó suerte Carrasco con un duro disparo pegado al poste desde fuera del área que obligó al guardameta local a estirarse para desviar la pelota. De nuevo la tuvo Memphis cuando, tras un centro de Llorente y tras ganar la pugna a un defensa, se le quedó el balón en posición franca en el área pequeña en posición algo escorada, pero su potente remate se le fue alto. No estuvo tan acertado el neerlandés ante el marco como una semana antes. El rosario de ocasiones de los del Cholo acabó con un cabezazo de Hermoso a la altura del punto de penalti tras saque de esquina, pero el balón se fue por encima del larguero. En medio de este cúmulo de ocasiones, lo más peligroso en el otro lado del campo fue un regate de alto riesgo de Oblak a Castellanos, seguido de un toque con el pie para pasar al propio Hermoso, justo antes de que casi le quitara el balón otro rival.
El Atleti llegó al descanso con buenas sensaciones, pero seguramente pensando que había perdonado mucho y que había desaprovechado un buen momento en el partido. En la reanudación fue otra vez el conjunto madrileño el primero en visitar el área rival, con un centro de Griezmann que Llorente remató cerca de la línea de fondo, obligando a despejar con apuros al portero. La primera jugada polémica del partido llegó en una falta favorable al Atleti, que en el intento de remate de Hermoso de cabeza acabó con el balón rozando el brazo de Oriol Romeu de manera involuntaria. En el fútbol de toda la vida eso no era penalti nunca, pero en el actual nunca se sabe. El caso es que desde la sala de videoarbitraje avisaron a Melero López para que fuera a ver la acción al monitor. Lo que podía haber sido un penalti a favor se convirtió en una falta en contra de los de Simeone por un ligero empujón del defensa. Sigue el Atleti sin que le piten una pena máxima a favor en toda la Liga, y ya estamos en la jornada 25.
Quizá fuera casualidad o quizá no, pero a partir de ahí cambió el signo del partido. El Girona metió una marcha más y empezó a acercarse al marco rival. Primero con una internada por el lateral del área de Tsygankov, cuyo disparo fue repelido por Oblak. Otra buena combinación catalana acabó con un tiro de Riquelme desde la frontal que rechazó Hermoso tirándose con decisión. Una falta lanzada al segundo palo la remató Arnau cerca de la línea de fondo obligando a Oblak a detener en dos tiempos. Viendo cómo se estaba poniendo la cosa, Simeone realizó un triple cambio, retirando a Lemar, Llorente y Memphis, con gestos de enfado de los dos últimos, y dando entrada a De Paul, Correa y Morata. Los relevos no surtieron efecto en los siguientes minutos y el Girona siguió apretando. Aunque su ocasión más clara llegó de la manera más insospechada. David García vio adelantado a Oblak y, casi desde la línea del centro del campo, lanzó un fuerte disparo en parábola que estuvo a punto de superar al guardameta y entrar en la portería. Sin embargo, el esloveno logró retroceder a tiempo y metió la mano derecha para despejar el balón por encima del travesaño.
Los minutos pasaban, se acercaba el final y daba la impresión de que el partido se encaminaba al empate
Al Girona le empezó a pasar factura el esfuerzo y perdió a dos hombres importantes del medio campo por problemas físicos. Primero fue Oriol Romeu el que se tuvo que retirar y unos minutos más tarde le tocó a Aleix García. Mientras, Simeone sacaba a Saúl por Carrasco y poco después a Witsel por Koke. Los minutos pasaban, se acercaba el final y daba la impresión de que el partido se encaminaba al empate. El Atleti pareció no conformarse y volvió a retomar el pulso al juego tras asentarse los que habían entrado al césped. Griezmann remató al lateral de la red desde el área grande. A continuación, De Paul cruzó un gran pase de lado a lado del campo para Antoine, que envió un balón dentro del área para que Saúl rematara alto de cabeza. Aún tuvo una buena respuesta el Girona en un contraataque que llegó a un desmarcado Riquelme dentro del área, pero su disparo con la zurda se encontró con una buena respuesta de Oblak, que tuvo en la segunda parte todo el trabajo que no había tenido en la primera.
Cuando el reloj llegaba al minuto 90, Correa estuvo a punto de rematar a la red tras un mal despeje de Arnau, que dejó el balón muerto en el área pequeña, pero el defensa local, que parece interesar a los colchoneros para la próxima temporada, se rehizo a tiempo para enviar a córner el remate del argentino. Ahí llegó la jugada que decidió el encuentro. Lanzó Griezmann el saque de esquina al primer palo, allí tocó Correa, el balón golpeó en Stuani y fue en dirección a portería. Quizá iba dentro o quizá al poste, pero Morata, situado en el segundo palo, ganó la posición a su marcador y empujó la pelota a la red. La alegría de los atléticos se vio frustrada al ver que el asistente había levantado el banderín señalando fuera de juego. Las repeticiones dejaban entrever que la acción era muy justa, pero tras casi tres minutos de tirar líneas en la sala de videoarbitraje, se dio el gol por bueno. De haber sido fuera de juego, al bueno de Morata le habría quedado el mal sabor de boca de pensar que podía haber sido gol igualmente sin que hubiera tocado el balón. “Me habría tenido que volver a Madrid en bicicleta”, dijo tras el partido. Aunque quizá no habría entrado. Lo que bien acaba, bien está.
Los intentos finales del Girona no tuvieron éxito y en el minuto 103 acabó un partido que, por número de ocasiones, mereció ganar el Atleti, pero que lo más normal es que hubiera terminado en igualada e incluso pudo finalizar con triunfo local si la caprichosa moneda cae del otro lado. Oblak sopló lo suyo para que eso no pasara.
Al Atleti que está jugando después del Mundial no solo le han cambiado los resultados; mucho mejores tras la cita de Catar. No solo ha mejorado su juego; unos días más brillante que otros pero, en general, ofreciendo una mejor versión que antes del parón de la Liga. Le ha cambiado también la suerte. Hay veces a...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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